Beatriz

TOC, TOC, TOC ... —¿Beatriz querida, estás allí adentró? —Salgo en un momento madre, no me siento muy bien. —Apresura te, tu prometido está afuera solo. ¿No querrás hacerlo ver mal enfrente de todos nuestros invitados o si ? ¡Mierda! No puedo ocultar que estoy hecha un maldito manojo de nervios y mi madre solo piensa en como se verá mi prometido enfrente de esa bola de buitres pretenciosos. ¡Pues claro! Así es mi madre. Está noche pedirán mi mano en matrimonio enfrente de la gente más importante de la socialité y la prensa pero no puedo evitar sentirme como si estuviera apunto de ser declarada culpable en un tribunal. TOC, TOC, TOC, TOC. —¡Mamá por favor! Dije que salgo en cuanto me sienta mejor. —¡Beatriz! Exijo que salgas de ese estúpido baño ya! Deberías estar alado de tu prometido saludando a gente muy importante, no perdiendo el tiempo allí adentro encerrada. No hay quien me aterre más en este mundo que mi padre. Suena cruel pero es tan estricto y frió que me hace sentir como si yo no le agradara, se que no soy la única que se siente asi sobre el, ya que nadie que conozca a Aaron Kingston cometería el error de estar fuera de su gracia o confrontarlo sin miedo a pagar máximas consecuencias. Con tan solo escucharlo alzar su gruesa y ronca voz hace que se me pongan los pelos de punta. —Pe...pe... perdon padre, ya salgo. Solo dame un minuto más por favor. —Si, claro... Aquí te espero. ¡Mierda! Es lo último que me faltaba, mi estómago está hecho un nudo. Ahora cuando salga ver su rostro mal encarado hará que me cagué de miedo. —Porfavor padre, ya salgo, solo dame un minuto más para darme mis últimos retoques. —¡Apresura te!- Grito, dándole un solo golpe en seco a la puerta para luego marcharse. TOC, TOC. Apenas y pasaron unos segundos cuando nuevamente alguien tocaba la puerta de mi patético refugio. —Beatriz, soy Jack. Se escuchó la irritada voz de mi desesperado prometido. —Perdoname querido, me estoy haciendo mis últimos arreglos, sonó quasi fuori. — Vamos a apresurarte, llevo mucho tiempo allá fuera sólo como un estúpido. No se que tanto te haces...de todos modos siempre te ves igual. Jack es ese tipo de persona que te ofende sin dar se cuenta de que está siendo cruel, lo amo pero eso no ayuda en estos momentos. — Sal ya o prefieres que traiga a todo mundo y celebremos allí adentro contigo. No pude evitar sonreír, se que es un idiota pero un idiota encantador. —O ya se, mejor iré por tu padre.- Dijo en tono burlón Al oír lo decir eso inmediatamente abrí la puerta y salí echa rayo abrazándome a el. — Vamos cariño, no quedarás que la gente piense que te acobardaste porque no puedes con todo esto.- Dijo señalando su atlético cuerpo bien trabajado. Es verdad que Jack es muy apuesto, la fantasía Italiana de toda mujer. Buen cuerpo, cara de Dios, buen gusto en ropa, acompañados de un carácter arrollador. Caminamos hacia las escaleras y en cuanto asomamos las narices los flash de las cámaras comenzaron a deslumbrar nos. Rápidamente los ojos de todos los invitados estaban sobre nosotros, Jack comenzó a sonreir y saludar a todo mundo agitando su mano como reina de belleza en pasarela, yo intentaba no caer por no poder ver dónde piso. —Sonrie querida.- Dijo Jack entre dientes. Seguido de nuestra incómoda entrada la orquesta comenzó a tocar melodías alegres. El gran salón se veía bien, se escuchaba el destello de un flash de vez en cuando durante la velada. Saludamos a varias personas que son muy importantes para la familia de Jack, familiares y amigos de negocios. Al poco rato mi padre se acercó a ambos para poder presentar nos con algunos amigos suyos, varios ancianos con caras amargadas que al poco rato se transformaron graciosamente en lo que parecía el fallido intento de una sonrisa. —Creo que por primera vez veo a mi padre contento- Le susurré a Jack en el oído. —No derrama risas y miel pero se ve relajado.- Me susurro de vuelta. —Esta bien así, si sonriera me preocupa que le pueda dar una parálisis. En cuanto menos me di cuenta llegó el momento de que Jack pidiera mi mano. Dimos un brindis y dijo algunas cosas en Italiano que no entendí muy bien, pero creo que cualquier cosa dicha así suena romántica. “Mia cara Beatriz, non capisco cosa siamo, ma non voglio che smettiamo di esserlo. Così oggi accompagnato dai nostri cari voglio chiedere la tua mano in matrimonio." Entendí que había dicho el famoso “Te quieres casar conmigo", solo porque se puso de rodillas mientras sacaba la sortija de su saco, una reliquia de la familia Della Rovere. Los camarógrafos comenzaron a tomar fotos al compás de mis parpadeos poniéndome mas y más de nervios, intente mirar hacia otro lado pero no ayudo de mucho, los ojos de todos están sobre de mi. —¡Dios mío esto es demasiado! -Susurre en un hilo de voz. Quería impresionar a todos dedicándole algunas palabras en Italiano. Pero los nervios me congelaron y olvide hasta mi nombre. Lo único que pude hacer para no quedar como idiota fue aceptando moviendo la cabeza. Jack rodó los ojos ligeramente de forma que solo yo pudiera verlo, normalmente lo hace cuando hago algo mal y me hará pagar por ello. Puso esa fea y pesada piedra antigua en mi dedo para luego alzar mi brazo y que todos vieran la sortija en mi mano. “Es hora de dar todas las entrevistas prometidas a la prensa" - Anuncio mi futuro suegro. “¡Los novios de Italia!” Dirán todos los periódicos.- Gritó con entusiasmo. Entre cada entrevista rogaba que terminarán pronto olvidando que no hay nada que Jack ame más que la atención y hablar sobre el mismo por horas. Yo solo movia de ves en cuando la cabeza para que pareciera que estoy poniendo atención, hasta que nos hicieron la gran pregunta. —Claramente será lo más pronto posible.- Rápidamente contesto Jack. —Bueno señorita Beatriz, usted que opina.- Se dirige hacia mi una amable reportera. —Mmm... Claramente como dijo mi prometido, emmm... debe ser pronto jejejeje. —No quiero sonar atrevida pero casarse con Jack debe ser un sueño hecho realidad y si no tiene fecha será porque no está segura de casarse con el. —Que... no, no eso. Es solo que todo está pasando tan rápido que no eee...