Darme cuenta de que le importaba a Zett más de lo que él me importaba a mí fue un golpe psicológico bastante fuerte; sí bien era consciente de que sentía cierto interés hacía él nunca se me habría ocurrido que por su parte las cosas fueran tan intensas. No lo negaré: aquello me hizo sentir sumamente bien, mejoró mi autoestima en parte. Ahora tenía claro que, según lo que había denotado, Lina no tenía oportunidad alguna... Y el hecho de por primera vez en la vida haberla superado de lleno en algo engrandecía mi ego con creces. Era imposible evitar que el narcisismo no me atacara; en las últimas horas me había envuelto por completo. Zett y yo no habíamos salido en los últimos tres días, desde que me había dicho aquella icónica frase. Era cierto que... Sus palabras me hicieron sentir sumame