La Conexión Oculta

1027 Words
Isabella se sentía inquieta y vacilante, y al mismo tiempo ansiosa y nerviosa. No sabía si hacía lo correcto al adentrarse en aquel oscuro y misterioso bosque, es más, ni siquiera estaba segura de si lo encontraría allí, pero quería verle. Desde el día anterior en el cual lo conoció y él salvó su vida, no había podido sacárselo de la mente. A vista de cualquiera, él era un simple lobo feroz, una bestia salvaje y peligrosa para ellos que, no merecía su atención ni afecto. Sin embargo, Isabella sabía que, él era tan humano como lo era ella, solo con capacidades especiales que, ninguna persona común y corriente, poseía. Eso era con exactitud lo que lo hacía único, aun cuando que, los demás no lograban verlo. Llevaba tanto tiempo estudiando a los lobos, debido a la conexión existente entre ella y estos que, podía darse cuenta cuan diferente era aquel. Distinto a muchos otros, él controlaba su transformación a su antojo, lo pudo ver en sus ojos, unos que, pese a la ferocidad de los mismos, le atraparon en un instante. Aun cuando, después de pasar el peligro, él no quiso mostrarse ante ella, Isabella estaba segura de que, ese lobo en especial, podía sacar su lobuna o volver a ser humano en el momento que, lo deseara. Y en verdad anhelaba más que, nada en la vida, conocerlo de esa manera, saber cómo era, lo que pensaba o sentía, escuchar su voz, entender sus temores y ayudarlo a superarlos. Porque, si existía algo que, no dudaba por un instante, era el hecho de que, la vida de lobo solitario, no era nada fácil, ni siquiera para alguien tan veloz, fuerte y agresivo como él. Ella sabía bien lo que era, el no tener a nadie a su lado, el no contar con un amigo, el sentirse marginada y rechazada por ser diferente, la tristeza y el dolor que, invadía el alma debido a eso y que, vio en sus ojos. Y por alguna razón especial que, iba más allá de su conexión con estos seres, había algo en él que, la hacía desear poder ayudarlo, estar a su lado, y sacarlo de ese sufrimiento en el que, se encontraba sumergido. Era por eso que, estaba allí de vuelta, buscándolo y tratando de averiguar el por qué de lo que sentía por él. Cuando lo vio a lo lejos, con su pelaje plateado, grande y majestuoso, mostrando su lado lobuno y el control que, tenía sobre este, olvido por completo que, él no la quería cerca de sí y se dejó llevar fascinada por lo que, observaba. Antes de darse cuenta, Isabella se había acercado demasiado a él, lo suficiente como para que, este, notara su presencia y se volviera hacia ella, gruñendo y mostrando sus colmillos en una clara señal de rechazo por su persona. Y de pronto, se encontró preguntándose si era su humanidad o su magia lo que, lo volvían tan receloso y distante con su ser. *** Ryan fue ese día de caza, como de costumbre, sumergido en el bosque, el hábitat que, le hacía sentir más cómodo y seguro pese a sus peligros. No obstante, ese día, había algo diferente. Pues experimentaba cierta incomodidad producto de ser vigilado, como si alguien lo estuviera siguiendo. No tuvo necesidad de acorralar a su espectador para saber de quién se trataba, pues percibió su presencia con una fuerza que, lo irritó. ¿Qué tenía de especial esa muchacha que, le llevaba a sentirse así? ¿Por qué no podía simplemente marcharse de allí o hacer que, se fuera? Si tanto le fastidiaba e incomodaba su presencia, lo lógico era que, se alejara de ella, pero no podía. Era, como sí, una especie de magnetismo extraño, lo mantuviera ahí atrapado en un círculo junto a esa mujer. Al principio, con más esfuerzo del que, le gustara admitir para sí mismo, intentó ignorarla. Sin embargo, cuando la joven se acercó más de lo debido o de lo que, consideraba aceptable, se giró hacia ella gruñendo y mostrando los colmillos en clara señal de desconfianza y rechazo a su persona. Aun así, lejos de salir corriendo atemorizada, igual que, la gran mayoría, cuando se encontraban un lobo agresivo en su camino, ella no solo no se asustó sino que, además, osó acercarse a él con pasos firmes y seguros. - Sé que, no confías en mí, pero me salvaste a pesar de eso. Solo quiero entender por qué, quién eres y cómo es que, estamos conectados. Porque tú también puedes sentirlo. Y eso último, no fue una pregunta, sino más bien una certeza de que, así era y lo sabía. Ryan sintió su lobuno rugir en su interior, por lo que, tuvo que esforzarse por controlarlo. Por lo general, no le costaba mucho hacerlo, sin embargo, algo en esa joven, provocaba que, su lobuno, tuviera voluntad propia. La miró con fijeza directamente a los ojos y ella pudo percibir lo que, él, quería expresarle y la frialdad de su ser, pese a no decir ni una sola palabra. «No quiero que, estés aquí, no quiero tener nada que, ver contigo.» - Entiendo. Pero no pienso irme a ningún lado. No puedo evitar sentir esta conexión especial entre los dos, como si algo nos uniera. Y quiero entender por qué. Además, sé que, sientes lo mismo. Ryan, siente su lobuno rugir con mayor fuerza, irritado y molesto, y sin decir nada, se aleja de ella, decidido a mantener su distancia. *** Isabella permanece allí de pie, viéndole marchar por segunda vez desde que, le conoció. Por los momentos, acepta su rechazo e incluso su deseo de estar solo. Pero eso, no significa que, se dará por vencida. Seguirá insistiendo y luchando porque, él le dé por lo menos la oportunidad de conocerla y demostrarle que, puede confiar en ella. La joven curvó los labios en una sonrisa llena de esperanzas e ilusión. Algo en su interior le dice que, ese momento, tarde o temprano llegará y que, aquel lobo feroz, no podrá resistirse a esa especie de magnetismo que los une. Y cuando eso ocurra, ella estará lista.

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