Capítulo 1: Un vistazo hacia atrás

2033 Words
Punto de vista de Dafne  ¿Qué por qué digo que soy la chica invisible? No es que tenga un don especial mágico o una capa que me permita no ser vista por las personas a mi alrededor. De ese tipo de don u objetos que todos quieren para robar un banco, viajar, ejecutar crímenes, etcétera; o de esas que salen en películas o libros de ficción. No, o al menos no creo tenerla. ¿La prueba? Tengo amigos, familia, estudié varias cosas y tengo un trabajo. Dafne Wells existe y es vista por muchas personas… es solo que paso más inadvertida que un problema que quieres evitar a todo costa, soy como el viento y el aire, estoy pero realmente no te fijas que está. Es como si las personas, inconscientemente, decidieron que no soy la primera opción, todas juntas.. en todo momento. Me ven, estoy ahí de carne y hueso… pero al momento de pensar en mi, me olvidan, no recuerdan mi nombre, se sorprenden de que existo. Me pasa mucho en las reuniones de la empresa donde trabajo, una gran firma importante de inversiones. Sucede que no me invitan a una reunión que tenía que estar, y después se molestan. “¿Por qué no entraste en esta reunión tan importante? ¡Tenías que estar ahí! ¡Casi perdimos el cliente por ti!… para luego darse cuenta de que me olvidaron completamente, nadie me invitó, y todavía no soy adivina, me encantaría pero no lo soy. Esto suele suceder bastante frecuentemente, y jamás recibo una disculpa. Jamás. Incluso no importa que sea la persona más preparada de toda la firma Warleggan House; a la hora de recibir los agradecimientos mi nombre se les desliza completamente, soy una hormiguita trabajadora pero mínima y desapercibida. Eso sí cuando hay un problema que nadie quiere resolver… ahí está la buena Dani… digo Dafne, o como sea que me llamen cualquier dia. No digo que tenga el nombre más fácil de aprender pero tampoco es una locura, no me llamo Persefone. Ustedes dirán… bueno, esas cosas pasan. A todos con seguridad les ha pasado en algún momento de la vida, excepto que seas una celebridad y hasta a ellos los confunden y los olvidan con el tiempo. Pero esto pasa también en mi familia, desde la más tierna edad. Si, me duele admitirlo, pero mi familia también lo hacía. Digamos que yo era… diferente a ellos, o más bien… soy. La realidad es que ellos parecían salidos de un reality show y yo era una chica más enfocada en mis estudios y en aprender, algo nada valorado para ellos. Usualmente se olvidaban de mis necesidades y sus prioridades eran otras, diferente de las mías. Era la hija del medio, la más diferente y la que no pensaba como ellos. ¿Cómo formé parte de esa familia? Realmente no lo sé. Aunque no me pareciera a ellos, intentaba estar con ellos lo más posible y ser una buena hija y hermana. Sin embargo, mi verdadera familia eran mis amigas. Casualmente casi todas veníamos de familias o muy pequeñas o resquebrajadas y cuando nos encontramos aún siendo unas niñas, nuestra vida cambió. Mi vida cambió, sin duda. Mis amigas eran mi apoyo y para ellas, yo no era invisible, siempre estaba en su radar, me aceptaban como era. Incluso desde el primer día que las conocí, no se reían de lo nerd que era, de lo pequeña y extraña, estudiosa y de estar siempre pendiente de mis notas. Para ellas yo era una más, alguien a quién pedir consejos, que las ayudaba a salir bien en sus estudios, alguien con quien hablar y salir a divertirse. Este grupo de mujeres era sin duda un oasis para mi, una de las mejores cosas de mi vida. Creo que ustedes podrían entenderme, yo era la niña más pequeña del salón de clases, con lentes y no la más sociable y hermosa, la niña que nadie veía. Y ellas… eran espectaculares, aún lo son. Greta era la más extrovertida y divertida, rubia y preciosa, siempre entregada al grupo, con un hermano igual de atractivo que hacía suspirar a todas en el colegio. Lorraine, o Lolo como usualmente solíamos llamarla nosotras, era la chica genial, cool, pelirroja y encantadora que roba miradas al andar. Evelyn era la más centrada y madura, y a la vez afable y considerada. Los profesores la amaban y los compañeros la respetaban. Luego estaba Monique, Moni; con su cabello n***o azabache era la mezcla que nos unía, es tan dulce y tranquila, con un carácter parecido al mío. Así que a mí me tocó ser el cerebro del grupo y todas estaban felices con ello, yo también, solo quería ser parte de su grupo, saber que pertenecía a ese maravilloso equipo. Mis mejores recuerdos de mi infancia y adolescencia son con ellas, yendo a casa de Lolo, paseando en el auto de Greta, riéndome con Evelyn y comiendo lo que Moni preparaba. Si algo estaba agradecida en este mundo, era de tenerlas a ellas. Ellas estaban ahí para mí, me defendían de los que se querían aprovechar o burlar de mí, hasta que fuimos grandes. Unas mujeres hechas y derechas, cada una buscando su destino y fuimos cada vez más hermanas. Ellas celebraban mis triunfos y yo los de ellas, sus preocupaciones eran mis preocupaciones y estábamos juntas en cada paso. Y con hacernos más grandes, aparecieron los chicos, bueno… se imaginarán. Ahí yo sí era completamente invisible. Greta y Lolo rompían corazones donde iban, mientras yo me sentaba en una esquina de las fiestas, sin mucho que hacer. Evelyn y Moni tenían novios desde hace tiempo. Yo ya no era la niña nerd de antes, supongo que había madurado y crecido un poco. Yo creo que la atracción no muchas veces tiene que ver con la belleza física. La belleza es totalmente diferente para cada quien, muy en el fondo a unas les gustan los hombres altos, flacos, y a otras los musculosos; la variedad en el mundo es la clave ¿O acaso solo la gente hermosa se enamora, se casa y tiene parejas? No, todo da para todo. Por lo tanto no es que yo no me creyera atractiva, las chicas siempre decían que yo parecía una pequeña princesita. Mi rostro era pequeño y fino, mi cabello con leves ondas, era bajita y yo usualmente creía que era un poco cuadrada, no la típica delgada, pero tampoco con cuerpo de reloj de arena. Era simple y sencilla. Mis dientes estaban un poco torcidos, aunque a mi me gustaban. Lo que más me gustaba de mí misma eran mis ojos, mi familia decía que eran de un color poco definido, entre marrones claros y verdes. Era la única con esos ojos, lo que me diferenciaba más de ellos. No creía que no fuera atractiva, todos lo somos de alguna manera, con nuestros defectos y virtudes; es solo que yo no era el tipo de mujer que más me atraía, supongo que esa era mi conclusión, no era el tipo ideal, la media de belleza que gustaba. Nunca fui la mujer que iba a un lugar y hacía las cabezas voltear, y honestamente para mi eso estaba bien. ¿Ahora me entienden? ¿Alguna vez se han sentido invisibles? Supongo que es un don raro, como las personas que tienen buena memoria, los que tienen habilidad musical o los que se pierden hasta en la dirección más fácil. A veces me era útil, pasaba desapercibida en problemas y las personas no me creían capaz de algo malo. Quizás sí podría ser lo suficientemente invisible para entrar a un banco y robar, creo que nadie se daría cuenta. Evidentemente tengo una moral muy alta, y aunque quisiera hacer algo malo, no podría. Obviamente para mis amigas yo no era invisible y era una cosa loca que yo siempre mencionaba pero que no entendían. Esto era porque yo era importante para ellas, no se imaginaban que alguien no me prestara atención. Yo ya no era la niña temerosa en la escuela, era una mujer, con varios títulos, buscando un mejor futuro con un trabajo que me pareciera interesante y si.. buscando alguien que me amara, invisible y todo. Ustedes dirán ¡Pero eres una mujer inteligente y fuerte! ¡No necesitas nada más! y es verdad. Pero también es cierto que vivía en mi mundo sencillo de lecturas, de aprender, de mitologías, pero quería compartir eso con alguien, un compañero en este mundo solitario. Mis amigas bromeaban que iba a ser difícil encontrar un hombre a mi altura, lo decían como algo positivo, pero a veces me preguntaba…¿Será? Quizás a los hombres no les guste una mujer como yo. Decir que tenía mala suerte con los hombres, era quedarse corto. Muchos días me debatía entre quedarme sola por siempre, o hacer un último intento de conseguir a alguien, apostar por algo. Les comento que mis citas no iban bien, los chicos se olvidaban de mí a los pocos días y las segundas citas eran algo realmente extraño. No lo quería admitir a mis amigas, pero… me causaba dolor, ellas decían que era porque aun no encontraba al hombre correcto, que él estaba ahí afuera, esperándome. Yo honestamente cada vez lo creía menos y menos. Digamos que me estaba resignando, poco a poco, aunque sé que aun soy joven y suene un poco exagerado, pero era el patrón de mi vida y no iba a cambiar de un día para otro ¿no? Así pensaba yo hasta que Greta vino un día con un cuento raro de que una mujer, en un viaje a Europa, le leyó la mano y le dió datos del futuro. Obvio que no le creí en absoluto, digamos que soy más científica y de ver para creer. Pero poco a poco todo se demostró ser real, especialmente cuando Greta encontró a su ahora esposo Matt, de alguna forma, como La Señora, como ella la llamaba, lo había profetizado. Raro. No les dije nada pero empecé a investigar, me encanta la historia y los hechos fascinantes, se podría decir que soy de las personas que piensan que todo tiene una explicación. Pero, las cosas se empezaron a complicar aún más y a parecer reaaaalmente locas cuando un día Lorraine vino con el cuento de que venía del futuro. Algo así como que un día se fue a dormir y se levantó en seis años en el futuro, casada con un extraño, en una casa desconocida y con otro trabajo. Créanme que fue de locos, era muy difícil creerle. Obvio que decía que esto era obra de La Señora nuevamente, un ente mágico que parecía estar ligado a las mariposas de alguna forma, usualmente cargaba un pañuelo decorado con estos insectos alados. Poco a poco me tuve que tragar mis palabras y reconocer que estos eventos mágicos eran posibles. Y créanme que fue algo muy muy difícil de admitir ¡Por los dioses del olimpo! si yo no creo en la suerte y los esoterismos; y ahí estaba buscando información sobre la simbología de las mariposas y registrando cuanto libro, blog, y página web que hiciera alusión a una señora con un pañuelo de mariposas y cuanta cosa se atravesara. Yo la agnóstica, la que no cree en tonterías, me dedicaba a buscar entes imaginarios. Algo dentro de mi me decía que era porque esta loca idea de La Señora me daba un poder, si tenía más información, tenía una falsa sensación de control. El conocimiento es poder, dicen por ahí y es cierto. Yo no me cansaba de aprender y llenar mi mente de conocimiento y con esto había encontrado una fuente inagotable de preguntas y dudas que me enloquecía por esclarecer, un campo casi o nada investigado. Debo decir que era excitante. ¿Quizás esta mujer realmente pueda ayudarnos? ¿Puede resolver nuestros problemas? No soy alguien que espera que otros resuelvan, pero debo decir que la idea era tentadora. En fin, un poco de sal y pimienta a lo aburrida que era mi vida en estos momentos. Y no tenía idea de lo movida que se iba a poner.
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