Te elijo a ti 7 (Saga un nuevo amor Libro 3)

Megan Montero Una vida perfecta, eso era lo clasificaba mi vida, un trabajo excelente y una familia unida. A mis 26 años trabajaba para el mejor hospital de todo chihuahua el Star Medic, vivía con mis padres un matrimonio unido y mi prima Karen, ella vivía con nosotros desde que sus padres decidieron irse de inmigrantes a Estados Unidos, buscando lo que consideran el sueño americano. Habían dicho que Karen se iría con ellos terminando la universidad pero no fue así, se quedó trabajando y seguía viviendo con nosotros y la verdad es que no me molestaba, podía considerarla como la hermana que mis padres no pudieron darme. -¿Irás a ver a Mario?- pregunto mi padre al ver que bajaba por las escaleras con un vestido arriba de la rodilla, no me gustaban los vestidos demasiado cortos o muy largos, llevaba mi cabello rubio suelto y un maquillaje elaborado -Si papá, hoy cumplimos 5 años de novios- mencione con una verdadera emoción. Lo conocí cuando iba en la universidad, el estaba en una facultad diferente pero aún así nos veíamos en algunas ocasiones, el estudiaba derecho al igual que mi prima, podría decirse que fue gracias a ella que nos conocimos. -Muy bien mi flor silvestre cuidate mucho- me acerque a él para darle un beso -Llegaré más tarde papá, mañana tengo guardia- me despedí y subí a mi auto. Habíamos pensado vernos en nuestro restaurante favorito pero por alguna extraña razón decidí pasarme por su departamento primero. Tal vez podíamos compartír coche y llegar juntos, eso hacíamos algunas ocasiones. Me detuve en el edificio y baje de mi auto, salude como de costumbre al encargado quien me miro de una forma extraña pero no me detuve a preguntar nada. Subí al elevador y baje en el piso 3, al llegar a su puerta un sentimiento extraño se instalo en mi pecho, pero aún así saque las llaves que el me había dado meses atrás. Pero ese fue mi error, al entrar había ropa tirada por todos lados, tanto de hombre como de mujer, mi respiración comenzó agitarse y seguí el camino hasta la habitación, la misma que compartíamos cuando yo me quedaba aquí con el. Abrí la puerta lentamente logrando ver la silueta de dos personas sobre la cama, los sonidos que hacían se quedaron en mi mente y se instalaron como dagas en mi pecho. -Felices cinco años- mencione con burla y el me miró asustado -Meg puedo explicarlo- se puso de pie dejando ver a la chica con la que estaba lo cual provocó que el sentimiento se agrandara, mi prima casi hermana estaba sin ropa en esa misma cama donde una vez dormí -¿Qué vas a explicarle Mario? ¿Qué tenemos 4 años de relación? ¿Qué hemos hablado de boda? - pregunto con burla mirándome y yo negué un par de veces -Son un asco de personas- mencione con ira- Gracias por mostrarme como son en realidad, no me vuelvas a buscar- le grite y salí de la habitación, sentía las lágrimas a punto de desbordar cuando sentí que tiraron de mi mano -Amor, déjame explicarte- mi mano chocó contra su rostro sin darle oportunidad de hablar -No me busques más, esto se terminó- me solte de su agarré e intenté abrir la puerta de la entrada pero volvió a tomar mi cuerpo y me acerco a él encerrandome entre la puerta y su cuepo- Sueltame- lo golpee el simple hecho de tenerlo cercas me daba asco -Megan no me puedes dejar esto es un error, no debí hacerlo estaba borracho y yo... -¿Borracho?- la risa de Karen a sus espaldas lo hizo dejar de hablar- Llevamos 4 años juntos Mario, deja que se valla- menciono con prepotencia- Debiste hacerlo desde hace años- se cruzó de brazos solo llevaba ropa interior y recordar todo me daba asco -No me vuelvas a buscar Mario- lo empuje antes de salir, no podía con esta situación, todo me sobrepasaba, no entendia como había podido desperdiciar 5 años de mi vida con un hombre como el. Bien dicen que los abogados son lo más mentirosos del mundo, baje lo más rápido posible y camine sin detenerme hasta el auto. No me importo nada solo quería irme, desaparecer de este lugar y no volver atrás. Conduje por un largo rato sin sentido alguno hasta que me detuve en un parque, pero no me baje, solo golpee el volante y grite, necesitaba sacar mi dolor, dejar todo en este lugar y seguir mi vida como si el no hubiera existido nunca. Esa noche no volví a casa, no quería que mis padres supieran lo que había pasado, no quería que tuvieran que pasar por lo mismo que yo al enterarse que a la persona a la que le abrimos las puertas de la casa nos había traicionado. -Buenas noches, soy la Doctora Montero acepto el intercambio de hospital- mencione a mi superior, hace unos días había salido una convocatoria para un intercambio y había sido seleccionada pero no era algo que me interesaba, ahora comenzaba a replantear todo -Perfecto Doctora necesito que nos traiga los documentos necesarios y le diremos hacia que hospital se va a trasladar- asentí y termine la llamada. Me mire por el retrovisor de mi auto, tenía el maquillaje corrido y mis ojos rojos, tomé una toalla húmeda y limpie todo rastro de maquillaje. -Soy Megan Montero, se lo que valgo como mujer y desde hoy nadie podrá lastimarme- mencione mirándome fijamente- No volveré a ser la misma, de hoy en adelante seré yo la que tome el rumbo de mi vida- sonreí y puse el auto en marcha para regresar a casa.