Salvajes.

Mi nombre es Heaven Clark y últimamente todo por aquí es un desastre, sí, soy un desastre lo admito. Haré cosas que no me van a perdonar, será mejor que se acostumbren. Conocí a cuatro chicos con cuatro diferentes personalidades: 1. El arrogante que no le importa destruirte en mil pedazos. 2. El que necesita tenerte cerca para complacer sus fantasías. 3. El de buenos sentimientos y un buen corazón. 4. El indiferente que odia tener personas en su entorno. Te contaré algo... Me enamoré de uno de ellos más que de los demás y eso fue caer en la desgracia. El otro era tantos pecados. Hubiera hecho cualquier cosa por uno de ellos, todo absolutamente todo por él. Uno de ellos era mi fe, algo tan sagrado y difícil de reemplazar. Dicen que los chicos buenos van al cielo, pero los chicos malos te traen el cielo y ahora sé que eso es verdad, nada en este mundo te prepara para eso. No hay arrepentimientos, cada uno me hizo feliz a su manera. Aún recuerdo el momento en que los conocí, el toque que plantaron, el jardín que abandonaron. Recuerdo las palabras que cada uno plantó en mi cerebro y ahora no las olvido: «Eres toda mía» «Te destruiré, será mejor que te alejes de mí» «Ruégame que permanezca a tu lado» «Te amaré por el resto de mi vida» He amado a cada uno de ellos y he perdido. Pensé que todo saldría bien en esta nueva faceta de mi vida, pero no fue así ya que mi vida antes de ellos era simple y clara, después de ellos se convirtió en una locura, terminamos siendo Salvajes.