Zinerva

Prólogo

En el bullicioso corazón de la ciudad, donde los rascacielos se alzaban como titanes de acero y cristal, la vida de Zinerva Smith transcurría como la de cualquier otro ser humano. Como si el destino jugara con sus hilos invisibles, Zinerva compartía su vida con un amigo ligeramente peculiar, cuya amistad era más valiosa de lo que ella jamás había imaginado.

Zinerva, con sus propios problemas y alegrías, no podría haber predicho que un giro inesperado del destino cambiaría su vida por completo. Una entrevista para el puesto de secretaria del dueño y jefe de una de las empresas más grandes de la ciudad se cruzó en su camino. El azar o la causalidad, como prefieras llamarlo, llevaron su mirada hacia un hombre que estaba destinado a desafiar todas las leyes de su mundo conocido.

Garald Petrov, un Alfa Puro con más de seiscientos años de edad, había vivido una vida llena de experiencias y aventuras. Aunque la espera por su compañera había sido larga, eso no le impidió disfrutar de cada momento de su inmortal existencia. Sin embargo, el destino tenía sus propios planes para él, y esos planes estaban a punto de hacer que su mundo se tambaleara.

En un giro aún más inesperado del destino, Zinerva no sería la única en verse atrapada en esta trama. Dos mellizos, también Alfas con un rango igual al de Garald, se cruzarían en su camino y se convertirían en compañeros de la pequeña humana. La idea de abandonarla nunca cruzaría por sus mentes, y el deseo de compartir su vida con ella se arraigaría profundamente en sus corazones.

Ninguno de ellos había previsto jamás compartir a su compañera, y Zinerva nunca había imaginado estar involucrada con tres lobos. Pero el destino, siempre caprichoso, tenía sus propios planes. Una pequeña mujer de cabello n***o como el carbón, piel blanca como la nieve, ojos grises que parecían ocultar secretos profundos y algunos tatuajes misteriosos se interpondría en sus caminos.

Zinerva se convertiría en su adicción, en su obsesión, en su razón de ser. Perdidos y rendidos a sus pies, los tres lobos intentarían conquistarla, pero no sería una tarea fácil. Ignoraban que estaban destinados a compartirla, pero deseaban a esa pequeña mujer, su compañera de por vida, más de lo que cualquier palabra podría expresar.

Su Mate...