Esa diabla es la que pone a los ateos a decir "Dios mío" «David sant»
—¿Cameron Black? — Pregunte con un cierto tinte de sorpresa. Ese nombre resonaba en la mafia, era el hombre quien la encabezaba por el momento. Se rumoraba que estaba loco y era un jodido psicopata sanguinario sin escrúpulos que no quería ni a su propia madre. No lo conocía en persona, pero lo había investigado. A él y a su familia—¿Quieres que lo seduzca?
—Así es— Mi padrino era un hombre anciano, creía que yo podría llegar a tener el poder de los Black.
No es que dudara de mis capacidades, pero, ¿meterse con un Black? quien jodidas en su sano juicio y en sus buenas facultades mentales haría eso, sería como ir la orilla de un precipicio y arrojarte en busca de tu muerte. Una muerte dolorosa sin duda alguna— No te voy a mentir. El hombre tiene el poder por que es un hijo de puta que no se quiere ni a sí mismo. No será fácil, pero tampoco imposible.
Los pondré en contexto; Ese apellido le pertenecía a una familia jodidamente poderosa. Era la familia que todos los mafiosos y narcos les besaban los pies. Investigue a cada m*****o.
Steven black es el hombre con más poder en esta tierra, o lo era, hasta que le entregó todo a su hijo por proteger a su hija. Después seguía la melliza de Cameron, Alice. Una chica que no es por hacerla de menos, pero en esto,ella no entraba. Andrew Black, el joven que aún no "maduraba" y se la pasaba de fiesta en fiesta.
Lo entendía, yo a los dieciocho me la pasaba igual que él. Pero ahora con mis veintitrés, me di cuenta que no todo es fiesta, al menos no si tienes otras ambiciones.
— Y después de que lo seduzca, ¿que pasara?—Se carcajeó. Su maldita actitud me calentaba lo ovarios. No era estúpida, si llega a obtener el poder, el viejo me lo arrebataría. Era un egoísta que solo pensaba en sí mismo, pero yo no nací para perder. Yo nací para ganar.
—Lo matas — Para mi, quitar vidas era algo normal. Me pagaban por hacerlo y la paga era buena. Asesinaba a los narcos más pendejos o más cabrones.
Pero para matar a alguien tienes que estar a su mismo nivel, por que si, hay niveles. Y algo me decía que Cameron Black estaba en un nivel mucho más alto que el mío, para hacer exactos en la coronilla de la pirámide.
—Eso suena fácil, pero hacerlo es otra cosa — Una mujer solamente en bragas apareció con la medicina que le tocaba a mi padrino. El vil viejo tenía un burdel de putas, no era el más famoso, pero se defendía.
—Sin miedo, Dani— Me tensé. Odiaba que me llamara por ese nombre. Ella lo pronunció cuando le arrebataron la vida.
—No me llames así — Apreté los dientes hasta que mi mandíbula dolió. Mi pasado era tan miserable y tan mierda que cada vez que me lo recordaban, un cuchillo se me clavaba en el alma provocándome dolor.
Mientras que algunos están destinados a nacer en cunas de oro, otros como yo, estamos destinados a sufrir.
— Lo vas a encontrar en la Arena— Cambio de tema— Estará de mal humor, no tiene a su hermana a su lado. Aparte de loco, enfermo. Tienes que desacerté de Annabella Black. Cameron tiene una obsesión por ella. Es solo un estorbo para nuestros planes.
Como ya lo dije; Mataba, asesinaba, pero solo a los que merecían morir y no creo que esa mujer merezca la muerte.
—¿En la Arena, dices?
—Si. Descubre su punto de quiebre, usa lo que él más desea y voltéalo a tu favor.
Mi ambición era tener el poder. Mamá solía decir que el mundo era mío, que solo lo tomara en mis manos. Y yo le creí.
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—¿Que mierda quieres? —Me trague el manojo de nervios que se formo en mi estómago. Era joven, pero maduro y endemoniadamente atractivo. Tenía unos ojos como la noche, tan oscuros que te tragaban. Pero lo que más me sorprendió de él , era la forma en la que te miraba, como si te odiara, como si le provocaras nada más que asco. Como si fueras la mierda que piso por accidente y se embarró en su zapato.
No iba a poder con él. Me tragaría viva si tan solo le rozaba el cuello, pero no podía dar marcha atrás, se daría cuenta que algo tramaba y seria ahí cuando me liquidaría.
Con Cameron Black no se juega, por que simplemente él no quiere jugar. Este hombre era todas las malditas piezas del ajedrez, se movía a su antojo cuando y como quería. Yo no podía contra esto, no contra él.
—Quiero negociar— La Arena no era un lugar en el que querías estar. Lo mas bajo y repugnante te encontrabas aquí. Un hombre rubio y llamado Rick, estaba a su lado mirándome con sospecha.
—Yo no quiero negociar, lárgate antes de que aparezcas muerta en un rio sin que nadie identifique tu puto cuerpo— Evadí su amenaza.
—Puedo trabajar para ti, puedo ser todo lo que quieras que sea— La cara de este hombre no reflejaba nada. Era un jodido libro cerrado con miles de cadenas con candado y la llave en el núcleo interno de la tierra.
—Yo no trabajo con prostitutas — Empezaba a enfadarme. Yo no era ninguna puta, o sea, tampoco era virgen, pero yo no me paraba en las esquinas— No me interesa tu coño.
—Pero ... —Su amigo rubio me interrumpió.
—Ya lo escuchaste, es mejor que te vayas, créeme
—Puedo vigilarla— Con eso logré obtener su atención— Puedo vigilar a tu hermana— Se levantó de la silla y camino hasta quedar frente a frente. Trague saliva con disimulo, las piernas me empezaron a temblar y las manos igual— Era un hombre que causaba miedo en los demás.
—¿Como sabes eso?– El tono había cambiado. Estaba enojado y fui ahí que me di cuenta de mi gran error—¡Contesta!–Me estrelló contra la pared causándome dolor. No era suave y me estaba lastimando.
—Yo investigue, quería trabajar para ti— Me volvió a estrellar causando que mi cabeza se golpeara contra la dura pared, vi una nube negra con estrellas en mi visión.
—La vigilarás, día y noche. Me informaras todo lo que haga— Lo haría pero solo para despistarlo para que exista la confianza entre los dos, después le quitaré todo, pero necesitaría la ayuda de alguien más.— No te confíes puta, yo no confío ni en mi jodida sobra— Con un carajo, este hombre en serio que era difícil—. Ve y has tu puto trabajo.
Antes de empezar mi trabajo. Oscar un viejo amigo me invitó a cantar en su residencia, amaba hacerlo, me gustaba cantar por que me sentía libre y en mi burbuja imaginando un mundo donde yo tengo todo.
Andrew Black estuvo presente. Me lo folle y me gustó. No era como su hermano, Cameron irradia miedo y terror. Andrew con solo verlo, te dabas cuenta que podías confiar en él, que podías contarle tu más sucio y perverso secreto y él callaría y se lo llevaría a la tumba. Tenía una " inocencia" que me encantaba. Sería mío, el joven rubio junto con el poder serían míos.
....
Me dediqué a vigilarla. Annabella era una mujer hermosa, diablos, me volvería lesbiana por ella. Tenía un cuerpo que, santo cielo. Su atractivo te dejaba idiota con tan solo verla. Ahora entendía en cierta parta la obsesión de Cameron.
No estaba sola. Un pelirrojo que me dejó babeando el piso por él, apareció. Tenían una relación ellos dos, follaban, se besaban y se decían palabras un tanto posesivas. Amor tóxico abundaba en esa pareja. La forma en la que el hombre enorme la miraba, como la tocaba. Mmmm, pero yo ya tenía a Andrew y con él me bastaba.
Hasta que ocurrió algo. Se casaron y eso a Cameron no le gustó. El hijo de puta se volvió loco golpeando a Rick. El pobre rubio quedó con la cara hecha mierda. Rick estaba a cargo de evitar que bella hiciera una estupidez, así que el peso cayó sobre sus hombros y no el los míos, yo solo la vigilaba y punto.
Salía con Andrew, follabamos. Yo era su señora y él era mi sumiso. Le tome cariño en corto tiempo. Tenía el don de escuchaste, era una muy buena compañía, pero no era ambicioso como yo. Y eso estaba mal, necesitaba que deseara, anhelará el poder de su hermano mayor. Solo así lo conseguiría.
Seguía vigilándola, no tenían ni dos días de casados y una tragedia ocurrió. Annabella fue a parar al hospital por culpa de otro pendejo que estaba obsesionado con ella. Esa mujer era un iman de problemas, y su belleza era la culpable.
Alec Weterman, tenía muy poca información de él, lo mas importante es que siempre le ha dado guerra a Cameron. Quiere a bella tanto como querer respirar.
Entonces me fijé en Alec. Tenía poder, podría empezar con él, quitarle todo lo que ahora tiene.
—Hemorragia interna, sus dos riñones perforados— Dije. Cameron estrelló la cabeza de Rick sobre la pared. La ira de él, siempre recaí sobre Rick.
—¡Que fue lo que te dije! — Le gritó al rubio. Di un paso atrás corto. Mantuve mi postura recta y en modo «perra»— ¡malditacea!
Cameron llamó al verdadero culpable, llamó a Alec.
—Ya estoy moviendo mis influencias para que la atiendan— Dijo el hombre. El semblante de Cameron no era bueno, ni si quiera sabía hasta qué grado podía llegar a enfurecer tan solo por su hermana—Fue un error mío.
—No moverás tú nada— Dijo. Se levantó dándonos la espalda a mi y a su amigo. Rick tenía la frente y el ojo hinchado y morado— Si muere, te mueres con ella, cabrón.