Novia comprada

Tomaba piña colada recostada en una silla sobre la arena frente a la playa, mantenía los ojos cerrados y dejaba que la brisa y el sol cayeran sobre mi cuerpo, Punta Cana para mí sola, y mis amigas que jugaban en el agua. Oí el ruido de la gente jugando pero era poco, habíamos alquilado una pequeña villa cercana a los resort, teníamos el mar frente a nosotros las 24 horas del día, me levanté y decidí curiosear por los alrededores de las casas de los ricos y famosos, desde lejos obviamente, vi a un grupo de hombres y mujeres, no me acerque, me mantuve alejada. Ya de regreso a la villa tropecé con las mismas personas, la mujer se cubrió el rostro y salió corriendo en dirección contraria, provocó que casi cayera, me sostuvo el hombre que la acompañaba. —Disculpe señorita —dijo y salió detrás de la mujer. Regresamos al día siguiente Puerto Marshall la capital de Isla Hermosa, habíamos pasado unas vacaciones fenomenales y ya podía descansar de haber descansado tanto, mi apartamento estaba lleno de polvo, llamaría a alguien del servicio para que se ocupara luego. Dormí ese día tranquila, al día siguiente debía volver a mi trabajo como gerente de ventas en una óptica. Cuando desperté y tome mi teléfono tenía alrededor de 320 notificaciones, de diversas r************* , mensajes de texto, llamadas, me asusté, pensé que tal vez había publicado algo muy estúpido y ofensivo y me habían cancelado, me salí de la cama y miré con cuidado, abrí primero la última red social que use. Tenía miles de menciones, leí la primera que vi. “@Amandaviveverde Hemos encontrado a la misteriosa cita de Don Messina, es una chica de Puerto Marshall, tiene 24 años y es gerente comercial de una óptica, el mundo del espectáculo tiene chisme fresco”. Leí otros. “Una sencilla chica que trabaja en una óptica es la novia secreta de Don Messina se llama Amanda Lemus y es de Puerto Marshall, esta es su cuenta @Amandaviveverde”. “Lucrecia Santa María ya se pronunció sobre el nuevo romance de su ex marido, dice que le desea toda la felicidad del mundo a él y a @Amandaviveverde, pero que se cuide de sus infidelidades”. Abrí los ojos como platos, no creía nada de eso, como que yo era la novia de nadie, sola estaba desde hacía un año que deje a Manuel por Martín y Martín me dejó por otra. Tenía que ser un error, pero cuando vi las fotos, madre mía las fotos, era yo con ese señor en una playa en Punta Cana, parecía que me tenía abrazada pero no, me estaba cayendo y él me sostuvo, de dónde habían sacado que yo era su novia y más importante aún ¿Quién era él? Tuve que buscar en internet. > ¡Mierda! Un millonario, productor de cine. Que locos, no iba a aclarar nada, bloquee el acceso libre a todas mis cuentas de r************* y solicite cambio de número para la óptica y para mí, los periodistas no dejaban de llamarme, temía que aparecieran en mi puerta, solo esperaba a que aquel hombre aclarara todo para tener algo de paz. Pero era tarde, mis vecinos me llamaban, me dijeron que mirara por la ventana, había cámaras de televisión, periodistas, era un circo. Me encerré en mi habitación asustada y comencé a contestar las llamadas de mis conocidos, así como los mensajes. Mis vecinos que pocas veces me hablaban o saludaban estaban en mi apartamento incluso preparándome comida, era unos interesados de mierda, no dejaban de hablar del supuesto Don Messina, pero los necesitaba, sin ellos no podía haberme mantenido cuerda. Suspire y comí tranquila mientras la policía dispersaba a los paparazzi. Revisé mis mensajes directos en r************* y comencé a ver uno en particular que me llamó la atención. Amanda, soy Anne Thomas, jefa de relaciones públicas del señor Messina, entiendo la situación caótica por la que pasa ahora, lo solucionaremos por favor comuníquese conmigo al siguiente número. Marque el número enseguida. —Señorita Amanda, gracias por comunicarse con nuestra oficina, este enredo se ha salido de control, el señor Messina quiere ofrecerle una disculpa personalmente… —No me interesa una disculpa, quiero que desmienta todo, esto es una locura, no podré ir a trabajar mañana. —Lo siento señorita, entiendo, el señor Messina lo hará luego de hablar con usted en persona, un auto puede ir por usted, si tiene abogado puede traerlo… —¿Abogado? Y ¿Por qué necesito abogado? —Es una recomendación, pero no es necesario, verá, espero que entienda que necesitamos hacer control de daños y debemos actuar rápido, tanto como hoy mismo ¿puede venir? —Sí, claro, le doy mi dirección… Sé rió a través de la línea. —Su dirección está en internet en todos lados. No se preocupe espere el auto a las 2:00 PM, yo la llamaré cuando deba bajar. No hable con nadie. ¡Qué mi dirección está por todo internet! Pero ¿qué pasó? Me sentí peor, tenía nervios y estaba asustada, mis vecinos falsos e interesados me dieron consuelo hasta que se hizo la hora de ir a ver al causante de todo el desastre. A la hora acordada bajé y aborde un vehículo de lujo, había paparazis aún pero un equipo de seguridad me escoltó desde mi piso hasta el auto, a penas los vi, a ellos les debió ser difícil verme. Llegamos a una mansión en una zona muy exclusiva, el tamaño de las casas superaba el tamaño de cualquier casa que yo hubiese visto antes y creyera que era grande. Se abrían puertas y puertas hasta que llegamos a una casa en una colina. Baje y un grupo de personas me guio con mucha diligencia hacia dentro de la casa, todo era de mármol, había solo vidrio y todo era ¡Grande! Me hicieron entrar a un despacho enorme, había una rubia muy hermosa vestida con traje de chaqueta y falda azul, me tendió la mano y me saludó, reconocí su voz de hablar con ella por teléfono, era Anne Thomas. —Gracias Amanda, el señor Messina estará aquí, en par de minutos. —Bien, solo quiero salir de este enredo. Ella era muy amable me sonreía y me miraba mucho, me puso nerviosa, me miraba como si le gustara, pensé que eran ideas mías y traté de mirar a otro lado, ella me ofreció un millón de bebidas y aperitivos solo acepté un té helado. Se abrió la puerta y entró el hombre con el que cruce en aquella playa, pero no llevaba sombrero y estaba bien vestido, era atractivo como se veía en las fotos de internet, llevaba una franela blanca que dejaba ver sus músculos y un pantalón de lino blanco hasta por encima de los tobillos, iba descalzo, proyectaba mucha confianza, caminó hacia nosotras, saludó con un gesto y se acercó a mí. —Siento mucho todo esto Amanda, gracias por aceptar venir. Me costó articular palabras, él era hermoso con ojos grises y mandíbula cuadrada, su cabello era oscuro, era una versión más delgada de Henry Cavill, trague grueso y asentí con un gesto. Se veía muy impresionante en persona. —Enredo total, yo. La verdad, solo quiero que se aclare. —Se aclarará. —Bien ¿Lo desmentirá? —No, de hecho pensaba en hacerte una propuesta al respecto. —No entiendo. —Verás, la noticia sobre mi verdadera pareja, no pude ser divulgada, y este enredo contigo me ha caído como anillo al dedo porque, la prensa ha estado siguiéndome mucho para saber con quién estoy y ahora, pues, creen que lo descubrieron por una desafortunada foto y eso me conviene. —¿Le conviene? —Me persiguen tanto que ni te diste cuenta cuando tomaron la foto, ni yo, nuestro encuentro duro fracciones de segundos, ni te recordaba y fíjate hay una foto. —¡Qué! No entiendo nada… —Necesito qué seas mi novia falsa.