La Cita

2109 Words
Karly no cabía en sí de la emoción. Rony, no solo le había contestado, sino que además, no le había preguntado como era que tenía su número ni había hecho referencia a que se había equivocado, lo cual significaba que había decidido seguirle el juego. ¿Quería eso decir que, le gustaba a Rony tanto como él a ella? - ¿Y esa expresión bobalicona? - pregunto Silvana. - Es Rony. - ¿Rony? - pregunto sorprendida. Y Karly asintió. - Si. Me respondió. - contesto emocionada - ¿Puedes creerlo? - ¿Qué dice? - pregunto Silvana acercándose a ella y colocándose a su costado para leer el mensaje. "¿Así qué, sueñas con hacer de tu primera vez un encuentro especial y romántico? Me sorprende que a estas alturas una chica tan bonita como tú, no haya estado con nadie aun Karly." - ¡Por Dios Karly! No te quedes ahí sin hacer nada, vamos, respóndele. - Claro. Pero, ¿qué le digo? - ¿Que vergüenza? No me había dado cuenta de que te había escrito ese mensaje a ti. - sugirió Silvana - Pero respóndele ya. Karly asintió. "Ay por Dios, que pena. ¿Te lo mande a ti? Discúlpame en serio, no fue mi intención incomodarte con algo tan privado.", escribió y luego de releerlo lo mando. Espero impacientemente la respuesta, golpeando la mesa de la cafetería con sus manos, sintiéndose ansiosa y nerviosa al mismo tiempo. Y después de un minuto, su teléfono volvió a sonar con la respuesta de Rony. "No te preocupes. No ha sido para nada incomodo. Más bien ha sido toda una alegría inmensa saber que no has estado con ningún hombre." "¿Alegría? ¿Por qué?" "Porque, me habría dado celos pensar e imaginar que otro hombre te tuviera, te besara, te acariciara y te tocara de manera intima." "¿Celos? ¿De verdad habrías sentido celos?" "Por supuesto. ¿O es que no te has dado cuenta de lo mucho que me gustas? "Pero, ¿cómo podría darme cuenta? Si no me has dicho nada de eso." "Pues te lo estoy diciendo ahora. Me gustas Karly, me gustas demasiado y me daría celos que tuvieras un novio o estuvieras con alguien más."  Karly miro a su amiga. - ¿Puedes creerlo? Silvana asintió. - Pues claro. Eres muy bonita, cualquiera se fijaría en ti. - Pero él jamás me lo había dicho. - Lo esta haciendo ahora Karly. Y si no quieres espantarlo, será mejor que no te compliques la vida buscando peros. Silvana tenía razón. A los hombres no les gustaban las mujeres complicadas. "Tú también me gustas pero, creía que yo a ti no. Como no me lo habías dicho.2 "Tú tampoco me lo habías dicho. ¿Te parece si nos vemos?" "Esta bien. ¿Cuándo y dónde?" "Mañana. Dices que irás a tu universidad. Yo pediré permiso en el trabajo y nos encontramos en la terminal. Paso por ti para ir a un lugar más tranquilo. ¿Te parece bien?" "Por supuesto. Nos vemos mañana. Cuidate mucho. Besitos." "Ven y dámelos en persona mañana." Karly suspiroo de emoción al leer esto último. Por supuesto que se moría por besarlo, por abrazarlo. por sentirlo y estar a su lado. Y ahora por fin lo haría. Seguramente, mañana cuando hablaran, él le pediría que fuera su novia y podrían comenzar a ser novios y salir por ahí, al cine, a las ferias, el pasar por su universidad a buscarla y todo ese tipo de cosas que hacían los novios. Se sentía tan feliz y ansiosa. - ¡Ehy! - Silvana sonó sus dedos frente a su cara para llamar su atención - Tierra llamando a Karly. Karly rió la broma de su amiga. - Ya sé que estás feliz pero, debemos ir inmediatamente a clase de estadísticas o el viejo ese, no nos dejara entrar. - Tienes razón. - dijo Karly apurándose a tomar el café para ir a clases. *** Rony estaba en el trabajo feliz, ya que ese día había conseguido que Karly accediera a verlo. Pobre niña tonta. Era más que obvio que estaba loca por estar con él, porque la amara, que fueran novios y todas esas tonterías que deseaban las adolescentes como ella. Pero él, que era ya un adulto, que no creía en cuentos de hadas y todas esas tonterías. El amor era más una decisión que un sentimiento. Amabas a alguien porque decidías estar y amar a esa persona. Y él había decidido amar y estar con Juana. Lamentablemente él no vivía en un país como Irak, la India, Uganda, Malawi y Libia. En esos países, si que se le permitía al hombre tener más de una mujer, incluso podía contraer matrimonio legal cuantas veces quisiera con cuantas mujeres deseara y todas debían aceptar el compartir el marido con otras sin quejarse, ya que en esos lugares, era el hombre quien mandaba y la mujer debía solo obedecer. Cuan feliz sería él, si viviera en uno de esos países, ya que tuviera más de una mujer sin tener que ocultar a la una de la otra, ni temer que se le armara una escena de celoos como seguramente Juana le armaría si supiera que había quedado de verse con Karly. Pero como en su país y cultura solo se practicaba la monogamia, si Juana su novia lo descubría con alguien más comenzarían los insultos, las críticas, la lloradera y todo ese tipo de histerias que solía darles a las mujeres cuando creían que el hombre las había herido y traicionado con otra. Pero que dramáticas eran las mujeres, a veces. No podían entender que, un hombre podía amarlas a ellas pero, necesitaban sus aventuras afuera para desfogar la tensión, el estrés y la rutina que vivían con ellas pero, sobre todo, para hacer ciertas cositas que ellas no se atrevían a hacer con ellos por considerarlo de la mala vida, darles asco, o por no querer simplemente. Eso era exactamente lo que le sucedía a su relación con Juana. Por más que ella fuera complaciente y tuvieran muy bien sexo, había cosas que ella aún no se atrevía a hacer. Pero ahora, tendría a Karly. Y estaba seguro de que, con lo loca que estaba ella por él, no habría absolutamente nada que se negara a hacer o darle, con tal de mantenerlo feliz y satisfecho. Cuando llegó la hora de salida, dejo su puesto de trabajo y se dirigió a los cambiadores para cambiarse el uniforme que estaba todo sucio por una ropa algo más presentable. Luego de ello, se fue directo a la oficina del jefe. Este era su hermano, quien había montado ese taller y le había dado un puesto de trabajo. Tenía que pedirle permiso para faltar a la mañana siguiente e ingresar a trabajar por la tarde. Así podría encontrarse con Karly bien temprano, llevarla a su casa y luego tener un encuentro amoroso con ella. Al día siguiente, Karly iba a ser suya. Él iba a ser quien la hiciera mujer, gemir y gritar de placer. - Rony. - le saludo su hermano, cuando llegó a donde él, sin dejar de revisar unas facturas que estaba revisando en ese preciso momento. Estaban en la pequeña oficina que, su hermano había puesto en aquel taller. Bastante sencilla pues, apenas y estaba comenzando con su negocio propio y aún le faltaba mucho por recorrer. En lugar de un escritorio de oficina, tenía una mesa normal, y un par de sillas. Y en vez de un archivero, tenía cajas donde colocaba las facturas y todo papel importante de manera desordenada. A su hermano y aquel negocio, le hacía falta una secretaria urgente que, les ayudará a mantener todo ese papeleo en orden. Y que de paso supiera de contabilidad para que pudiera llevar el libro de cuentas. Rony se acercó a donde su hermano y se sentó justo frente a él, en la silla que estaba vacía. - ¿Necesitas algo? - le pregunto este. - La verdad es que sí. Quería pedirte permiso para faltar mañana en la mañana al trabajo y entrar después de la hora del almuerzo. Roger, como se llamaba su hermano mayor, arqueo las cejas confuso. Era la primera vez, desde que Rony había empezado a trabajar que, le pedía permiso para faltar. ¿Había sucedido algo? ¿Estarían bien él o su padre? El padre de ambos, sufría de diabetes, una enfermedad que, solía ponerlo en un estado crítico cuando este solía abusar del azúcar, sin importarle lo dañino que eso era para él. Y puesto que había entrado ya a la vejez, esto había provocado en él un desequilibrio emocional, convirtiéndolo en un ser amargado e irritable que se enfadaba con facilidad, el cual no era nada fácil de cuidar. Era por esto que, a pesar de ser siete hermanos, toda la responsabilidad de cuidarlo y atenderlo, había recaído en Rony puesto que, era el único de sus hijos que, conseguía soportarlo y sobrellevarlo. Pero, eso no significaba que él, como el hijo mayor, no se preocupara por su padre. Y si en sus manos estaba el hacer algo por él, lo haría sin lugar a dudas. - ¿Sucede algo? ¿Estás bien? ¿Esta bien nuestro padre? Rony asintió. - Si si. No hay de que preocuparse. Solo es un chequeo de rutina que he de hacerme. Unos análisis que suelo hacerme anualmente. - mintió. - Ah. - exhalo Roger aliviado - Esta bien. No creo que haya ningún problema. Yo puedo cubrirte mañana por la mañana. Rony asintió. - Te lo agradecería. Estaría aquí para el turno de la tarde, después del almuerzo. - Esta bien anda. No hay problema. - Gracias. - le dijo. Y salió de allí para su casa. Cuando llegó a esta, se encargo de preparar la cena para él y su padre. Ambos se sentaron a cenar y conversar acerca de cómo les había ido el día. Y cuando por fin acabaron de cenar, se despidió de su padre deseándole las buenas noches y se introdujo en su habitación para dormir. Pero antes de dormirse, le escribió un mensaje a Karly para confirmar su cita con ella. "Nos vemos mañana a las seis y veinte princesa." Espero durante unos instantes y su celular sonó, anunciando la llegada de un mensaje. "Estoy ansiosa y nerviosa porque llegué el día de mañana. Ya quiero verte." Rony sonrió. Él también estaba ansioso por ello. Ya estaba contando las horas, los minutos y los segundos para tener aquel cuerpecito entre sus brazos y hacerlo vibrara de placer, saborear cada rincón de el hasta que, no quedara ni una sola parte de este que no hubiera probado y fuera suyo. "Hasta yo princesa. No tienes idea de las ganas que tengo de verte. De abrazarte, besarte y de demostrarte lo mucho que me gustas y me importas." "¿De verdad te importo tanto?" "¿Lo dudas? Eres la hermana de mi mejor amigo, ¿Crees que siendo así, sea capaz de jugar contigo y burlarme de tus sentimientos?" "No pero, es que como nunca antes me lo habías dicho." "Tenía miedo de ser rechazado. Cuando te conocí no era más que un adolescente Karly pero, ahora es diferente. Ahora somos diferentes, ambos hemos crecido, y ya no somos unos niños. Sabemos lo que queremos y tenemos la madurez para tenerlo." "Te quiero mucho. Nos vemos mañana. Ahora voy a dormir si quiero madrugar y llegar a tiempo para verte. Besitos." "Ya te he dicho que, a mi no me mandes besos, ven y dame los tú misma. " "Lo haré. Te prometo que lo haré. Buenas noches." "Buenas noches princesa." Y una vez que se despidieron, Rony pensó durante unos momentos en ella. Karly, jamás había mostrado ningún tipo de interés en él. Sin embargo, ahora lo estaba haciendo. ¿O sería que no era ella? Esa duda entro en su cabeza y se instalo allí sin poder evitarlo. Maicol y él solían hacerse bromas pesadas de todo tipo, todo el tiempo. ¿Pudiera ser que esa fuera una broma de su amigo? Si era así, entonces, tendría que convencerlo de alguna manera que lo sabía y había decidido seguirle el juego. Ya se lo pensaría al día siguiente que haber. Cerro los ojos tratando de dormir y descansar y cuando por fin cayó en un sueño profundo, comenzó a soñar con Karly y con que tenía una intensa noche de sexo con ella. Fue un sueño tan real que, los efectos físicos del mismo se hicieron presente en la realidad.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD