Capítulo 3.

3093 Words
Kendall entro en su casa, y antes de que su mamá pudiera hacer preguntas, se secó las lágrimas y corrió escaleras arriba, ¿Por qué seguía permitir que la trataran de esa manera? ¿Por qué no era capaz de ponerle un alto a la situación? Estaba cansada de ser tan débil y quebradiza, quería ser capaz de gritarle al mundo que no lo iba a soportar a él con sus estereotipos. Sin embargo, sin contar con el poder en sus manos, se metió a la ducha, en donde dejo que el agua caliente le cubriera todo el cuerpo llegando al punto de casi quemarle la piel ¡Como si eso fuera a quitar los restos de las palabras de Ethan que aun golpeteaban en su corazón! ¿Por qué le afectaba tanto lo que ese imbécil dijera? Pensó mientras llegaba a la conclusión de que debería hacer algo, si bien no podía evitar que todas esas palabras y expresiones le rompieran el corazón en mil pedazos, por lo menos podía hacer lo mismo que Ethan hacía con ella, le iba a hacer la vida imposible, si alguien iba a sufrir, no iba a ser solamente ella, iba a dar la pelea frente a Ethan, y solo esperaba que fuera ella quien se llevara la victoria al final. El resto del día, evitando perder su tiempo y cabeza en cosas para las que no tenía respuesta, Kendall se quedó dormida en su habitación mientras escuchaba de fondo el televisor con Gossip Girl, y mientras soñaba con un charles Bass que le dijera que la amaba , se entregó a los brazos de Morfeo y se dejó caer rendida, por lo menos hasta que la alarma la despertara para cumplirle la cita a Ethan. Ethan por su parte, se quedó también en casa, los últimos días lo habían tenido tan tensionado que no tenía tiempo para nada ni nadie, excepto que fuera Kendall, y solamente para lo que correspondiera al trato, no soportaba a la insípida Kendall, sentía que perdía su tiempo con ella, es que ella era… ella era… Él no tenía palabras para describirla, pero era, exasperante. La manera en la que se quería ocultar del mundo, la insistente mueca que hacía con sus labios cuando estaba nerviosa, y sobre todo, la insensata necesidad que parecía tener porque todo el mundo creyera que ella era la victima de la historia convirtiendo al resto en victimarios, cuando Ethan bien sabía que ella sola era la que hacía daño a sí misma, todo lo que le había dicho en el auto había sido verdad. -Linda, tu alarma lleva unos minutos sonando-Sophie, la madre de Kendall, se acercó a su puerta para despertarla, no sabía el motivo de la alarma, pero si estaba era por alguna razón. -¿Qué horas son? -Balbució somnolienta Kendall, mientras pensaba que indudablemente la vida era mejor cuando dormía en su habitación sin preocuparse por lo que había a su alrededor. -Falta media hora para las cinco-Sophie miro en su reloj de mano. -¡Carajo! -Soltó un improperio Kendall mientras se levantaba de golpe, le quedaban solo unos pocos minutos para ir con Ethan, y lo que menos quería era parecer una pordiosera, no le iba a dar el beneplácito de verla destruida. -¿Acaso tienes algún compromiso del que no me has hablado? -Su madre se puso los brazos en jarras, y miró con confusión a su hija, de quien no era propio escuchar palabras tales como la que acababa de soltar. Tan solo una mañana con Ethan había producido estragos en la personalidad de Kendall, y ella no quería pensar en cómo iba a terminar ese mes que suponía iba a ser el más largo de su vida. -Si, no te lo había mencionado, pero he quedado con una compañera de clases, necesita tutoría para el examen de admisión de la universidad-Mintió, Kendall ciertamente no quería ver la mirada reprobatoria de su madre mientras la reñía por quedar en casa de un chico que era prácticamente un desconocido. -Está bien-Dudo Sophie. -Mamá, te molestaría-Kendall movió su cabeza hacia la puerta-Debo vestirme. -Claro, seguro-Se marcho Sophie mientras no dejaba de inquietarle el comportamiento tan inusual que tenía Kendall. Kendall puso a Avril Lavigne a sonar a todo volumen por su laptop mientras se desnudaba y se quitaba la sudadera gris. -¡Tienes que verte como una chica fuerte! ¡Se acabo el caramelito de quien todos se burlan! -Se repitió mientras se peinaba su corto cabello castaño, y se ponía un poco de rímel en las pestañas. Aún no había tenido la asesoría adecuada a cerca de su cabello y rostro, así que evitando parecer un payaso, se puso bálsamo labial transparente, rímel, y se hizo una coleta alta en el cabello. Para su atuendo eligió una blusa negra que tenía un poco de escote en v, acompañado con uno de sus jeans más ceñidos, y los botines color n***o, se veía rara, pero le gustaba, la altura que le daba el tacón la hacía sentir de un modo en que nunca se había sentido, como poderosa… Como si de algún modo ella pudiera controlar el destino y jugar con él a su antojo. Saco las llaves de casa, guardo en su mochila rosa pálido los libros que iban a necesitar para estudiar y que probablemente Ethan no tenia, y salió de su casa con paso decidido y seguro. Fueron cinco cortos minutos los que tuvo que caminar para llegar a casa de Ethan, que vivía a solo unos metros de distancia. Una vez allí toco el timbre, sin embargo nadie le respondió. Ethan hacía rato que se había quedado dormido, estaba cansado de la noche anterior en donde como su más reciente costumbre no había podido dormir, pero se sobresaltó cuando un ruido comenzó a fastidiarlo. -¿Quién y que quieres? -Se levanto del sofá donde había estado durmiendo y abrió la puerta. -Teníamos una cita ¿Recuerdas? -Le recordó Kendall tratando de sonar lo más sarcástica posible, lo de ella no eran los insultos ni mensajes subliminales disfrazados de cortesía, pero si iba a pasar tiempo con Ethan debía empezar a aprenderse a defender, sin embargo, sus intenciones parecieron quedar suspendidas en el aire, cuando detallo en el torso de Ethan, quien iba desnudo excepto por unos jeans desgastados que le colgaban en la cadera. -¡Vaya! Parece que has dejado de llorar-Él llevaba el cabello despeinado, y tenía un aire incluso un poco inocente en ese momento en que estaba recién levantado- ¿Te gusta lo que ves? -Ethan solo una risa de medio lado al darse cuenta de la forma en la que Kendall se le quedó viendo el abdomen. -No, es solo que, tienes un poco de algo ahí-Ella dirigió su dedo a un punto sucio inexistente en su cuerpo, y entro en su casa mientras lo empujaba. -Claro, estás en tu casa-Él tiro la puerta. -¿Dónde vamos a estudiar? -Ella empezó a acomodar sus libros en el sofá. -En mi habitación-Ethan paso al lado de Kendall y comenzó a subir la escalera ignorando la cara que había puesto ella. -¡No! -Grito- ¿Pero que pensara tu madre si me encuentra allí? -Se escandalizo la chica. -Ella no está, y no llegara pronto, estamos solos-Le guiño un ojo mientras continuaba su recorrido a la segunda planta. Incluso el mismo Ethan se sorprendía de lo juguetón que se encontraba esa tarde, la siesta le había caído de maravillas, y el atuendo que llevaba Kendall puesto lo incitaba a todo menos a enfadarse, esos jeans ajustados revelaron más de lo que había imaginado, y la blusa, otra vez el maldito escote. ¿Por qué no se había puesto una chaqueta? A regañadientes, y con un poco de temor en su interior, Kendall se dirigió a la habitación del joven y derramo sus libros en la alfombra gris de la misma, ella no pensaba sentarse en esa cama, siquiera tocarla, es que mirarla ya le parecía lo suficientemente inadecuado. Mientras ella disponía sus libros, Ethan sacaba una sencilla camisa de algodón gris de la cómoda, y se la ponía, cosa que agradeció Kendall en gran manera, en vista de lo mucho que la imagen la distraía de los propósitos por los que había ido allí . -Comencemos-Sentencio Kendall-¿Qué te parece matemáticas? -Nada de eso, soy una az de las matemáticas, necesito ayuda con literatura, y ciencias sociales, el examen comprenderá todos los aspectos y necesito estar preparado-Pidió Ethan mientras empezaba a sentir que su buen humor se evaporaba poco a poco. -Si, bueno… -Susurro ella mientras daba inicio a su lección de políticas. Después de una hora de escuchar a Kendall hablando, Ethan sintió que su cerebro se había entumecido y que necesitaba un respiro ¿Cómo era posible que una chica guardara tanta información en su cabeza? Kendall parecía un computador más que una chica de diecisiete años, ella era definitivamente de otro mundo y a Ethan de cierto modo le agradaba eso. Durante toda su vida se había topado con chicas que escondían su inteligencia creyendo que así serían más atractivas, y solo se alegraba de que Kendall no hiciera lo mismo. -Oye, debo responder, y tomar un descanso también-Dijo Ethan mientras veía como su móvil se iluminaba con el número de Britney en la pantalla. -Yo creo que ha sido suficiente por hoy- Dijo la chica con la garganta seca. Pero como siempre, Ethan ignoro lo que Kendall le dijo y se fue al baño que quedaba frente a su habitación para hablar con Britney. -¡Vaya! Me has cogido el teléfono-Saludo ella, a lo que Ethan no pudo hacer más que voltear los ojos. -¿Qué quieres? -Respondió él. -Saber que estás haciendo, he quedado con las chicas, pero si no tienes que hacer puedo cancelar-Sonrió juguetona del otro lado del teléfono. Era mentira que Britney tenía planes, de hecho, las chicas hacia un tiempo que se había apartado de ella, pero ella por nada del mundo iba a dejar que Ethan supiera que ella no tenía nada que hacer, eso dañaría su estatus de chica codiciada frente a Ethan. -Estoy ocupado, estoy con Kendall-Soltó de repente sin darse cuenta de a quien le estaba revelando esa información. -¿Kendall? ¿Kendall Gibson? ¿El estúpido ratón de biblioteca? -Britney se atragantó con la fresa que se estaba comiendo. -Si con ella, con Kendall-Ethan ya no podía dar vuelta atrás, ya no le podía decir que lo que había dicho hacía unos segundos era mentira. Al otro lado de la puerta, Kendall no había podido evitar quedarse escuchando cuando había oído su nombre como centro de la conversación, le llamaba la atención saber que decía Ethan a su interlocutor a cerca de ella. -¿Pero por qué diablos estas con ella? ¿Qué estás haciendo con ella? -La conversación había acabado de pasar al terreno de los celos, por más insólito que fuera. -No estamos haciendo nada de lo que imaginas, es Kendall-Ethan soltó una carcajada. -Solo no olvides quien soy yo, y quien es ella, no pierdas el horizonte, últimamente te he visto tan distraído, que solo no quiero que olvides que nosotros somos Ethan y Britney, reyes del baile de graduación, y probablemente la pareja más popular el próximo año en la escuela, no arruines nuestra imagen por este repentino encuentro tuyo con la fea-Britney dio fin a su discurso con un sonoro suspiro. -Ya, ya lo sé, ya sé que ella es Kendall la ingenua, la insulsa, el ratón de biblioteca, la chica menos deseable sobre la faz de la tierra, ya se todo eso, no voy a arruinar nada-Ethan había soltado el sartal de cosas que se imaginaba estaba pensando Britney, lo que desconocía, era que al otro lado, Kendall quien estaba escuchando todo, sintió que nuevamente empezaba a romperse en pedazos. ¿Cómo era que siempre que hablaba la hacía sentir peor? Ella sabía que todos pensaban eso, pero oírlo de una persona que simplemente lo decía con tanta seguridad, la destrozaba. -¿Hola ..? - Saludo la madre de Ethan, Jordyn, que acababa de llegar a casa y vio a la chica contra la puerta del baño. -¡Oh hola! -Gracias a Dios Kendall no estaba llorando en esa ocasión-Soy Kendall-Ella le extendió la mano a la señora mientras se quedaba sin saber que hacer o cómo actuar. -Jordyn-La mujer sonrió mientras revelaba una gran y triste sonrisa en su rostro-¿Dónde está Ethan? -Pregunto. -En el baño, estoy esperando para despedirme-Aseguro. -¿Y ustedes son…? -Jordyn era todo sonrisas, seguramente estaba acostumbrada a ver a chicas paseándose por su casa y simplemente dudaba de la relación entre Kendall e Ethan-Penso ella. -Amigos, compañeros-Se corrigió Kendall a si misma-Le estoy ayudando con el examen de admisión. -Bonita, no sabes cuánto me alegra oír eso-Suspiro ella -Necesitamos la ayuda-Jordyn miro con un poco de adoración a Kendall, quien le había causado simpatía. -No es nada-Soltó una sonrisa-Yo creo que debo marcharme ya, creo que Ethan tardara un poco-Miro de reojo al baño, donde Ethan seguía hablando con Britney a cerca de su próximo encuentro. -¿Quieres quedarte a cenar? -Jordyn tenía una sonrisa de tal magnitud que a Kendall le quedo imposible decir que no, a pesar de lo mucho que lo había querido. -Claro-Balbució. En ese momento Ethan salió del baño, y palideció en cuanto se encontró a Kendall hablando con su madre, mientras se cuestionaba a cerca de lo que estaba sucediendo. -He invitado a tu amiga a cenar con nosotros-Jordyn le dio un beso a Ethan en la mejilla y sonrió. -No, ella ya se iba-El chico realmente estaba tensionado, jamás había traído a una chica a casa, por lo menos no mientras su mama estuviera, y el encuentro le resultaba algo fastidioso e incluso un poco frustrante, él no quería que su madre se hiciera ideas erróneas alrededor de Kendall, eso era lo que menos necesita en ese momento. -De hecho, le he dicho a tu madre que me quedo-Kendall soltó una risa inocente y bajo las escaleras al lado de Jordyn quien le contaba que había traído comida china para cenar, solo era poner los platos y podrían comer. Las dos mujeres pusieron la mesa, mientras Ethan se quedaba recostado a una de las paredes de la cocina, viendo con conmoción como su madre hacia preguntas y sonreía a Kendall, ¿Por qué se había quedado? ¿Por qué había aceptado la invitación? Ethan debía poner las cartas sobre la mesa y recordarle a Kendall que ellos no irán ni de lejos amigos. Las tres personas se sentaron a comer, pero todo era incomodo por la forma en la que Ethan empuñaba el cuchillo de mesa y miraba a Kendall, como si de algún modo él quisiera matarla con aquel utensilio. La tensión era claramente palpable, y tratando de que se disipara, Jordyn hizo un par de preguntas más, sin embargo todo volvió a quedarse en silencio unos segundos después, y fue allí cuando a Kendall se le ocurrió hacer una pregunta que desató el caos. -¿Y el señor Lake? -Ethan que de por sí ya estaba estresado, sintió como si le hubieran dado un patada que había ido directamente al estómago justo con la pregunta, y fue entonces cuando Kendall se dio cuenta que había cometido una indiscreción, y no solo por la forma en la que a Ethan se le saltaban las venas de los brazos, sino también por como Jordyn bajaba la mirada y parecia que se le llenaban los ojos de lágrimas. -Él ya no está, linda-Una lagrima se derramo de los ojos de jordyn y cayo directamente al plato de comida. Ethan ya había tenido suficiente, no iba a soportar más ese teatro disimulado. -¡El maldito nos abandonó! -Grito lleno de ira, levantandose de la mesa, sacidiendola y tirando el tenedor con fuerza sobre plato, esa había sido la cena más amarga que había tenido en mucho tiempo. Jordyn empezó a llorar con mucha más fuerza, su nariz sorbia, y su pecho subía y bajaba como si fuera una montaña rusa, Kendall había destapado la caja de pandora de la familia Lake. -Tu vienes conmigo-Le dijo Ethan de manera amenazante a Kendall mientras la tomaba del brazo con rudeza y la arrastraba hasta afuera, no sin antes percatarse de tomar las cosas de ella. -Yo, lo siento mucho, enserio... -Lo siento una mierda, ¡Lárgate que no quiero verte la puta cara! -Kendall se estremeció, Ethan la estaba sacudiendo del brazo. -Yo no quise hacer esa pregunta-Siguió susurrando, como si ya el ambiente no estuviera lo suficientemente perturbado. -¿No podías haberte quedado callada? ¿No podías simplemente haber rechazado la maldita invitación? - Siguió gritándole, como si la culpa fuera de ella por preguntar y no de su padre por abandonarlos. -Suéltame-Una lagrima corrió por los ojos de Kendall, pero esa vez no era solo por dolor emocional, esa vez se juntaba el dolor que le estaba causando el agarre de Ethan en su antebrazo derecho. -Mueve el culo lejos de mí y mi familia-La aparto de un empujón y dejo sus cosas en el suelo. Kendall tomo su mochila y camino hacia su casa, sin embargo no pudo seguir cuando sus piernas fallaron y la obligaron a sentarse en un banco cercano a su casa, ¿Por qué había preguntado eso? ¿Qué la había llevado a aceptar la invitación incluso después de escuchar lo que Ethan había dicho de ella? Allí sentada en esa fría banca la chica se abrazo las rodillas, sintiendo que de pronto se congelaba, había ido a casa de Ethan con el propósito de herirlo a él, como él lo hacía con ella, pero no podía, ahora que lo había hecho, incluso involuntariamente, se sentía la persona Más horrible y despreciable, le había hecho daño a una mujer que no tenía nada que ver en su guerra con Ethan. A solo unas pocas casas de distancia, Ethan abrazaba y acurrucaba a su madre, esa pregunta había desencadenado los demonios de ella, y solo quería acompañar a Jordyn, y demostrarle que él estaba junto a ella y que no se iba a ir. Ah, y también se prometía una cosa más… Destruir a Kendall Gibson.
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