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El capricho de un Millonario.

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Blurb

Justin Wagner es uno de los hombres más ricos de Nueva York, pero a pesar de su éxito como empresario, el hombre la ha pasado muy mal en la vida. Así que intenta proteger a Elena, una joven diseñadora que solo intentaba tener una vida normal en la ciudad, para después cambiar su vida para estar al lado del señor Wagner, quién es un hombre que no duda en tener lo que quiere.

Lo que no saben este par de jóvenes, es que sus vidas cambiaran por completo, al verse en un romance realmente peligroso. Y mientras él piensa que la está salvando, la vida será peligrosa para cada uno de los dos.

Una historia que te quitara el aliento. ¿Estás listo? Porque ellos no lo estarán.

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Capítulo 1
Escrito por: Lily Arzola. Portada por: Lily Arzola. Correo: arzola493@gmail.com Intagram: _lapequenaesposa Facebook: Arzola Escritora Lily (1) "Justin Wagner, es el millonario más exitoso de Estados Unidos. Con una empresa de servicios diarios, como la luz, el agua, automotrices y millones de tiendas de servicio a su nombre, el joven millonario que vive en New York, decide abrir una campaña para gente joven, en una de sus nuevas ideas. Abrir tiendas de ropa, con las ideas de jóvenes, que quieran trabajar para él" Era cierto, el señor Wagner era un joven millonario, que estaba revolucionando todo el país, con sus ideas, pero ahora quería meterse dentro de la moda. Aquí es donde quepo yo. Acababa de graduarme de mi carrera de diseño en modas, así que estaba recién salida de la universidad, cuando me llego la noticia sobre las vacantes nuevas en la empresa Wagner. En el momento en que pisé el edificio Wagner, supe de inmediato que mi vida iba a cambiar. El lugar era de locura, su arquitectura era muy revolucionaria, mientras que había muchos toques de moda, en donde me sentía identificada. Y cuando llegué temprano al lugar, en donde me habían citado, me doy cuenta que hay muchas personas esperando a ser entrevistados. Así que solo suspiré profundamente, mientras le avisaba a la recepcionista, que ya había llegado. -Buenos días. -Le dije a la mujer rubia, que estaba detrás de un escritorio de vidrio. -Buenos días. -Me responde con educación. -¿Cómo le puedo ayudar?-Me pregunta con una sonrisa en sus labios color carmín. -Hola, mi nombre es Elena Williams.-Le dije a la mujer, mientras traía un papel en mis manos, en donde decía toda la información de la entrevista, pero la secretaría de inmediato se levanta de su asiento, para decirme: -Espere aquí, vuelvo en un momento.-La rubia de inmediato camino, hacía una gran puerta de madera, que supongo era la oficina de su jefe. Yo me quede un poco sorprendida, mientras hacía bolas el papel que tenía en mis manos, ya que sabía que en ese momento no me serviría. Así que espere, como todas las personas que estaba sentados en la sala de espera, hasta que volvió a salir la mujer rubia, que hace poco me atendió. -Señorita Williams.-Llama mi atención, mientras miró a las demás personas que estaban esperando, algo molestos.-Puede pasar a la oficina.-Yo misma no entendía, porque tenía que entrar antes de todas las personas que estaban esperando. Así que solo trague saliva y camine hacía donde la mujer me decía. Las puertas grandes que antes ya había visto, se hacían más grandes cuando pasabas por ellas. Después quedaba un largo pasillo, de piso de mármol. Yo estaba tan nerviosa, que mire a la mujer, para que me digiera que hacer. -Puede caminar por el pasillo, y en esa puerta grande. -Me señala la única puerta que había en el lugar. Supongo que por un momento, creyó que era retrasada. -Puede entrar. El jefe la está esperando.-Así que yo solo asentí mientras tragaba saliva una vez más, llevando mi hoja de vida en mis manos. Camine con un poco de nervios al lugar, hasta poder abrir esa gran puerta color negra. Y cuando estuve dentro del lugar, no pude evitar ver que la oficina era realmente elegante y minimalista. Incluso se podía ver toda la ciudad, ya que una de las paredes, era de vidrio. Pero no vi a nadie sentado en ese escritorio de piel negra, así que solo empecé a mirar todo el lugar. Sabía que, si yo estuviera trabajando en este lugar, haría maravillas. Estaba realmente enamorada de la vista del lugar, tanto que pude fantasear con estar en este lugar, trabajando con mucha inspiración. Pero mis sueños se acabaron, cuando entra a la habitación, un hombre de gran altura, fornido, con una cabellera negra y ojos realmente azules. Yo misma me quede sin aliento, al ver a ese hombre que parecía un modelo. El hombre había salido de otra puerta, que estaba dentro de la oficina. -Usted debe de ser la señorita Williams, ¿verdad? -Me pregunta mientras me ofrece su mano. Yo no podía creer que esto estaba pasando, así que solo le di mi mano un poco nerviosa. -Un gusto. -Murmuré mientras él solo sonríe, para después caminar hacía su escritorio y sentarse en su silla de cuero n***o. -Puede sentarse. -Me dice al verme parada, mientras me muestra con una de sus manos, una silla, que estaba enfrente de su escritorio. Yo solo asentí con la cabeza, mientras me sentaba en la silla. En realidad, no sabía que decir, estaba tan nerviosa que solo empecé a ver mis piernas delgadas, mientras veía mi vestido color azul marino, que tanto me gustaba. -¿Y bien?-El hombre carraspea con la garganta.-Dígame porque debería contratarla, para mi nueva campaña de modas. -Bueno.-Carraspee mi garganta, para poder hablar con naturalidad.-Acabo de salir de la universidad de diseño de modas de Parsons. -Es una de las mejores escuelas de esta ciudad.-Me comenta, mientras me mira con sus grandes ojos azules. -Sí y también soy muy buena diseñadora, traigo bocetos y algunas fotos de la ropa que he hecho. -Él solo asiente con la cabeza, muy poco interesado en lo que decía. -También trabaje como diseñadora en una tienda de ropa, llama “Holy grail”.-Le comenté un poco nerviosa, mientras que la cara del hombre era tan perfecta, como la de un muñeco de porcelana. -No conozco esa tienda. -Me responde de inmediato, mientras es algo brusco al hablar. -Sí, de hecho, es una nueva tienda que abrió hace poco.- El hombre suspira con fuerza, mientras se deja caer sobre su silla de cuero, supongo que ya estaba cansado de escucharme hablar. -¿Algo más?-Pregunta mientras alza una de sus cejas. -Por supuesto. -Le contesté, mientras intentaba convencerle de que ese puesto era para mí.-También tengo una recomendación del diseñador Kim Hyun Joong, que fue mi profesor en la escuela. Él ha dado varios desfiles de moda, en la semana de la moda en Paris.-Yo de inmediato tomo la recomendación de mi profesor, para dársela. Él solo se queda mirando el papel sin interés, en ese momento supe que esto no iba a pasar, no me iba a contratar. Después de ver mi recomendación, el hombre se sienta bien sobre su silla, mientras pone sus manos sobre su escritorio. -Señorita Williams, no soy un conocedor de moda. Y aunque soy vestido por las mejores marcas de la ciudad, no tengo conocimiento en cómo se hace un traje, o un vestido. -Él suspira profundamente. -Pero creo fielmente, que por eso mismo hice esta campaña nueva, para que personas como usted pudiera trabajar para mí, en un mundo en donde no soy conocedor.-Yo misma me sorprendo por lo que está diciendo, ya que a pesar de que luce arrogante, es bastante sincero con lo que piensa.-Esta contratada.-Yo de inmediato me sorprendo, mientras dejo caer algunos papeles de mi folder color gris. No podía creer que lo había hecho, había conseguido el trabajo. -¿Qué?-Le dije sorprendida, mientras aún no podía creer lo que sus labios rojos, estaban diciendo. -¿Acaso no quiere el trabajo?-Me pregunta dudoso, mientras frunce su ceño. -No, no.-Yo estaba anonadada, así que empecé a balbucear como una tonta.-Sí, quiero el trabajo.-Le respondí después de pasar por un pequeño colapso mental. -Está bien señorita, ya tenemos su contrato preparado. -Yo de inmediato me quede sorprendida, ya que, para hacer un contrato, se tardan bastante, ya que necesitan estar seguros de que te quieren contratar. Así que estaba sorprendida por lo rápido que había sido contratada, pero no dejaría que mi sorpresa, arruinara esto. Así que firme el contrato, en donde venía toda mi información. Así que mientras estoy firmando, veo incluso mi dirección. Esos datos no los había dado, así que miro con sigilo, al hombre que está enfrente de mí. Él está realmente interesado en que firme, así que solo lamo mis labios, para terminar de firmar. -Listo.-Le dije mientras le entregaba el contrato. -Bien, señorita Williams.-Se levanta de su asiento, para acompañarme como todo un caballero, hacía la salida.-Mi secretaría le dará sus horarios y le indicara todo lo que debe de hacer.-Yo solo asiento con la cabeza, mientras no puedo dejar de ver esos ojos azules, tan grandes y puros. -Está bien.-Le dije nerviosa.-Muchas gracias por la oportunidad, señor Wagner.-Él solo sonríe mientras me abre la puerta. -No, gracias a usted. La amabilidad del hombre era indescriptible, aún no podía creer que una persona tan importante como él, me había contratado para su nueva campaña. Así que cuando salí de la oficina, de inmediato pude ver la mirada, de las personas que, como yo, quizás también habían salido hace poco de la universidad, con molestia, ya que supongo que sus citas eran antes que la mía. Así que sigilosamente me acerco hacía la secretaría, quién ya me tenía listos unos papeles. -Felicidades, señorita Williams. -Me dice con una sonrisa dibujada en sus labios. -¿Usted ya sabe?-Le pregunté extrañada, de que supiera que ya estaba contratada. -Claro, mi jefe me ha llamado y me ha dicho que le entregue sus horarios. -Yo estaba algo confundida, ya que todo esto parecía incluso de película, pero no me negaría a tan buen trato.-Usted trabajara de lunes a viernes, tenemos una zona nueva, que es para todos los diseñadores, que es en el piso 42, ósea en el piso de abajo.-Yo solo asiento con la cabeza, mientras la mujer me explica.-Trate de no llegar tarde, ya que a el jefe no le gusta que nadie se retrase.-Yo solo fruncí un poco el ceño, ya que me parecía algo extraño lo que estaba diciendo. -Creí que el señor Wagner, hacía otro tipo de trabajo más importante, que ver a unos diseñadores. -El hombre era dueño de un patrimonio enorme, se me hacía algo extraño que no tuviera supervisores, que hiciera ese trabajo. -El jefe está encantado con este nuevo proyecto, así que estará muy atento a esto. -Yo de inmediato lo entendí, aún que era muy extraño. -Recuerde también que tenemos etiqueta de vestir. -Ella de inmediato me enseña unas fotos. Era una mujer vestida como una camisa de botones blanca y una falda negra, con tacones altos.-Usted puede usar cualquier falda que le guste, también puede elegir sus accesorios.-La moda era lo mío, así que se me haría un poco difícil solo vestir de esa forma, pero sabía que me las arreglaría. Así que después que la señorita Ferguson me indicara, todo lo que tenía que hacer, me retire del piso mientras llevaba muchas hojas conmigo, que eran muchos papeles de la empresa. Este día era el mejor de mi existencia, por fin podía laborar en algo que me encantaba. Así que cuando salí de la empresa Wagner, lo primero que hice fue llamar a mi mejor amiga y roomie, Sandra. La chica de risos negros, me responde de inmediato. -¿Hola?-Escucho su voz ronca, sabía que quizás a penas se estaba levantando, ya que ella sigue estudiando y no le preocupa mucho la vida laboral. -¿Adivina quién tiene trabajo?-Le dije con una sonrisa dibujada en mis labios, pintados de color carmín. La chica con ánimo, empieza a gritar por el teléfono como una loca. Claramente sus gritos eran de felicidad. -¡No puede ser! ¡Tienes trabajo! -Yo solo aleje un poco el teléfono de mi oído, para reírme mientras caminaba por la acera de la calle. -Sí, no puedo creerlo. -Le conteste de inmediato, mientras me metía al subterráneo. -Fue incluso la entrevista más fácil que hice.-Le comente sobre esa rapidez, al contratarme. -Es que eres la mejor diseñadora que he conocido, incluso puedo creer que se quedaron impactados al ver tus bocetos. -Así que de inmediato hice una mueca, ya que el hombre no vio ninguno de mis bocetos. -En realidad no lo hizo, solo me contrato. -Le comenté mientras me daba cuenta de las irregularidades de mi contrato. -Solo alégrate. -Me dice con ánimos Sandra.-Hoy iremos a tomar y sé que mañana trabajas, pero no me importa, tenemos que festejar a lo grande.-Yo solo me sentí feliz, de que ella se sintiera orgullosa por mí. -Claro, nos vemos en casa. -Le contesté de inmediato, mientras me subía al metro, que daba para mi departamento. Donde yo vivía era en Queens, no era el mejor vecindario de la ciudad, pero sí que era un buen lugar para alquilar un departamento barato, junto con una roomie. Al llegar a casa, puedo ver como improvisadamente, mi mejor amiga inflo globos, para después aventarme confeti, cuando abrí la puerta de la casa. -¡Felicidades!-Y como era de esperarse, mi amiga aún seguía en pijama.-Ven y dame un abrazo hermosa.-Yo de inmediato deje mi bolso en la entrada, para abrazarla con fuerza. -Gracias. -Le dije sonriendo.-Creo que debería llamar a mi padre y decirle lo que paso. -Sí, tu padre estará tan feliz por ti.-Así que me quite los tacones que traía puestos, para ir a mi habitación, para tomar el teléfono en mis manos y llamar a mi padre. Mi padre era policía en Washington, él tenía un puesto realmente alto, así que sabía que siempre estaba ocupado, pero también sabía que siempre se daba su tiempo, para hablarme y escucharme. -¡Cariño!-Dice mi padre al notar que era yo al teléfono. -¡Papá!-Dije con la misma felicidad, mientras me recostaba en mi cama.-¿No vas a creer que me paso?-Le dije con un poco de picor, ya que quería sorprenderlo, pero en vez de que él pensara en algo bueno, de inmediato se preocupó por mí. -¿Qué te paso?-Me pregunta mientras se escucha alarmado. -Padre, tranquilo.-Trato de que no piense que algo me paso.-Es algo bueno.-Solo escucho como suspira con alivio, al oír que estaba bien. -Creí que algo malo te había pasado.-Me responde con preocupación. -No, tranquilo. -Entonces dime, ¿qué paso? -Me anima a decirle, mientras puedo escuchar que está más relajado. -Acabo de conseguir empleo. -Mi padre al igual que mi mejor amiga, empieza a festejar con gracia y un pequeño grito. -¡Padre!-Dije con felicidad, para que parara de hacer ruido raros.-Tranquilo, es en la empresa Wagner. -¿Realmente te contrataron en esa empresa?-Pregunta mi padre sin creerlo. -Sí, yo tampoco. -Le dije mientras veía la ropa que quizás pueda usar en el trabajo. -Se que tu madre estaría orgullosa. -Así que al escuchar eso, me deprimí un poco. Así que me senté en la cama, para poder recordar a mi madre.-Ella siempre dijo que harías cosas fantásticas.-Yo de inmediato empiezo a mirar al suelo, pensando en mi madre. Lo que daría por saber su reacción. Mi madre había sido asesinada, por un tipo de cartel, del cual mi padre estaba detrás de ellos. Como dije antes, mi padre tenía un cargo alto en la policía, así que un día él arresto a una pareja de mafiosos, que casi mueren en una batalla casi campal contra la policía. Para después cobrarle la vida a mi madre. Fue como un ajuste de cuentas. Yo solo tenía once años, cuando todo esto paso. -Lo sé.-Le contesté a mi padre, mientras limpiaba mis lagrimas.-Quizás ella estuviera saltando como loca, por toda la casa.-Esa era mi madre. Yo era una vivida copia de ella, mi cabello era n***o y tan largo como el de ella. También tenía sus ojos verdes, que enamoraban a cualquier persona. -Pero no te pongas nostálgica, querida hija.-Trata de levantarme el ánimo.-Ve a festejar con todos tus amigos.-Yo solo sonreí, ya que era una buena idea.-Y vive.-Yo de inmediato empecé a sentir sus palabras.-Disfruta la vida, porque a veces es corta.-En ese momento sabía que hablaba de mamá. -Está bien, papá te amo. -Le contesté por último, tragándome mis lágrimas. -Yo te amo más, diviértete. -Fue lo último que dijo, para después colgar. Aún me costaba mucho aceptar la muerte tan horrible de mi madre, pero algo de cierto tenía mi padre, tenía que vivir, porque no sabía cuándo podía morir, como mi madre lo hizo. Así que me puse manos a la obra, usando unos jeans ajustados, con una blusa color negra ajustada. No quería llamar la atención como siempre lo hacía, solo quería festejar con mis amigos, luciendo ropa realmente cómoda. Después salí de mi habitación, para ver como mi amiga Sandra, ya estaba lista para la fiesta, usando un pequeño vestido con perdería gris, que yo le había hecho, mientras que usaba unas botas cortas. -¿Estas lista?-Me dice alzando las cejas, mientras yo solo me mofó un poco, ya que es muy graciosa. -¡Vamos a festejar!-Le dije con muchos ánimos, para salir de nuestro departamento y dirigirnos al centro de New York, en donde nos quedamos de ver con unos amigos, en una bar llamado de “The Blue Blood” Un lugar que las dos frecuentábamos con nuestros amigos bastante. Y como era de esperarse, ya estaban nuestros amigos de la universidad. Estaba Marck, un chico rubio de ojos cafés. Christian, un joven latino con ojos cafés y grandes pectorales. Y por último Lucy, una joven asiática que le encantaba la moda como a mí. -¡Felicidades!-Gritaron todos mis amigos al verme. Para después abrazarme todos en grupo. -Te lo mereces. -Me dice mi amigo Marck.-No hay mejor diseñadora en New York que tú.-Yo solo sonreí al ver a todos mis amigos juntos.-Así que hoy hay que tomar mucho.-El chico se emociona, haciendo que los meseros no trajeran más y más bebidas. Al principio yo no quería tomar mucho, pero al ver la felicidad de mis amigos, no pude contenerme. Hasta que llego un punto en donde quería bailar y solo bailar. Así que, en compañía de Lucy, baje hacía la pista de baile, en donde tocaban la mejor música de estos días. Lucy y yo éramos muy cercanas, ya que ella se había graduado conmigo, aún que ella aún no conseguía trabajo, pero eso a ella no le importaba, solo quería divertirse, ya que su familia era bastante estricta cuando ella vivía con ellos, así que al estar lejos de ellos, se sentía más viva que nunca. Pero cuando menos nos dimos cuenta, la pista de baile se había llenado de mucha gente, así que Lucy y yo nos golpeamos dos o tres veces, pero no salimos heridas, solo seguíamos bailando, aunque había empujones. No fue hasta que un hombre se puso detrás de mí, que Lucy y yo nos pusimos alerta. -¡Que hermosas chicas!-Dijo el hombre que estaba detrás de mí, rozando su cuerpo contra mí. En ese momento no podía ver sus facciones, ya que estábamos realmente apretados, pero si pude ver, a la persona que se puso detrás de Lucy. Era un tipo de cabellera castaña, que lucía más jóvenes que nosotras. -¡Que hermosa chica!-Le dice el joven a mi amiga, mientras que las dos ya estábamos molestas. -¡Aléjense!-Gritó mi amiga, empujando al tipo que estaba detrás de ella. Pero eso hizo que los dos chicos, siguieran molestándonos aún más. -¿Por qué quieren que nos vayamos?-Ahora dice el tipo que está detrás de mí, mientras que me doy media vuelta para verlo. Era un tipo desagradable, era bastante gordo y sudaba mucho. -¡Aléjate de mí!-Le grité con fuerza, mientras que eso no lo detuvo, de empezar a tocarme inapropiadamente. -Pero solo queremos jugar.-Escupe el tipo, mientras que su aliento huele a mucho alcohol. -¡Aléjate!-Grité una vez más, haciendo que el tipo me abofeteara con fuerza, haciendo que cayera al suelo. Pero a pesar de que el golpe, había sido fuerte, puedo observar como un hombre de traje, lo toma de su camisa barata, para golpearlo con fuerza, haciendo que toda la gente en la pista de baile, se volviesen locos, tratando de dejar el lugar como ratas al oler el veneno. Incluso puedo asegurar, que mucha gente me piso la cara y las manos. Pero esa escena del hombre de traje, golpeando a ese tipo casi a morir, me hizo levantar del suelo, para tomar a la persona que me estaba defendiendo. -¡Deténgase!-Le pedí mientras tomaba de su brazo, para darme cuenta increíblemente, que era el señor Wagner. Mis ojos de inmediato se hicieron grandes, para después reaccionar. -¡Señor Wagner!-El hombre de inmediato me sonríe, mientras tiene un poco de sangre en su cara. La sangre provenía del muchacho asqueroso, que se quiso sobrepasar conmigo. -Señorita Williams, no puede dejar que un cerdo como este, trate de abusar de usted.-Me comenta con su voz grave, mientras que de repente escuchamos que la policía ha llegado al lugar. Así que el hombre me toma del brazo, para llevarme entre la gente eufórica, hacía una salida alterna que estaba adentro del almacén del bar. Al salir por esa puerta, ya un auto color n***o, nos estaba esperando. Así que el hombre elegante me abre la puerta, para que yo entrara primero, mientras mi corazón está latiendo a mil por hora. -¡Mis amigos!-Le dije mientras que mis amigos se quedaron dentro del bar. -No se preocupe, yo me encargo. -Dijo muy seguro, el hombre de ojos azules. Para toma su teléfono en mano y hacer una llamada. -Foco rojo, soy águila. -El hombre empieza a hablar en claves. -Encuentren a los amigos de ángel uno. -Yo de inmediato me doy cuenta, que yo era un código. Era el código “Ángel”-Así que cuando termino su llamada, tenía muchas dudas, que quise expresárselas. -¿Acaso acaba de llamarme ángel?-El hombre de inmediato se pone nervioso, pero después recupera su confianza, para después decirme: -La estaba checando, señorita Williams. -Yo solo abrí los ojos, sin poder creer lo que estaba pasando.-Solo quería protegerla. -¿Protegerme de qué?-Le pregunté mientras su chofer conducía a un lugar desconocido para mí.-¿Quién es usted?-Le pregunte insegura, mientras me alejaba un poco de él. -Cálmese. -Me pide mientras sonríe. -Solo nos encontramos en el mismo bar, le di aviso a mis guardias que usted se encontraba en el lugar, en cuanto vi que ese hombre asqueroso, que intentaba tocarla. -Explica mientras mira hacía la ventana, luciendo desolado.-Lo único que vino a mi mente, fue ayudarla. -Que gran coincidencia.-Le dije con muchas dudas.-¿A dónde me lleva?-Le pregunté mientras veía que el chofer estaba conduciendo, a las calles más refinadas de New York. -A mi casa, señorita Williams.-Me contesta de inmediato. -No, yo quiero a mi casa.-Le dije tartamudeando, mientras me ponía cada vez más nerviosa. -Señorita Williams.-Ahora alza la voz.-Usted estará realmente segura en mi casa, yo me encargare de sus amigos, permítame cuidarla.-Y al escucharle hablar, sobre que quería cuidarme, lo único que pensé es que era cierto. Aún tenía mis dudas, pero creí en él. El auto se detuvo enfrente de unos enormes edificios en Sutton Place, Manhattan, muy lejos de mi casa en Queens. -¿Usted vive aquí?-Le pregunté sin creer que estábamos en ese lugar tan imponente, mientras una persona me abría la puerta. Esa persona es un hombre fornido de color. -Buenas noches, señorita Williams.-Me dice el joven mientras toma mi mano, para ayudarme a bajar del auto. Yo no entendía como el hombre podía saber mi nombre. Así que al mirar al joven de ojos azules, platicando con su personal, solo me preguntó más de una vez: ¿Quién demonios es este hombre?

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