Capítulo 2

1617 Words
Un grito desgarrador, desesperante y profundo sale de la voz, de una joven hermosa que despierta sobresaltada. Su cuerpo lleno de una delicada capa de sudor, con una respiración entre cortada, acelerada y sofocante, y su corazón con latidos a millón. Sus pesadillas son de un gran dolor profundo y desesperante, sus lágrimas caían como perlas destiladas por sus mejillas, atormentada por los recuerdos de un pasado trágico y doloroso. De nuevo, otra pesadilla más, sueños que nunca lograba olvidar, ver a sus padres morir frente sus ojos en un templo. Su mente no podía olvidar aquel momento de su vida. La joven de ojos verde como la selva indómita, impactante, soñadores, llenos de tristeza también. Sus cabellos lacios, largos como el azabache; de piel canela una mezcla entre dos razas. Silvia es una joven de figura esbelta, de buenas costumbres, de origen y descendencia indígena. Al morir sus padres, pasó a ser la primera de su linaje como heredera de un trono y de la fortuna de su padre. Se podría decir que Silvia era la mujer más hermosa de su familia. Recordar como murieron sus padres era algo doloroso. Vivirlo en sus sueños... Era desesperante. Se quedó sentada y pensativa en la cama, pasando sus manos por la cara y secándose las lágrimas. Volvió a tomar el valor para seguir adelante con su vida y con todo lo que sería a partir de ahora. Una mujer luchadora con sus cinco sentidos alerta, sin estar pensando en el pasado. Terminó con veinticinco años trabajando de modelo con su amiga Perla en una agencia de modelaje. También fue investigadora en algún momento de su vida, pero lo dejó para dedicarse completamente al modelaje, aunque siguiese publicando algún artículo de vez en cuando.Eventualmente, Silvia le volvió a contar a su amiga sobre sus terribles pesadillas, incluso aunque a ella la disgustarse el tema porque nunca le decía la razón de las pesadillas. —Mejor que no lo sepas. Respondía Sílvia entonces. — Siempre te he dicho que quizás te cuente algún día, todo lo que me ha pasado, en la selva dónde vivía. —No, vale, amiga se que algún día me lo dirás pero deja eso así. Si hasta ahora no me has querido contar, mejor olvida eso, más bien quiero que te sientas bien. — No te preocupes amiga, cuando tenga en valor de decírtelo, lo haré, te contaré todo lo que viví. — Si... Pero antes no verdad, bueno como ya te he dicho, vamos a dejar eso para cuando tú estés preparada. — Olvidemos eso y volvamos a dormir, verdad eres mi mejor amiga y hermana. — Que descanses amiga y bueno mañana será mejor. — Tu crees que mañana será mejor, ojalá porque ya estás pesadillas me tiene atormentada. — Esas pesadillas pasaran y tú volverás a la vida normal. — Ya te creo. Se rieron. Pero Silvia se levantó de su cama y fue a la cocina por un poco de agua, en eso Perla se disculpa con un abrazo fraternal. —Disculpa amiga, ya olvida todo vamos a dormir, como has dicho ahorita. — Oh Perla discúlpame tu a mi no se que hacer con estas pesadillas, siempre las mismas. — Vamos a dormir como te dije mañana es otro día. — Vamos pues a dormir. — Si soñaré con mañana, linda noche Silvia. — Linda noche Perla. La noche paso rápido, y como siempre otra pesadilla más, que no dejaba a Silvia dormir tranquila. Un recuerdo de su pasado tormentoso ya comenzaban a afectarla, y no poder superar lo de su niñez la dejaba intranquila. Al levantarse por la mañana se sorprendió que su amiga estuviera en la cocina, algo que no hacía comúnmente. — Amiga que me le pasó hoy, que se a levantado temprano hacer el desayuno. Perla sonrió al verla. — Buenos días Silvia, lo hago porque me he levantado temprano hoy. — Si por culpa mía te has levantado temprano. — No te eches la culpa, ya eso paso. — Bueno huele bien, que estás haciendo. — Hoy comeremos rico. — Mmmm. — Bueno es pan tostado, con mantequilla de maní se que ha veces te gusta. — Por los momentos quiero un rico café, además tú lo haces rico. — Bueno claro. — Si es lo único bueno que me sale. — Vamos eres buena en otras cosas. — Como cuales ah... — Haces un café divino y sin contar con la pasta que haces. — Vaya entonces voy a cambiar de ramo seré chef y dejaré el modelaje. — No... Entonces quien va a desfilar conmigo en las pasarelas. — Bueno solo es una tontería. — Dame mi café y eso panes con maní. Su amiga le entregó el periódico que estaba sobre la mesa y le indicó que lo leyera. — Tendrá que dar explicaciones de lo que se publicó hoy en la noticia. — Que cosa dices no comprendo. — Cuando lo leas comprenderás. — Mmm. Silvia saboreaba su café y leía el artículo del periódico. AMAZONA, TIERRA MISTERIOSA La desaparición de dos famosos científicos en el Amazona desconcierta a los investigadores. En horas de la tarde de ayer, fueron localizados los cuerpos sin vida de dos famosos científicos a la deriva de las aguas de Orinoco. Estas dos científicos emprendieron una viaje a lo más profundo de la selva, en busca de un templo perdido, algo que no podemos creer que existiese aquí, en este territorio tan extenso, pero ellos lo encontraron y hay escrito documentos de dónde está, este templo. Pero estos dos científicos encontraron fue la muerte. Los cuerpos llegarán hoy por la tarde para así dar sepultura. Estos dos importantes personajes fueron identificados como Carlos la Torre, de 50 años de edad y uno de los mejores arqueólogo del mundo y de nuestro país, y Laura Villanesco, de 35 años de edad acompañante de profesor. Los dos se encontraron en un bote a la deriva, en las aguas del Orinoco después de haber desaparecidos hace unos meses, cuando la esposa de Carlos hizo la denuncia. Estos dos colegas corrieron la suerte de ser hallados, aunque sin vida, pues muchos otros cuerpos de personas desaparecidas en la selva, tales como Esmeralda Monasterio, Romano Robles y Abiel Maldonado, siguen desaparecidos. Se dio parte a las autoridades, e investigaciones realizadas informaron que estaban vivos, vagando por la selva sin rumbo alguno, desorientados y con hambre. Aún no se saben los motivos de su muerte, solo que su travesía les costó la vida. Este caso se puede comparar con el ya mencionado caso anterior de hace veinticinco años, con tres personas desaparecidas. Algunos medios hablan de una Diosa perdida que clama la vida de la personas que se acercan a este templo. como si fuese una maldición, para que nadie la descubriese pero, ¿Qué misterio oculta la selva en sus profundidades? ¿Lo sabremos pronto, o no? La búsqueda de este Enigma nos llevará a aventurarnos a las profundidades de la selva, en busca de ese gran misterio para encontrar esa Diosa de la Selva perdida. Mariana Ferrer. — Te preocupa que sepan tu origen de dónde vienes tú, que eres hija de esos científicos que desaparecieron hace 25 años sin dejar rastro. Replicó Perla al terminar de leer Silvia. — ¿Cómo averiguaron lo de mis padres? No lo entiendo. — Los periodistas saben cómo investigar, y tú sabes que el Sol no se tapa con un dedo. Todo se descubre, amiga. Además, tú sabes bien que otras personas saben de tus padres, y esa información tuvo que colarse por algún lado. — Los únicos que saben de mi origen son mis tíos y mi primo, y ellos nunca romperían un pacto o secreto. Aunque... pienso que ese Carlos La Torre sabe mucho de mis padres... ¿Cómo logro hacer eso? — ¡Ay, Dios tú cree que el averiguó más de ti!, pero la cosa es que le costó caro todo esto, porque murió sin saber que hay en esa selva... Perla exclamó de repente y salió a buscar un sobre, el cual trajo en seguida. — Se me olvidaba algo. Esto te llegó temprano. Decía que era urgente cuando me lo entregaron. — Debe ser de mi doctora. — Creo que no, por el membrete viene de Inglaterra. — Por favor si no conozco a nadie allá. — Tal vez alguien te conoce a ti — Bueno lo abriré más tarde, tengo algo que hacer. — Me imagino.... "Hay siempre alguien especial para cada uno de nosotros. A menudo, estamos destinados a una persona. Y pertenecen a distintas generaciones y viajan a través del tiempo y de las inmensidades celestiales para encontrarse de nuevo con ese ser especial, destinado para uno" Estás frases era de la doctora Magnolia, la sicóloga de Silvia, la cual estaba dando una charla, de una nueva alternativa para las personas que no podían superar sus terribles pesadillas. Cuando termina la charla se acerca a Silvia y le dice. — Que pasó que haces, por aquí todavía no te toca terapia. — Volvieron las pesadillas, pero hubo algo diferente en ellas. — Como diferente puedes explicarte. — Que ya no es la misma pesadillas, es algo nuevo. — Bueno si esperas un momento, podemos ir al consultorio y hablar de ello. — Ok la esperaré, mientras hace lo que vaya hacer. — Espérame en la sala de aquí y nos vemos. — Chévere doctora la espero, en la sala . — Nos vemos entonces, y relájate estás cómo tensa. — Ok haré lo posible. Una pesadillas, un pasado como se desarrollará todo esto, que hará Silvia con la doctora y que futuro le espera.
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