Alek Zakharov (El Líder De La Mafia)

EPÍGRAFE

Tenía dos opciones en ese momento, salir corriendo y fingir que aquello no estaba pasando, renunciar a mi empleo y justificar mi salida con alguna tonta excusa, o quedarme y aceptar el trato que me estaba ofreciendo.

Estaba en sus manos, sin escapatoria y por su mirada intensa y su sonrisa de triunfo podía asegurar que él ya sabía mucho antes que yo, cual sería mi respuesta.

Sequé el sudor de mis manos en mis caderas, llevé un mechón de cabello con nerviosismo por detrás de mi oreja y solté el aire que no sabía que estaba reteniendo en un sonoro suspiro.

—¿Sin lugar a negociaciones?

Sonrió, se levantó de su asiento giratorio y caminó como un lince, acechando a su presa, hacia mí.

Me rodeó despacio y sin que lo pudiera anticipar me tomó de los muslos y me pegó a su cuerpo bien trabajado.

—¿Quieres negociar?.

¡No!

—S-Sí —respondí en un titubeo.

Reprimí un jadeo cuando levantó la orilla de mi falda y cerré los ojos. Mis piernas eran gelatina, temblaban y no lo podía controlar.

—De acuerdo —Susurró sobre mi oído. —Negociemos, pero mis reglas se quedan.

Asentí frenética y mordí mi lengua para no jadear cuando metió dos dedos en mi feminidad.

¿En qué momento había llegado hasta ahí?

¿Como había llegado yo a ese punto de mi vida?.

—Mis condiciones también, señor B.

Traté de tomar cordura.

Estaba "Negociando" sin saber que las cartas habían sido puestas sobre la mesa desde hace mucho.

Y apenas ahora empezaría el juego.