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La Pequeña Esposa. Tercera Temporada.

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El futuro ahora es tan incierto para la familia Volkova. La pareja deberá de mantener ese amor, para luchar juntos, contra todos los que quieran hacerles daño.

Podremos ver como la familia Volkova crece y madura con los años. ¡Pero no se preocupen! Aún tenemos mucha torpeza de nuestra bella y carismática Alice, quién aún intenta acoplarse a la vida de rica.

¡Bienvenidos a una nueva etapa de la familia Volkova!

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Capítulo 1
La pequeña Esposa: Tercera Temporada. Escrito por: Lily Arzola. Portada por: Lily Arzola. Correo: arzola493@gmail.com Intagram: _lapequenaesposa Facebook: Arzola Escritora Lily ------------------------------------------------------------ La Pequeña Esposa. Tercera temporada.   El futuro ahora es tan incierto para la familia Volkova. La pareja deberá de mantener ese amor, para luchar juntos contra todos los que quieran hacerles daño a ellos y  a su bebé. Podremos ver como la familia Volkova crece y madura con los años, ¡pero no se preocupe! Aún tenemos mucha torpeza de nuestra bella y carismática Alice; quién aún intenta acoplarse a la vida de rica. ¡Bienvenidos a una nueva etapa para la familia Volkova! Todos los derechos reservados. Cualquiera copia sin autorización, se denunciará. Copyright © (Art. 14; punto 1. El autor tiene derecho a decidir si su obra ha de ser divulgada y en qué forma y punto 3. El autor tiene derecho a exigir el reconocimiento de su condición de autor de la obra) Hecho en México. (2019) Todo el contenido de este libro es ficción, y no tiene ninguna conexión con otra persona en particular. Las empresas y personajes mencionados, no tienen ninguna conexión de la vida real.  -------------------------------------------------------------------------------------------------- (1) Algunos meses después.  Mis ojos permanecen bien abiertos, mientras miro qué la noche es tan negra como la boca de un lobo. Las estrellas brillan como fuegos artificiales, mientras que el frío te envuelve en una refrescante brisa de verano. El lago se escucha y se encuentra escandaloso esta noche por la llegada de los bellos patos con alas blancas, y aves que deciden regresar siempre que se les da la gana. O quizás la razón por la que siempre vuelven, es porque aquí siempre encuentran alimento. Las hojas del gran sauce que está al lado del lago, se ven reflejadas en la obscuridad del agua, mientras que los patos bailan al cantar de los pequeños grillos que brincan por todas partes, subiéndose a las rocas como si quisieran formar algún grupo musical. El césped está recién regado, así que luce verde y muy vivo, ni puedo evitar recostarme sobre él, disfrutando estar mojada mientras sentía el aire tan natural por todo mí cuerpo. En esta posición puedo confirmar que nacieron muchas rosas de diferentes colores, era como si está casa pasará de ser un montón de yerbero, a un precioso jardín que está creciendo más y más bello. La luz del jardín alumbra lo que sería una noche increíblemente negra. No puedo respirar ni dormir con esta bella noche detrás de mí ventanas con cortinas de seda roja. Quizás es porque aún no me he acostumbrado a vivir en un palacio, ya que me siento aún como una simple plebeya.  Es difícil moverse cuando tienes a mil personas detrás de ti, pero sin duda alguna, todo vale la pena cuando él está al lado mío. -¿Qué demonios haces ahí?-Gritó Demian con fuerza, mirándome desde las ventanas de la recamara que estaba en el segundo piso. Él se miraba muy enojado vistiendo su pijama azul con rayas verticales que siempre usa cada noche. Así que rápidamente me levante del césped, tratando de esconder mi miedo mientras me sacudía la tierra de mí pijama de una seda blanca muy delgada.  -¡Regresa a la casa!-Me grita una vez más. Así que tomo mi pequeño diario lleno de pasto, para correr directamente a la casa, esperando no recibir ningún regaño de su parte. Pero estaba equivocada, cuando llegué a la casa, él ya estaba en el recibidor con una manta azul en sus manos. -¿Qué demonios hacías allí, Alice?-Me pregunta con la quijada bien apretada, mientras fruncía el ceño como nunca lo ha hecho. -No tenía sueño.-Le respondí aceptando la manta que él tenía, cubriéndome con ella, pero al tratar de cerrarla, no pude hacerlo, era muy pequeña para cubrirme completa. -¿Cómo puede ser que estés a las tres de la mañana despierta? En el suelo sucio y frío.-Esto claramente era un regaño.  Y es que aún que estamos casados, no puedo evitar seguir sintiendo que estoy con mis padres. -Estás empapada, ¿cómo puedes ser tan irresponsable niña?-¡Confirmado! Aún me siento como una niña de cinco años. Así que no me quedó otra que agachar la cabeza y darme cuenta que él tenía razón, estaba actuando como una niña. -Lo lamento, es solo que estaba un poco aburrida.-Trate de lucir arrepentida de mis acciones completamente irresponsables, así que trato de que tenga piedad, haciendo esa mirada que lo volvía loco. Una llena de pureza y juventud. -No lo hagas más.-Me regaña poniendo una mano sobre mi cabeza, para después darse la media vuelta y regresa a la habitación. Después yo solo me quedó negando con la cabeza aún en el recibidor, al darme cuenta que cometí un error. ¡Pero que estúpida soy! Así que corro rápidamente hacía la habitación, para tratar de alcanzarle. Y cuando estoy en la habitación, me doy cuenta que él ya está recostado en la cama tratando de dormir.  Cierro mis ojos y niego una vez más con mi cabeza, sabiendo que esto era culpa mía. Así que apago la luz que aún seguía prendida, para después recostarme a su lado, mirando su cara realmente fina con esa barba que le está creciendo lentamente. -Lo siento.-Le susurré mientras le empiezo a picar su cabeza con mis dedos, asegurándome de que no esté dormido. Él de inmediato alza un poco su cabeza, dándome a entender que estaba escuchando.-No quiero que pienses que no me interesa, es lo menos quiero que siento ahora Demian.-Paso mis dedos por su frente, dándole un poco de cariño. -Es que a veces me parece que así lo quieres.-Me dice con mucha tranquilidad, pero a pesar de ver su tranquilidad sabía que estaba dolido. -Lamento darte esa impresión, es la más errónea.-Estaba decepcionada de mí misma.-No quiero parece que no me importa. Tú sabes que para mí eres importante, pero es que a veces...-Intento hablar y explicar mi sentir, pero él tenía que decir algo. -Te sientes atrapada.-Dijo aún sin mirarme, mientras yo guardó silencio, dándole la razón. Él me conocía como a la palma  de su mano. -¿Amor?-Trato de hablar con él pero se da la media vuelta, para mirar a otro lado e ignorarme. -Es que...-Empiezo a titubear al ver que él se ha dado vuelta  para ignorarme.-Es que no puedo controlarlo Demian.-Le reproche un poco molesta de que se haya dado  media vuelta para no mirarme.-A veces solo quisiera ser un poco más libre, sin que nadie me persiga y me diga que hacer.-Estaba hablando de toda la seguridad que me ha puesto desde que estoy embarazada.-Pero cuando estoy contigo, en serio haces que todo esto valga la pena.-Le confieso, mientras él se voltea para verme con los ojos bien abiertos. Sé que le angustia mí infelicidad en esta vida.-Pero por tú, hasta me pondría una correa y se las daría a las damas de compañía que tengo ahora.-De eso hablaremos después. La seguridad en exceso no es buena. -Lamento haber hecho eso.-Se disculpa mientras mira ahora hacia el techo, luciendo algo infeliz por haber tomado la decisión de encapsularme para que nada me pasará durante el embarazo. -¿Qué?-Le pregunté sin entender, ya que yo pensé que estaba orgulloso de todo su equipo de seguridad. Ya que era sensacional siendo sincera, a pesar de que yo soy la que está encargada en sus manos. -Lamento haberte puesto tantas damas de compañía, pero es que mi familia es algo tradicional y...-Pero yo termino la oración por él, odiaba que se sintiera mal consigo mismo. Me hacía recordar que aún se siente culpable sobre todo; nuestro matrimonio, el bebé, Calvin, etc.  -Lo sé, sé que como no tengo mucha edad, la corte te obliga a tenerme vigilada y más cuando eres una figura pública. Todo sale en los diarios.-Estaba un poco cansada de lo que dijera los demás, ya que eso perjudicó drásticamente mi embarazo. Amigos de Demian que estaban dentro de la corte, expresaron su preocupación al saber que mi verdadera edad era diez y seis años, dándole el consejo, o más bien un aviso a mi esposo, de que tuviera cuidado conmigo, ya que soy menor de edad. -Quisiera darte todo lo que quisieras Alice.-Él ni siquiera tenía que decírmelo, eso era algo que todos sabían. -Pero yo lo tengo todo, no necesito más.-Le susurré tratando de que me mirara, en vez de mirar hacia el techo, pero no logré nada, seguía mirando ese techo tan frío y lúgubre, tratando de escapar de algo que no podía ver. -Yo sé que quisieras vivir en una pequeña casa donde tú fueras la reina, no en una palacio intimidante donde tus decisiones son de alguien más.-Lo dice con tanto seriedad que parecen ser ciertas sus palabras, era como una cubeta de agua fría que cae sobre mí. -No, soy demasiado feliz contigo.-Pero de inmediata comprendí que aún que en realidad yo quería lo que él había dicho, no soportaría hacerlo sin él. Eso significaba que estaba dispuesta a mudarme con la reina, si fuera necesario para esta con él. Así que lo abrace con todas mis fuerzas, juntando nuestras mejillas, para lentamente dormirnos por el calor de nuestros cuerpos. * A la mañana siguiente. Estoy en el comedor junto a mis damas de compañía; Christina, Lana y Taylor. Ellas están sirviéndome el desayuno mientras yo las espero sin una sonrisa en mi rostro. Estaba muy cansada, ya que la salida al jardín anoche me había cobrado la cuenta muy fuerte en la mañana. Me sentía muy enferma. Bueno, ahora hablare sobre la seguridad que Demian me ha puesto. Así que les presentaré a mis damas de compañía: Christina es una chica pequeña y rubia, quién tiene una mirada exótica y sensual, ella es Alemana así que tiene un acento muy lindo. Ella se encarga de poner un plato de fruta picada enfrente de mí, mientras yo miro el plato sin nada de apetito. Lana por su parte es una chica de cabello castaño con tez blanca, alta y con una cara de amargada, que no puede esconder aun cuando lo trate. Ella es inglesa pero pareciera venir más de la casa real que de alguna ciudad alrededor de Inglaterra. Ella pone jugo de toronja al lado de las frutas mientras Taylor, una rubia alta y graciosa, proveniente de Nashville en estados unidos, pone cubiertos al lado de mis platos. Yo solo asiento con mi cabeza para que se retiren. Ellas me responden asintiendo de la misma forma, para después salir del comedor, mientras yo miro mi plato con desagrado. Asentir con la cabeza es el nuevo lenguaje que tengo en la casa, todo se trata de asentir con la cabeza. Si quiero ir al baño, asiento con la cabeza, si quiero comida, asiento con la cabeza. Las formalidades me tienen harta. Así que me levanto de la mesa, rumbo a la cocina donde sé que esta Laura. Y cuando entró a la cocina,  las chicas de limpieza se espantan por mi presencia, así que de inmediatamente empiezan y aspirar y a lavar platos, mientras me río con sigilo. Ellas no entienden que no me importa si limpian o no, pero supongo que la lección que le dieron a la última sirvienta que me atacó, hace que todas me tengan miedo. Pero yo solo estoy aquí porque Laura se encuentra aquí siempre. -Hola.-Le saludo mientras la abrazo por detrás con fuerza. Ella solo se ríe un poco para después darse vuelta, para verme frente a frente. -¿Cómo estás mi pequeña?-Me pregunta con ese delicioso olor a coco que la define.  Yo solo alce los hombros sin ganas.-¿Ya desayunaste?-Me pregunta preocupada, mientras peina los rizos que resaltan de mi cabellera larga. -No puedo creer que me den toronja para desayunar.-Le termine confesando con mucho dolor que mi alimento no era grato, mientras que la toronja era demasiado agrio para comer de desayuno.   -Yo sé que quisieras comer panqueques con crema batida, pero ahora tienes que cuidar de él bebe.–Me recuerda que hay que hacer sacrificios por las personas que realmente amamos. -Lo se.-Suspire cansada.-Es por eso que comeré lo que quieren que coma.-Pero ya estoy en mi momento de quiebre, así que me parto a la mitad (no literalmente)- Ya no aguanto comer tanta porquería, pensé que comería lo que yo quería en el embarazo, pero desde que están las damas de compañía solo me dan porquerías.-Yo misma me quejo, puesto que las he soportado muchos meses. -Sabes que quisiera darte lo que pides y más si estas embarazada, pero  sabes que no puedo.-Demian Volkova es la razón. -Lo sé, no te preocupes, estaré bien, falta poco para que nazca.-Dije mirando hacia abajo y viendo mi gran barriga. -Sí, ¿estas feliz?-Me pregunta preocupada de que no esté lista para tener y criar a un bebé. -Más que nada, no me lo imagino, o me la imagino.-Le comenté con tranquilidad, pasando una mano por mi gran barriga de embarazo. -Seguramente saldrá hermosa como tú.-Me mira con ternura mientras suspira con tranquilidad.-Y también espero que esté sana.-Ese era mi mayo miedo. Era por eso que seguía las reglas de Demian, no quería que el hijo que estábamos esperando naciera con algún retraso o enfermedad. -Eso espero, me estoy sacrificando demasiado para que nazca bien. Daría mi vida porque nazca con salud.-Yo misma estoy temerosa de que no lo haga. -Yo sé que estás haciendo un gran esfuerzo en dejar tu libertad, en dejar de hacer las cosas que solías hacer, sé que extrañas montar a caballo.-Laura me conoce tan bien, ya que solía cabalgar constantemente en la casa de mis suegros. -Demasiado, siempre ha sido mi forma de escaparme del mundo, pero no importa, ahora le estoy dedicando más a mis lecciones de Historia, Artes  y Economía. -Sí.-Me contestó Laura mirándome con cierta lástima, ya que estaba haciendo cosas que realmente odiaba.   -Ok, iré a comer algo.-Le termine decir para salir de la cocina. Mi vida está un poco revuelta en este momento. Realmente pensé que al casarnos, estaríamos mejor, y no es que no lo estemos, nuestra relación es mejor que antes; ya no hay dudas ni temores, pero desde ese entonces sus abogados intervinieron en mí.  Se veía muy mal que una pequeña esté embarazada a los diez y seis año, y más sabiendo que el padre una figura pública. Los medios estaban hablando cosas terribles de la familia Volkova; como que la familia solo buscaba a cualquier chica que pudieran embarazar, para tener herederos. Pero eso estaba lo más alejado de la realidad.   Así que tanto los abogados y los amigos de Demian en la corte, le aconsejaron que lo más apropiado para mí era que tuviera vigilancia las veinticuatro horas del día. También pidieron que ellas permanecieran conmigo en la crianza del bebé hasta que yo cumpliera la mayoría de edad. Todo era terrible, así que trato de salir a dar una vuelta por el jardín, no fue sorpresa ver una cámara, apuntándome desde lo lejos. -¡Saldré!-Grité con fuerza y desdén, así que sin duda las tres damas de compañía ya estaban tras de mí como de costumbre, con un suéter y un paraguas. Tratan de parecer sigilosas pero puedo ver el caminar de cada una de ellas siguiéndome, tratando de ser espías, pero no lo son. Así que decidí caminar hasta el centro desde la casa. Mi estómago me estorbaba un poco, pero puedo lograr caminar bastantes, ya que hice demasiado ejercicio durante el embarazo; un ejercicio que sin duda me fue negado por los riesgos de aborto, pero jamás hubo problema alguno, ya que jamás tuve problemas como en el principio del embarazo. En solo una media hora, llegué a la Empresa Volkova, que era mi objetivo principal. Así que con rapidez me adentre a esta y como siempre, las miradas están de más, pero los nervios ya no son como antes. Estoy tan acostumbrada a ser observada que mis manos no sudan más, ni mis piernas tiemblan por la presión. Con tranquilidad subo al ascensor juntó con las tres chicas, observando los números hasta que sube al piso cuarenta. Y cuando estoy allí, salgó rápidamente tratando de perder a las chicas, para después toparme con Leona, respondiendo recados. Así que con gentileza la saludo con mi mano, ya que estaba ocupada. Sus ojos de inmediato se  alumbran al verme, así que me manda un beso y me saluda desde lejos.   Después yo entró a las oficinas que jamás serán abiertas para nadie más, pasando los escritorios de los chicos que están trabajando arduamente. De igual manera los saludo con gentileza, intentando no hace un alboroto como siempre. Rápidamente tomó una caja del escritorio de Chace que dice "Demian Volkova" y me adentro en las enormes puertas de color caoba.  Su silla está mirando hacia la gran pared de vidrio, mientras él está al teléfono. Y mientras él estás distraído, sonrió viendo unas flores en su escritorio, así que las tomo en mis manos mientras él me mira de reojo, para después guiñarme un ojo mientras dejo la caja en el escritorio y empiezo a quitarle las ligas a las flores, para después ponerlas en un florero. Después de algunos segundos, él cuelga el teléfono, levantándose de su asiento, vistiendo un traje gris entallado que lo hacía ver tan maduro y sexy.   -¿Cómo está el amor de mi vida?-Me pregunta mientras me toma de la cadera y me muerde el labio. De inmediato yo me sonrojó, pero quiero seguir intentando mantenerme cuerda a pesar de que es tan sexy. -Gorda.-Le respondí con una risita mientras él ríe demasiado sexy, lo que me hace pensar: ¿cómo puede estar conmigo? Y por un momento, estamos teniendo una tensión s****l muy normal en nosotros desde ahora, pero sé que nos están mirando las damas de compañía, así que intento corta la sensual tensión. -Pueden retirarse.-Les digo mientras Demian y yo estamos a pocos centímetros de besarnos. Ellas lucen tan rojas por la pena, así que tropezando salen de inmediato de la habitación. Pero claramente no antes de hacer una ovación. -¡Vaya, hasta que puedo estar sola, contigo!-Le dije tan cerca de su piel morena, mirando sus bellos ojos y su hermosa nariz. Él por su parte me toma de la cadera y como siempre, me sube encima de su escritorio, mientras él se sienta en su silla. -Lamento tenerte así.-Murmuro con sensualidad mientras me mira de arriba abajo como si fuera alguna comida exótica que tanto le gusta. -No es problema.-Pongo mis manos en sus cuello y huno mis labios con los suyos.-¿Por qué cada vez que te veo me siento feliz?-Él me enseña esa sonrisa pícara de lado, mientras mi corazón está palpitando como loco. -Te amo.-Me dice mordiendo mi labio. -Yo te amo más. Amo cuando quieres arrancarme los labios.-Él ríe y me besa de nuevo, mientras pone sus manos en mi espalda apretándome; los gemidos salen de nuestras bocas mientras él se levanta de su silla, para tener mejor acceso a mí.   Baja ligeramente los tirantes de mí blusa, acaricia mi piel blanca como si esta fuera de porcelana, para luego enterrar sus manos en mí, dejándome algunas marcas. Él mordisquea mi cuello como si fuera un lobo carroñero, mientras gimo y abro mis piernas, dejando entrar el bulto debajo de sus pantalones. Su estimulación es cada vez mejores, mientras sus manos empiezan a hacer unos caminos de marcas. Su lengua trata de hacer lo mismo, sintiendo arder las partes que sus labios tocaron, supongo que ahora estoy luciendo algunos hematomas. Disfruto tenerlo para mí, y mucho más en esta etapa tan bochornosa en la que mi cuerpo está cambiando drásticamente. Su chaqueta me estorba, así que logró tirarla al suelo, pasando mis manos por su torso que está cubierto con una fina capa de tela blanca. Estoy tan excitada, que de inmediato empiezo a sentirme húmeda. Estoy explotando y Demian aún no me ha penetrado. No puedo esperar más, así que bajo sus pantalones, logrando hacer que me roce, pero sin duda este mágico momento erótico se rompió cuando las tres mujeres que cuidan mi espalda, entraron al lugar sin previo aviso. Cuando las miramos nos dimos cuenta que estaban en shock, al igual que Demian. Ellas trataron de salir huyendo del lugar, pero los gritos de Demian las persiguieron.   -¿Qué demonios?-Demian se vistió como un rayo, mientras que aún lucía un ceño fruncido. Pero por mí parte, aún que antes yo era muy rápida, el embarazo me hacía muy lenta. -Lo lamento.-Dijo la joven Taylor avergonzada, luciendo muy apenada. -¿Quieres que te despida? ¿Quién te dio el privilegio de no tocar la puerta?-Demian suele ser tan duro con su personal, y yo solo a veces puedo quedarme mirando y ver lo duro que es con ellos. -L-Lo lamento, es que...-Ella intenta hablar pero Demian no la deja. -Nada, no me sorprendería que quedaras despedida hoy. No hay ninguna excusa al error que has cometido.-Yo misma quería detener todo esto. Y a pesar de que Taylor es un dolor de trasero, es una buena persona y me a cuidado muy bien. -Lo lamento, yo solo quería decirle que el señor Paul Patrowky está en el edificio.-Dijo nerviosa y afligida mientras intenta contener su llanto. Pero Demian y yo teníamos mucho más porque preocuparnos ahora. ¿Paul Patrowky? ¿Qué hacía aquí?

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