El inicio de otra noche

1076 Words
El tiempo de espera pasa como una eternidad para los lindos híbridos y desgraciada o afortunadamente, llega el primer cliente de la noche, el timbre suena y el guardia de antes pregunta por la clave, una vez la escucha, abre la puerta y entra un hombre con sobrepeso, de traje gris y corbata roja, escaso cabello, en sus 50's y se aproxima a 02 –Bienvenido– dice 02 casi mecánicamente –Que la pase bien– –Gracias– dice con alegría antes de continuar por el camino de piedras blancas, él empuja una de las puertas principales y entra al lugar, su presencia crea un ambiente intranquilo, me atreveríaa decir que hasta sombrío, pero aún así los jovenes del sofá permanecen indiferentes. –Buenas noches- Mandy lo saluda con disgusto –Pase por favor– Los cuatro chicos están sentados en el sillón, esperando su trágico destino de hoy, el hombre sonríe con malicia y se acerca a analizarlos detenidamente. –Tomaré este– Pink por fin sube la mirada y se encuentra con esos ojos llenos de maldad, con un brillo asqueroso de lujuria que lo incomoda "Ay no, olvide que ya pasaron 2 semanas..." piensa el gato Sphynx y se siente todavía más incómodo y el hombre del traje, casi conforme con su decisión, camina de vuelta a la pequeña recepción. –Me encantaría tomar a la coneja también, pero ya sabes, la esposa, los hijos, la economía no esta bien– dice, ofreciéndole un pequeño sobre manila a Mandy –Sí, por supuesto– responde ella, fingiendo que le importa la conversación y extendiendo la mano, toma el sobre y lo abre para contar el dinero rápidamente, verifica que este completo y lo guarda en la caja fuerte –¿Dolly?– dice Mandy llamando al pequeño chico –¿Hmm?– él la mira con un puchero –Llévalos a una habitación, cariño– le dice suavemente –Sí– Él se levanta y toma la mano de Pink para llevarlo, ambos chicos caminan tomados de la mano mientras el cliente los sigue de cerca y llegan hasta la puerta con el número cuatro, Dolly mete la llave y la puerta se abre, revelando un cuarto en oscuridad. –Vamos–indica el hombre y tira del brazo a Pink hasta hacer que las manos de ambos chicos se sueltan, y enciende la luz, Pink mira a Dolly con angustia y estira su brazo hacia él para que no lo deje pero la puerta se cierra de golpe. El conejito se queda de pie fuera de la habitación, temblando de impotencia –Lo odio, lo odio...– empieza a susurrar con rabia mientras se aleja hacia la entrada –¡LO ODIO!–Grita y comienza a llorar, sigue caminando hasta el escritorio y saca a Mandy de la distracción de un libro –¿Qué pasa cariño? ¡¿Estás bien?!– Amanda sale rápido del pequeño espacio y sostiene al conejito entre sus brazos, él no contesta, solamente puede sollozar mientras sigue temblando –¿Bebé?– ella levanta la cabeza del chico –¡No! ¡No estoy bien!– Grita y se le abraza con fuerza –¡A él le gusta lastimarnos!– Confiesa por fin y se mantiene acurrucado en Mandy –Y siempre repartimos el dolor entre ambos pero hoy qué Pink está solo con él ¡Me asusta pensar que le hará más daño!– –Oh cariño– ella le acaricia la cabeza –Estará bien, es muy fuerte– trata de reconfortarlo aunque sea con mentiras piadosas –Pero ¿Y si no?– él la mira todavía llorando –Te prometo que estará bien– le miente de nuevo –Ahora ven aquí– ella toma un pañuelo del escritorio y le seca suavemente las lágrimas al chico –No llores más, ¿Sí? Se te correrá el maquillaje– el conejo asiente y Mandy se quita sus anteojos ovalados antes de recompensar a Dolly con un lindo y cálido beso en los labios. Ambos entran al espacio del mostrador y Mandy sienta a Dolly en su regazo para seguir consolándolo –Recién ahora que me lo dices, podremos hacer algo– le dice sonriendo –¿Ah, si?– –Sí, si ese bastardo les esta haciendo daño, solamente tengo que decírselo al otro bastardo– –¿Se lo dirás cuando venga?– la mira tiernamente con un puchero –Claro que sí– le da otro lindo beso al conejo Mandy lo mira fijamente unos segundos –¡Ay, que bonito eres!– le dice y le aprieta y estira las mejillas con la denominada agresión tierna –Auch, me dueleeeee– se queja de su violenta muestra de afecto –Shh, shh, no te duele– le dice aguantándose la risa y le llena la cara de besitos Red, el gato pelirrojo, despierta de su siesta por el ruido y lentamente se estira, parpadea un par de veces y le llama a Dolly –Hey ven aquí, también quiero abrazarte— estira las manos hacia él Dolly va hasta ahí y se sienta al lado, pero lejos, jugando con él –Ven, ven– –No– dice con un puchero, haciéndose el difícil, Red lo mira con una frustración un poco infantil –No te pongas lejos– se acerca a él, lo jala y lo carga en sus brazos como una princesa –¿Quién es el conejo bebé de la casa?– le pregunta mientras le acaricia las orejas –S-soy yo~ – responde Dolly sonrojado, sus orejitas suaves son sensibles Dolly se sienta en sus piernas y lo mira de frente y le da un besito, después quiere sentarse al lado pero Red lo detiene y lo jala para que lo siga besando, cada vez con más intensidad hasta que termina por meter su lengua a la boca del conejo, Dolly se abraza a su cuello y se estremece ligeramente –Eres un niño muy bueno, ¿Verdad?– le dice cuando deja de besarlo El conejo asiente con una pequeña sonrisa –Soy bueno– su colita de conejo se menea por la felicidad –Y no te preocupes demasiado, él estará bien– lo abraza contra sus firmes pectorales, Dolly se pone aún más feliz y los aprieta como si fueran anti estrés, distrayéndose así de sus pensamientos intrusivos.
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