Story By Temfers David Vargas Díaz
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Temfers David Vargas Díaz

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Hasta que la brujería nos separe
Updated at Jan 18, 2022, 17:55
Después del trágico deceso de Georgina “Gina” Vargas C. a raíz del COVID-19, sus hijas Eliana, Nohora y Ana María deben manejar la conmoción con sus derechos y deberes civiles a los que son acreedoras por su condición de herederas, esto considerando que durante los primeros días del novenario, su tío, Gabriel Vargas C. –quien desde hace algunos años venía desempeñándose como cuidandero de la finca, en compañía de su concubina Amparo Ruano, durante el tiempo que Gina se encontraba ausente– permaneció en dicha zona, “cumpliendo” con sus labores, ya de costumbre, con el menor contacto posible con sus sobrinas y con quienes mantenía una relación agradable y gentil, aunque con una segunda intención de por medio. Transcurridos unos días, la relación comenzó a debilitarse como consecuencia del reclamo de las hermanas Ordoñez V. por la falta de fundamento y prudencia con las pertenencias materiales dejadas por la fallecida Gina, por el comportamiento extraño y actitudes sospechosas que adquirió Gabriel desde que vive con Amparo, quien no es quien muchos creían, y por el reclamo de estos sobre sus “derechos sobre parte de la tierra” a los que, en palabras suyas, “tenían derecho por haber sido sus explotadores durante los últimos años”, para lo que Gabriel había acordado algo diferente aproximadamente un mes atrás, previo a la tragedia que sucumbió a las protagonistas de esta historia, y que levantó un sinnúmero de interrogantes sobre su cambio de posición (y de actitud).
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