Ojos Azules

POV LIAM Olvidarla no era tan fácil como lo había pensado desde un principio, amaba todo lo que significo y significaba Alana en mi vida, ella me sacó de un poso de oscuridad en el momento que mas lo necesitaba, ella me hizo dar cuenta que no necesitaba ser como mi padre, como lo pensaba cuando era chico. Mi padre habría creado una versión mejorada de él, si en mi vida no habría aparecido Alana cuando aun estaba definiendo si quería ser la misma clase de persona que mi padre era. Jamas había amado a mi padre, pero muchas veces sentía que tenía razón en hacer lo que hacia, a él le habían enseñado que el fin justificaba los medios, eso es lo que le habían enseñado a él toda la vida, eso es lo que nos enseñaban a los Grey desde que tenemos uso de razón. Mi hermana es diferente por el simple hecho de que mi mama la había apartado de esto desde el momento que dio a luz, yo no era así porque a pesar de que mi padre había tratado de hacerme a su imagen y semejanza, el amor que sentí por mi mama y despues por Alana me habían salvado de ser como él. También creo que el odio que empece a sentir cuando empezó a usar a mi hermana como si fuera una prostituta para cerrar contratos también habían ayudado a que quisiera ser todo lo contrario a lo que él era, sin embargo, no sabía si había podido sacar todo lo que él me había enseñado, por eso había preferido mantenerme alejado de todo lo que era importante para los Grey. Pero a veces de lo que mas intentas alejarte es lo que mas necesitas para olvidar. Cinco años en Marruecos no me habían hecho olvidar todo lo que sentía por Alana, sin embargo, un mes en las Vegas con la secretaria de mi hermana me habia ayudado no a olvidar el sentimiento que sentía por mi ex, sino a sentir algo nuevo por una persona que habia aparecido solo para ayudarme a entender el desastre que habia hecho mi hermana. Tenía entendido que no la amaba, solo sentía una extraña atracción que no habia podido sentir por nadie y eso me desconcertaba ¿Por qué otras no y ella si? Ella me hacia sentir como un maldito adolescente, uno que recién se estaba descubriendo que era el amor y se enamoraba de su primera chica Por el contrario, ella parecia que no sentía nada por mi o por lo menos eso es lo que sentía, porque me trataba de una manera tan formal y tan profesional que ni siquiera podía acercarme a ella con otros motivos que no fuera el trabajo y capaz por eso estaba tan obsesionado con ella, porque no me andaba persiguiendo como las demás mujeres. -Señor Grey- Interrumpe mis pensamiento Ròse, lo que me hace acordar que estaba en una de esas reuniones interminables- El señor Carman ha preguntado si quiere ir a la fiesta de presentación de su hija que es mañana. Un señor regordete, calvo y de ojos chiquitos marrones me mira expectante cosa que me causo gracia, sabía el porqué quería que esté en la fiesta y era por el simple hecho de querer emparejarme con su hija, la cual si era hermosa, sin embargo, no era de mi estilo. -Gracias por la invitación, señor- Le respondo con una sonrisa- Sin embargo, me temo que tengo que declinarla, despues de esta reunión viajo a Roma, es el cumpleaños de mi sobrina y no puedo faltar. Ròse me miro raro, pero no dijo nada, obviamente no era el cumpleaños de mi sobrina, pero lo de viajar a Roma no era mentira, tenía que viajar se lo había prometido a mi hermana. El hombre quedo mirando a mi secretaria por un momento enojado y despues me mira sonriendo. -Tenía entendido que el cumpleaños de su sobrina hacía pasado. -Tengo muchas sobrinas- Contraataque- De igual forma sea o no sea el cumpleaños de mi sobrina, no puedo ir a la presentación de su hija, a mi hermana no le gusta que traten de encajarme a mujeres. Así sin mas me levanté de la mesa y me fui, no necesitaba darme la vuelta para saber que la secretaria de mi hermana estaba siguiéndome, algo raro había pasado entre ese hombre y ella, por algo la había mirado cuando yo me negué. -¿Quién es él? -Un empresario de joyas- Me recuerda ella, sin embargo, ella sabía que no estaba preguntando eso, por lo que me detengo y me doy vuelta para mirarla serio- Es solo eso. -No es solo eso- Digo mirando sus ojos azules- Vi como te miro cuando me negué, él pensó que la invitación iba a ser aceptada y cuando no lo hice, vi el odio con el que te miro. Vi duda en sus ojos, esos ojos que tanto amaba mirar, lo que me desconcertó, ella jamas dudaba, siempre era horriblemente franca. -Dímelo -Es mi padre- Me dice ante mi orden- O como yo me refiero a él, donador de esperma, puedes referirte a él con cualquiera de los dos nombres. -¿Te pidió que hablarás conmigo para aceptar esta invitación de presentación?- Ella asintió moviendo la cabeza solamente- ¿Por qué no me lo dijiste? - Porque él no se merece nada de mi- Me respondió ella- Se acordó que tiene una hija cuando empece a trabajar para su hermana y solo con el objetivo de que yo hablara con su hermana para que ella pudiera colaborar con él, no lo hice, yo no tengo por qué ayudar a una persona que jamas ha estado para mi. Sabía como se sentía eso, aunque mi padre no me había abandonado, jamas estuvo para mi, lo unico que me enseño fue a ser mala persona, cosa que ni eso pudo enseñarme bien, ya que aprendí mas de mi mama que de él. Por eso no soy como él, por eso soy totalmente diferente. -Prepara tus cosas- Le dije sin querer profundizar en el tema- En dos horas viajamos a Roma.