Solo has sido tu 11 (Saga primer amor libro 4)

Violeta -Eres un idiota- grite furiosa mientras le mostraba el espectacular del periódico- ¿Cómo pudiste hacer esto? - luche lo más que pude para ocultar el dolor de mis palabras y sobre todo las lágrimas que amenazaban con salir -Violeta cariño- intento tocarme pero simplemente me aleje de él, no quería que me tocará, no quería ni siquiera verlo- No entiendo como pasó, no recuerdo nada- Su mirada estaba cargada de dolor pero eso no era peor de lo que yo sentía -¿Y porque decidiste ocultarlo? ¿Porque mentirme Evans? - pregunte antes de que mi mano golpeara su mejilla- Esto fue hace poco más de una semana y fuiste a Italia dias despues, ¿Porque no hablarlo conmigo? - estaba dolida, me dolía todo esta situación- Eres un idiota y más idiota soy yo por hacer todo esto por ti- mire hacia arriba intentando eliminar todo rastro de lágrimas -Violeta por favor escúchame- suplico poniéndose de rodillas- Tengo que expliar muchas cosas pero necesito que me escuches- pidió pero no estaba dispuesta a escuchar excusas. -No te quiero volver a ver, te creí diferente, creí que le estaba entregando mi corazón a la persona correcta pero me he equivocado- lo mire por un segundo antes de tomar mis cosas- Olvidate de mi, porque a partir de este instante tu dejaste de existir para mi- mencione antes de salir de su departamento. Me sentía rota, decepcionada y sobre todo dolida por lo que había hecho, esto jamás se lo perdonaría, jamás volvería a confiar en él. Se que se preguntarán que fue lo que pasó, bueno todo inició hace un año y medio. ........ 18 meses antes Mi llegada a Italia había sido como lo imagine, mi hermana siendo igual de sociable en la escuela, cosa que no me molestaba yo era igual. Habíamos entrado a la universidad ella estudiaría gestión de empresas y yo, bueno yo me dedicaría a la arquitectura paisajista, me encantaba construir digamos que es herencia, desde muy pequeña me gustaba armar maquetas de edificios y crear grandes cosas, pero estaba consciente de los cambios en el planeta, estaba en contra de construir para dañar un hábitat, por lo que me enfocaría en construir pero sin dañar el ambiente, me adaptaría a él, haría todo para que la vegetación lleve su curso y que mis proyectos sean los mejores. Por eso aqui me encontraba, solo 5 meses después de nuestra llegada, habiamos entrado a la misma universidad que nuestros primos, aunque sabia que no compartíamos lazos sanguíneos, nos queríamos como tal, Mar habia logrado lo que siempre anhelo y al fin ella y Santi estaban juntos, me alegraba por ellos, pero conforme pasaban los dias yo no me sentía parte de este lugar. Mar habia encontrado su lugar seguro, habia descubierto un amor sincero, Daniel mira a Perla como si fuera lo mejor de su vida y siendo sincera sentia envidia, porque yo jamas había sentido esa conexión con nadie. -¿Estas bien? - pregunto Esteban sacandome de mis pensamientos asi que asenti, me encontraba en el jardin de la universidad intentando estudiar, cosa que se había vuelto imposible debido a la divagacion en unos pensamientos absurdos. -Estoy bien, solo quería estudiar para un examen pero me he perdido- me rei y el igual, se sentó a mi lado y suspiro. -Te conozco muy bien Violeta, mejor que a cualquiera de nosotros y se que algo pasaba por esa hermosa cabecilla tuya- sonreir y el igual. -Pensaba en que todos estaban encontrando su pareja, ya sabes mi hermana y Santi, Dani y Perla, estan encontrando lo que nuestros padres tienen, menos nosotros- Cerre mi libro de ecuaciones y el suspiro. -Mi hermana esta confundida, no sabe lo que quiere, esta confundiendo el amor con la amistad- suspiro- En cambio nosotros sabemos que no encontramos el amor porque aun no es momento- tomo mi mano. -Tienes razón aun no es momento- admití bajando la mirada, en algun momento de mi vida, crei que la amistad que habia formado con el, era algo mas, crei que lo amaba pero no era asi, lo supe cuando lo vi mirar a Lina. Como el la trataba con tanta delicadeza, sabia que sentia algo por ella aun cuando quisiera ocultarlo, asi como el lo dijo, nos conocíamos bien el uno al otro, eramos mejores amigos desde siempre, a pesar de la distancia nunca dejamos de hablar, de hacer video llamadas, siempre estábamos en contacto, sabíamos nuestros secretos y aunque el no lo admita sabia que la queria, pero que aun no era su momento, Lina era aun una niña, debia crecer, convertirse en una hermosa mujer y sobre todo madurar en muchos aspectos. -Vamos chaparra, sonrie un poco, eres hermosa en todos los aspectos y quiero que seas feliz, qué encuentres a ese hombre que se vuelva loco por ti, que te haga sentir especial- aseguro y yo sonreí -No creo que llegue, al menos no ahora- asegure y el hizo una me mueca sabia que no estaba de acuerdo con mis palabras pero no discutirá conmigo, al menos no cuando el tampoco admite sus sentimientos. Mamá siempre decía que las personas estaban predestinadas, decia que podríamos tener varias citas, salir con chicos y entregar un poco de amor, de cariño, pero que solo una persona nos hara sentir un amor irracional, uno que pueda sacar todos los estados de ánimo y la única que pueda controlar lo que tu cuerpo llega a sentir. De algun modo me asustaba, porque sabía que mi hermana sentia eso por Santiago pero aun asi ella intento buscar un amor asi en Boston cosa que no fue posible, en cambio yo jamas intente sentirlo, jamas busque que me quisieran, no me fije en los hombre por mas citas que me ofrecieron, porque si tenía muchos hombres detras de mi, algunos me confundían con Mar, otros querian conocerme, pero a mi no me interesaban, queria experimentar todo lo que mi madre decia con la persona correcta, con la que pudiera sacar todos mis sentimientos a luz, pero esa persona jamas habia llegado a mi vida. Pero siendo sincera todo parecia cambiar desde hace poco, porque ahora estaba pensado en esto cuando jamas fue un tema importante para mi, todo porque lo habia conocido a él. Al castaño de ojos verdes que era capaz de poner tu mundo de cabeza con solo mirar su sonrisa, Evans Anderson habia llegado a Italia cuando Leo fue a buscar a su hermana a Houston, la hermosa rubia que ahorita tenia 6 meses de embarazo y que muy pronto se casarían. No sabía que es lo que sentia en este instante, ni siquiera podía pensar en amor, no me sentía capaz de amar a nadie, ni siquiera a el, pues Evans se iria, yo me quedaría aqui. Entregarle mi corazón, pensar en el de otra manera seria mi perdición porque una relación a distancia jamás funciona, lo sabia y no estaba dispuesta a intentarlo, tenia que quitar esos absurdos pensamientos de mi cabeza, porque no pensaba sentir algo por el, mi destino estaba en Italia, al lado de mi familia, no del otro lado del mundo.