Capitulo 1. Corriendo al triunfo

3017 Words
-¡Eres muy lento! -le gritaba mientras aceleraba - Jamás me alcanzarás. -Cuando te atrape desearás nunca haber nacido -le respondía con voz firme mientras se quedaba resagado. -Un policía con esas amenazas, no es nada profesional -se burlaba de él mientras aún lo tenía aún lado -Bueno fue un gusto conversar contigo ahora debo irme. Aceleró la motocicleta de tal manera que dejó atrás a su perseguidor. Lo hizo de una forma impresionante al subir por una rampa perfectamente balanceando la velocidad para mantenerse recto mientras subía 10 metros pasando por encima de un camión de carga y cayendo justo en frente de el. El chófer del camión solo pudo ver cómo un loco arriba de una moto daba un giro acrobático para caer justo y preciso en el carril en qué el iba y lo vió acelerar hasta perderlo de vista en esa avenida. El policía que le perseguía igual en una moto quedó mas sorprendido e impotente al no poder seguirlo y quedar bloqueado por el camión sin oportunidad alguna de seguirlo. Se detuvo orillandose y solo le quedó maldecir e informar que se le había escapado. -Aquí oficial Sandoval a la estación -hablaba por el radio en su moto -El maldito se me escapó, hagan una nueva ruta y busquen en las cámaras para intentar encontrarlo -observó delante el camino y solo pudo suspirar -¡Algún día te atrapare! El motociclista que se había escapado llevaba ya bastante ventaja y se incorporaba por la avenida Insurgentes para entrar en una zona más rápida e irse metiendo por unas calles para perder por completo a sus perseguidores. La noche era su mayor ventaja, el traje n***o que utilizaba era justo para aprovechar la obscuridad a su favor, un casco de motociclista del mismo color, traía vendada la cara solo dejando descubiertos los ojos. Un hombre muy intrépido que conocía perfectamente todos las rutas en la ciudad. Después de varias vueltas se detuvo en la calle Oaxaca estacionado su "Dodge Tomahawk" cerca de un callejón que quedaba cubierto por dos grandes edificios de unidades habitacionales. Bajó y se acercó a uno de los edificios tocando fuertemente. -¿Quién es? -preguntaba una voz gruesa del otro lado de la puerta. -Dile a tu jefe que no me haga perder el tiempo, tengo su encargo. Después de unos segundos la puerta se abrió y fue recibido por dos guaruras de 2 metros de alto, con trajes muy elegantes y con rostros de pocos amigos . -Pasa, el jefe te está esperando. -Gracias calvo, con tu sueldo debería alcanzarte para un buen shampoo -se mofaba mientras caminaba -No pierdan de vista mi preciosidad, una moto muy fina puede ser víctima de cualquier estúpido. Los guaruras solo lo miraron sin responder a sus comentarios y cerraron la puerta después de verlo entrar. Robinson era un ladrón bastante conocido por sus excelentes trabajos que hacía y era constantemente contrato por mafias y delicuentes mayores que gustaban de su forma de trabajar. Es rápido, eficiente y discreto decían constantemente. Le ofrecían trabajar para ellos de manera fija pero el siempre se rehusaba argumentando que su libertad era el mayor regalo y así podía hacer lo que quisiera. Se dirigía a una casa que por fuera daba la impresión de ser normal pero adentro parecía una verdadera fortaleza. Hombres armados, cámaras, un terreno muy amplio con pasto liso y cortado era el tramo a cruzar hasta llegar a la construcción. Una casa con ventanas elegantes y grandes, construida con ladrillos de lujo tipo modelos europeos para casas en bosques y zonas de camping. Las escaleras para llegar a la puerta eran de mármol un material no solo lujoso si no resistente ante las humedades que en esa ciudad abundaban. La puerta también era custodiada por 2 hombres que le hicieron un registro y pedían que dejara sus armas con ellos. El un poco indignado hizo lo que le pedían y pasó el filtro para entrar por unas enormes puertas cristalinas con los marcos de oro. Al entrar se encontró con una enorme sala de recepcionista que tenía sillones color hueso con cojines azules en forma de media luna. Una mesa de centro color café obscuro que tenía un cristal muy brillante así como una escultura preciosa. También había una chimenea con barandales de color azul mientras que su interior gozaba de loseta color hueso y unos acabados color plateado en la parte superior. El piso muy brillante y limpio con mosaicos en forma de triángulos que tan solo poner los pies ahí se sentía la elegancia. Las ventanas enormes detrás de los sillones por las cuales solo se veía la obscuridad de la noche pero detrás de las daban paso a una zona de jardín y un enorme alberca que sin importar la temperatura del agua daban ganas de nadar ahí. Fue recibido por otros sujetos que trabajaban ahí pero estos no tenían la apariencia de guaruras. Estaban bien vestidos, camisas y guayaberas armaban su look, parecían más como contadores, pensadores o administrativos. Peinados perfectamente y con gafas obscuras le deban la bienvenida. -¡Bienvenido querido Robinson! -le saludaba uno dándole la mano -pasa por favor siéntete cómodo -¿Dónde está su jefe? El trabajo está hecho y vengo por el resto del pago. -Lo has hecho muy rápido -respondía su acompañante -si eres tan bueno como dices podrás mostrarnos la joya a nosotros. -No tengo tiempo para esto, tengo más trabajo que hacer y mi moto amada está afuera sola y desprotegida. -Entendemos tu situación -respondía otro de los anfitriones, un hombre muy gordo que estaba sentado en el sillón, vestía un traje de color blanco muy bonito, una camisa negra y las características gafas obscuras -El señor Debran duda un poco de la calidad de tu servicio, ha escuchado tan buenas referencias de ti que sin duda te contrató pero nos pidió que cuando llegarás y antes de molestarlo nosotros nos encargáramos de analizar si la joya es auténtica, una vez que lo hagamos podrás ver al jefe directamente. -Entiendo, solo háganlo rápido -sacó de la bolsa derecha su chamarra de piel negra una piedra muy brillante, casi podría decirse que tenía vida, un color rojo muy vivo que hipnotizaba a cualquier persona. La lanzó sin ninguna precaución a las manos de la persona más cercana que estaba de el, la joya cruzó volando 2 metros de largo para llegar a las manos nerviosas del que la recibió. -¡Tenga más cuidado! -le gritaba el hombre gordo que estaba sentado y que parecía estar a cargo -¡Si algo le pasa a esa piedra nuestras vidas correrán peligro! -Ya tranquilo -respondía Robinson mientras se sentaba en uno de los sofás -El muchacho la agarró así que no hay problema. Hagan el análisis correspondiente. El hombre que recibió la piedra la llevo aún nervioso y con sumas precauciones a manos del experto. La entregó mientras esté se ponía unos guantes y la llevo a un mesa que estaba en la esquina con equipo para revisarla. El equipo que ahí había salía del cotidiano microscopio y lupa Led que fueron los primeros instrumentos que el experto utilizó para revisarla. -La piedra tiene la inscripción grabada efectivamente, es difícil imaginar cómo las personas de esa aldea sin equipo alguno pudieron hacer este grabado en una piedra tan fina y dura. "Militiae species amor" Es la frase que debe estar marcada aquí -se retiró de la máquina Led -hasta el momento todo bien señores. Pero aún falta la prueba definitiva. -Ustedes si que de andan con mucho detalle además, ¿Quién marca una piedra con esas frases y para qué? -Bueno es una inscripción en latín que dice "El amor es una especie de guerra" si es usted un joven romántico tal vez lo entenderá -decia mientras se levantaba para tomar la piedra -pero estás incripciones tienen un sentido todavía más profundo al igual que la piedra. Dentro de su mesa de examinación había una máquina un poco más misteriosa y rara. Era de piedra aunque tenía muchos picos. En el centro tenía un cristal como del grosor de una mica de anteojos que estaba de manera vertical. La decoración eran aves similares a los búhos y en la parte de arriba había una cara como de máscara antigua de esas que venden en algunos lugares como souvenirs. El hombre colocó la piedra justo en el lente al centro de la estatua y este reaccionó provocando una intensa luz color roja que deslumbró a todos los ahí presentes. -Pero ¿Qué carajos es eso? -preguntaban los socios -Es muy intensa esa luz. -Eso es la prueba que la piedra es auténtica -afirmaba el experto mientras retiraba la piedra de la máquina -Muy bien señor Chars está corroborado es la piedra, debemos informar jefe que la tenemos. -Y también informenle que tiene que pagarme -interrumpía Robinson mientras se levantaba rápidamente -El espectáculo de luces fue genial pero yo necesito irme y que mejor tomando mi dinero. -Por supuesto señor, el jefe lo atenderá inmediatamente. Aparecieron dos guardias de una puerta trasera y le indicaron con señas que los siguiera. Robinson era un hombre muy intrépido y nada le daba miedo, hacía sus misiones solo y tenía un 100% de éxito en todas ellas. Sabía defenderse era un hecho pero en muchas ocasiones no sabía medir el peligro aunque el siempre se basaba en su intuición y está vez no le decía que había peligro. Los siguió como indicaron, mientras caminaba observaba con lujo de detalle todos los espacios que recorría. Un buen ladrón debía ser observador y en cada lugar tener mínimo dos planes de robo y escape. Aunque esa casa parecía un fortaleza y por dónde se desplazaba era un túnel directo, sin ventanas ni mucho menos otras salidas el ya había identificado tres puntos ciegos y de escape, dos formas de defenderse noqueando a los guardias y cinco cosas que parecían de valor para robar. El camino no fue muy largo y sus acompañantes no dijeron ni una sola palabra hasta que llegaron a un par de puertas color vino con el marco dorado al fondo de ese camino alfombrado. Las puertas eran muy grandes y contaban con un mecanismo eléctrico que al ingresar un código se abrían. Los guardias abrieron la puerta para el no sin antes haber sido escaneados visualmente por el obteniendo buenos argumentos para un posible escape. Decidió confiar y entró tranquilamente, las puertas se cerraron de inmediato detrás de él. Entró y observó una habitación incluso más elegante que el resto de la casa pero por mucho más obscuro, solo relataba una pequeña luz roja al frente de el pero la habitación carecía de ventanas, luces o algún otro método para iluminarla. Ante la obscuridad decidió avanzar lentamente pegándose a la pared y observando los objetos que ahí había. En su mayoría eran objetos esotéricos detrás de vitrinas transparentes con lo que parecía un cristal muy resistente y un sistema de seguridad por si alguien intentaba tocarlos. Había varios de estos repartidos en toda la habitación pero el que más llamó su atención era el tercero a la izquierda. En el interior de la vitrina en una base de oro estaba una espada muy hermosa, la larga como las katanas japonesas pero tenía una decoración de rostros en la funda de color rojo y no humanos muy impresionante. Los rostros tenían en sus ojos unas pequeñas piedras muy brillantes al igual que todo el contorno de la boca. La funda era gris fuerte y opaco que hacía resaltar más la decoración. También había unas imágenes y letras japonesas debajo de la espada, símbolos muy extraños que parecían narrar una historia. Debajo había una arena color rojo que parecía muy suave y sedosa mientras que en las cuatro esquinas de la vitrina había representado con cerámica animales colocados respectivamente: Una rana, un escorpión, una serpiente y un pez. Los cuatro con ojos penetrantes y muy vivos. -Veo que tienes buen gusto para las obras de arte -le hablaba una voz muy gruesa y lenta proveniente del fondo de la habitación. Robinson volteó un poco desconcertado por la voz e intentó seguir avanzando mientras respondía -No son mi rama estás cosas pero es muy hermosa -seguía avanzando -soy un hombre más simple, motos, celulares, TV. No me gustan las reliquias ni las cosas esotéricas como a ti. -Eso está bien, mientras menos conozcan las personas y te distraigas con cosas así seguirás siendo el excelente ladrón que eres y podemos hacer muchos negocios juntos. -era una voz imponente -El esoterismo déjamelo a mí y yo dejaré en tus manos los robos -se detuvo para mostrar una risa muy fría y seguir hablando ahora más relajado -Pero bueno acércate, tu pago está en esta bolsa, fue un gran honor contar con sus servicios señor Saq Robinson. Se acercó al escritorio de dónde provenían la voz escalofriante. Analizó el espacio para buscar la bolsa a la que se refería. Era un pequeño saco color café con un amarre rojo en la parte de arriba. Lo tomó y quitó el amarre para ver el interior. Había varias monedas de plata en su interior -Venga esto no fue lo acordado, me prometiste un millón no estás monedas antiguas -Soltó la bolsa para verle de frente y encontrarse con alguien muy obscuro. La poco iluminación no permitía verlo bien del rostro pero en su fisonomía se alcanzaban a ver unos cuernos y unas orejas muy puntiagudas, más de lo normal en una persona orejona. Emanaba una energía muy pesada que no permitía estar mucho tiempo cerca de el. -Oh mi señor Saq creí que para ser un bandido tan prestigioso usted sabría reconocer un tesoro en esa monedas -Amigo no puedo reconocer nada porque tienes una iluminación muy pobre, un poco de luz no le vendría mal a este lugar - Colocó sus manos sobre el escritorio como recargandose o exigiendo -Me dijiste un millón de pesos y eso quiero, pesos! -Si su inconveniente es la moneda le debo decir que es un tesoro invaluable del año 1800, época en la que empezaron a fluir las revoluciones independentistas en este continente. Tiene en su poder más de 5 millones de dólares que no son un regalo, es el pago por su reciente trabajo y el adelanto oara futuros que tengo en mente para usted. -Si quieres más trabajos está bien, dime qué necesitas y te daré una fecha de entrega, te puedo aceptar el pago de los 5 millones pero tendrá que ser en moneda cambiable -Levantaba las manos -Yo no me voy por ahí cargando esa bolsa e intentando cambiar las monedas por ahí. Soy muy simple amigo quiero dinero que me pueda gastar en este momento. -Es una lástima perdió una gran oportunidad. Tal vez algún día obtenga la mentalidad a futuro y pasará de ser un ratero a un mafioso de verdad. -No planeo crecimientos en esta carrera por eso abandone la escuela no me gusta eso de ellos grados. Tú pagas yo hago así de simple. Yo ya hice te toca pagar. -Ya veo, muy interesante su pensamiento, sin duda evitará muchos problemas así. -Apretó un botón del comunicador que tenía justo en su mano derecha. -Señor Etiben, el señor Robinson requiere una transferencia por el monto que acordamos, haga favor de enviarla en este momento por favor. Cerró el comunicador para para notificar al su acompañante -Me imagino que un hombre simple como usted tiene acceso a su cuenta en el celular para corroborar que la transferencia se ha logrado. Robinson sacó su celular y leyó la notificación exitosa de la transferencia bancaria. -Si, es un hecho entonces me retiro y espero datos de los trabajos futuros -Le sonreía coquetamente mientras guiñeaba el ojo izquierdo -Recuerde que tiene que tomar turno y no hago tratos especiales, por la katana esa tal vez le de prioridad. Salió rápidamente con una gran sonrisa. Las puertas eléctricas se abrieron cuando el se acercó y los guardias ya lo esperaban para escoltarlos de regreso. De manera rápida les sacó sus credenciales y unas llaves, era impresionante la velocidad con la que despojababa a los demás de sus pertenencias. Lo escoltaron a la sala de recepción donde la mayoría de los hombres ya se habían ido. El experto en joyas se había ido a una habitación especial para poner en práctica la piedra adquirida. -¿A dónde fue todo mundo? - decía con burla -me hubiera gustado una despedida mejor que desconsiderados. Se acercó a dónde estaba el hombre con el saco para despedirse de mano de el -Un gusto como siempre colaborar con ustedes, diviertanse con la joya. El hombre respondió la despedida dándole la mano y de inmediato regresó a sus asuntos. Al dar la vuelta Saq mostró el fino reloj que le había quitado al hombre del que se despidió y con una gran sonrisa salió de la casa acompañado por los guardias. -Muchas gracias por cuidar mi moto, daré mis recomendaciones del valet. Subió a su moto, la encendió y avanzó un par de calles para salir de la vista de las cámaras y la seguridad. Se detuvo para examinar el botín que había conseguido de los hombres del mafioso que le contrató. -Unas tarjetas, está piedra hermosa puede valer mucho, está tableta puede tener información valiosa, el reloj es muy fino pero su valor es lo que debe activar, este par de monedas que saqué del costal que me ofreció, seguro por si solas no deben valer mucho pero las conservaré porque de algo pueden funcionar -guardó todo en la guantera de la motocicleta -Más mis millones en la cuenta creo que está noche fue un gran botín. Contentó colocó sus manos en el volante para encenderla, subió los pies y tomó el casco para colocarselo cuando se vió interrumpido por un golpe en la cabeza que lo tiró. Cayó de la moto para ver los pies de su agresor, intentó moverse pero recibió el golpe de gracia que lo dejó noqueado.
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