CAPÍTULO 1.

474 Words
Hal. A veces puedes tener un gran futuro planificado en donde cada una de las constelaciones, planes y demás forman parte de él, pero como siempre lo repiten nada es lo que parece, nada es tan feliz como algunas personas lo afirman. Al ver como una ambulancia llegaba a la horrible escena frente a mí no deje de pensar en todos los cambios que ahora formarían parte de mi vida incluyendo la de la chica frente a mí. Dos hombres sacaron el cuerpo de Simone del auto y no pude evitar correr hasta ese lugar para tratar de hacer algo, pero no me lo permitían gracias a las cintas amarillas y los seguridad. ─¡Es mi novia, ella es mi novia! ─grité hasta que mi garganta doliera. ─Tranquilícese ─indicó el seguridad. Subieron el cuerpo de Simone a una camilla y al ver algunos cortes en su rostro debido al parabrisas del auto no pude evitar sentirme mal. Si tan solo le hubiera dicho la razón por la que realmente la dejé en ese hospital hace días todo hubiera sido diferente, ella no estuviera ahí frente a mí con su rostro pálido y tratando de sobrevivir. Subieron la camilla a la ambulancia y no me dejaron subir con ella así que no me quedó de otra que correr hasta el hotel en donde me hospedaba entrar como un demente al lobby y llegar al ascensor para buscar zapatos, las llaves de mi auto e ir tras Simone. Unos minutos después me encontraba conduciendo a toda prisa por la carretera, tratando de dejar mi mente en blanco y no pensar en las jodidas cosas que tocaban mi cerebro. En cuanto llegué al hospital y entré a la sala de urgencias caminé hasta una de las enfermeras tras un escritorio. ─Hola, yo... yo soy el novio de Simone Beckham ─indiqué. ─¿La chica del accidente? ─preguntó y asentí. ─Espera en la sala de la izquierda, están reanimándola ya que sufrió un ataque en la ambulancia. Las lágrimas empezaron a descender por mis mejillas en gran abundancia. En cuanto llegué a la sala de espera tomé lugar en uno de los asientos y me dediqué en llorar como un niño pequeño. No sé cuánto tiempo pasó, pero al ver una sombra a mi lado levanté mi rostro y una gran bofetada se hizo presente. ─¡Por tu culpa mi hija está aquí! ─gritó la madre de Simone frente a mí. Pía llegó a su lado y la tomó desde atrás para tratar de calmarla, pero la señora estaba en modo bestia. Me levanté de la silla y caminé hasta la esquina de la sala para mantenerme en una gran distancia entre la madre de Simone y yo y sobre todo esperando por noticias. Esas noticias que todos esperábamos con los nervios a flor de piel.
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