—Vecino ¿viene a mi fiesta? Adelante— el hombre se quitó de la puerta para que yo pudiera pasar a su casa.
—Eh, no he venido a eso. Solo quiero que por favor le baje un poco al volumen de su música, mañana tengo un examen muy importante y necesito descansar.
—No se preocupe por eso, vecino. Yo le bajaré el volumen para que pueda dormir— dice con una sonrisa.
—En serio le agradezco— di media vuelta y regrese a mi casa. Bueno, no debí creerle ya que nunca bajó el volumen.
No recuerdo a qué hora pude quedarme dormido y no recuerdo a qué hora se termino su estúpida fiesta. Recuerdo que por la noche llame a la policía, pero ese hombre supo arreglárselas y convenció a los policías de irse. Pensé qué tal vez los demás vecinos también estaban artos del ruido así que también mandé un mensaje al grupo de vecinos y ninguno de ellos se quejó.
Cuando mi alarma sonó por segunda vez me levante apresurado me cambie de ropa y salí apresurado de la casa. Ni siquiera había podido despedirme de Rose y tampoco había podido desayunar. En cuanto llegue a la facultad corrí hasta el edificio para llegar lo más pronto posible.
Afortunadamente llegue a tiempo, pero tenía mucho sueño. Realice el examen, pero no pude concentrarme por completo. No podía decir si me fue bien o mal, solo espero que no lo repruebe. Maldito vecino, como lo odio.
Regrese a casa después de las clases y Rose no se encontraba ahí. Decidí en prepararle algo delicioso para que comiera cuando llegara y también le escribí una nota
"Come lo que te deje, llegaré un poco tarde esta noche así que probablemente no te vea. Duerme temprano"
Fui a darme una ducha para poder ir al trabajo. Cuando termine de alistarme salí de la casa y me subí en la moto para poder llegar más pronto. Cuando estaba a por ti de marcharme alguien me detuvo.
—¿Eres Maximo Williams?— preguntó la voz de un adulto.
Me quite el casco y me giré para poder ver ¿quien me hablaba? —Soy yo— respondí en cuanto vi al hombre parado detrás de mi. —¿Quien es usted?
—El asistente de tu padre.
Al escuchar eso, volví a ponerme el casco y arranqué la moto —Bien, dile a mi padre que no queremos nada de él. Y si es posible que no vuelva a buscarnos— dije antes de marcharme.
Al llegar al hotel en el que trabajaba, la señora Lisa me esperaba —Al fin llegas, Max— me saluda.
—Lo siento, me surgió un imprevisto en casa.
—No te preocupes por eso— mira al chico que estaba a su lado, yo también lo hago y me doy cuenta que es aquel estúpido vecino —El es mi sobrino Oliver y acaba de mudarse. Su padre me pidió que cuidara de él y casualmente iniciara el próximo semestre en la universidad a la que asistes tú. Por el momento estará trabajando aqui en el hotel y necesito que tú le enseñes lo básico.
—No se preocupe. Yo estaré instruyéndolo— mire al chico con enfado —No se preocupe por eso.
—Entonces los dejó. Cualquier cosa ya sabes dónde encontrarme— la señora Lisa me mira antes de marcharse a su despacho.
—¿Cómo te fue en tu examen?
Maldito, aún se atrevía a preguntarme eso. Lo mire fulminante —¿tu que crees? Por tu culpa no dormí casi nada y no pude concentrarme— comencé a caminar hasta los vestidores.
Él me seguía por detrás —Tienes que confiar en tus capacidades. Si estudiaste, ten por seguro que aprobaras.
Solo lo ignore y fui a cambiarme por el uniforme. Comencé por abrir el casillero que me asignaron y luego puse dentro mi mochila, saqué el uniforme y me quite la camisa para poder vestirme.
—¿Por qué tienes esos moretones?
Mierda, había olvidado que los tenía. Me vestí rápidamente y lo mire —No es de tu incumbencia.
—¿Eres de ese tipo de persona?— cuestiona y yo lo miro —¿Eres un bravucón?
Comencé a reír —¿Qué te hace pensar que lo soy?
—Tu forma de ser. Tienes heridas por todo el cuerpo, me haces pensar que perteneces a una banda mafiosa y siempre resultas herido.
Reí aún más fuerte —Créeme que si perteneciera a una banda mafiosa no tendría la necesidad de trabajar aquí y mucho menos sería tu vecino.
Camine de regreso y ocupe mi lugar en el área de recepción. Mi trabajo era simple, atendía las llamadas y también registraba a los huéspedes.
—Este es mi espacio— señale el escritorio —No lo invadas o estarás muerto— me senté en la silla —Ve a conseguir una silla para que puedas sentarte— lo mire, pero él se mantenía observando la fotografía que tenía de Rose y mi madre —De otra forma, si prefieres permanecer de pie, hazlo no me importa.
Él dejó de mirar la fotografía y se fue para seguido volver con una silla —Ya estoy de vuelta— puso la silla a mi lado y luego me miró fijamente.
—¿Qué tanto miras? ¿Tengo algo en la cara o que?
—Espero a que me muestres que es lo que tengo que hacer.
Tome el libro de registros y se lo di —Este es el libro de registros. Cuando una persona venga a hospedarse lo único que tienes que hacer es preguntar que plan desea— comencé a explicar —Hay dos planes diferentes, el VIP, que es básicamente darle al huésped las mejores habitaciones del hotel, con comida a la habitación y muchas otras cosas incluidas— tome uno de los folletos y se lo di —Aquí dice lo que integra el Plan VIP, luego viene el plan económico. Este ofrece solo la habitación sin ningún privilegio incluido. De igual manera viene en el folleto, léelo para que puedas explicarle a los huéspedes.
—Que molesto es esto— se queja.
—Cuando un huésped viene a registrarse lo que tienes que hacer es pedir sus datos personales, como nombre, teléfono celular y preguntar ¿cuantas personas se hospedaran?— continué explicando —Hay un límite de cupo en las habitaciones, no debes permitir que más de cuatro personas se registren en una sola habitación— lo mire —¿entendiste?
El asintió —Pero ¿por qué tenemos que pedir todo esto?
—Es el reglamento del hotel— respondí. —Tienes que explicar también las reglas del hotel, tome una de las hojas en donde estaba escrito —El hotel no se hace responsable de las pertenencias personales como aparatos electrónicos o dinero en efectivo, las albercas estarán abiertas desde las diez de la mañana a las siete de la noche y después de esa hora queda prohibido hacer ruido exagerado como poner música a un volumen alto— lo mire resaltando eso último —o gritar, todo esto con la finalidad de respetar a los demás huéspedes, en todo momento debe portar su brazalete ya que así podemos identificarlos.
—¿Por qué un brazalete?
—Porque el hotel así lo manda.
El teléfono sonó y lo contesté —Hotel Paradise ¿en que podemos ayudarlo?— pregunté con un tono de voz diferente.
—Quisiera hacer una reservación para tres personas— responde el hombre del otro lado de la línea.
—Claro que si. Déjeme explicarle que contamos con dos Paquetes— comencé a explicar de que trataba cada uno y también di los precios a cada uno.
—Quisiera el plan VIP
—Por supuesto— tome el libro y lo abrí en una de las páginas vacías —¿puede decirme su nombre?
—Arthur Williams— era el nombre de mi padre. Me quede en silencio por un momento y luego escribí en nombre. No me importaba lo que hiciera con su vida o que no hiciera. Rose y yo estábamos fuera de su vida y eso era lo mejor.
Después de anotarlo pedí todos los datos necesarios y le di el número de cuenta del hotel para que depositara el dinero y así quedara hecha su reservación.
Cuando mi turno termino, fui a cambiarme el uniforme y lo puse en el cesto de ropa sucia para que lo lavaran. Tome mi mochila y fui al estacionamiento. De regreso a casa pase a la gasolinería a ponerle gasolina a la moto ya que se estaba agotando. También pase por algo para cenar.