CAPÍTULO 1.

2086 Words
Sean. Ser oficial podía significar una maravilla para algunas personas, pero para mí era algo cansado ya que estar frente a adolescentes con las hormonas a flor de piel, ladrones, asesinos y no era algo bueno y eso solo me dejaba con ganas de no visitar una comisaría más nunca, aunque tenía compañeros de trabajo que la pasaban bien y eso significaba pasarla bien con aquellas chicas que encontraban en el camino, pero ese no era mi caso. Salí de la estación de policía junto a mi amigo Joshua y nos dedicamos en caminar hasta los estacionamientos con nuestras maletas, acabábamos de salir del turno nocturno y el cansancio era notario en mí ya que inclusive no podía ni siquiera tener los ojos abiertos más de dos minutos. ─¿Cuándo es tu próxima requisa? ─preguntó Joshua a mi lado. ─Creo que dentro de un mes como mucho ya que hay nuevos oficiales y ya sabes los han enviado a impartir las clases. Joshua asintió, continuamos nuestra caminata hasta donde se encontraba un seguridad quien nos dio un asentimiento de cabeza que devolvimos. ─Bueno nos veremos dentro de un mes entonces ─dijo Joshua tendiéndome su mano la cual estreché. ─Claro, salúdame a Rosalie ─murmuré, ella era su esposa. ─Sí y tu salúdame a Monic. Asentí y tomé mi maleta para empezar a caminar hasta la pequeña vitrina en donde se encargaban de guardar las llaves de tu auto, en nuestro caso por ser oficiales. Presioné el botón en una de las esquinas de la vitrina y una chica pelinegra apareció con una radiante sonrisa. ─Vengo por las llaves de mi auto ─dije tendiéndole el papel con el número de la gaveta en donde las habían guardado. La chica asintió y tomó el papel y empezó a buscar en la gaveta hasta que finalmente me tendió las llaves de mi Audi, pero antes me dio una mirada de arriba abajo con una sonrisa coqueta. ─Gracias ─dije dándome la vuelta. ─Nos vemos. Me deshice de mi chaleco antibalas y continué mi camino hasta llegar a mi auto, guardé mi maleta y sin esperar más tiempo subí a este y me dispuse en conducir para así llegar lo más rápido que podía a mi departamento ya que estaba muerto en vida. El sonido de mi teléfono se hizo presente así que lo saqué de mi bolsillo sin dejar de mirar a la carretera y lo llevé a mi oreja. ─¿Bueno? ─contesté. Siempre se me olvidaba conectar el manos libres y por lo tanto tenía el problema de conducir y llevar el móvil en la oreja. ─¿Ya vienes? ─era Monic, mi novia. ─Sí, estoy conduciendo y creo que estaré ahí en media hora como mucho. ─No enciendas las luces del departamento hasta llegar a la habitación, te tengo una sorpresa ─dijo al otro lado. Inmediatamente mi polla se removió en su lugar porque ya estaba claro de que era esa sorpresa y era obvio que la necesitaba ya que estuve días sin sexo porque ella tenía la menstruación y lo único que me quedaba era masturbarme con fotografía de Monic las cuáles me enviaba. Luego de unas últimas palabras colgué la llamada y continué conduciendo hasta que mis ojos dieron a un auto en la esquina de la carretera con las luces intermitentes encendida por lo cual me preocupé así que decidí reducir la velocidad, solté un suspiro, pasé las manos por mi cabello castaño peinándolo hacía atrás y decidí aparcar mi auto en una esquina de la carretera y bajé de este para ver de quien se trataba, lo menos que podía hacer era ofrecerle mi ayuda si necesitaba algo por supuesto. Caminé por toda la carretera hasta llegar al auto el cual era un Audi en color n***o y le di un golpecito a la ventanilla donde se encontraba el asiento del conductor. La ventanilla empezó a bajar poco a poco y yo me dediqué en observar todo a mi alrededor hasta que mis ojos dieron a la persona que estaba tras el volante de ese maravilloso Audi. No sé porque mierda creí que un hombre estaría tras el volante, pero me lleve la enorme impresión al ver que se trataba de una chica. ¿Qué digo chica? Era una belleza andante. Su cabello era rubio con mechones más claros que otros, llevaba unas ondas en las puntas y sus maravillosos ojos de color verde dieron a los míos y pude apreciar que en su nariz tenía un pequeño piercing de punto y fue todo lo que bastó para darme cuenta de que ya me encontraba pensando en diferentes maneras de como tomarla entre mis brazos, a pesar de que tenía a una chica esperándome en el departamento. Mis ojos dieron a sus brazos y pude apreciar unos tatuajes pequeños en sus nudillos acompañadas de unas uñas en color n***o algo largas. ─ ¿Se te perdió algo lindo? ─preguntó mascando una goma de mascar y luego haciendo un globo con él para terminar explotándolo. ─Pensé que necesitabas ayuda tú ─no podía dejar de observar sus hermosos ojos, era como si me hubiera hechizado y ahora solo tenía que verlos. Colocó sus manos en el volante y se acomodó en el asiento. ─Ya vez que no. ─ ¿Segura? ─pregunté mostrando una sonrisa. Coloqué la palma de mi mano derecha sobre el techo del auto y recosté mi cuerpo a la puerta. Mis ojos dieron al asiento del copiloto y pude apreciar algunas latas de cerveza y dos porros. Así que esta era la razón por la cual estaba detenida en esta carretera solitaria. Estaba ebria y drogada. Sus ojos estudiaron todo mi cuerpo examinando mi vestimenta y luego volvieron a mis ojos. ─No se si puedes ver, pero soy oficial de policía ─dije. ─Podría llevarte a la estación y lograr que quedes en una celda hasta mañana y este lindo auto se mantenga en un taller ─aclaré. ─¿Y por qué harías eso? ─preguntó. ─Estás en una condición la cual no es recomendable conducir ya que puedes causar un accidente y acabar con la paz de todos y como buen profesor mi deber es ayudar a los demás. Ella soltó una risita y termino mordiendo su labio inferior, sin darme tiempo a procesar lo que estaba por hacer abrió la puerta del auto y terminé por quitarme para darle espacio y que así saliera de él. Mis ojos dieron a su cuerpo, sus perfectas piernas y su delgado cuerpo e incluso podía decir que era muy joven ya que su rostro lo dejaba en claro. La chica frente a mí llevaba una falda muy corta en color rojo junto a unas botas y un chaleco negros. Cerró la puerta y apoyó una de sus manos sobre ella para colocarse de manera que su rostro estaba en mi dirección. ─No lo harás ─susurró y no pude evitar mostrar una sonrisa. ─He pasado por esto muchas veces y créeme que siempre termino ganando ─añadí. Ella empezó a acercarse a mí hasta detenerse a centímetros de mi cuerpo. Era muy pequeña, su rostro llegaba a mi pecho, pero eso al parecer no lograba intimidarla ya que mantenía su expresión seria y sus ojos no se apartaban de los míos. ─Terminas ganando porque aún no me conocías ─colocó sus manos en mi pecho y empezó a subirlas poco a poco hasta posarlas en mis hombros. ─No soy de esos ─retiré una de sus manos de mi hombro y ella volvió a colocarlas, pero esta vez las dejó sobre mi nuca y se colocó de puntillas para acercar su rostro al mío. ─Todos dicen eso y luego terminan siéndolo ─acercó su rostro a mi cuello y pasados unos segundos pude sentir como su lengua trazó la vena de mi cuello hasta llegar al lóbulo de mi oreja y luego succionarlo. ─Déjate llevar. ─susurró. ¿Quién carajos era esta chica y por qué me excitaba solo escucharla? Solté un suspiro y cerré mis ojos tratando de controlarme, pero ella tomó esto como una respuesta afirmativa ya que se agacho frente a mí y empezó a desabotonar mi pantalón de tela. ─Oye no... ─no me dejó continuar cuando levantó su dedo indicé y luego lo llevó a su boca para succionarlo sin apartar sus ojos de mí. ─No te resistas ─dijo con una sonrisa. Terminó por bajar mi pantalón logrando que quedara en mis rodillas y empezó a masajear mi polla sobre el bóxer, sus ojos seguían los míos, pero esta vez mantenía una sonrisa diabólica en su rostro. De un momento a otro bajó mi bóxer y revelo mi polla un poco erguida gracias a sus estimulaciones. Pasó su lengua por su mano y empezó a hacer movimientos arriba y abajo sin apartar sus ojos de mí. ─Más... j***r ─susurré cerrando mis ojos. ─Que linda polla oficial ─dijo con una sonrisa. Sus ojos estaban conectados a los míos, mientras que continuaba con sus movimientos. Mi polla ya tenía su tamaño normal y estaba lista para entrar en acción y ella lo noto. Acercó su rostro a ella y dejó un beso cortó en la punta y luego dejó un poco de saliva en ella para introducirla en su boca. Esta chica me estaba matando literalmente, nunca había pasado por algo como esto e inclusive nunca había estado por correrme con tan solo una mamada y ella lo estaba logrando. Solté el aire que estaba conteniendo y llevé mis manos a su cabello tomándolo de un moño para que no estorbará en sus movimientos. Los sonidos que hacía cada vez que la metía y la sacaba de su boca se habían convertido en mis sonidos favoritos desde esta noche. Sus manos llegaron a mi trasero y lo apretó antes de empezar a meter mi polla cada vez más en su boca hasta que pude sentir su campanilla y fue algo jodidamente excitante. ─Mierda ─exclamé antes de morder mi labio inferior. Dirigí mi mirada a la carretera que nos rodeaba y por suerte no había absolutamente nadie, ni siquiera pasaban autos. Estaba por agradecerle al todo poderoso que no hubiera personas y la maravillosa decisión que tomé al aparcar mi coche y ver si esta chica necesitaba ayuda. Ella continuó metiendo y sacando mi polla de su boca hasta que la termino de sacar y dejó un residuo de saliva en ella para empezar a hacer movimientos arriba y abajo. Volvió a meterla en su boca y solté un suspiro. ─ ¿De dónde saliste? ─pregunté en un susurró. Sacó mi polla de su boca y pasó su lengua por la punta y después por toda su longitud y mostró una sonrisa. ─Del infierno. Y en ese momento terminé, ella soltó mi polla y se levantó del suelo para colocarse frente a mí, dejó un beso corto en mis labios, pude sentir sus manos en mi trasero y luego empezó a caminar hasta el asiento del conductor en su auto. ─Oye, no puedes irte ─solté tratando de arreglar mi polla dentro de mi bóxer y empezar a subir mis pantalones. Ella se volteó a mí antes de abrir la puerta del auto y mostró una sonrisa, pasó uno de sus dedos por sus labios y con su otra mano levantó mi billetera. ─Claro que puedo irme, adiós lindo ─entró al auto y en menos de un minuto salió de la carretera. ¿En qué momento hizo todo eso? Observé la placa de su auto y memorice los tres últimos dígitos, pero lo que llamó mi atención fue ver el nombre que se encontraba en la placa y estaba seguro de que eso me facilitaría las cosas. ─B 666 ─susurré con una sonrisa. ─La jodida rubia me robó mi billetera. Llevé ambas de mis manos a mi nuca y levanté mi rostro observando el cielo sobre mí, la sonrisa que llevaba de oreja a oreja creo que nadie podría quitármela ni si quiera Monic si durante la noche le daban sus característicos ataques de celos. Solté un suspiro y empecé a caminar hasta mi auto para conducir hasta el departamento. En definitiva, podía sacar algo bueno de esta noche y eso era esa chica rubia con boca de diosa. Ya estaba fantaseando con verla de nuevo así que ya tenía pensando llamar a mi amigo Joshua, quien era el que se encargaba de seguir el número de placas y que así localizara aquel auto porque necesitaba volver a ver a esa chica. Esto no había terminado, esto había más que empezado.
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