Capitulo 2: Paso número 1

2651 Words
Monique Así ha pasado ya un año, y en doce meses, he estado trabajando en restaurantes pequeños, nunca cocinando, siempre de mesera, lavando platos, atendiendo pedidos. Solo de pensar estar frente a la cocina me da una tristeza absoluta, me recordaba a todo lo que perdí. Era difícil una Monique sin cocinar, pero a esto me había llevado la vida Es de noche y estoy realmente cansada y mientras todos piensan en salir un viernes a clubes, a cenar y a discotecas, yo pedí salir un poco antes de uno de los restaurantes que trabajo, solo para poder arreglarme. Hoy tenía un día particularmente importante, uno que he estado planeando desde hace mucho tiempo. Es el paso número uno de mi plan. Ya había dicho que tenía una lista, un plan, tenía conocimiento, tenía las ganas y el coraje para hacerlo, pero me faltaban los medios. Se imaginaran que una empleada de un restaurante no ganará millones, además de que mis ahorros se fueron en pagar deudas de mi ex novio, unas que ni adquirí ni tampoco disfruté del gasto de ese dinero. Así que si, necesitaba aliados. Había logrado desenredar el entramado de todas las alianzas y personas que me habían hecho daño, cuyas acciones habían resultado en la pérdida de mi negocio, mi dinero y mis desgracias. No solo eran pérdidas materiales, yo sentía que había perdido la esperanza, mis creencias en la bondad del mundo y de las personas, la importancia del esfuerzo y el trabajo. Principalmente había dejado de creer en el amor, aunque ya desde hace años que Felipe y yo no teníamos ese sentimiento. Y así como yo había sufrido todo esto, las acciones de esta gente no podrían haber sido solo para mí, sino al contrario, debe haber como yo varias personas que quieran verlos caer. Esa era mi primera jugada y lo que me llevó a los acontecimientos de esta noche. Me veía en el espejo de la habitación. Tenía un vestido de color azabache, de terciopelo, elegante, con un escote sin tirantes, se pegaba a mi cintura y tenía una abertura en un costado, era moderado, clásico pero mucho más atrevido de lo que yo nunca usaría. Tenía unos aretes sencillos y un labial oscuro, mi largo cabello castaño oscuro que siempre llevo atado estaba suelto, peinado con ondas para cubrirme un poco. Mi look era bastante oscuro en general, no sé si era el más favorecedor para mi piel dorada, pero era necesario. Todo esto me ayudaría a verme bien, pero a no resaltar mucho. Digo que tenía muchas cosas, pero en realidad no tenía nada. Ni este vestido, ni los accesorios, siquiera este departamento era mío. Todo era gracias a mis amigas. Dafne se había mudado con su esposo millonario a un departamento lujoso en la mejor zona de la ciudad. Su departamento propio quedaba vacío y ella me lo dejaba sin que tuviese que poner una sola moneda. Me ayudaba de una forma inigualable, solo tenía pocos gastos, comía en los restaurantes y por lo demás no tenía grandes adquisiciones. En cuanto a la ropa era préstamo de mi amiga Lolo que siempre tenía debilidad por coleccionar fabulosas prendas. Ellas siempre querían ayudarme, se que estaban preocupadas por mi, me dejaban mensajes de vez en cuando, nos veíamos incluso menos. Me dolía mucho, pero el camino de la venganza es solitario y no quería meterlas en problemas. Ellas lo sabían, así que cuando yo les hacía un pequeño pedido aceptaban sin dudas. No verlas era lo más difícil. Hacían reuniones y yo iba muy de vez en cuando, y en cuanto las veía me sentía… tan amada. Me abrazaban y adoraban, me preguntaban por mi vida y yo poco hablaba ¿Qué les iba a decir?. Hasta sus esposos me extrañaban, y todos me ofrecían trabajos, posibilidades de hacer algo más y sobre todo, me comentaban que extrañaban mis postres. Verlas era agridulce, me hacía feliz y a la vez… me producía melancolía. Todas tenían trabajos fantásticos que amaban, Dafne era una CEO importante en la familia de su esposo, su familia ahora. Lolo y Rita tenían el mejor negocio de comunicaciones de la ciudad. Greta tenía un pequeño bebé, el pequeño Gustav, que era básicamente la copia de su papá y era el rey del grupo. Todas felizmente casadas, todas llenas de amor, todas aun viviendo en una idílica nube de eterna luna de miel. No era casualidad, sus esposos eran uno mejor que el otro, realmente excelentes hombres. En cambio yo, era la que había decidido mal, la que no había hecho la peor elección, hace ya varios años. Mi querido ex novio debe estar en una isla del caribe con su rubia novia acostados en una playa paradisiaco tomando margaritas. Suspiro. No es culpa de nadie, solo mía. Antes de salir le doy un vistazo a la pared del cuarto. Yo como, duermo, vivo y respiro con lo que esta pared contiene. En una gran pizarra he pegado papeles con datos, direcciones fotos, detalles, pruebas, todo lo que he podido acumular por un año sobre mis objetivos, mis targets para cazar. No había un día que no revisará todo, no importa cuan tarde llegará, cuan cansada estuviera, siempre creía haber encontrado algo más, una señal, algo que no había visto una indicación de que algo se me pasó, que necesitaba ver algo. Había obtenido todo esto de internet, con ayuda de mis amigas, de recortes de periódico, de visitas a bibliotecas, de hacerme pasar por periodista, por empleada, por mesera. Había ido a tomar fotos a lugares, a quedarme horas en un edificio, en una entrada, en una ventana… esperando el momento propicio. La foto que necesitaba, el nombre, el dato, la ubicación. Era un trabajo que requería mucha paciencia, que afortunadamente yo tenía. ¿Han tratado de hacer un postre exquisito? Les cuento que lleva mucho tiempo, mucha persistencia, tenacidad y sobre todo, no dejarse llevar por la premura. Como dicen, las mejores comidas se preparan a fuego lento, y este era el caso. Extrañamente la dueña de este departamento Dafne, era la más investigadora de todas. Le decimos Sherlock Holmes, e inclusive en fiesta de disfraces se vestía como el gran detective ficticio. Ella y Greta habían investigado sobre Felipe, mucho antes de que yo me diera cuenta de quién era realmente él. Todo ese trabajo de ellas era mi punto de partida. Así que aquí tenía todo lo necesario para precisamente investigar. Tenía impresoras, un par de computadoras bien potentes, una red segura de internet, un archivero ya que siempre es bueno tener pruebas físicas por si la tecnología falla, varios mapas grandes de la ciudad con detalles de calles, una pantalla grande para proyectar la info de la computadora, una destructora de papel, entre otros. Como dije, una mujer muy inteligente y preparada. Después de arreglarme y de de nuevo, no reconocerme en lo absoluto en el espejo, repasaba todo por quincuagésima vez. Tenía por un lado, obviamente todo un costado de la pizarra con información de mi enemigo número uno: Felipe. Tenía detalles de su vida conmigo, de su malversación y robo de mis fondos y ahorros, números de sus cuentas, últimas ubicaciones, uso de su tarjeta de crédito y demás pruebas. El infeliz gusano tenía una gran ventaja en su haber: era pésimo con la tecnología así que no usaba mucho las tarjetas, ni transacciones que requerían internet, era un tipo a la vieja usanza, y eso era una desventaja para mí porque era muy difícil rastrearlo. Por fotos que pude obtener, sigue en una isla, pasándola bien. Sin trabajar, no es que lo haya hecho mucho antes, e inmune a todos los desastres, deudas, prestamistas que lo buscan, entre otros. A quien sí podía rastrear más fácil era a Charlotte, su nueva novia. Que no solo era eso, era una mente maestra. Si algo le tengo que conceder es que era realmente persuasiva, no porque Felipe fuera muy inteligente y fuera difícil convencerlo, sino porque me di cuenta de que había enredado a más de uno. Mis amigas tenían razón, Charlotte no era ninguna tonta, era más bien una especie de “facilitadora” de nuevos clientes que se los llevaba en bandeja de plata a su jefe. Traducción, era una caza bobos, donde veía un completo idiota lo envolvía en sonrisas, promesas y le proponía atractivas inversiones donde según, no había forma que perdiera dienero. Alerta de spoiler, se perdió todo ese dinero, mi dinero que Felipe invirtió. Charlotte era una pieza importante aquí, no creo que solo acatara órdenes, realmente había una gratificación, una felicidad y satisfacción al embaucar a otros. Por ahora seguía con el infeliz gusano de mi ex, quien sabe qué ocurrirá. Pero se que han habido otros que han tenido la desgracia de involucrarse con ella. Tengo una lista impresionante de gastos y consumos de la rubia, realmente se da la gran vida: zapatos, joyas, masajes, viajes, ropa de diseñador, discotecas, spa y tratamientos… Como dije la vida de ricos y famosos. Después en mi lista, al otro lado de la pizarra, venía un par de peces pequeños que con sus acciones acabaron ayudando a que yo esté donde esté, un abogado maligno y una periodista de cuarta que hizo que pareciera que todas las estafas fueran reales. Aún no sé si hay más, cosa que no descarto. Estos serán los primeros que voy a atacar. Y, en la parte superior de la pizarra, estaban los peces grandes y teníamos a un par importante. Uno era Louis Warleggan, ex jefe de mi querida amiga Dafne, que no solo le hizo la vida imposible, sino que fue el artífice para que mucha gente en la ciudad invirtiera en un mal negocio de un puerto, donde obvio, mi ex invirtió y perdió todo. Era un empresario importante venido a menos y que había escapado de ir a la cárcel por la eternidad donde debería estar pudriéndose como la rata que es. Si es por mi, no por mucho tiempo va a evadirla. Por último estaba el diablo mismo, Robson. Gran empresario de Dubái que tiene varios casinos en la ciudad y cuyo entramado es el resultado de su mente malvada y psicópata, él movió todos los hilos y a todas las personas anteriormente mencionadas para obtener grandes cantidades de dinero, sin esfuerzo y a costa de otros. Era el jefe de Charlotte, el socio de Warleggan y ese tipo de criminales de cuello blanco que usualmente no van a las cárceles, pasan desapercibidos. Espero que esto no sea así finalmente. Pero por ahora no puedo ir contra ninguno de ellos, por más pruebas que tenga, tengo que concentrarme en aliados. Además de mis amigas y sus esposos, no tengo a nadie más. Necesito a alguien que tenga la mente oscura de esta gente, alguien que no le tiemble la mano para hacer lo que se tiene que hacer. Ese es mi objetivo de esta noche, y con eso emprendo mi camino. Al fin y al cabo, yo solo soy una chica, una que no tiene ya nada que perder. Me bajo del taxi, y veo el lugar al que voy es realmente glamoroso. Cuando subo las escalinatas de bronce me pongo de repente nerviosa. El lugar es magnífico, intento no prestar mucha atención a los detalles, sino concentrarme en pasar un poco desapercibida y ver a quién tengo que ver, a quien me puede ayudar. También estoy un poco ansiosa porque estoy entrando con una mentira. Yo no tendría forma de cómo ingresar a este evento, una gala magnífica de caridad que debe costar una enorme cantidad de dinero. Pensé por un momento hacerse pasar por mesera, pero no iba a ser tentador conseguir aliados vestida de mesera. Así que la opción era mentir. Solo tuve acceso porque Greta mi amiga me dio su invitación, ella y su hermano son socios y contribuyentes de este evento. Con el pequeño Gustav ahora en sus vidas, era imposible que vinieran, así que me la dio de buen agrado. Lo único que tengo que hacer es dar esta invitación, este sobre con letras brillantes que tengo en mi mano y pasar como si nada. Entrar es el primer paso, y luego… luego ya veremos. “Greta Green” - digo en el espacio de recepción a un chico joven que me ve amablemente, entregando mi sobre, tratando de parecer lo más serena posible. Veo mis manos y demonios, debí haberme pintado las uñas, quizás colocarme algunos anillos, son un desastre. Sigo sonriendo para verme confiada. “Señora Green ¿Viene sola esta noche?” - pregunta el chico. Mantente serena Monique, vamos respira… “Oh sii sii, mi esposo Matt no se sentía bien así que si… vine yo simplemente para ayudar con todo lo que se está haciendo con la gala de caridad. Siempre hay que ayudar a otros” - digo lo más tranquila y firme que puedo. Tengo que mantener mi mentira hasta el final por si alguien me escucha. Aunque si alguien me reconoce va a darse cuenta que efectivamente no soy Greta, nada más lejos de la realidad, Greta es rubia de cabello corto y rubio con ojos verdes y de piel blanquísima. Y es obvio que pregunte por su esposo, Matt y ella no se separan ni van a eventos separados. Pero quizás este chico no la conozca, finalmente no parece tener dudas. Me da un programa con una sonrisa. “Esperamos contar también con su hermano y su esposa” - dice y me quedo pensando en seco. Creo que Taylor, el hermano de Greta y Patricia, la famosa fotógrafa, están en Europa, pero no sabría decirlo. Antes de poder meter la pata el chico me hace una señal amable con sus manos. “Que tenga una excelente velada Señora Green, y recuerde contribuir con nuestro programa de caridad” - dice en voz alta y yo sonrío nerviosa, le agradezco y sigo por el lugar aún con susto. Me quedé de repente en una esquina perdida. Esto va a ser más difícil de lo que pensé, el salón está lleno, hay mesas, gente parada, algunos bailando, hay un par de bares, varias estaciones de comida, un par de meseros me ofrecen vinos, otros unos aperitivos, todos lucen en sus mejores galas, todos en grupos grandes hablando y riéndose y yo… me siento como una cucaracha en medio de la calle. Sin saber qué hacer. ¿Para qué demonios vine a este evento tan obviamente fuera de mi alcance? ¿Qué haces aquí Monique? No estás preparada para esto ¡Solo eres una chef! Ya ni eso, ahora solo lavo platos y escucho quejas de clientes. No sé si pueda con esto. Veo un recodo un espacio con muebles y donde hay un pequeño balcón. Voy a tomar un poco de aire, no me haría mal un poco de agua. Luego de un minuto me siento mejor, abanicándome con una mano, y con la otra me tomo el estómago. Siento que estoy en medio de un ataque de pánico y solo es el comienzo, me lamento. No he dado ni el primer paso y ya tengo ganas de huir. Observo mi mano, tengo un tatuaje de una mariposa… mi guía espiritual, quien me ayuda a hacer lo que tengo que hacer. Una mariposa amarilla me guía el camino hacia la justicia, la verdad y apoyo a aquellos que sufrimos. La acaricio y pienso que alguien o algo, me da fuerzas en la lejanía. “Necesito ayuda” - susurro suspirando agitada. De repente, escucho una voz masculina con acento afrancesado que me saca de mis pensamientos. Me volteo rápidamente, completamente asustada. “¿Con que es la señora Greta Green? Bienvenida a la gala” - dice la voz casi bromeando. Y siento que el corazón se me sale del pecho.
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