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ADULTERIO

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Blurb

Obligada a casarte con alguien a quien no amas y que ni siquiera conoces. Un destino cruel para una chica de tan solo 20 años, pero todo cambia al conocerlo a él, así que pensaste que tu rumbo cambiaría, por primera vez viste ese mundo color rosa del que tanto hablan. Un amor que marcaría un antes y después, un amor que llegó para dispersar la tristeza que había en tu alma, pero tu destino ya estaba sellado y toda la felicidad que sentías se convirtió en dolor.

Traicionada, engañada y completamente destrozada, decides casarte con el hombre que habian escogido tus padres para ti. Decides unir tu vida a la de ese desconocido que prácticamente te compró. Un error por el cual sufrirás 17 años; 17 años en los cuales lo único que te sigue manteniendo en pie son tus hijos; por ellos llevas 17 años fingiendo tener la familia y ser la esposa perfecta al lado de alguien que jamás has podido amar y con el agravante de que jamás pudiste olvidar ese amor del pasado.

¿Ahora que pasará cuando te encuentres cara a cara con ese pasado?, Un pasado que ya tiene dueña...

¿El amor que sentías seguirá vivo? O ¿Después de 17 años lograrás ver a tu esposo con amor en vez de odio?

¡Ten cuidado! Porque en tu mundo gobierna la ambición, la venganza, el odio y sobretodo el ADULTERIO.

Esta vez... ¿Podrás ser libre de elegir con quien quedarte?

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17 AÑOS ATRÁS, UN MATRIMONIO ARREGLADO Y UN PRIMER AMOR
¿Alguna vez te has perdido en un laberinto?, ¿Si?, Entonces debes saber la angustia y desesperación que se siente al no encontrar la salida, esa sofocante sensación que te estremece al ver caer la noche y aún no haber salido de ahí. Hundida en una oscuridad y un silencio tan profundo que tus oídos empiezan a engañarte y piensas que escuchas pasos por todas partes, pasos siniestros, casí silenciosos, de alguien que busca acabar contigo. Y te quedas allí en un rincón esperando que la luz del sol vuelva a brillar y así sentir la protección de la claridad. Pero yo aunque desde mi ventana vea la luz del sol brillar, sigo sumergida en la oscuridad de la noche y en esta oscuridad estoy hace 17 años, justo en el momento que me casé con él. —¡AMBER YA TE DIJE QUE ESPERES! —me grita con furia. Subo rápidamente la escaleras, mirando hacía atrás llena de pánico, mientras lo veo a él alcanzandome. —¡ALEJATE DE MÍ! —grito entre lágrimas. Logro llegar a mi recamara pero cuando estoy por cerrar la puerta, esta se abre de golpe y ahí esta él, mirándome con esa mirada que me produce escalofríos, con esos ojos verdes oscuros y fríos que me dicen que en cualquier momento va devorarme. Empiezo a retroceder mientras él camina lentamente hacia mi, para mí mala suerte el camino llega a su fin al sentir mis piernas chocar suavemente contra mi cama, él me toma de la cintura con sus fuertes brazos y yo aparto mi rostro empuñando al mismo tiempo mis ojos. Lo siento olfatear mi cabello, bajando lentamente hasta mi cuello. Luego me tira sobre mi cama; lo miro llena de pánico al ver que empieza a quitar su saco y a desabrochar su camisa. —¡No, por favor no lo hagas! —digo con mi voz quebrantada. Lo veo tirar su saco al piso con furia y de inmediato encojo mi cuerpo, cubriendo mi rostro al mismo tiempo completamente llena de miedo. Espero varios segundos a que él empiece a tocarme, pero no lo hace. Vuelvo a mirar y ahí sigue de pie mirándome fijamente, veo tanta irá en su mirada que siento que en cualquier momento me golpeará, aunque nunca lo ha hecho. Me toma de la muñeca y me levanta de la cama. Pega mi cuerpo contra el suyo y su mano libre la pone en mi nuca, acercando mi rostro al suyo. —¿¡Por qué me haces esto!? —dice entre dientes con mucha impotencia en su voz— No te das cuenta de lo mucho que me destruyes con tu actitud y tus miradas de desprecio. ¡MALDITA SEA ERES MI ESPOSA! ¿Por qué?, ¿Por qué no te comportas como tal? Lo miró directamente a los ojos con ese desprecio que él menciona. —Porque lo único que me provocas es eso, desprecio y un odio más grande que yo —digo entre dientes mientras las lágrimas recorren mis mejillas y veo una lágrima sola recorrer la mejilla derecha de él. —Yo también te odio Amber, ¡Te odio tanto como te amo! —dice con ira. Luego me suelta, toma su saco y sale de mi habitación. Caigo sobre mis rodillas lamentando ese día... —¡Qué error tan grave cometí al casarme con alguien que jamás amaré! —me digo a mi misma mientras me ahogo en un sofocante llanto. ————17 AÑOS ATRÁS———— —¡Te vas a casar con él quieras o no! —dice mi madre mientras yo la miro llena de enojo, a ella y sobretodo a mi padre. —¡No lo voy hacer! No me casaré con un hombre ni siquiera conozco, solo por salvar tus empresas papá —digo con determinación. —¡Si lo harás! Así salvaremos el patrimonio familiar, y evitaremos caer en la ruina —contesta mi padre mientras toma un trago de whisky. —¿Por qué tengo yo que hacer esto? ¡Soy tu hija no un negocio! —digo al borde de las lágrimas. —Ay ya deja de ser tan sentimental, te casarás con ese hombre así me toque llevarte arrastrando al altar, ¿O qué es lo que pretendes?, ¿Que quedemos en la calle?, ¿Acaso quieres ver arruinada a esta familia y que a tu padre le de un infarto de la impresión?, ¿Quieres matarnos? ¿Eso quieres? Las lágrimas recorren mis mejillas y empuño mis manos decida a enfrentar a mi padres. —Yo no los quiero matar, ustedes mismos lo están haciendo —miro a mi padre fijamente— Tu papá con tu vicio por el alcohol y gastando el dinero en chicas con la misma edad de ¡tu hija! —volteo y miro a mi madre— Y tu mamá, gastandolo en joyas, viajes y ropa, aunque tú no deberías de preocuparte, alguno de tus amantes podría darte los lujos a los cuales estás acostumbrada, solo tienes que venderte con ellos, como siempre lo haces. Mis padres me miran con furia al escucharme, mi madre se acerca a mí y me da una fuerte bofetada. Agarro mi mejilla mientras el fuerte ardor en mi mejilla aumenta rápidamente. —¡A mi me respetas niña estúpida! —grita y me toma de ambas muñecas con fuerza, lastimandome— Y escúchame bien Amber, tu eres mi hija, por lo tanto yo puedo hacer con tu vida lo que se de la gana y si te digo que te vas a casar, ¡ASÍ SERÁ! —dice mi madre gritando. Siento mucha impotencia, pero sé que no tiene sentido seguir discutiendo con ellos. Esta es una pelea que no ganaré tan fácilmente. Consigo soltarme del agarré de mi madre, salgo corriendo de la biblioteca y también de la mansión en la cual vivo. Tiempo después voy caminando por las calles de la ciudad de New York, ciudad en la cual vivo desde que nací, la ciudad que nunca duermen como suelen llamarle. La luz de la luna y de las estrellas se pierde en medio de las luces de la ciudad, no hay un lugar que pueda estar tranquilo, un lugar en el que pueda pensar. Trato de secar las lágrimas que recorren mis mejillas, pero estas salen una tras otra. Soy una chica de 20 años, estudio ingeniería ambiental, soy hija única y tengo la familia más extraña posible. Mis padres, Roberto Stone y Jimena Montereal, se casaron por conveniencia, jamás llegaron amarse, ya estando casados cada quien hizo lo que quiso y a la hija que procrearon la dejaron sola criandose con las empleadas, creo que eso fue lo único bueno que han hecho por mí, porque así quede al cuidado de mi Nana Susan, la única persona en la cual puedo confiar. En estos momentos solo quisiera correr a sus brazos y llorar en su hombro mientras ella me consuela diciéndome que todo estará bien, pero lamentablemente ella está en estos momentos en un hospital luchando contra un tumor cerebral, el cual consume su vida poco a poco. Y si ella muere mi vida se irá junto con ella, estoy tan sola que ella es la única persona que le da sentido a mi existencia. La lluvia empieza a caer y meto las manos en los bolsillos de mi gabardina, rehusandome a volver a casa. Veo un parque con columpios frente a mi, debido a la lluvia no hay nadie en el parque así que decido cruzar la calle, pero cruzo sin mirar el semáforo y de repente unas luces iluminan mi rostro, mi corazón de inmediato se acelera y siento como mi cuerpo se paraliza. De repente siento unos brazos rodear mi cintura, lo cuales me jalan hacia un lado, caigo al suelo junto con la persona que me a agarrado de la cintura y el auto que estaba por atropellarme frena en seco frente a mi. Antes que pueda levantarme veo el rostro de mi salvador a centímetros del mío. Su rostro de tez blanca es adornado por la gotas de agua de lluvia que cae sobre él, sus ojos azul claro observan mi rostro con un brillo especial y sus labios rosa pálido complementa su rostro casí perfecto. —¿Estás bien? ¿No te hiciste daño? —dice el chico desconocido con una voz suave, pero muy varonil. —Eeh si, eso creo... —digo completamente distraída y perdida en su mirada. —Me alegro —dice casi susurrando y una hermosa y perfecta sonrisa se dibuja en su rostro. Le sonrió igual y siento como si ambos cayeramos en un hechizo. Él recorre mi rostro con su mirada mientras yo mantengo la mirada fija en sus ojos. Me doy cuenta que sus manos están puestas en mi cintura y siento como el calor sube a mis mejillas. —Señorita, señorita, ¿está bien? Escucho una voz femenina provenir de algún lado, pero mi salvador no quita su mirada de mi y yo tampoco puedo quitar mi mirada de él. —Si, si no se preocupe estoy mejor que nunca... —le contestó susurrando a esa voz, pero sin dejar de sonreírle y mirar a mi salvador. Después de unos segundos motor de un carro encender y luego dejo de escucharlo. La lluvia empieza a cesar y de repente el viento sopla haciendo que mi cuerpo tiemble. Mi salvador me aferra a él dándome su calor y no puedo evitar sonreír al sentir su protección. —Tienes una hermosa sonrisa —expresa mirándome embelesado. —Gracias —contesté. Mi salvador me ayuda a levantarme y quedamos de pie frente al otro muy cerca. —Me llamo Elian —informa con una sonrisa. —Yo soy Amber —digo sonriendo con timidez. Antes de que podamos iniciar una conversación, un auto frena al lado de nosotros, ambos miramos el auto y cuando la ventanilla de este baja, veo a mi madre mirándome furiosa. —¡Sube al auto en este momento Amber! —me ordenó con enojo en su voz. Miro a Elian con tristeza sabiendo que no volveré a verlo. —Gracias por salvarme —manifiesto con tristeza y abro la puerta trasera del auto. Cuando estoy por subirme, Elian me toma del brazo con delicadeza y me mira con desesperación. —¿Nos volveremos a ver? Su pregunta me desconcierta y antes de responderle recuerdo lo caótica que es mi vida en este momento. Muevo mi cabeza suavemente de un lado al otro, —No y es mejor que sea así. Me subo al auto rápidamente y este arranca de inmediato. ————UN MES DESPUÉS———— El verano pasó y en todo este tiempo, cada día y cada noche pensaba en él, en ese chico que salvó mi vida. No podía olvidar sus ojos azules, su sonrisa y mucho menos olvidaba su nombre. El nombre de Elian, MI SALVADOR. —¿¡Amber!? —grita Al escuchar a mi mejor amiga, Irene, gritándome, de inmediato salgo de mi trance y volteo hacia ella y hacia mi mejor amigo, Vincent, que está a su lado. —¿Qué pasa? ¿Por qué gritas así? —Porque últimamente estás muy distraída —objeta Irene con firmeza. —Si Amber ya dinos que te pasa, deberíamos estar celebrando que por fin estamos juntos después de un largo verano separados —agrega Vincent. —Lo siento solo estoy distraída —respondo vagamente. —¿Sigues teniendo problemas con tus padres? —pregunta Irene en voz baja. Doy un largo suspiro mientras juego con el césped del campus de la universidad. —Ahora más que nunca, pero después les contaré, es mejor que vayamos a clases pase, ya deben de estar por iniciar —expreso mientras me pongo de pie. Vincent e Irene hacen lo mismo y juntos caminamos hacia dentro de la universidad. Los tres somos amigos desde la secundaria, Irene y Vincent no se llevaban bien al principio, pero siendo ambos mis amigos decidieron soportase y aunque actualmente siguen peleando por cualquier tontería, sé que se aprecian y se consideran amigos. Irene y yo estudiamos ingeniería ambiental y Vincent administración de empresas. Ellos y mi Nana Susan son la única felicidad que tengo en mi vida, ya que mis padres solo buscan tratarme como un títere y solo me hablan cuando les conviene. Pronto llegamos al salón en que Irene y yo daremos nuestra primera clase; Vincent se despide de nosotras y se va a dónde se que le toque su clase. Irene entra al salón y yo entro detrás de ella con mi mirada fija en piso, completamente distraída pensando en todos los problemas que tengo. Levanto mi cabeza y mi mirada se cruza con esos ojos azules que ví hace un mes. Mi respiración se vuelve pesada al ver a Elian frente a mi en el otro extremo del salón; él me mira igual de sorprendido y una sonrisa se dibuja en su rostro. Millones de preguntas se acumulan en mi cabeza, pero salgo del trance cuando Irene mueve su mano cerca de mi rostro. —¿Amber te pasa algo? Parpadeo varias veces y miro a Irene. —¿Eh? ¿Q-qué pasa? —pregunto desconcertada. Irene se pará frente a mi, quitando de mi vista a Elian —Te quedaste hipnotizada viendo a ese chico, ¿lo conoces? —Después te cuento —digo con nerviosismo y voy hasta las sillas vacías, me siento en una de ellas y Irene se sienta a mi lado. Miro a Elian de reojo y noto que él me está mirando fijamente. Veo que empieza a caminar hacia mí y de inmediato mi corazón empieza a latir con rapidez; las cosquillas en mi estómago se vuelven más fuertes y desvió mi mirada sintiendo que no podré soportar la emoción al verlo acercándose a mí. Cuando ya está cerca el profesor entra al salón y Elian se detiene al escuchar que el profesor le pide a todos sentarse. Miro los pies de Elian y estos dan media vuelta devolviéndose. Lo miró directamente a los ojos y veo la frustración en sus ojos y no puedo evitar sonreír; él baja sus hombros liberando tensión y me sonríe también. Pronto la clase empieza y trato de concentrarme en lo que dice el profesor, pero siento la mirada de Elian sobre mi y eso me distrae. En cuanto la clase termina el profesor llama a Elian para hablar con él, imagino que por el hecho de que es un estudiante nuevo, pensé en esperarlo pero Vincent llegó al salón buscándonos y no tuve de otra más que salir con ellos al campus. Estando allí me hicieron el interrogatorio del siglo y no me quedó de otra que contarles acerca del supuesto matrimonio que arreglaron mis padres para mí y el como conocí a Elian. Irene se emociona mucho al contarle sobre Elian, pero Vincent parece preocupado cuando terminó de hablar. —¡No puedo creer! Definitivamente el mundo es un pañuelo, tu salvador precisamente es el chico nuevo y estudia ingeniería ambiental al igual que nosotras —expresa Irene con emoción. —Si, yo pensé que no lo volvería a ver —digo pensativa. —Bueno pero deberías estar más feliz, ¿Por qué te vez tan apática? —Irene por favor, utiliza el hamster que tienes por cerebro y piensa en como se debe sentir Amber con la situación que tiene con sus padres, eso de que te obliguen a casarte con alguien que no conoces debe ser horrible —dice Vincent mientras me mira con preocupación. Irene de inmediato cambia su expresión y toma mi mano. —Lo siento Amber, me deje llevar, pero mira yo creo que eso del matrimonio tal vez es pura patraña de tus padres, siempre te quieren obligar hacer lo que ellos quieren, pero el tiro siempre les sale por la culata. —¿Te han vuelto hablar del dicho matrimonio? —pregunta Vincent. Muevo mi cabeza a un lado al otro, —No, ni siquiera me lo han insinuado. —Entonces tal vez Irene tenga razón posiblemente sólo querían un fastidiarte —expresa Vincent. —Es lo más seguro tal vez si la idea se les ha cruzado por la cabeza, pero no creo que vayan a casar a su propia hija con un desconocido —agrega Irene. Doy un largo suspiro, ya que a pesar de sus palabras no puedo estar tranquila. —Ya no te preocupes y sonríe, ¿Si? —suplica Irene haciendo pucheros, lo cual hace que una sonrisa se dibuje en mi rostro. Ella me abraza mientras Vincent voltea los ojos. De repente veo a Elian venir hacia nosotros y cuando mis amigos lo ven de inmediato me dejan sola. Me levanto del césped cuando Elian se detiene frente a mi. —Hola Amber —dice con una sonrisa y me extiende su mano. La tomo y él besa mis nudillos, lo cual hace que mi piel se erice por completo. —Eeeh H-hola E-elian —Balbuceo nerviosa. Elian sonríe y noto que nuestras manos siguen tomadas y la mía tiembla. —¿La pongo nerviosa?, hermosa señorita —dice con picardía. Siento como mis mejillas se calientan con intensidad y suelto rápidamente la mano de Elian. —Hoy me siento el hombre más afortunado del mundo, pensé que no volvería a verla y heme aquí frente a usted, ¿será esto casualidad o destino? —pregunta retóricamente. Bajo mi cabeza con timidez, —Yo también estoy muy sorprendida. —Aunque debo ser sincero con usted, me intriga mucho esas últimas palabras qué dijo la noche que nos conocimos dijo y la citó; "que lo mejor era no volvernos a ver" Siento que los nervios se ponen de punta, ni siquiera yo misma sé porqué dije eso. —No lo sé, tal vez porque pensaba que no volvería a verte. —Entiendo, pero imagino que ahora las cosas cambian, ahora sí podremos vernos más seguidos y si usted me lo permite me encantaría llegar a conocerte más. Sonrió y asiento, —Claro, podemos ser buenos amigos. Ni siquiera sé porqué la dije pero en cuanto lo hice sentí que esa palabra "amigos" está demás. Elian sonríe y asiente, —Claro, amigos ahí es dónde siempre se empieza. Lo miró confundida y la sonrisa de él se vuelve más grande y mucho más agradable. Antes de que continuemos hablando, Irene llega hasta nosotros, nos avisa que ya va a empezar la clase y agrega que Vincent ya se fue a la suya. Elian, ella y yo no vamos juntos a la próxima clase y aprovecho para presentar a Irene y a Elian. Así Elian se integró a mi vida, ya no éramos un grupo de 3 sino de 4. ————UN MES DESPUÉS———— El tiempo se me pasó volando y bien dicen que el tiempo pasa rápido cuando te estás divirtiendo, cuando todo va muy en tu vida y sientes que estás en tu mejor momento. Mi nana se está recuperando y Elian y Vincent se han vuelto buenos amigos. Pero en todo este mes algo más pasó y está pasando, y eso es que estoy profundamente enamorada de Elian, creo que lo estoy desde el primer momento en que lo ví. Justo ahora estamos uno frente al otro en el lugar en el que nos conocimos, bueno en realidad estamos en el parque que está frente a la calle donde me salvó la vida. Él me trajo un ramo de rosas blancas que son mis favoritas y no puedo estar más feliz en estos momentos. —Ya debes imaginar a qué se debe que te haya citado aquí, justo en el lugar en el que te conocí, tu venías para este parque y yo también, pero cuando te ví cruzando la calle mi cuerpo se paraliza por completo, tu rostro bañado por la lluvia me cautivo y cuando ví que ese carro está a punto de atropellarte, no lo pensé dos veces y corri hacia ti. Sonrió al recordar lo sentí en el momento en que lo ví por primera vez. Elian se acerca más a mi y aparta un mechón de cabello de mi mejilla. —Te quiero Amber, te quiero tanto que cuando estoy contigo me siento como si tuviera 13 años y tú fueras mi primer amor. Lo que quiero decir es que me siento como un niño enamorado y no quiero pasar otro minuto de mi vida sin decirte cuánto deseo estar contigo, ¡TE QUIERO AMBER Y QUIERO QUE SEAS MI NOVIA! —manifiesta con firmeza. Al escuchar las palabras de Elian, no puedo evitar que las lágrimas se derramen de mis ojos. Siento tantas emociones al tiempo pero las más fuertes son la felicidad y la tristeza. —Yo siento lo mismo que tú... —confieso entre lágrimas. Elian sonríe y veo sus ojos ponerse llorosos. Bajo mi cabeza, —Pero no puedo estar contigo. Elian levanta mi cabeza con sus dedos en mi barbilla al escucharme y veo esa mezcla de tristeza, confusión y angustia en su mirada. —¿!Por qué!?, ¿Por qué? Si me acabas de decir que sientes lo mismo que yo. —Es yo estoy comprometida con alguien —confieso llorando. Elian retrocede alejándose de mi mientras me mira desconcertado. —No puede ser... ¿Por qué nunca lo mencionaste? ¿Vincent y Irene lo saben? Asiento secando mis lágrimas, Elian ese da medía vuelta y camina yéndose. Sé que si le digo el resto de la historia podría detenerlo, pero me siento tan aturdida que la voz no sale mi garganta, respiro profundo y reúno el poco valor que me queda. —¡Yo no quiero casarme! ¡Mis padres quieren obligarme hacerlo! —grito con firmeza y Elian se detiene. Las lágrimas nuevamente empiezan a recorrer mis mejillas mientras que él se voltea lentamente hacia mi. Las lágrimas también recorren sus mejillas. Hasta ahora solo pensaba que lo que sentíamos solo era un enamoramiento pasajero, pero ahora entiendo que es un sentimiento más fuerte que yo y es que parecemos dos adolecentes encanlidados por su primer amor, aunque en mi caso él es mi primero amor y quisiera que fuera el único. —Yo te quiero, te quiero demasiado, estoy enamorada de ti desde el primer momento en que te conocí —digo con convicción y mirando fijamente a Elian. Él sonríe entre lágrimas y se apresura hacía mi, yo hago lo mismo y cuando mi cuerpo toca el suyo desapareciendo cualquier distancia entre nosotros, nos hundimos en un beso apasionado y completamente desesperado. Todas esas miradas, esas sonrisas, esas indirectas, todo, absolutamente todo lo que vivimos este mes y lo que sentimos surge en este momento dándole libertad a nuestros verdaderos sentimientos. Después de varios segundos besándonos, Elian y yo nos separamos para tomar aire. —Tenemos que hacer algo para evitar que tus padres te obliguen a casarte, tal vez podemos hablar con ellos y... Muevo mi cabeza de un lado interrumpiendo a Elian. —Tu no conoces a mis padres, ellos no van aceptar, además que estoy casi segura que ya desistieron de esa idea de casarme con alguien que ni siquiera conozco, ya han pasado dos meses desde que me lo dijeron y no han vuelto a tocar el tema desde entonces, pero aún así yo tenía que decírtelo porque no quería ocultarte algo así. —Entonces vivamos esto que sentimos y no pensemos en nada más que en nosotros. Le sonrió a Elian y nuevamente nos besamos apasionadamente. ————UN MES DESPUÉS———— Me atrevería a calificar sin ninguna duda, este mes como el mejor mejor en toda mi existencia. Elian es el novio más maravilloso que pueda tener, estoy profundamente enamorada de él y no quiero separarme de él nunca. —¿Elian estás seguro de esto? —pregunté mientras miraba las puertas de la casa de Elian. —Si mi amor, ya es hora de que conozcas a mis padres, quiero presentarte ante ellos como mi novia. —Pero yo no te e presentado con mis padres como mi novio, sino como un amigo y siento que te estoy fallando —expresé con tristeza. —Ya conocí a tus padres y ya entendí porque te cuesta tanto hacerlo, son personas bastante difíciles, te entiendo perfectamente mi amor, así que no te preocupes —manifiesta con una sonrisa. Sólo con verlo sonreír me basta para tranquilizarme y sentirme segura. Entramos a su casa tomados de la mano. Elian al igual que yo, proviene de una familia adinerada y así viniera de una familia humilde tampoco me importaría. Elian me lleva hasta el comedor y ahí están sus padres y su hermano mayor. Los tres me miran de arriba y luego me sonríen. —Bueno, mi amor te presento a mi familia, él es mi hermano mayor, Enrique. El chico como de unos 25 años, de cabello castaño oscuro y ojos azules un poco más oscuros que los de Elian me sonríe. —Un gusto conocerte cuñadita —dice con un tono algo burlón. —La señora es mi madre, Cristina de Griffin. La mujer de mediana edad, de cabellera rubia y ojos azules como los de Elian, me sonríe mientras que con sus me analiza. —Un placer conocerte querida. —Igualmente señora Griffin —digo sonriendole con timidez. —Y por último, mi papá, Nicolás Griffin. El hombre de mediana de edad, de cabello castaño oscuro y ojos de color avellana, me sonríe. —Un placer conocerla jovencita. —El gusto es mío —respondo con firmeza. —Bueno y para ustedes les presento a mi novia, Amber. —Es un gusto conocerlos a todos —expreso con una sonrisa algo nerviosa y Elian aprieta mi mano y al mirarlo, su mirada me dice; "No te preocupes yo estoy contigo" Después de unos segundos nos sentamos y al poco tiempo nos traen la cena. Elian inicia una conversación para desvanecer la tensión, la plática trata de tiempo que vivió Elian y su familia en Miami antes de mudarse aquí a New York. Me limito a escuchar, pero a medida que el tiempo pasa más me incómoda el como me mira el hermano de Elian. Es como una hiena cazando su presa. Trato de ignorarlo y nuevamente me concentro en la conversación que tienen elian y sus padres. —Bueno lo mejor de Miami eran las chicas —dice Enrique, el hermano de Elian. —No es momento para hablar de esas cosas y mucho menos delante de la novia de tu hermano —manifiesta el señor Griffin reprendiendo a Enrique. —Lo siento si te incomode Amber —expresa con una mirada llena de picardía. —N-no te preocupes —titubeo nerviosa. —Bueno ya que hablamos de Miami, recordé que Brenda y su familia se mudarán pronto aquí a New York —anuncia la madre de Elian. En cuanto ella dice esas palabras siento como el ambiente se tensa un poco. —¿Quién es Brenda? —pregunto tratando de unirme a la conversación. —Es la ex de mi hermanito, o sea tu novio —contesta Enrique con un tono burlón. Sonrió con mis labios de manera incómoda, sin saber que más hacer. —Bueno mejor cambiemos de tema y nos Amber, ¿Quiénes son tus padre? —pregunta el señor Griffin. —Eh... Mis padres son; Roberto Stone y Jimena Montereal —contesté. En cuanto los nombres de mis padres salieron de mi boca el semblante de la madre y el padre de Elian cambio por completo. De repente ella se levantó y me miro con furia. —¡Quiero que te largues de mi casa en este momento¡ Nadie que tenga relación con esa mujer puede acercarse ni a mí ni a mi familia —expresa con odio al borde de las lágrimas. —Mamá ¿Por qué tratas a mi novia de esa manera? No tienes ningún derecho hacerlo —dice Elian con enojo. —¡La madre de tu novia casi destruye esta familia! —grita y me mira con desprecio— No te quiero ver aquí ¡LÁRGATE! Me siento completamente confundida y humillada, de inmediato me levanto de la mesa y salgo rápidamente de la casa de Elian. Lo escucho a él gritar mi nombre mientras me alejo, pero no me detengo. Tiempo después llegó a mi casa y mis padres están reunidos en la sala de estar. —Te estábamos esperando —dice mi madre. Ni siquiera les importa mi estado, claramente se nota que e estado llorando y que no estoy bien, pero ignoran eso por completo. —¡Ahora no quiero hablar con nadie! —exclamé e intente irme a mi habitación pero mi madre me tomo del brazo con fuerza y no me lo permitió. Veo a mi padre sacar del bolsillo de su pantalón una pequeña caja de terciopelo. —Aqui está tu anillo de compromiso, te casas en tres semanas, la fiesta de compromiso será en una semana —manifiesta mi padre. Siento que el mundo se me viene encima y mis ilusiones, mis esperanzas, absolutamente todo dentro de mi se rompe. —Así que sea lo que sea que tengas con ese muchachito, Elian, ¡lo vas a terminar! —exclama mi madre con furia y coloca el anillo brillante en el dedo anular de mi mano izquierda. Justo en este momento me doy cuenta, ellos lo prepararon todo, sabían que si me insistían, más en contra me pondría, así que decidieron darme la sopresa a última hora para así tomarme desprevenida, calcularon todo a sangre fría para así poder hacer su sucio negocio con su propia hija.

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