Capítulo 2

2525 Words
Capítulo 2 Después de que Logan y yo tuviéramos nuestro desayuno privado, regresamos a trabajar. Cada uno se fue a sus oficinas, teníamos mucho trabajo que hacer. Yo tenía que encontrar quién había sacado tanto dinero de la empresa, y Logan tenía que volver a su puesto, como presidente de la empresa. Cuando entré a mi oficina, me encontré con la sorpresa de que Louise ya estaba en el lugar. Él hombre de cabellera castaña y ojos de color verdes, se levanta lentamente de mi silla de cuero, para caminar hacía mí en una caminata romántica. –¡No sabes cuánto te he extrañado! -Me abraza con fuerza, mientras que yo estaba realmente feliz de volverlo a ver. Después del gran abrazo que me dio, lo mire, venía vestido con ropa muy casual. Louise no era cualquier persona, era un joven elegante que le gustaba usar trajes todo el tiempo. Así que la ropa no concordaba mucho, con un viaje de negocios por Italia. –¡Que extraño! -Exprese con sorpresa. –Luces diferente. -Mi mirada lo mira de arriba abajo, notando ciertas cosas, que no concordaban. –Estas bastante bronceado. -Toque su cara con mis manos, mientras él toma mi mano, deteniéndola en el aire. Era como si no quisiera que le tocara. –Es Italia amor. ¿Qué esperabas? Hace un calor del infierno. -Me responde ahora evitando mi mirada. –Normalmente las reuniones se llevan a cabo, dentro de las empresas de los inversionistas, no afuera. -Le contesté dudando de él. –¡Esta bien! Me atrapaste. -Termina de decir, para caminar hacia mí. Él joven guapo me abraza entre sus brazos, para después besar mi nariz. –Uno de los inversionistas me invito a una de sus casas en la playa, no podía negarme a ir. –Su mirada color verde, me hace caer en sus encantos. Así que le creí. –Lo hubieras dicho desde el principio. -Bese sus labios. –No tengo que decirte a donde ir con los inversionistas. –Sonreí con felicidad, para después caminar hacia mi escritorio. Quería tomar mi bolso y mis cosas, ya que quería regresar a casa. –¿A dónde vas? -Me pregunta un poco distraído. –Quiero ir a casa, sería bueno pasar una noche realmente apasionada. –Sabía muy bien las cosas que le gustaban a mi esposo, sabía fielmente que le gustaba tomar duchas conmigo, para después ir hacía la cama en donde terminábamos de hacer el amor hasta muy tarde. Pero él no me miraba con deseo, así que le pregunte: –¿Algo malo pasa? -Estaba insegura. –Es solo que estoy muy cansado. -Era muy extraño, ya que Louise jamás se negaba a pasar una noche romántica conmigo, era lo que más le gustaba. Así que de inmediato me empecé a sentir rechazada, fue tan extraño. Mi cuerpo se dejó de sentir candente, mientras sentía como un balde de agua fría, caía por mi cuerpo. –Está bien. -Termine diciendo, para después dejar mi cartera de nuevo en mi escritorio de cristal. –De todos modos, tengo que trabajar. -Le comenté sentándome en mi silla de cuero. –Diez millones de libras fueron sacados de la empresa, necesito averiguar quién autorizo la transición. –Fui yo. -Me avisa de la nada. Yo de inmediato lo miró, sin entender nada. –¿Cómo que fuiste tú? -Pregunté realmente sorprendida, por lo que mi esposo me decía. –Cariño, tú sabes que tenía que ir con dinero con estos tipos, ellos normalmente no pagan las cuentas. ¡Y que puedo decir de las apuestas! A cualquier rico le encantan las apuestas. –Realmente entiendo que los ricos son petulantes y se dejan llevar por el dinero. -Dije un poco confundida. –Lo que no entiendo es, ¿por qué diez millones de libras? –Era una cantidad bastante alta, como para gastarla toda en apuesta o salidas con los inversionistas. –Tú hermano te matara, por haber hecho eso sin su permiso. Él respira con tranquilidad. –Es mi empresa también, Logan no manda en mí. -De pronto, empecé a sentir un ambiente más tenso, mientras el hombre hablaba. Era como si su hermano fuera su peor enemigo. –Bueno, volveré a casa, me tomare una ducha y descansare. –Esa era la misma idea que yo tenía, pero supongo que, en ese momento, él ya no quería tenerme a su lado. Así que cuando él se fue me dedique a trabajar, pero estaba muy confundida, sobre todo lo que había hecho mi esposo, en tan solo una semana. Estaba preocupada, no me sentía bien, pero aun así necesitaba saber, en que ocupo esos diez millones de libras. Así que tuve que hacer muchas llamadas, tenía el nombre de los inversionistas de Italia, que supuestamente se quedarían de ver con él. -Tu esposo jamás estuvo en mi empresa. –Me contesta Roberto Lonce, un italiano bastante rico. –Supe que estuvo en Italia, pero nunca vino a saludar. -Estaba impresionada por lo que decía. No podía creer que Louise me había mentido, pero quise investigar un poco más. Llame a todos los inversionistas que supuestamente estarían con él, pero como Roberto, nunca vieron a mi esposo en sus empresas. Así que necesitaba indagar a un poco más. Tuve que llamar a las aerolíneas, para poder encontrar el boleto que compro mi esposo, por suerte, de inmediato me dieron la información que necesitaba. –En el sistema nos aparece que hubo dos personas, con el apellido de Montgomery. -Me comenta una asistente telefónica. –El señor Louise Montgomery, viajo con su acompañante a Positano. – ¿Positano? ¿Qué demonios era Positano? –No quiero ser ignorante, pero, ¿dónde queda Positano? -Le pregunté a la asistente telefónica, mientras mordía uno de mis dedos, algo nerviosa. –Positano es una bella playa en Italia, es muy turística. -Me contesta la asistente. –También rentaron una Ferrari. -Yo me quede con la boca abierta, en cuanto menciono el Ferrari. –Lo hicieron justamente en el aeropuerto. No podía con lo que la asistente me decía, así que colgué el teléfono y me le quedé viendo a la nada, por un momento. No entendía que estaba pasando. ¿Por qué Louise estaba en Positano? ¿Por qué demonios contrato un Ferrari? Pero después recordé, que, en nuestra primera cita, me llevo dentro de una Ferrari rojo, que su padre le había comprado. El Ferrari significaba mucho para mí, ya que supe de inmediato, que él quería asombrarme con el auto, pero nunca lo logro, ya que casi chocamos con esa cosa. Ya era bastante tarde, así que mi oficina se oscureció de inmediato, no me moleste en prender las luces, porque en realidad quería estar en plena oscuridad, pensando en lo que Louise había hecho en Italia. Pero alguien me sorprende de la nada, prendiendo la luz de mi oficina. Esa persona era Logan, quién me mira con preocupación en cuanto me ve mirando hacía la nada. –¿Elisa? -Pregunta sorprendido, mientras yo me quedo inmóvil al ver la luz. –¿Qué demonios haces aquí? -Pregunta preocupado, mientras que nota que estoy temblorosa. –Yo…-De inmediato entre en un trance, en el que no podía salir. No sabía que responderle, así que me levante de la silla, pero por mi debilidad, casi caigo al suelo, si no fuera porque Logan me atrapo entre sus grandes brazos. –Elisa, tú no estás bien. -Me confirma el joven de ojos grises. –Tienes que decirme, ¿qué te está pasando? -Yo no le podía responder aún, porque tenía que hablar con Louise primero. –No es nada. -Le contesté quitándome sus manos cálidas de encima. –Solo necesito ir casa. –¡Espera! -Me dice el hombre con fuerza. –Yo te llevo a casa, no puedo dejarte ir en estas condiciones. -Era la primera vez que no le negaba algo a Logan. Sabía que, si tomaba mi auto, algo malo pasaría, quizás en el camino mis ojos se llenarían de lágrimas y pudiera tener un accidente. Logan de pronto se convirtió en otro hombre, nunca pude ver esa sensibilidad que él tenía, porque nunca la mostraba, parecía que siempre quería esconderse tras de “mala fama” de chico malo. Pero esta vez, él me sostiene con fuerza, hasta poder llegar a su auto. El hombre siempre manejaba autos caros, así que este día, estaba usando McLaren Speedtail, que tenía una apariencia extraña, pero aun así me subí a ese auto. En el camino, no paraba de mirar hacía la ventana, parecía que hacía mucho frio en las calles, así que me aferre a mirar toda la ciudad, mientras que podía ver de reojo, que Logan estaba realmente preocupado por mí. Quizás él quería saber que estaba pasando por mi cabeza. Pero a pesar de que el hombre tenía curiosidad, se guardó las ganas como todo un caballero, guardando sus preguntas hasta llegar a mi casa en Chelsea. Cuando el auto se detuvo, no era capaz de salir del auto. Logan me miraba con preocupación, mientras que yo miraba el suelo del auto. No quería enfrentarme a Louise, no quería que todo lo que descubrí, fuera cierto. –Si no me dirás lo que te pasa, te sacare del auto. -Dijo Logan con una risa acompañada. –Supongo que tendrás que echarme. -Lo miré para encontrarme con una hermosa sonrisa blanca. Pero tenía que ser clara con él, así que le dije lo que pasaba, pero a la mitad. –El dinero que faltaba en la empresa, fue Louise quién lo saco. -La mirada de Loga de inmediato se intensifica. –¡Ese bastardo! -Maldice con fuerza, para después golpear el volante. –Lo sé. -Mire al suelo de nuevo. –¿En qué demonios se gastó ese dinero? -Se pregunta el joven. –Bueno, supongo que no puedo decirle nada, él tiene dinero invertido en la empresa, pero tuvo que haberme dicho antes. -Suspiro encontrándole una solución a las cosas. –¿Eso es lo que te consternaba? -Me mira. –Sí, eso es todo. -Le respondí de inmediato, intentando dibujar una sonrisa en mi cara. –Lamento haber sido tan dramática. –Supongo que estabas preocupada, de que le rompiera la cara a tu esposo, pero no lo hare. -Tenía que bajar del auto, así que le brinde la última sonrisa que tendría esta noche, para después bajarme de su auto. Él espero hasta que entrara a mi gran casa, de paredes blancas y ventanales hermosos. Y al entrar a casa, puedo ver como prende su auto, para irse con rapidez. Él era un gran hombre, pero después tuve que escuchar el sonido, de alguien tocando música en el segundo piso de la casa. Sabía que era Louise. Él solía tocar el piano siempre que estaba preocupado, así que decidí subir hasta el segundo piso, para entrar a una pequeña sala que usábamos para leer, o tomar té. El hombre solo estaba usando el pantalón del pijama, mientras dejaba ver sus pectorales y su espalda bien trabajada. Y como si fuera psíquico, voltea su cuerpo cuando me encuentro en el lugar, recargada en la puerta blanca. –Hola, hermosa. -Se levanta de su asiento, para caminar hacia mí. El hombre me abraza entre sus brazos, para después besar mi frente, mientras mira mis ojos con amor, pero sabía que todo esto era mentira. –Te extrañe mucho. -Me dice con dulzura. –¿Sí? -Le pregunté alzando una ceja, mientras que mi semblante quizás este mostrando mucha tristeza. –Realmente no creo que me hayas extrañado. -Lo empuje con lentitud, para hacerle frente. –Llame a la aureolina y me dijeron que viajaste con alguien, a una playa turística en Italia. -Él al escucharme, se queda tieso. –También llame a todos los inversionistas italianos, con los que dijiste que estabas, pero ninguno te vio en sus oficinas. -Lentamente voy caminando hacía un sillón, para tomar un poco de aliento. –También sé que ocupaste ese dinero, para contratar un Ferrari durante toda la semana. -El hombre ahora me voltea a ver, mientras que mis lagrimas empiezan a salir. –No es lo que crees. -Es lo único que puede decir en su defensa. –Me estas engañando. -Dije en silencio, como si no quisiera que nadie pudiera escucharlo. Incluso yo misma, no quería saber que él me había engañado con otra mujer. –Elisa…-Pero no podía más con su hipocresía, así que me levante con rapidez del sillón, para empujarlo con fuerza. –¡Me estas engañando! -Grité con fuerza, mientras golpeo su pecho con fuerza. –¡Elisa, tranquilízate! -Me pide más de una vez, tratando de esquivar mis golpes, pero yo solo quería matarlo, pero había una parte de mí, que no paraba de llorar. Todo lo que creí hasta ahora es mentira, pero a pesar de que mis golpes no eran tan fuertes, el hombre termina dándome una bofetada con fuerza. Esa misma bofetada, hizo que cayera al suelo, mientras que mi mejilla palpitaba con fuerza. –Lo lamento. -Se disculpo por el golpe, para después ayudarme a levantar. –Solo quería que te detuviera y me dejaras hablar. -Me dice tomando mi cara con sus dos manos. –Te amo con todo el corazón. –Y si me amas tanto, ¿por qué demonios me fuiste infiel? -Le pregunté mientras él limpiaba mis lágrimas. –No te fui infiel, todo está en tu mente. -De inmediato empezó a actuar de una forma extraña. –Se que te encargas de las finanzas de la empresa, pero creo que no deberías meterte en los asuntos de los demás. –¿En los asuntos de los demás? -Le pregunte enojada. –¿En el asunto en donde me fuiste infiel? Perdóname por darme cuenta que me engañas. -Pero mis palabras tenían mucha ira, estaba enojada, creí que estaba en mi derecho de estarlo, pero cuando recibí un jalón de cabello, me di cuenta que no era la única persona, que estaba enojada en ese lugar. Él hombre me estaba tomando con fuerza de mi cabellera, mientras yo tensaba mi mandíbula, me estaba doliendo demasiado. –Somo un matrimonio ejemplar, la sociedad piensa que somos una de las parejas con una inteligencia excepcional. Mientras que nuestros valores, también lo son. -El hombre sigue hablando con fuerza, mientras yo empiezo a llorar. –Pero recuerda de donde eres. Sin mí, nadie sabría que eres especial, o que eres una de las mujeres más listas de Londres. -Me empuja con fuerza, hacia el sillón. –Te amo con todo mi corazón, pero sin mí, serías una mediocre trabajando en una empresa sin importancia. -Él me da una última mirada, para después salir de la habitación con enojo. Estaba asustada, nunca había visto esa parte macabra de Louise. Incluso me hice pequeña, sosteniendo mis rodillas con mis manos, para empezar a llorar en silencio. No podía creer que Louise fuera capaz de tocarme un pelo, ya que siempre se ha comportado como un hombre realmente tranquilo   
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