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JUGANDO CON FUEGO

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Blurb

Aranza siempre a tenido una vida dura, pero eso no a borrado su sonrisa y las ganas de vivir.

Una chica inteligente que quiere salir adelante pero que no tiene muchas opciones, ser buena en matemáticas tiene que servir de algo se dijo asi misma Aranza, así que entro a un casino sin más y desde entonces, cada que ella está en apuros entra a los casinos de las Vegas a jugar Blackjack utilizando el método de conteo de cartas, tal vez la práctica no es ilegal pero los dueños de los casinos no lo ven así y no les costaría llenarte la cabeza de tiros en cuanto te vean aplicando este método en su territorio, pero una chica tan inperactiva como Aranza no piensa mucho en eso y no siempre se puede contar con la suerte de salir ilesa y cuando se le ocurre entrar al casino GOLDEN JACKSON su vida da un giro de 160 grados y tan solo una pregunta se repite en su cabeza: ¿Como? ¿¡Como fue que termine con un contrato de Sumisión y en manos de un loco psicópata!?

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CASINO GOLDEN JACKSON
¡NOTA DEL AUTOR! De antemano gracias por dar click en esta historia, te recomiendo leerla sin perjuicios, solo disfruta al máximo y déjate envolver por el mundo de JUGANDO CON FUEGO. ————EMPECEMOS———— —Aranza este mes no alcanzamos —dice mi mejor amiga Kleo mientras la veo contar el poco dinero que tiene en sus manos. —Ay no te preocupes, de alguna u otra forma conseguiremos el resto —digo con despreocupación. —Siempre dices lo mismo —dijo molesta. —Y siempre conseguimos el dinero o ¿¡no!? —le sonrió con emoción. —Si pero ya me siento mal Aranza, prácticamente me mantienes a mi y a mi hija —baja su cabeza. —Además se perfectamente que haces para completar el dinero. te metes en los casinos a jugar Blackjack y cuentas las cartas, un día de estos te van a descubrir —me advierte. —No es ilegal —me encojo de hombros sin darle mucha importancia. —Pero aquí en las Vegas es como si lo fuera, los dueños de los casinos pueden descubrirte y hasta matarte. —me mira como una madre regañando a su hija. —Siempre andas de paranoica. —le digo mientras volteo los ojos. Respiro profundo y disfruto del ambiente a mi alrededor lleno de luces y musica, vivo en las Vegas junto con mi mejor amiga Kleo, ella tiene una hija de 6 años, se llama Luna y es todo un terremoto pero también es un amor, Kleo y yo crecimos juntas en un orfanato, tenemos la misma edad, 24 años. cuando cumplimos 18 años nos fuimos del orfanato y empezamos a trabajar en lo que hubiera, yo siempre fui buena en matemáticas pero sin un titulo, eso de nada me serviría para que me dierán un trabajo. Un año más tarde Kleo se enamoro de un idiota que meses después al enterarse que ella estaba embarazada, la abandono, ella es todo lo que tengo, obviamente no la dejaría sola, y con mucho esfuerzo conseguimos trabajo en un Club de esos sociales a los que va solo gente rica. Allí hacemos de todo un poco, pero lo más agotador es tener que soportar a la gente rica presumida que piensan que el mundo es suyo y los demás vivimos alquilados. Hace tan solo unos minutos salimos del trabajo, ambas estamos cansadas pero tan solo mirar las luces que adornan está hermosa ciudad hace que se me olvide todo. —Aranza por favor... Sabes perfectamente que si dejas de vivir conmigo podrías estar mejor, yo me gasto tu sueldo y eso no es justo para ti. —con esas palabras Kleo me saca de mi trance. —No digas bodas Kleo, eres como mi hermana y amo profundamente a Luna, ¿¡crees que las voy a dejar solo por tener más dinero!? —le pregunté un poco molesta —Claro que no —exclamé —Pero es que me siento muy... —Mira entremos a ese casino —la interrumpo Miro hacia arriba observando el luminoso y majestuoso casino frente a nosotras que decía con letras grandes y brillantes GOLDEN JACKSON. —Aranza no!! —dijo Kleo mientras toma mi mano. —Ay deja de complicarte la vida, la señora Karmina no acepta escusas cuando de pagar el arriendo se trata, debemos conseguir el dinero —dije con una sonrisa juguetona —Así que mandale un mensaje a la señora Sofia y dile que se quede cuidando a Luna dos horitas más. La señora Sofia es la vecina, ella cuida de Luna mientras nosotras trabajamos, la señora Sofia ya esta mayor, tiene una hija y nietos pero jamás la visitan, me da mucha lastima ya que ella es muy buena persona. Veo la cara de disgusto de Kleo, le doy un beso en la mejilla y la tomo de la mano, jalándola hacía el casino. Al entrar de inmediato cambio los únicos mil dólares que tenemos por fichas y me voy a una de las mesas donde se está jugando Blackjack. Me siento a observar hasta que termine la partida ya iniciada, Kleo sigue nerviosa a mi lado y yo le doy palmaditas en la espalda mientras le sonrío emocionada. El Blackjack es un juego simple de cartas, que consiste en sumar un valor lo más próximo a 21 pero sin pasarse. En un casino cada jugador de la mesa juega únicamente contra el crupier o tallador intentando conseguir una mejor jugada que este. El crupier o tallador es la persona designada en una mesa de juego para ayudar en la conducción del mismo, por ejemplo, tirar la bola en la ruleta, servir cartas en el blackjack, alcanzar los dados para dárselos a los clientes, además del cobro y pago de apuestas y, en general, ayudar a los clientes en su juego alrededor de la mesa. Entendiendo esto podemos sumergirnos un poco más en lo que son los juegos de azar. muchas personas lo consideran el peor de los hábitos y otras la manera más fácil de hacerse rico o quedar en la ruina, en fin todo aquí es tal vez un 40% entendimiento e inteligencia y 60% suerte, pero en el blackjack contar las cartas es como hackear el juego, y en cualquier casino te sacarían o te matarían si te descubren ejecutando la práctica, aunque no sea ilegal, genera pérdidas al casino. Por fin el juego termina ganando la casa, un nuevo juego empieza y me sumo a los demás jugadores. Mi vestuario no es tan glamuroso ya que acabo de salir del trabajo pero es una distracción por lo sexy que es. Kleo se puso nerviosa así que decidió que me esperaría cerca a la salida del casino. Estiro mi vestido resaltando mi escote y les sonrío coquetamente a todos los demás jugadores en la mesa. Todos ponen los ojos como platos mirando mi escote, el tallador empieza a repartir las cartas y me concentro totalmente en la baraja. Aunque el conteo de cartas no me hará ganar el juego me sirve como trampolín para aumentar las posibilidades de ganar. El conteo de cartas consiste precisamente en eso, en contar qué naipes salen de la baraja para saber así si tienes más o menos probabilidades de ganar. Dicho de otra manera, si sabes qué naipes quedan en el mazo, sabrás si hay más o menos probabilidades de que el tallador se pase de 21. Si la posibilidad es alta, aumentas la apuesta. Mi concentración esta al máximo, ningún ruido, ni el humo del cigarro de los otros jugadores puede distraerme. La suerte está de mi lado, la cuenta esta alta, apuesto todo y gano. Ahora tengo mucho más de lo que invertí, me retiro de la mesa con mis fichas para cambiarlas, al hacerlo me voy a encontrar con Kleo. —¿¡Ganaste!? —me pregunta Kleo con nerviosismo. Finjo una cara de tristeza y Kleo me mira con ojos llorosos, luego saco el dinero de mi cartera y se lo muestro. —Claro que si, tontica. —me río —Me asustaste Aranza —me mira un poco molesta. —¿¡Cuanto ganaste!? —Casi cuatro mil dólares —le respondo mientras utilizo los billetes en mi mano como abanico. kleo me abraza fuerte y yo le devuelvo el abrazo. —Gracias Aranza, no solo pagaremos el arriendo si no que también podré comprarle su nuevo uniforme a Luna y los libros que le hacen faltan. —sonríe Pero antes de que podamos seguir disfrutando de nuestra suerte unos hombres del personal de seguridad del casino llegan hasta nosotras. —Buenas noches señoritas, les pedimos por favor nos acompañen —dice con seriedad el hombre corpulento frente a nosotras. Kleo de inmediato se pone nerviosa, tomo su mano para tranquilizarla y le sonrío a los de seguridad. —Lo siento, ya nos vamos —respondí con una sonrisa. —No queremos usar la fuerza señorita, por favor... —dijo el hombre señalando para que camine delante de él. Kleo y yo nos miramos y yo trato de conservar la calma por las dos. —Okey... —respondo con una sonrisa mientras tomo aire. Camino siguiendo a dos guardias que están enfrente de mi y otros dos guardias están a mi espalda siguiendonos. Subimos a un ascensor y luego pasamos por dos pasillos algo oscuros, entramos a un cuarto aún más oscuro que el pasillo, en el cual solo veo una lámpara encendida que alcanza a iluminar las piernas de una persona que parece estar sentada en un sillón. Kleo me aprieta la mano y yo levanto mi mentón mostrándo que no tengo miedo a quien sea que esté ahí sentado. —Dime muchachita estúpida, ¿¡vienes a mi casino a contar cartas!? —exclama la persona sentada en el sillón de la cual no puedo ver su rostro. Pero su voz imponente y sensual resuena en la habitación, siento como un escalofrío recorre mi columna vertebral, jamás en mi vida la voz de un hombre me había causado tal cosa, pero la voz profunda y varonil de este desconocido lo a hecho. —¿Quien asegura que lo estaba haciendo? —respondo a la defensiva obligándome a no distraerme por su imponente voz —Además si lo hubiese hecho que más da, es totalmente legal. —Que ingenua eres, legalmente puedes hacerlo, pero este es mi establecimiento y está prohibido —sentí la arrogancia en su voz —Devuélveme ese dinero, incluído los mil dólares que apostaste —exclamó. —¿¡¡Y SI NO LO HAGO QUE!!? —respondí desafiandolo Entonces veo a los hombres de seguridad acercarse más a nosotras. —¿¡¡Crees que me vas a intimidar!!? —exclamé levantando mi mentón —Eres un hombre que ni siquiera da la cara. —Estas jugando con fuego niña —respondió con irritación en su voz. —No le tengo miedo al fuego... —me cruzo de brazos y levanto una ceja. —Algo me dice que no darás ese dinero tan fácilmente —dijo cruzando sus piernas. —Y no se equivoca. —respondí mientras sonreía. Veo a Kleo acercarse más a mi y me habla al oido. —Aranza dáselo por favor o nos harán daño —noto el nerviosismo en su voz. —Tal vez deberías escuchar a tu amiga —dice el hombre sentado en el sillón. —Suelo ser terca. —sonrío con arrogancia. —Entonces... ¿que propones para recuperar tu dinero? —Ya que estamos en un casino resolvamos esto jugando —sonrío con seguridad. —¿Contarás cartas? En cuanto hace esa pregunta puedo sentir el sarcasmo en su voz varonil pero no dejaré que se burle de mi. —¿Tiene miedo de las matemáticas de una niña? —sonrío —Para nada, no soy un novato —responde con arrogancia. —¿¡¡Aranza que estas haciendo!!? —me pregunta Kleo asustada —Relajate y espérame a fuera. —le susurré —¡¡No te dejaré sola!! —exclama. —Espérame a fuera Kleo, por favor —digo con seriedad. En ese momento un hombre de seguridad toma con delicadeza del brazo a Kleo y ambos salen de la habitación. Miro nuevamente hacia el hombre sentado en el sillón y lo veo pasar su mano por la pequeña lámpara que solo alcanza a iluminar sus piernas. No puedo evitar pensar en que sus manos lucen tan varoniles, y la forma en que sus venas se marcan en ellas es realmente exitante. —Primero que todo, ¿que vas a apostar? porque el dinero que tienes ahí ya es mío —me pregunto con la intención de hacer me enojar puedo notarlo. Y efectivamente puedo sentir que la rabia empieza a recorrer mi cuerpo. —Estoy esperando a que hable —me dice con voz de burla. En un arranque desesperado y sin pensarlo dos veces le digo: —Me ofrezco a mi misma como garantía, no tengo absolutamente nada más... —Me parece perfecto...—responde casi de inmediato. Por un momento me extraña de que ese hombre haya aceptado tan rápidamente y sin siquiera pensarlo dos veces pero aún así aprovecho para imponer mis condiciones. —Si yo gano me devolveras el dinero multiplicado —levanto una ceja y sonrió con arrogancia. —Perfecto, trato hecho —dice sin más De repente las luces se encienden y veo a un hombre guapo y fornido sentado en un sillón de terciopelo rojo, tal vez tenga algún complejo de rey, pensé. Su mirada está fija en la mía, y tiene esos ojos azules profundos que harían temblar las piernas de cualquier mujer, sus labios tienen un rosado tan intenso y natural quedan ganas de comérselos. Tres botones de su camisa están desabrochados y tiene una botella de whisky en la mano. —Mucho gusto soy Jackson... —Sonríe con picardía —Y acabas de hacer un pacto con el diablo..

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