LIBRO II: CAPÍTULO I- Preocupaciones

1102 Words
Registrada en SAFE CREATIVE  Bajo el código: 2108299104794 TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © María Julia  (Días antes)  Bajo del avión apresurada, casi corriendo por el pasillo de embarque y saliendo a las instalaciones del aeropuerto a toda velocidad. En las ocho horas de vuelo no he podido dormir nada, ni siquiera dejar de pensar en lo que ha pasado y sobre todo el porqué.  ¿Desde cuándo me convertí en la víctima de Eduardo?, ¿por qué se ha empeñado en molestarnos?, ¿qué es lo que quiere conmigo y con mi hija?, ¿no se supone que ni siquiera la quería? Mi padre aún no me ha dicho nada sobre el asunto, pero sí se ha traído a Sabina a España es porque éste debe ser grave y la niña tiene que estar presente; mis pensamientos se interrumpen cuando mi móvil suena.  ―¿Papá?― digo respondiendo de inmediato.  ―Mateu está esperándote en el aeropuerto, te traerá a casa.  ―Y, ¿Sabina? ― pregunto.  ―Está bien, conmigo, dormida…te espero hija― me dice para luego colgar.  Guardo el móvil en mi saco y me apresuro a llegar a migración para de ahí salir de las instalaciones y subirme a la camioneta que me llevará a mi casa para reunirme con mi hija, la única que me importa en este momento.  […] Una hora después llego a mi casa y entro para ver a mi padre sentado sobre el sofá con un cigarro en mano.  ―¿Estás fumando? ― pregunto de inmediato―eso quiere decir que estás muy preocupado.  ―¿Así saludas a tu padre? ― me dice.  Camino hacia él dejando todo sobre la banca del recibidor y él se pone de pie para abrazarme. Mi padre lo hace con mucha fuerza, haciéndome saber que lo que está pasando es algo más que una simple demanda tonta o algo que se pueda resolver en cinco minutos.  ―Tu me dijiste cuando era pequeña que si fumabas era porque algo te preocupaba mucho ― murmuro sobre su pecho.  ―Deje de fumar en el momento en que llegué a México y conocí a tu madre, cuando todas mis preocupaciones se fueron y mira, aquí estoy de nuevo en Ibiza, fumando y lejos de tu madre ― y lanza una ligera risa que apenas es audible para los dos.  ―¿Cómo está Sabina? ― pregunto después de un rato atada a su cuerpo.  ―Bien, ella está bien, siempre lo está ― responde ― mi padre se separa de mí y me ve a los ojos― mañana tenemos que ir a la empresa, tenemos una reunión con Eduardo.  ―¿Qué es lo que quiere?, ¿tú lo sabes? ― inquiero de inmediato.  ―No mija, sólo sé lo de la demanda, no tengo ni idea de lo que está pasando, ¿me crees?  Suspiro― claro que te creo papá, jamás dudaría de tus palabras y de nada, incluso no le diré a mamá que haz fumado.  Mi papá sonríe ― tu madre tiene un olfato que seguro ya lo sabe, tampoco te preocupes por ello, ¿le dijiste algo a Robert?  Niego con la cabeza ― no y no me gusta para nada. Robert y yo somos muy sinceros y transparentes. Algo que me enseñaste tú y que ahora no sé porqué tanto secreto.  ―No son secretos María Julia, sólo es prudencia― me dice tranquilo― este es un asunto muy delicado y entre menos personas sepan, mucho mejor.  ―Creo que tienes razón ― digo en un suspiro.  ―Ahora ve y descansa mija, mañana tendrás un día largo y se nota que no has dormido nada.  ―¿Tú no vas a dormir? ― le pregunto.  ―Lo haré, sólo te estaba esperando, cuando uno es padre no duerme hasta que sus hijos llegan a salvo.  ―¿Entonces llevas meses sin dormir desde que Luz se fue con David de viaje?― pregunto.  ―Llevo años sin dormir. Nació Luz y pensé que pronto dormiría, luego nació Manuel y supe que tardaría más, naciste tú y me olvidé del asunto.  ―Sobre todo conmigo ¿cierto? ― pregunto.  Niega con la cabeza ―claro que no ― toma mi barbilla para subir mi rostro y verlo a los ojos ― nunca has sido un problema Julie, nunca. No sé porqué haz pensado que lo eres, pero tu independencia y rebeldía sólo son partes de esa personalidad heredad por tu padre. De todos mis hijos, tú eres la que se parece más a mí, físicamente eres tu madre pero en carácter y en personalidad eres mi copia exacta― sonrío― lo único diferente es que te guiamos por un buen camino y no viviste las consecuencias de eso.  ―¿Quedar embarazada a los 17 y tener problemas con mi ex no son consecuencias?  El niega ― no mija, el embarazo fue una decisión tuya, ¿no?, si hubieras querido no tenerlo te hubiese apoyado pero no fue así, lo de Jaz, es sólo dolo y mala fé, no es tu culpa, nada de esto es tu culpa y mañana lo vamos a comprobar. Ahora, vamos dormir ¿te parece? ―No sé si pueda dormir― confieso.  ―Bienvenida a la maternidad ― responde y se ríe ― ve a dormir Julie, esta noche yo me preocupo por mis dos hijas, no te preocupes tú de nada― me da un beso sobre la frente― te amo.  ―Yo también te amo papá― le digo y me subo hacia mi habitación donde sé que Sabina me está esperando sobre la cama.  Entro con cuidado para no despertarla. Me acerco a ella para verla profundamente dormida con su pijama de Sirenita y las tres muñecas que tanto ama. Me siento a su lado, acaricio su frente y sonrío al verla tan pacífica, sin preocupaciones, sólo pensando que está haciendo un viaje con su abuelo para ver a su mamá.  ―Te prometo que nadie te quitará de mi lado, crecerás feliz al lado de tu madre y de tu familia, no importa lo que tenga que hacer, no permitiré que te vayas con él, ¿entiendes? ― le murmuro― tienes mucha madre y también a una familia que te ama y a Robert, ojalá fueras de Robert.  Sabina se mueve y abraza aún más a mena. Yo me quieto los zapatos y me recuesto a su lado. No me quiero separar de ella, no quiero que nada pase con ella, sólo quiero sea feliz. 
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