La Torpe Secretaria del Millonario

— A ver este es el lugar correcto… Al mirar nuevamente el papel con la dirección marcada confirmo que estaba en el lugar correcto. Yoelis Lezama admiro el majestuoso edificio ante ella. No existían dudas en su cabeza, en aquella edificación tenía que encontrar empleo. Se encontraba ante la prestigiosa empresa D´Lukas una compañía que se encargaba de comprar a bajos precios otras empresas al borde de la quiebra para luego venderlas por partes por altas sumas de dinero. La joven castaña camina con algo de nerviosismo hacia la entrada del edificio, recordando lo que había investigado sobre esa empresa. Era una de las compañías más multimillonarias de todo New Jersey con proyectos futuros para expandirse hasta otros lugares. Por lo que Yoelis pudo investigar el dueño de la empresa D´Lukas pensaba ampliar el negocio llevando sus oficinas y nuevo personal a una nueva sede en Nueva york. Yoelis trago saliva en seco mientras caminaba solo enfocando la entrada un poco abstraída en sus pensamientos, sin darse cuenta la castaña choca con el hombro de un sujeto que salía del edificio hablando por teléfono. El golpe había sido tan fuerte que ella soltó la carpeta que llevaba entre sus manos. — ¡Oh! Como lo siento —Ella se disculpa cuando levanta la mirada hacia el hombre con quien había colisionado, ¡Por dios! ¿Ese sujeto trabajaba en ese edificio? —¡Vea por dónde camina! —A cambio la castaña recibe una contesta bastante fría. Ella nota como aquel enorme hombre de anchos hombros y prominente pecho se da la vuelta retomando la llamada, ella solo pestañeo un par de veces ¿Qué había hecho mal? solo fue un pequeño golpe que seguramente le dolía más a ella que a él. Sobo un poco su hombro mientras fruncía el ceño. —Ni siquiera fue amable en ayudarme a recoger todo esto—Se queja inclinándose para recoger sus papeles. Dejando atrás el inconveniente con aquel extraño, la joven se dirigió hasta la recepción donde una mujer menuda la observaba con gran atención pero también con una sonrisa de burla escondida en sus labios ¿tenía algo extraño en la cara o qué? —¡Buenos días! —Saluda a la mujer con amabilidad aunque le provocaba arrancarle aquella cabellera falsa, ya estaba sintiendo enojo por esa sonrisa en su estúpida cara—Tengo una entrevista —Muestra la carta de invitación de la empresa. —¡Ah sí! —Responde sin entusiasmo —Debes subir al último piso, el ascensor esta por allí —Señala con una de sus uñas perfectamente arregladas. —Gracias —Por mucho que quisiera borrarle la sonrisa de un golpe, debía mantener la compostura si quería conseguir un empleo en aquella empresa. Yoelis subió por el ascensor sintiendo nervios en su interior… necesitaba hacer un buen trabajo para que la contrataran, precisaba el empleo a como diera lugar las cuentas no se pagaban solas. Y por si eso no fuera poco la residencia donde estaba ingresada su abuela materna la presionaban a cada rato para que terminara por cancelar el mes de retraso que tenía. Era mucho para ella sola, sus padres habían muerto hace años en un trágico accidente ambos habían sido asesinados de regreso a casa solo porque querían llevarse su coche. La policía había dicho que su padre se resistió al asalto y por eso ambos cargaron con las consecuencias. Dejando huérfana a una joven de 14 años quien se había quedado al cuido de su abuela, por desgracia la madre de Yoelis era hija única llevando la responsabilidad de su mamá quien cayó a manos de la joven en cuando se hizo mayor y la señora cayó enferma… ahora debía ganar dinero para pagar sus facturas y la residencia de su abuela. No podía prestarle la atención necesaria en su apartamento, necesitaba mucho del cuido de una enfermera ya que la anciana sufría de falta de memoria. Y mientras trabajaba no tendría tiempo de ocuparse de ella. La puerta del ascensor de abrió regresándola a la realidad Yoelis ingresa en un espacioso y lujoso espacio divisando a la recepcionista del piso. Decidida a conseguir sus propósitos la joven camina hacia ella, por fortuna llegaba a buena hora. —Buenos días, he venido por la entrevista —Entrega sus papeles. —¡Ah! llegas a tiempo… pasa a esa oficina. Ella prosigue su camino entrando como en otra dimensión. Aquel lugar era aún más impresionante que el que había dejado atrás. Era como otra oficina pero mucho más grande que recepción. Inmediatamente encamino sus pasos hasta una señora con expresión amistosa. —Hola, buen día. He venido por una entrevista de trabajo. —¡Oh sí! —Exclama —Pero desafortunadamente el jefe no está —¿Cómo que no estaba? Se preguntó internamente la joven decepcionada, tantos nervios y sustos para nada —Pero yo puedo entrevistarte sin problemas —Le sonríe. —Eso sería genial —Contesta animada. […] Luego de un rato de tantas preguntas y respuestas Yoelis creyó que había respondido muy bien a todo y dado su extenso currículo no vio un rechazo inminente. ¡Podía hacerlo! Podría conseguir aquel empleo. —Bueno querida, debo decirte que la vacante disponible es el de la recepcionista que has visto allá afuera. Me pareces una candidata cualificada para el puesto. —¿De verdad? —A Yoelis se le dibuja una sonrisa en los labios. —A juzgar por mi opinión si, además tu currículo es impresionante. Solo queda esperar que seas aprobada por mi jefe. —¡Oh! —Exclama preocupada. —Tranquila, si quedas seleccionada yo misma te llamare. La mujer se pone en pie, Yoelis la imita tendiéndole la mano para luego marcharse un poco desanimada ya que esperaba que le dieran una respuesta en seguida, pero asumió que así era eso… […] —¿Por qué me estás diciendo esto ahora señora Lester? Sabes lo que se avecina para la compañía, no puedo darme el lujo de perderla para… —hace un gesto exasperante con ambas manos —Para perderlo con una novata. —Señor D´Lukas entiendo perfectamente su punto, pero entiéndame que no puedo continuar trabajando. Ya mi tiempo paso, ahora necesito descansar. —Entiendo —Contesta pasándose ambas manos por la cara —Lo siento, pero es que estoy muy estresado con todo esto de nueva york. ¿Y a quien ha pensado dejar en su lugar? No me diga que a la recepcionista porque le juro que no pienso dejarla ir. —No, ella se ira en unos días. La verdad es que me tome el atrevimiento de entrevistar a una joven con mucha experiencia. Creo que está muy bien capacitada para este trabajo. —¿Joven? —Contesta sin ánimos —¿Porque cree que estoy despidiendo a Zamira? No me interesan secretarias jóvenes, ya sabe lo que pienso de ellas señora Lester. No estaba dispuesto a contratar a una mujer joven dada ciertas razones, la primera de ella era que siempre se la pasaban viendo cómo se veían en vez de estar atentas a su trabajo. Y lo otro era que siempre terminaban intentando seducirlo con esas minifaldas y tacones altos, si es por ellas irían a trabajar semi desnudas al trabajo. Esa era la razón por la cual prefería contratar una mujer mayor para ser de su secretaria. Ahora resulta que la señora Lester se retiraba por querer vacaciones permanentes, después de 10 años trabajando para él lo abandonaba. Con lo mucho que le había costado encontrarla, recordaba aquel loco día cuando empezaron las entrevistas una larga fila de mujeres fueron a buscar el empleo. ¡Demonios! No quería pasar por eso de nuevo, o confiaba en el buen juicio de la señora Lester o se vería involucrado en entrevistar a millones de mujeres. —No se preocupe por eso, me he asegurado de ser muy quisquillosa con ella. Creo que será la indicada para trabajar para usted. —¿En serio? —La mira cautelosa —Supongo que debo confiar en su juicio, así que si cree que ella podrá con esto entonces contratela. Y la pone al tanto de todo.