Bésame Mientras Puedas

Capítulo 1 – El Primer Día

Es increíble que vaya tarde, ¡Nunca llego tarde!, bueno, casi nunca llego tarde, es de mala educación, y de paso es mi primer día como trabajadora por mi cuenta, estoy bastante nerviosa y asustada. Siempre he sido la niña de papá y de mamá, a lo mejor porque soy hija única, aunque desde mis veinte (20) años me he mantenido por mi cuenta, nunca he querido ser una mantenida, he trabajado como repostera en varias pastelerías, pero hoy por fin es el primer día de mi vida en el que podré decir que trabajo para mí, que tengo mi negocio propio.

Me gustan los retos, me encanta trabajar, y amo lo que hago, soy bastante aplicada, no me gusta mucho ir de fiestas, ni perder mi tiempo, y no tengo malos hábitos, no fumo, no bebo, no tengo novio pero por decisión propia, siento que los hombres se enrollan mucho con la parte sentimental en vez de ir al grano y ya, en mis tiempos libres estoy en la cocina inventándome otra receta o practicando boxeo pero por diversión, nunca he competido.

En mi trabajo la vestimenta no es un problema, casi siempre llevo mi delantal y estoy cubierta de harina, de chocolate, de azúcar o de cualquier otro ingrediente de repostería, pero hoy es diferente, ya que presentaré mi proyecto a varios empresarios que van a financiar un local para que sea completamente mío, y tengo que verme como una empresaria, así que traigo puesta una falda negra, unas medias pantis a juego con mi blusa beige, unos zapatos negros de tacón que hacen que me vea bastante alta, tengo el cabello bastante largo, así que si quisiera podría hacerme algún peinado rebuscado, como de revista, pero casi siempre a duras penas puedo hacerme una coleta, ¡Qué horror!

Mientras venía en el bus pude colocarme un poco de brillo labial, es cuando mucho lo máximo que uso de maquillaje, y no porque no me guste, sino porque no tengo tiempo, bueno la verdad es que tampoco es que soy amante del maquillaje. Llevo conmigo una carpeta donde tengo bien explicado todo mi proyecto, he trabajado en esto desde hace ocho (8) años.

Vivo desde siempre con mis padres, pero con esta oportunidad yo sé que pronto podré tener para comprarme una casa propia, en varias oportunidades he querido irme a vivir sola y pagar un alquiler, pero mis padres siempre me convencen de que el dinero que gastaré en alquiler puedo invertirlo en mi negocio, me dicen que a ellos no les molesta tenerme en su casa, mi madre se llama Patricia, y mi padre, Roberto, ambos son empresarios muy famosos en la ciudad, siempre han estado juntos, desde la secundaria han estudiado todo juntos, y hoy en día también trabajan juntos, a veces pienso “¿No se aburrirán?”, es decir, son más de cuarenta (40) años para arriba y para abajo con la misma persona, es mucho tiempo, aunque cuando los veo noto como a pesar del tiempo su amor sigue intacto, cuidan mucho el uno del otro. Ellos son mi ejemplo a seguir en casi todo, siempre me han dado todo a mí, la verdad siento que soy una chica afortunada por tenerlos.

¡Por fin llegué!, Me quedo como cinco (5) minutos contemplando el gran edificio donde se puede decir que daré mi primer paso para tener mi propio negocio, aquí comenzará una nueva etapa de mi vida, estoy aún asustada, pero al mismo tiempo feliz, pensando, “¿Cómo serán los empresarios?”, “¿Si se interesarán en mi proyecto?”. Son pocas las personas que empiezan un emprendimiento a tan corta edad, apenas tengo veintiocho (28) años, “¿Serán mucho más viejos que yo?”, “¿Algunos serán menores que yo?”, vi la hora y ya eran las siete y cuarenta y cinco de la mañana (7:45 am), se suponía que tenía que anunciarme en la recepción a las siete y treinta de la mañana (7:30 am), así que espabile y aceleré el paso para terminar de entrar al edificio, al llegar a la recepción saludo y me anuncio con la señorita que muy amablemente me había dado los buenos días ,

- Buenos días, señorita, soy Mariana Belloso, tengo pautada una reunión en el departamento de nuevos emprendimientos ¿Podría indicarme a dónde debo ir? -

Yo me quedo mirando su perfecto peinado y su maquillaje impecable, mientras ella me responde,

- Claro que sí, señorita, está en el piso dos (2), a mano derecha, colóquese por favor este carnet de identificación en un lugar visible y puede seguir a aquellas personas que van a mitad de pasillo, ellos también van para allá –

Yo tomo el carnet que ella me da y le agradezco por la información,

- Muchas gracias señorita -

“Bueno, por lo menos no soy la única”, fue lo que pensé al acercarme a las personas que, también iban al mismo departamento que yo, al mismo tiempo les di un vistazo, a ver si podía adivinar qué tipo de proyecto iban a presentar, una (1) de las personas es un joven empresario, de baja estatura, y delgado pero muy bien vestido, zapatos impecables, demasiado diría yo, parecía que quería impresionar a alguien, de seguro a los inversionistas, o tal vez a la chica con la que viene, ella es muy bonita, de esas chicas que tú ves y piensas, “¿Cómo le da tiempo de verse así?”, a duras penas a mí me da tiempo de bañarme y vestirme.

Ella se ve más alta que él, a lo mejor por los zapatos que trae, son de tacón pero bastante altos y tiene un vestido que se acopla perfectamente a todas sus curvas, su cabello es bastante corto como de hombre pero no se le ve para nada mal, de seguro me hago yo un corte así y se me ve horrible, ninguno de los dos se ha percatado de que los vengo siguiendo.

Presto un poco de atención a lo que vienen hablando y pude oír que ella se llamaba Camila, y él, Marcos, ambos vienen por el mismo proyecto, al parecer son socios. A mí, también me hubiera encantado venir con alguna socia, pero no fue así. Tampoco es que tengo muchos amigos, Camila me hizo recordar a la que es mi jefa por ahora, espero renunciar luego de que me aprueben mi financiamiento, ella se llama Andrea Carballo, y se puede decir que es lo más cercano que tengo a una amiga, tiene la misma edad que yo, es una chica muy linda, siempre está muy bien arreglada y maquillada, tiene unos ojos azules hermosos, el pelo liso y largo hasta las caderas, como si se lo acababa de peinar, es de contextura delgada y tiene una piel color canela como si se acababa de broncear, nada que ver conmigo.

Andrea, al igual que yo, también es repostera, pero siempre le ha ido mejor que a mí, ya tiene casa, carro y hasta su propio negocio, nos conocemos desde hace un año ya, y a pesar de que prácticamente trabajamos juntas casi no nos tratamos, debido a que ella siempre tiene citas y amigos a los que atender, Andrea no es que sabe mucho del negocio, y tampoco es que vende mucho, sus mejores ventas han sido desde que yo trabajo con ella, pero ya me tengo que ir para poder comenzar mi propio camino, no quiero toda la vida ser la empleada de alguien.

Camila, Marcos y yo nos detenemos en la fila para subir al ascensor, pero hay demasiadas personas, y la verdad yo ya estoy un poco impaciente, y preocupada por la hora, así que decido subir por las escaleras, corriendo como loca, diciendo en mi cabeza “¡Es tarde! ¡Es tarde! ¡Es tarde!”, cuando de repente siento que una persona choca contra mí, mojándome con no sé qué bebida y haciendo que se me caiga mi carpeta al suelo y se salgan los bocetos de mi proyecto, a lo que yo me enojo y le grito,

- ¡¿Pero acaso no ves por dónde caminas?!¡Mira como me has ensuciado! -

Él se queda parado viéndome y en cuestión de segundos reacciona diciendo,

- Disculpe, señorita, no era mi intención derramar encima de usted mi café, de verdad que pena, venía distraído con mi celular, y como rara vez alguien usa las escaleras pensé que estaría solo -

Levanto la mirada para ver quién es el idiota que me había estropeado mi atuendo, y me quedé perpleja como por cinco (5) segundos, “¡Pero qué apuesto!”, “Y que alto”, veo a un rubio de ojos verdes, con un porte muy elegante, parece un empresario o ¿Será uno de los candidatos a proyectos nuevos?, su traje se notaba que era a la medida, este si cumple con todos los requisitos de mi chico ideal, estoy segura que me divertiría mucho con este hombre. Nos vemos como por cinco (5) segundos, y luego yo le reclamo para que me ayude,

- ¿Te vas a quedar ahí parado o me vas a ayudar a recoger mis documentos? –