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Vamos a molestar a los vecinos.

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"Vamos a molestar a los vecinos", es una historia de drama y amor, que cuenta la historia de la vida íntima dos jóvenes. Rosé, quién es una chica de Nueva York, que es merecedora de una beca en una escuela de artes de Londres. Y Will un chico que parecer tener una vida perfecta, pero que tiene un secreto oculto.

Los dos intentan mantener una relación de sexo sin amor, con la condición de que si alguno de los dos se enamora, tendrá que abandonar la habitación y buscar otro lugar para vivir. Pero esta historia es más profunda que una pequeña historia de un romance.

¿La perfección puede arreglar un corazón melancólico? ¿El amor y el sexo se pueden mezclar?

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(1) -Conociéndolo-
Vamos a molestar a los vecinos. Escrito por: Lily Arzola. Portada por: Lily Arzola. Correo: arzola493@gmail.com Intagram: _lapequenaesposa Facebook: Arzola Escritora Lily ------------------------------------------------------------------------------------------------------ Sinopsis:  Rosé Campbell viaja de Nueva York hasta Londres, dejando su vida en Queens, para empezar una nueva en Londres, en donde ha sido merecedora de una beca en una de las mejores universidades de artes en Inglaterra. Ella intenta borra cada rastro de su antigua vida en Nueva York, mientras que su carácter siempre ha sido fuerte y reservada, portando una personalidad bastante independiente. Pero lo que no sabe e ignora, es que tendrá que compartir una alcoba con un joven totalmente extraño. Will Maxwell es el chico perfecto, pareciera que es la persona con la mejor vida en el mundo, pero el joven solo trata de ocultar un gran secreto. "Vamos a molestar a los vecinos", es una historia de drama y amor, que cuenta la historia de la vida íntima que llevan Rosé y Will en una habitación. Así que en una de sus jugarretas de roomies, Will reta a Rosé a mantener una relación de sexo sin amor. Y si alguno de los dos se enamora, tendrá que abandonar la habitación y buscar otro lugar para vivir. Pero esta historia es más profunda que una pequeña historia de un romance. ¿La perfección puede arreglar un corazón melancólico? ¿El amor y el sexo se pueden mezclar? ---------------------------------------------------------------------------------------------------- (1) -Conociéndolo- Así es, me mude desde New York a Londres, Inglaterra. El cambio obviamente fue drástico, supongo que era perfecto para olvidar recuerdos malos. Todo siempre es mejor, cuando te alejas de lo que en realidad te hace daño. Después de vivir mucho tiempo con mi madre, quién es una despreocupada mujer que trabaja en una estación de gasolina, ahora me siento libre, al ya no estar más al lado de ella. Por suerte obtuve una beca en la escuela de artes más prestigiada en Londres, y claro que acepté de inmediato. Mis opciones eran pocas, era seguir en Queens e ir a una universidad estatal, o conseguir mí beca en Londres. Creo que era obvio que escogería ir Londres. Y se preguntarán qué hacía yo antes de ir a Londres, aparte de la escuela; hacía esculturas, pintaba, dibujaba, tatuaba y hacía maquillaje, pero mi afición era hacer esculturas de cara y hacer escenografía. Quería ser una maquilladora como las de Walking Dead o American Horror Story. Así que intento conseguir que la escuela de artes de Londres, me ayude a dominar el arte del cine y las esculturas para películas. Durante toda mi vida he ahorrado mucho dinero, trabajé en más de 70 trabajos en New York; mesera, bartender, en tiendas de ropa, haciendo tatuajes, lavando ropa, haciendo comida y más cosas. Soy mil usos y supongo que soy así, porque la vida me creó con muchas carencias y yo solo intente sobrevivir ante estás. Como dije antes, yo había ahorrado dinero, así que pude pagar el vuelo a Londres, y también le pude pagar a la casera en Londres, quién me rentó una habitación de lujo en una casa bastante linda, donde había más de trece inquilinos viviendo en el lugar. O más bien, eso fue lo que me dijo.  Al llegar a ese edificio tan bonito de color blanco, me di cuenta que la habitación que me toco era más de lo que pedí, el sentimiento fue tan extraño, ya que en Nueva york, es tan difícil encontrar un lugar que se parezca mucho a la foto que te ponen en internet, así que mis expectativas estaban realmente complacidas. El piso de la habitación era de madera, y había una cama individual nueva, y al lado de la cama, estaba un escritorio y una silla para estudiar. Me quede sorprendida de que tenía su propio baño y una vista al centro de Londres. Y aunque no lo crean, me alegra que no haya ratas ni tampoco goteras, supongo que el precio excesivo valió la pena. Por otra parte está la casera, ella es la señora Wilson, quién es una mujer grande que tiene alrededor de 60 años, se ve que es bastante linda y que le gustan los gatos, ya que siempre le están siguiendo más de uno.  Después de enseñarme las instalaciones, decido desempacar mis cosas, metiendo mi ropa en un pequeño closet de color café. -¡Esto se siente tan genial!-Dije feliz mientras está lloviendo haya afuera, pero mi optimismo es gigante, ya que yo veo todo de color rosa. Mientras me dejo caer a la cama de sábanas blancas, mi celular empieza a sonar, matando mi momento feliz. Era mi madre. -¿Hola?-Respondí rascando mi cabeza. ¿Hija, ya has llegado?-Me pregunta mi madre en un tono algo dramático, se escucha muy preocupada. -Sí.-Le contesté de inmediato, mientras aún no me la creo, estoy en Londres. -¿Y ya comiste?-Ella estaba haciendo las típicas preguntas de mamá preocupada. -Sí.-Contesté calmada.  -¿Hace frio?-Sigue sonando dramática.  -Sí.-Le contesté mientras me distraje con la vista que tenía esta habitación. -¿Ya llegaste al departamento?-Yo no escucho nada más que las gotas de lluvia chocando contra la ventana, y eso de alguna manera me hace sentir en calma. -Sí.-Le respondí anonadada por las gotas que adornan la gruesa ventana de cristal. -¿No hablaste con desconocidos?  -Si.-Una vez más le contesté completamente desconectada con la conversación. -¡Rosé Campbell!-De inmediato me regaña, mientras  siento como una roca cae encima de mí. -No mamá, lo siento.-Dije distraída mientras intento prestarle atención.-Estaba distraída, no te preocupes por mí, estoy bien.-Trato de hacerla sentir mejor, ya que mi madre es una persona desobligada de muchas cosas de su vida, pero a pesar de eso, yo la quiero mucho. -Te amo cariño, marcarme mañana y cuéntame cómo está la escuela.-Me dice sonando más tranquila. -Si mamá, te amo.- Cuelgo de inmediato, con algo de apuro mientras intento separarme de este vínculo con mi madre, pero a pesar de todo, no negaré que la extrañaré demasiado. Pero al mismo tiempo, intento no ponerme sentimental por no estar más con ella. Así que me levanto de la cómoda cama y empiezo a dibujar, sacando mis colores profesionales y mi cuaderno, para después empezar a dibujar una cara. No tenía intención de hacer un retrato de alguna persona, sólo me gustaba pinta aleatoriamente la cara de un hombre. Siempre intentaba crear a mí propio hombre soñado, quería hacer prótesis de látex, para convertir a alguna persona que no sea nada agraciada, en un hombre perfecto, pero mientras me hundía en mi mundo, menos podía oír la puerta. Pero no pude evitar quedarme pasmada, al oír ya no solo unos toques, sino golpes fuertes contra la puerta.  No negaré que me sentí como en una película de terror, pero cuando abrí la puerta, pude ver a algo totalmente diferente fe lo que esperaba. En realidad mi expectativa de abrir esa puerta, era encontrarme con Nemesis-T Type*, pero me encontré con algo más bello, que ese monstruo de Resident Evil. Era un joven guapo y realmente atractivo, su piel era como la arena del Sáhara. Era delgado y tenía uno ojos llenos de pestañas largas, que cuentan una historia realmente interesante. Sus labios estaban cerca de un color rosa claro, su barba era gruesa pero realmente lo hacía ver como un hombre de verdad. Sus rasgos físicos eran tan finos, que por un momento quise pellizcar su cara, para ver si tenía prótesis de látex. -¿Sí?-Le dije al verlo, mientras solo saco mi cabeza, ya que aún tiene seguro la puerta. En New York tienes que tener mucho cuidado a quién le abres la puerta, así que sacar la cabeza se convirtió en un hábito para mí. Por su parte, él parece no estar muy feliz al verme, así que empuja la puerta con fuerza, haciendo que mi cuerpo salga volando hacía el suelo. -¿Qué demonios haces?- Le grité realmente molesta al ver que no tiene ni una pizca de sutileza.-¡Llamaré a la casera y a la policía!-Le amenazó mientras estoy apuntó de correr por mi vida, pero él me empuja una vez más, haciendo que cayera a algunos centímetros de la cama. -¡Esta habitación es mía, Sherlock!-Me regaña mientras una voz gruesa sale de esos labios pequeños. -¿De qué hablas?-Le pregunté realmente extrañada, mientras que no sabía de qué estaba hablando. -Estoy diciendo, que la señorita Wilson es olvidadiza. ¿No te dijo que tienes un compañero de cuarto?-Me regaña mientras sus nudillos se cierran, supongo que he quebrado su paciencia. -Espera.-Ahora me levanto del suelo frío, para mirarlo detenidamente.-Ella no me dijo nada de eso, ¿entonces por qué sólo hay una cama?-Le pregunté realmente confundida, mientras que ahora el viaje parece bastante imperfecto. -Yo compre esa cama y también compré ese escritorio, y esas sillas.-Me dice realmente enojado, señalando todo lo que creí que era mío.  ¡Demonios! Esto sonaba bastante claro, ¿pero por qué mi sueño tenía que acabar tan pronto? En realidad pensé que había hecho una buena elección al escoger este departamento, pero esto parece ser un mal sueño de viernes trece. Así que con la cola entre las patas, salgo del lugar echando humo por los oídos- bueno, el chico me tomó del brazo y me echó de la habitación.- Claro que quería matarlo con mis manos de escultora, pero mejor mataría a la señorita Wilson por no decirme que había un “pero” en el cuarto que me estaba rentando. Ella tenía la culpa de pintarme todo de color de rosa, cuando ahora se tornó de un color gris, así que fui a su casa a reclamarle. -Lo lamento señorita Campbell, se me olvidó decirle que el joven es el único inquilino que me permitió un compañero.-Murmura con su voz seca, mientras hace un poco de té de yerba buena.  -¿Y por qué no me dijo eso desde el principio? Hubiera ido a otro lugar.-Le contesté muy molesta, mientras cruzo mis brazos. -Si gusta, le puedo hacer un reembolso, pero le diré que todos los lugares donde rentan habitaciones, no son tan bonitas como las que tengo yo, y menos a tan bajos precios.-No había pensado en eso, la señora Wilson a pesar de ser vieja, sabia como jugar sus cartas.-Así que la invitó a que se quede, usted casi no verá a su compañero de habitación, puesto que las universidades son muy absorbentes.-Trata de convencerme, mientras uno de sus gatos se sube a mi hombro. El gato era peludo y realmente hermoso, pero era alérgica a los gatos, así que empecé a estornudar una y otra vez.  Tenía que ser sincera conmigo misma, en realidad tanto en New York o Londres, conseguir una buena habitación a este precio y sin ratas ni goteras, era la gloria. -Me quedaré.-Fue mi última palabra, no tenía que pensar mucho sobre eso. Así que regresé a la habitación con la cola entre las patas, pero al intentar meter mi llave, me di cuenta tenía el seguro puesto desde adentro, era obvio que no iba a poder entrar. Toque y toque más de cien veces, pero el chico no quería abrirme la puerta. El susodicho me abrió después del golpe quinientos, estaba realmente cansada. Al abrir la puerta de madera, el vestía una ropa más casual, una playera sin mangas color gris y un pantalón vaquero roto. Y mientras yo lo observo, él también me observa meticulosamente, para después de algunos segundos, irse a su escritorio a estudiar. Al entrar de nuevo a la habitación, pude ver que mis cosas estaban en el suelo, ya que yo había invadido su privacidad, supongo que era lo más prudente. -Lamento haber puesto mis cosas en tu lugar.-Me disculpo mientras veo que él no ha llenado su closet por completo, así que pensé que el closet venía con la habitación. Pero supongo que pensar, no era suficiente. -Solo no lo hagas de nuevo.-Me dice con su voz gruesa y algo fría, mientras yo asiento con mi cabeza más de una vez, mientras tomo mi cuaderno y empiezo a pintar en el suelo. Las cosas con este chico eran bastante tranquilas. Él no hacía mucho ruido, a pesar de que tenía un teclado en donde hacía música. Él era tan meticuloso, que conectaba sus instrumentos a unos audífonos, así que todo lo que tocaba, solo se escuchaba en sus oídos y sin molestar a los vecinos.  En realidad el viaje de New York a Londres fue bastante ajetreado, así que no puedo evitar caer dormida en el suelo. ¡He dormido en lugares peores, este lugar es la gloria! O el piso es la gloria * A la mañana siguiente, despierto con un cobertor n***o que me cubre, el suelo está frío pero a pesar de eso, el cobertor estaba realmente caliente. De inmediato me doy cuenta que el cobertor no es mío, así que miró hacia la cama grande que estaba en una esquina de la habitación.  El chico del cuerpo radiante ya no estaba, supongo que se ha ido a sus clases. Así que me levanto y veo mi reloj, eran las nueve y media de la mañana, pero por suerte mis clases empiezan a las diez de la mañana, ya que la bienvenida para los nuevos estudiantes, era a esa hora. Definitivamente no hay tiempo para desayunar, así que limpio mi cara y me visto correctamente, para después tomar mis cosas e irme a la escuela. Así que tome la  Estación de St. Pancra, que me llevó a  Farringdon Station, para después caminar unos trece minutos más hasta llegar a la universidad. The University of the arts London es hermosa, tiene un campus bastante enorme y es realmente un sueño, para alguien como yo.  Al entrar por unas puertas de vidrio, puedo ver que es como un museo, exponiendo, no sólo el arte plástico, sino también el musical y hasta el arte del cine. Me siento como en el cielo, todo es como pensé que sería, era hasta más de lo que pensé que sería. Sentía que había ganado el premio Nobel, o el Oscar, realmente no lo sabía, solo sabía que estaba en el lugar correcto. Después de fantasear con mi vida en esta nueva universidad, decidí  buscar mi horario y buscar mi salón.  Al tener mi horario en manos, me di cuenta que me tocaba en el tercer piso, de la segunda torre oeste. Había demasiadas torres en el lugar, pero era una suerte que las torres estuvieran enumeradas. Las ocho torres oeste, eran cada uno de diferentes ramas del arte. Mis clases eran de cine, historia, artes plásticas y de escenografía, acompañadas con otras materias que eran irrelevantes para mí, pero que tenía que cursar para pasar el año. Al llegar a mi salón, puedo notar que está enfrente de un salón de música. Es algo extraño ver la música y el arte juntos, y aunque era una buena mezcla, jamás pensé que estaríamos frente a frente. Mientras intento entrar a mi salón, puedo ver de nuevo a ese joven de ojos cafés profundos y mal genio, que está enfrente de mi salón.   No pensé que viniéramos a la misma escuela y ni menos que su clase estaría enfrente de la mía. Esto era una coincidencia bastante curiosa, y al mismo tiempo desafortunada, se veía en su cara que me odiaba. Así que cuando me miro, lo hizo con indiferencia, mientras yo hago lo mismo. Él de inmediato nota mi mirada distante, quizás en mi interior también lo odiaba. Y mientras nos miramos con indiferencia, puedo escuchar como las chicas de mi salón hacen algunos ruidos bastante terribles. Suspiraban enamoradas, como si del príncipe Harry se tratara.  -¡Es tan lindo!-Murmuró una chica rubia de ojos cafés, mientras yo voy entrando al salón.-Es como una perfecta taza de café.-Dijo emocionada y enamorada, mientras la insensible de mí, solo saca la lengua sin gracia. -Una taza de café muy amarga.-Ella se ríe de mi comentario, mientras que no he tenido momentos dulces con ese apático amigo. -¡Que mala!-Me dice con gracia, mientras que yo me rasco la cabeza, sabiendo que metí la pata. -Lo lamento, es que ese chico nunca sonríe.-Trate de excusarme, pero quizás estaba siendo un poco mala con aquél joven de labios rígidos. -¿Ya le habías visto antes?-Me preguntó curiosa, mientras muerde uno de sus dedos largos. "Sí, es mi compañero de cuarto"-Me digo mentalmente, mientras trato de no relacionarnos en algo. -Algo así.-Dije confundida y complicada. -Soy Maddie.-Me saluda con su lindo acento británico, mientras extiende su mano. -Soy Rosé, un gusto.-Sonreí cortésmente, mientras me siento a su lado. -¿Eres extranjera?-Me pregunta con sus lindos ojos bien abiertos, mientras es obvio que lo soy. -¿Se nota mucho?-Le pregunté mientras me mofo al mismo tiempo que ella, ya que se nota que soy muy americana, por la forma en que me expreso. No puedo esconder que soy una Yankee. -Algo.-Me contesta con una risa contagiosa, así que me empecé a reír con ella. Maddie Williams, era una chica de diez y nueve años, al igual que yo. Ella venía desde New Cassels, ella también quería hacer esculturas en la gran pantalla, así que de inmediato nuestra pasión por las esculturas plásticas, hizo que nos convirtiéramos en buenas amigas. Ella incluso me habló del idiota de mi compañero, o de lo que sabía de él. Él es un chico de buena familia, así que recibe una herencia de sus padres que murieron hace mucho, así que él se ha quedado con todo el dinero de su familia.  Es el mejor estudiante de música, siendo el mejor guitarrista, mejor pianista, mejor bajista, mejor baterista, mejor violinista y mejor cantante de toda la rama, siendo un prodigio en la música.  Su historia es bastante tétrica, y en realidad ahora sé porque es serio y escalofriante. Pero yo tenía que concentrarme en lo mío, no podía meterme en su vida, no era mi asunto. Así que tuve muchas clases desde las diez de la mañana, hasta las siete de la noche. En realidad pensé que las clases iban a ser un poco tranquilas por ser el primer día, pero teníamos muchas cosas que comprar, como material para cada una de las clases. Es muy pesado, pero así es la universidad. Así que hasta las siete de la noche salí de la universidad, por suerte no estaba sola, Maddie me acompañó a la estación del metro, ya que ella también está rentando una habitaciones en el centro. Ella me invita a su lugar, que está a unas cuadras del mío, así que acepto ir con ella de inmediato. El lugar que ella rentaba, era pequeño y algo lúgubre, en realidad la habitación que comparto con el chico de terror, es un castillo al lado del de Maddie. Lo bueno es que ella tiene estufa y varias cosas que el chico sexy y yo no tenemos. Ella me preparo un café demasiado rico, pero no les negaré, que nos vino más unas cervezas que tenía guardadas en el refrigerador.  Estar con Maddie era divertido, ella era linda y me hacía reír como nunca lo hice en mi vida. Eso era bueno, ya que siempre debes juntarte con las personas que te hagan sentir tranquila y cómoda, no con las personas que te hacen dudar sobre lo que estás haciendo.  Después de unas seis cervezas, sabía que era hora de irme. Maddie me pide llevarme a mi departamento, que está a algunas cuadras de aquí, pero ya era bastante noche, no quería que le pase nada de regreso, aunque yo también estoy arriesgando mi pellejo, pero como les dije, en New York se aprende de todo, así que se cómo defenderme. Tuve que decirle que se mantuviera tranquila. Así que salí de su departamento, notando que el frio era de un infierno. Nunca había presenciado tanto frio en mi vida. Y después de caminar por diez minutos, llegó a la pensión salva y sana, bueno y un poco ebria. Después camino a mi departamento, meto mi llave y veo que el chico sexy, serio y sin sonrisa, está viendo mis dibujos. No puedo creer lo que está haciendo, ni tampoco creo que él sepa que está haciendo. Incluso cuando me ve, se le nota que está sorprendido de que lo atrapara. -Lo lamento.-Se disculpa dejando mis bocetos en el suelo. -Creo que te debía eso.-Le contesté dejando mi bolso en el suelo, ya que yo no tengo dónde poner mis cosas.-No sabía que íbamos a la misma escuela.-Le comenté tratando de mantener una conversación con él.  -Supongo que yo tampoco.-Me responde sin más, sentándose en su escritorio, dándome la espalda. De inmediato sé que está cortando la plática, pero en realidad sería incómodo seguir así. -¿Te han gustado mis bocetos?-Le pregunté por cortesía, quería hacer de nuestra estancia algo menos incómoda.  -Eres buena, pareces tener futuro.-Me contesta sorpresivamente, para luego darse la vuelta y seguir con lo que estaba haciendo. Así que me acerco hasta llegar a donde él. -Por cierto, soy Rosé.-Le ofrezco mi mano, mientras él la mira por algunos segundos, por un momento pensé que él se daría la vuelta, pero eso no paso. -Soy Will.-Toma de mi mano y la sacude, mientras sonríe con sus dientes bien blanqueados.          

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