CAPÍTULO 1.

2445 Words
Cataleya. . . Observé mi reflejo en el espejo retrovisor y abrí la guantera para sacar un labial de color rojo para darle un poco de vida a mi rostro ya que tenía unas enormes ojeras bajo mis ojos gracias al no dormir bien. Me encontraba en mi auto de camino a la universidad. En definitiva, el buen humor al inicio de la semana no era lo mío, trataba de pensar en algo para que mi humor empezará a cambiar, pero nada bueno llegaba a mi cabeza. Encendí la radio y una melodía se hizo presente y mi cabeza empezó a retumbar debido al pequeño grado de alcohol que había ingerido el sábado así que apagué el reproductor y continué con mi recorrido por las calles de Nueva Jersey. Unos minutos más tarde estacioné el auto frente al campus y bajé de este colgando mi maleta en mi hombro. Mis ojos dieron a Demi quien se encontraba en una de las mesas de la entrada con su Tablet en sus manos y al levantar la mirada sus ojos dieron a los míos y una sonrisa se hizo presente. ―Cariño mío―. soltó caminando hacia mí. ―Hola―. respondí soltando un suspiro. ―Ay no, Cataleya es lunes y tienes que empezar con el pie derecho y no veo esa aura en ti―. refuto y luego rodeó su brazo en mi hombro para empezar a caminar hacia la puerta de entrada. Demi era casi cinco centímetros mas alta que yo por lo que siempre hacia eso de rodear su brazo en mi hombro. Rodé los ojos y di un paso atrás y en ese momento choqué con alguien. Al voltear me di cuenta que era con Arthur Jamith, uno de los idiotas del campus. ―Pero miren estas preciosuras―. su mirada dio a mis senos y luego a mí rostro para después voltear a Demi. ―Hola Arthur―. respondió Demi. ―¿Qué harán el fin de semana?―. preguntó―. Haré una fiesta y me encantaría que estuvieran ahí. ―A mí me encantaría que no existieras y aquí estas―. hice un puchero. ―Pero la vida es triste y aquí estas. Pasé por su lado chocando mi hombro con el suyo y me dediqué en caminar hacia la puerta de entrada, volteé y pude apreciar que Demi seguía hablando con Arthur. Odiaba a ese chico, no me daba muy buena confianza y siempre se lo recalcaba a Demi, pero ella al parecer no lo entendía. Caminé hasta la cafetería y pude apreciar que la fila estaba algo corta así que solté un suspiro e hice la cola. Pasé una de mis manos por mi cabello castaño y pude sentir que mi móvil vibro en mi maleta notificándome de un nuevo mensaje. Saqué el teléfono y pude observar que se trataba de una solicitud de seguimiento en **. _Evan.Jonhson ha solicitado seguirte. Acepté la solicitud y de otras dos chicas más. No tenía idea de quien se trataba, pero algún día me enteraría. Observé mi bandeja de mensajes en ** y tenía tres. Maryland: Hermosa fotografía. SethOp: Me darías tu número preciosa. _Scott.Jacobs: Ha reaccionado a tu historia. Bloqueé mi teléfono y no respondí ninguno de los mensajes. Me sentía como una celebridad al tener tantas solicitudes de seguimiento y mensajes de personas que ni siquiera conocía. ―Buenos días linda―. dijo la mujer frente a mí. Ya estaba de primera en la fila. ―Buenos días.― le mostré una sonrisa―. Un zumo de naranja por favor. La mujer asintió y se dedicó en buscar mi zumo. Saqué mi billetera y le tendí un billete de cinco y ella me devolvió el cambio. ―Gracias―. respondí y ella me regalo una sonrisa. Abrí el zumo, lo llevé a mis labios y en cuanto iba por una segunda vez alguien chocó conmigo logrando así que derramará el zumo en mi suéter. ―Mierda, lo siento―. dijo una voz masculina tras de mí. ―Hijo de... Wow. Al voltear abrí mis ojos como platos al ver semejante obra de arte frente a mí. Era un chico de uno noventa como máximo de estatura, cabello n***o despeinado, ojos grises, unos labios carnosos definitivamente era la clara representación de la palabra alta perfección. ―¿Estás bien?―. preguntó―. Puedo comprarte el zumo de nuevo. ―El zumo me interesa muy poco―. Aclaré ―Ni siquiera he ido a clases y ya tengo el suéter sucio y así dicen que el inicio de la semana es lo mejor. El chico mostró una sonrisa con sus perfectos dientes blancos y luego pasó una de sus manos por su cabello, observó a un punto en especifico de la pared y luego nuevamente poso su mirada en mí. ―Lo siento de verdad, estaba distraído. ―Si te sigues disculpando terminaré echándote lo que queda del zumo en tu sudadera y así estaremos a mano―. nuevamente mostró una sonrisa y asintió. ―Sería muy bien idea, así ambos estaríamos igual y no tendríamos por qué disculparnos. Rodé los ojos y negué con la cabeza. Su acento era muy característico y no me llevó más de dos segundos en darme cuenta de que era británico. ―Si necesito que alguien derramé nuevamente mi zumo recién comprado en mi pecho te buscaré―. dije antes de darme la vuelta, pero él chico me tomó del brazo logrando que me detuviera. ―No me has dicho tu nombre. ―¿Y por qué debería decirlo?―. pregunté examinando su mirada. ―No lo sé, quizás porque quiero saberlo y estoy torturando mi cabeza en pensar cómo te llamas. Solté un bufido y asentí. ―Dudo que adivines mi nombre. ―¿Es muy feo?―. preguntó con una sonrisa y negué con la cabeza. ―¿Extraño? ¿Nombre de alguna persona muerta? Solté una risita y negué nuevamente con la cabeza. ―Diría que latino gracias a mi madre―. respondí. ―¿Eres latina? ―Mitad y mitad. ―Tenía que suponerlo―. Añadió ―Tus curvas son algo... algo que nunca había visto. ―Espera―. levanté mi dedo índice y mostré una sonrisa. ―¿Me estas coqueteando? Acercó su rostro a mi oído y susurró; ―Me sale natural. Joder. ―Vaya―. murmuré y asentí―. Creo que me iré, llegare tarde a mi clase y... ―¿Me dirás tu nombre?―. preguntó. Le tendí mi mano y mostré una sonrisa. ―Cataleya Smith, es un placer. Él tomó mi mano y la llevó a sus labios para dejar un beso en el dorso de ella. ―Hayden Reid, el placer es todo mío―. acercó su boca a mi mejilla y dejo un beso corto en ella para después empezar a caminar hacia la mujer que atendía en la cafetería. Me mantuve en mi lugar unos minutos hasta que por fin salí del estado de shock en el cual me encontraba, luego empecé a caminar hasta él tinaco de basura y tiré lo que quedaba del zumo. Alguien me dio un golpecito en el hombro y al voltear era Hayden nuevamente, pero esta vez con dos zumos de naranja. ―Dos porque soy un idiota―. susurró en mi oído. Tomé los zumos y me dediqué en observar cómo caminaba hasta la puerta de entrada de la cafetería. Se colocó la capucha negra de su sudadera sobre su cabeza y me mantuve apreciando la gran obra de arte que abandonaba la cafetería. ―Aquí estas hermosa―. la voz de Demi se hizo presente. ―Oh vaya me compraste un zumo excelente buena amiga―. tomó uno de los zumos de mi mano y lo abrió para llevarlo a su boca. ―Acabo de conocer al chico que puede dejarme con secuelas de una chica común y corriente ―añadí. ―¿Qué mierda te paso en el suéter?―. preguntó observando lo horrible que se encontraba la obra de Hayden. Dirigí mi mirada a Demi y no podía dejar de sonreír como una imbécil. ―El chico que se encuentra en la puerta de entrada de aquí de la cafetería me acaba de... ―¿Hablas del chico al cual la rubia le está metiendo la lengua hasta las amígdalas?―. preguntó. Volteé y en efecto frente a Hayden estaba una rubia quien lo estaba besando de manera descontrolada. Él colocó sus manos en la cintura de la chica y la alejó un poco antes de pasar su brazo por su hombro y adentrarse a la cafetería. Nuestros ojos se encontraron y en ningún momento quise desviar la mirada. No me importaba que ese bombón tuviera novia porque estaba consciente de que el caería en mis redes e iba a terminar siendo completamente mío. ―Cataleya―. la voz de Demi me sacó de mis pensamientos y volteé a ella para toparme con sus ojos cafés sobre los míos. ―¿Quién es el chico? ―Nadie―. contesté. ―Iré a clases, no puedo faltar tengo un jodido parcial y si no saco una A no me graduare. Me dediqué en caminar hacia la puerta de la cafetería y podía sentir los ojos de los presentes sobre mí o mejor dicho sobre mi suéter, pero me importaba muy poco así que continué con mi recorrido por todo el pasillo hasta llegar a mi salón de clases. ―Buenos días―. dije al entrar al salón. ―Buenas tardes diría yo―. soltó el profesor desde su silla de escritorio―. Llega quince minutos tarde señorita Smith. ―Tuve un contratiempo―. señalé mi suéter y tomé lugar en una de las sillas desocupadas. Coloqué mi maleta en el suelo y saqué mi libreta junto a mi bolígrafo. El profesor se dedicó en explicar lo que quería en el parcial y mi teléfono vibro en mi maleta así que lo saqué y pude apreciar que se trataba de una nueva solicitud de mensaje en **. _Hayden.Reid quiere enviarte un mensaje. Mostré una sonrisa y le di a aceptar, el mensaje se dio pasó y no pude evitar llevar la punta del bolígrafo a mis labios. _Hayden.Reid: Al parecer nuestros ojos no se pudieron despegar más de un minuto ¿Qué me dices de eso bicho? Observé al profesor quien continuaba impartiendo su clase y empecé a responder al mensaje de Hayden. _Cataleya.Smith: Si estas acostumbrado a decirle bicho a quien sabe cuantas chicas puedes dejarlo de lado. Te he visto con la rubia así que lo que paso por mis ojos ya se esfumo. El profesor empezó a repartir los parciales de silla en silla y ya que me encontraba en una de las últimas filas tardaría de dos a cinco minutos en llegar hasta a mí. _Hayden.Reid: ¿Te complace saber que bicho es el apodo que utilizo para las criaturas que son de otro planeta? Y tú lo eres. _Cataleya.Smith: ¿Entonces ahora soy una criatura? _Hayden.Reid: Una criatura hermosa. No pude evitar sonreír ante el mensaje y bloqueé mi teléfono para esperar a que el profesor llegara hasta a mí. Colocó el parcial en mi silla y me dediqué en llenarlo sin dejar de sonreír como una idiota. ¿Cómo era posible que una estúpida palabra me hiciera sentir así? Trate de concentrarme en todo mi parcial ya que de esto dependía que mis pequeñas vacaciones de cuatro meses estuvieran dedicadas fielmente a mi madre en Colombia o incluso en alguna discoteca junto a mi amiga y lo mejor de todo era que al regresar el otro año al campus ya podía decir que oficialmente estaba a punto de graduarme y continuar con los negocios de mi padre ya sea en cualquier empresa. Pasaron casi media hora y ya tenía el parcial resuelto, lo hojee una última vez para verificar que todo estuviera en orden. Me levanté de la silla junto a mi maleta y caminé en dirección hacia el profesor para tenderle mi parcial. ―¿Esta segura?―. preguntó hojeando todas las paginas del parcial y luego dirigió su mirada a mí. ―Segura. ―Bueno... ―se aclaró la garganta―. Nos veremos el otro año señorita Smith. Asentí y me dispuse en caminar hacia el pasillo, saqué nuevamente mi teléfono de mi maleta y releí el mensaje de Hayden lo cual me pareció algo extraño ya que no era de esas chicas. Bloqueé el teléfono y continué mi caminó hacia la facultad de Demi para así esperarla afuera de su salón de clases ya que me apetecía un batido a estas horas de la mañana después de echar a perder ese zumo de naranja. Tomé lugar en una de las sillas frente a su salón y me mantuve observando algunas de las personas a mi alrededor y una parte de mí sintió la necesidad de voltear ya que podía sentir los ojos de alguien sobre mí. En cuanto volteé no observé a nadie así que me mantuve expectante de las personas a mi alrededor, pero nadie estaba anuente de que me encontraba en esa silla. Quizás estaba quedando loca o aún seguía el alcohol en mis venas y eso me estaba llevando a imaginar cosas en donde no las había. O quizás si era cierto y alguien me estaba observando desde las paredes y no quería aceptarlo. Solté un suspiro y me dediqué en revisar mis r************* hasta que un nuevo mensaje en ** se hizo presente por parte de Hayden. _Hayden.Reid: Me gusta acosar criaturas hermosas desde la ventana de mi salón, aunque tenga un gran parcial frente a mí que depende de mí graduación. Luego una fotografía desde el segundo piso se hizo presente y en ella me encontraba yo observando mi teléfono. Así que elevé la mirada hacia el punto de donde provenía la fotografía y observé a Hayden en una silla cerca de la ventana. Levantó su mano y la movió en el aire en forma de saludo por lo que yo también lo hice y luego otro mensaje se dio paso. _Hayden.Reid: ¿Me das tu número bicho? Coloqué un mechón de mi cabello tras mi oreja y me debatí entre si darle mi número, pero ya mis dedos estaban colocando el número en el espacio de la respuesta dándole paso a todo lo que Hayden Reid traería para mí.
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