- No Haniel, no puedo ir, me eliminaran en cuanto entre, no pertenezco aquí. - Dijo cuando comenzó a darse cuenta a donde se dirigía ella.
- Confía en mi, ¿Si? - Lo vio fijamente a sus oscuros y profundos ojos. - Solo confía Junier. - Él asintió y la siguió. Aún desconfiado de que algo le pudiese suceder a ella. Llegaron al altar donde reinaba el todo poderoso, a lo cual ella se arrodilló y dijo - Señor, tu ya sabes lo que ocurrió, y ya sabes como me siento, lo lamento mucho no puedo evitar esto que siento, ayúdenos por favor se lo suplico- con voz ronca y sollozando dijo Haniel.
- Junier - habló tranquilamente el celestial todo poderoso- te preguntaré, ¿Por qué no le hiciste daño? Sabiendo que los celestiales nunca mueren, sino que vuelven aquí luego de cada batalla, no son como los demonios, y eso tu lo sabes.
- Señor, yo no podría saber que le he hecho daño a lo único que ha devuelto mis esperanzas, amo a Haniel, cuando veo su mirada encantadora no puedo evitar querer protegerla aunque eso determine mi fin.
-Entiendo. Les daré una única oportunidad, y de esto dependerá si los castigaré o no. Junier, dime, aquí sabes que no puedes mentir, ¿Amarías también un hijo fruto de este amor? - Haniel subió la mirada con sorpresa, y rápidamente observo a Junier.
-Señor, amaría todo lo que provenga de ella, lo que siento no lo puedo explicar, nunca imaginé sentir esto. Y los protegería con mi vida.
Haniel permanecía callada y sorprendida.
- Su amor es algo inesperado, ha cruzado todas las barreras, y diferencias para poder encontrarse entre ustedes. Les ayudaré, podrán vivir, procrear, como una pareja, con honradez, fidelidad y amor, les concederé vivir alejados de demonios y ángeles de luz que se atrevan a intervenir. - Dios se acercó a Haniel y colocó su mano en su vientre, con una destellante luz gris- A partir de hoy te bendigo con la capacidad de dar a luz otro ser. Y también uniré sus vidas como una sola. Tendrás tu familia con tu amado. Pero... deben de saber que ese hijo fruto de esta unión, pertenecerá a ambos mundos, y ustedes no podrán elegir que vida elegirá, es por eso que su hijo será el primer Ángel mixto, el cual decidirá a que mundo pertenecerá, si a la luz o a las tinieblas. Y la manera en la que lo hará será a través de un humano. Al cumplir su mayoría de edad, tendrán que enviarlo a la tierra y el guiará la vida de un humano, y dependiendo de lo que se transforme ese humano el también lo hará. Él elegirá que camino seguir.
Dios creo un lugar para ellos vivir en armonía y que pudieran tener a su hijo, y criarlo sin interrupciones, hasta su mayoría de edad.
-Confió en que lo harán de una manera neutra sin influenciarlo para que el pueda decidir su propia vida- Dijo antes de marcharse Dios.
- Así se hará, señor - Hablaron Junier y Haniel al unísono.
-Y básicamente eso fue lo que sucedió para que ahora tu me tengas a mi como tu ángel de destino, Julián.
Estaba anonadado por tanta locura en tan poco tiempo, Julián hizo varias preguntas a Jhon, el las respondió calmadamente y con paciencia. Pero la que más le intrigaba a Julián era lo de su cabello.
- Tu cabello, ¿Por qué es de dos colores?
- Bueno, ya sabes, n***o oscuridad, blanco, luz. No es tan complicado.
-Es decir que, cuando elijas, tu cabello cambiará?
-Exacto. Si elijo el mal mi cabello se tornará oscuro, y si elijo el bien, mi cabello se quedará totalmente blanco.
-Bueno pues, serás un joven viejo. Con el cabello todo blanco jajaja - carcajeo fuerte Julián - Es broma, es broma, esta cool tu cabello, cualquiera de tus dos colores eh!
Jhon solo lo vio con cara sarcastica y desconforme.
- Me parece que no nos vamos a llevar tan mal, no me agrado mucho tu broma, pero, tu con tu humor como que muy lejos no llegas si te pagaran por ello.
- Oye... - Dijo ofendido llevando su mano a su corazón. - Eso duele, heriste mis sentimientos.
- Jaja - Jhon soltó una pequeña risa.
Así habían pasado horas mientras ellos dos hablaban y hablaban respondiendo dudas y dudas de Julián claramente.
De pronto se oye tocar la puerta - Julián, baja a desayunar, cariño. -Habló la madre de Julián a través de la puerta.
- Voy mamá- Gritó desde adentro. - ¿Y ahora? ¿Cómo haremos? es una locura contarle esto a mi madre no lo va entender.
-Tranquilo, puedo controlar quien puede y quien no puede verme. - Dijo calmado Jhon.
-Que alivio - Suspiró- Bajemos entonces.
Ambos bajaron al desayuno, Julián se sentó al borde de la mesa, y Jhon estaba de pie a su lado. Se dispuso a comenzar a sorber des u café, mientras que una voz que bajaba las escaleras se escuchó
- Hermanito, ¿tras que no me das los buenos días, no esperas a tu hermana para desayunar? - Habló Asami, la hermana menor de Julián, 1 año menor que él, pequeña de estatura, delgada y castaña, al igual que todos en la familia de Julián, incluyéndolo.
-Oh, No seas cerdo hermano! Come y luego hablas - Sonrió mientras le reclamaba.
Mientras tanto Jhon observaba detenidamente la situación pero principalmente a Asami.