La hija del jefe

El trabajo es mío, la paga excede cualquier paga que haya recibido antes en mi vida. Soy el nuevo jefe de seguridad de los Villamediana. La casa está asegurada, así que concluyo el recorrido, el personal que tengo a cargo es de lo mejor que he tenido a cargo alguna vez, conozco a alguno de ellos y se me hace sencillo relacionarme con el resto. —James, James. Disculpa que te he hecho esperar—dice mi nuevo jefe. —No se preocupe Don Aurelio. Usted es el jefe, no me molesta esperarlo. —Esa actitud te servirá con mi hija, muy bien—dice algo agitado y se tumba sobre el sofá, me hace seña con la cabeza para que me siente, lo cual no es común. —No se preocupe, estoy bien ¿Con su hija dice? —Sí James, quiero que la protejas a ella, que seas su guardia de seguridad personal. Río confundido ante su petición. —No entiendo—admito, no me siento frente a él, mi deber es quedarme de pie. Suspira con la mirada perdida. —Ella es la que está en peligro James, el resto de la familia también pero son prudentes, en cambio ella, ella es—hace una mueca de indecisión—: ella tiene su carácter, es la mayor de mis hijos y lleva las riendas de mis negocios, pronto se instalará como la CEO de la corporación. Estará en la mira. —Entiendo señor pero me refiero a que soy el jefe de seguridad, no un guardia personal. —Lo entiendo, sí lo entiendo, pero ella no dejará que cualquiera se acerque a ella, tampoco a ti te dejaría, pero al menos como la máxima autoridad de seguridad podrás acompañarla fuera de la ciudad y a eventos bastante púbicos. Es mi esperanza. —Hablaré con ella señor. —¡Suerte! —¿Cómo? Ríe negando con la cabeza y alza los hombros. —Es que la vas a necesitar, mi hija es brillante pero su carácter es incomprensible, es poco amable. —¡Poco amable! Eso no es problema, no seré su amigo, mi deber es garantizar su seguridad. —Por eso, te repito: ¡Suerte!—comienza a reír a carcajadas y me hace señas con la mano para que me retire. Me cruzo a la salida con Ignacio, mi viejo compañero en la agencia de inteligencia para la que trabajamos ambos hace años, por él estoy aquí. Es un tipo de buen carácter, competente y poco ambicioso. —¡James! Don Aurelio está contento contigo—comenta. —Me lo ha hecho saber, no entendí porque me ha pedido que sea el guardia personal de su hija, la mayor, Laura. —Laura, es una perra, no se parece al padre ni a la madre, es una maldita. —¡Ignacio! —digo tono de regaño. Él ríe y hace un gesto que deja ver su frustración. —Es mala, malvada, prepotente, se cree que está por encima de los demás, no deja que la servidumbre le hable; eso nos incluye, no me tomo nada personal, es una perra con todos, incluidos sus hermanos y su marido, o ex marido. —¿Ex marido? —Se está divorciando. Él perdió mucho dinero en un negocio y ella dijo que no cargaría con su vergüenza, es una mujer rara. —Ya muero por conocerla personalmente—digo con sarcasmo aunque estoy sinceramente intrigado. —Es hermosa ¿cierto? Las fotos no le hacen justicia, está muy buena, aunque a mí una mujer que sea tan maldita así como ella no me prende, me gustan más sumisas y respetuosas, delicadas—dice él, mirando hacia la ventana con la mirada perdida. —Todo bien pero soy el jefe de seguridad, no es que sea el guardia personal de alguien en particular, si lo seré, seré el del viejo. —James, dices eso porque crees que el viejo es el jefe, la verdad es: ella es la jefa, es nuestra jefa y quien manda realmente. Ella no aceptará a un guardia cualquiera, puede que ni a ti, pero estaría más dispuesta si sabe que el jefe de la seguridad es quien se ocupa de ella. —¡Oh Vaya! De verdad ya estoy muy intrigado, la mujer es toda una joya. —Tiene sus prejuicios como toda la gente rica y sus vicios, como toda la gente rica. Dejo a Ignacio y sigo hacia la oficina que tengo en la mansión de los Villamediana, justo al lado está la sala de monitorio de circuito cerrado, desde mi lugar puedo verla aunque ellos a mí no, tengo a cargo a 12 hombre y mujeres, hay un guardia asignado a cada m*****o de la familia: son seis miembros, Ignacio coordina el área tecnológica y Hércules la operativa, hay dos personas asignadas al área tecnológica, dos a la casa. Cualquiera diría que es una cantidad exagerada de personal de seguridad para una familia rica, y sí, tal vez lo sea, sin embargo, los Villamediana no son una familia rica cualquiera: Don Aurelio fue gobernador del estado y es dueño de una fortuna billonaria, hace cuatro años asesinaron a su hermano cuando fue secuestrado, la menor de sus hijas Olivia, de 19 años, es influencer y ha sido acosada y perseguida por un  lunático, su casa fue invadida varias veces y ahora vive en la casa familiar junto con sus hermanos: Diego y Octavio, Diego tiene 23 años y Octavio 26, y rivaliza con Laura por el control de las compañías, según me comentó Ignacio; Laura tiene 27 y es la jefa como dice Ignacio, lleva las riendas de los negocios desde el asesinato de su tío, su padre se aisló y no quiso saber nada más de la vida pública. Vi el expediente de Laura y quedé sorprendido por su belleza, aunque nadie me advirtió sobre su personalidad, hasta ahora que Ignacio y su padre me comentan sobre ella. Los negocios de la familia se centran en el comercio, tienen grandes almacenes de ropa, y accesorios que importan de todas partes del mundo, tiene una cadena de tiendas, son alrededor de 100 por todo el país y el mundo, la chica menor les ha dado un impulso con su popularidad en redes. Dejo los papeles sobre el escritorio y bajo a la hora acordada, seré presentado oficialmente a los miembros de la familia, ya he sido presentado a mí equipo. Al llegar al pie de las escaleras puedo ver a Don Aurelio conversando con su joven y atractiva mujer, una rubia alta muy coqueta, luce como la menor de sus hijas, son bastante parecidas, entendí que ella es la madre solo de la menor, Olivia, la chica es muy coqueta y linda, a los hermanos ya los conocía personalmente, acompañaron al viejo cuando me entrevistó, veo por fin a la famosa Laura, de tez blanca, ojos azules, cabello oscuro y cuerpo voluptuoso, su rostro es hermoso pero su presencia tiene una aura negativa. Me mira de arriba abajo y se gira hacia sus hermanos con una mueca de burla. —Ya Diego y Octavio lo conocen. Niñas, él es James, el nuevo jefe de la seguridad de la familia. Ella es mi esposa Sabrina, ellas son mis hijas Laura y Olivia. —James Maxwell—digo con un ligero movimiento de cabeza. —Hola señor jefe de seguridad—dice Olivia contoneándose con coquetería. La esposa del viejo apenas me ve, hace un gesto con la mano para saludar y vuelve la atención a su celular. Laura me ve a los ojos, voltea la cabeza con brusquedad cuando nuestras miradas se cruzan. —Hija, le he pedido a James que te cuide él, personalmente—le explica a Laura que se levanta del sofá y cruza los brazos frente a su pecho. —Sabes lo que valoro mí privacidad—dice cortante. —Es el más capacitado de… —No lo quiero cerca—dice soberbia y sale de la habitación pisando fuerte con sus tacones, Hércules e Ignacio me miran con los ojos abiertos como platos, reprimen una sonrisa. —Lo siento James, ya hablarás con ella—dice Don Aurelio. No será fácil, sé que no será fácil pero solo es trabajo, he lidiado con peores escenarios. Asiento y regreso a mi oficina.