Indeleble |Trilogía: BLOODY WINTER 1|

Capítulo 1

Diciembre de 1803, Brooklyn.

Era invierno, mi época favorita del año. Actualmente me encontraba en una tienda, mamá le dijo a Liliana, nuestra niñera favorita, que consiguiera algo hermoso para mi hermano mayor. Por un año, mamá quería que Damián y yo vistiéramos combinados, esta noche tendríamos una cena elegante. Papá y mamá nos tienen una sorpresa y yo amo las sorpresas.

—Dami —llamé a mi hermano, quién tenía una expresión aburrida.

—¿Qué sucede, Dairi? —preguntó.

—¿Cuál será esa sorpresa que nuestros papás nos darán esta navidad? —indagué.

—¡No lo sé, espero y sea un viaje a México! —expresó con emoción—. Comeré todas las verduras si es necesario —afirmó con una sonrisa.

—Yo quisiera ir a Francia, la ciudad del amor —comento soltando un suspiro.

—¿Niños pueden venir un momento? —llamó Liliana.

Nos acercamos, la vimos con un traje n***o y un vestido n***o con detalles rojos. Damián y yo nos miramos y asentimos, este era el traje que queríamos.

—Nos gusta, Lili —dijo Damián, y Liliana se tiró en la silla con felicidad—. Vamos Lili, no tenemos tanto rato en la tienda.

«Pobre Lili, la tuvimos de tienda en tienda toda la mañana, seguramente está cansada» pensé, comprendiendo su felicidad.

—Amm, Dami, salimos temprano de casa —comentó.

—Es cierto, descansa un rato, Liliana —ordenó mi hermano con una sonrisa—. Dairi y yo iremos a ver en la tienda.

Liliana asintió y nos dejó ir. Conozco a Damián, seguramente está planeando algo.

—¿Qué estás tramando, hermanito? —pregunté con curiosidad.

—Shhh —me silenció mientras buscaba algo con la mirada.

—No me calles, estoy preguntando nada más —exclamé cruzándome de brazos.

—Si te digo, ¿no gritarás? —indagó nervioso y yo negué, sintiendo más curiosidad.

—Claro que no —respondí con sinceridad.

—Necesitamos encontrar a tu muñeca Princess Baby Diana —soltó de golpe.

—¿Dónde está mi bebé, hermanito? Yo te la di para que la cuidaras.

Damián iba a decir algo cuando las puertas de la tienda se abrieron escandalosamente, dejando ver unas personas con máscaras y con unas armas parecidas a las que papá guardaba en casa y que no permitía que tocáramos por ser peligrosas. Liliana tiró los vestidos y nos cargó tanto a mi hermano como a mí rápidamente. Nos escondimos en el baño que estaba cerca, Liliana se metió corriendo en el último cubículo y estábamos encima del retrete.

—¿Qué sucede? —indagó Damián asustado.

—Niños, hagan silencio —ordenó sacando su teléfono—. Llamaré a sus padres, ¿de acuerdo?

Gritos se escuchaban y abracé a mi hermano, mientras Liliana llamaba a nuestros padres e intentaba abrir una ventanilla del baño. Parecía una película de esas que a mi hermano le gustan, menos mal que me había puesto mis calcetines de la suerte, ya que Liliana pudo abrir la ventanilla y nos pasó a nosotros en el momento que se abrió la puerta del baño.

—Damián, cuida a tu hermana, lleguen al auto y díganle a su hermano Tomás que los lleve a casa —ordenó cerrando rápidamente la ventanilla.

Damián me guío hasta afuera, pero no todo parecía bonito porque estábamos sucios. Damián, sin soltar mi mano, corrió hacia dónde estaba nuestro hermano mayor Tomás, afortunadamente nos vio llegar, antes de decir algo mi hermanito habló.

—¡Vamos a casa, hay personas malas! —exclamó y rápidamente mi hermano mayor nos metió en el carro.

Conducimos a casa, pero mi hermano ordenó que bajáramos la cabeza. Estaba confundida y él se volteó para bajarme la cabeza, intentando que no me dieran las balas.

—Haremos un viaje, ¿os gusta la idea? —preguntó mi hermano.

—Sí —respondimos Damián y yo al unísono.

Mientras mi hermano conducía, de repente, se escuchó un golpe fuerte y nos detuvimos bruscamente, pero otro carro nos empujó.

—Damián, Tommy se quedó dormido —acusé.

—¿Tommy? Despierta —Mi hermanito alzó la cabeza y sacudió a nuestro hermano mayor.

Rápidamente, la puerta se abre de forma brusca y abracé a mi hermano Damián. Vimos a una mujer rubia que sonreía como una bruja, me agarró de la mano.

—¡Suéltame, bruja! —grité y mi hermano comenzó a arrojarle nuestros juguetes, al igual que todas las cosas que compramos hoy.

—Suelta a mi hermana, bruja —gritó mi hermano y la mujer me inyectó algo, sentí un picor y en ese preciso momento me quedé dormida.

No sé cuánto tiempo pasó cuando finalmente desperté, en ese momento me fijé que había muchas niñas al igual que niños. Estaba en un lugar oscuro hasta que unos hombres abrieron las puertas, nos sacaron a todas dejando a los niños dentro del lugar oscuro. Rápidamente nos arrastraron a algún sitio, un soldado se llevó a la primera de la fila, unas horas después regresó llorando y así sucesivamente hasta que llegó mi turno.

—Número noventa y nueve, ¿correcto? —preguntó la mujer.

—Sí, Dairiana Zolnerowich, cinco años, hija de nuestro mejor asesino —respondió.

«Mi apellido es Miller» pensé confundida.

—¿Dónde el jefe quiere la marca? —indagó la mujer mirándome.

—Hombro izquierdo al igual que su padre.

El hombre que me trajo asintió. Veía todo con curiosidad, la mujer me inyectó algo que me durmió otra vez... Cuando desperté, comencé a llorar por el dolor que tenía en mi hombro izquierdo. Me sacaron del sitio, me percaté que un hombre llegó e hizo una señal que no entendí. Algo me decía que debía sobrevivir, agarraban las armas y ponían a las niñas a dormir, pero ellas dormían raro porque derraman sangre.

Di una voltereta y esquivé a los hombres, en ese momento el hombre hizo una seña y, confundida, me acerqué a él.

—¿Cómo es tu nombre? —preguntó el hombre.

—Dairiana. Dairiana Miller —respondí.

— Dairiana ¿Eh? Tu padre sí que fue inteligente... Pero, ¿dónde quedan mis modales? Yo me llamo Fabián, soy un amigo de tu padre —comentó el hombre y sonrió—. Bueno, Dairiana, a partir de ahora Bloodthirsty Training será tu hogar.

«¿Mi nuevo hogar?» pensé confundida.

De repente sentí sueño, creo que lo mejor será dormir un rato. Sentí unos brazos rodearme, cuando finalmente me quedé dormida. Lo último que vi fue la sonrisa malévola del hombre frente a mí, era muy pequeña para entender que mi vida cambiaría desde este invierno.