Capítulo 1

535 Words
Narra Nathaniel Presente. —Elizabeth. —le hablo a mi secretaria a través del intercomunicador. —Por favor puedes comunicarme con Charlotte Griffin y después me pasa la llamada. —Sí, señor Hudson. Charlotte es una querida amiga de hace bastantes años. Nos conocimos cuando yo era un adolescente y ahora ha pasado más de 15 años. Y continuamos con la amistad. Con ella experimenté mis primeros años en el estilo de vida del b**m. Somos buenos amigos y siempre tiene una chica preparada para que sea mía por unas cuantas semanas. A veces pienso en la relación que tuve con Charlotte. Inicié mi vida s****l a una edad muy temprana. Ella era, y todavía es, la mejor amiga de mi madre. Imagínense desear a la mujer guapa que pasaba en mi casa cada día por la tarde. Siempre la veía.  Siempre que podía la veía. Usaba vestidos muy sensuales. Nunca dejaba nada a la imaginación. Era un chico de quince años con problemas de autoestima, curioso por el sexo y las hormonas revoleteando por mi cabeza todo el día.  Ella llegó y me enseñó todo lo relacionado al sexo. No sé como me vio. Pero ella se acercó a mí.  En la actualidad, ella es una buena amiga, que conoce mis gustos con las sumisas y me consigue mujeres para poder desahogar mis frustraciones. Es una bella amistad. Y nos llevamos bien.  Obviamente, después de varios años con esa relación, yo quise más. No quería ser sumiso. Quería dominar a las personas con las que estaba. Así que me preparé. Logré dominar las lecciones y ahora soy un experimentado dominante.  Charlotte y yo tenemos negocios. Soy un socio silencioso. Le di capital para que abriera su propia marca de esmaltes y le ha ido muy bien.  O eso es lo que ella me cuenta. Quiero una sumisa. Los encuentros con Dornan, mi entrenador personal, no están liberando toda la ira que tengo sobre mi. Necesito algo más, necesito infringir dolor. Necesito una sumisa. Y no cualquier sumisa. Una sumisa perfecta.  Estoy aprendiendo artes marciales con él. A veces logro ganarle, la mayoría de veces él patea mi trasero. Tal vez con la frustración que tengo, pueda ganar alguna pelea.  —¡Nathaniel, querido! ¿Cómo estás? Admito que esta llamada me sorprendió más de lo que debería. —Escucho su voz siendo sarcástica. —Tenemos demasiado tiempo de no hablar. ¿Cómo has estado querido.  —Charlotte, necesito una nueva sumisa. —Voy directo al grano. Ella siempre busca que nos reunamos. Pero hoy no tengo ganas de ver a nadie.  Solo a una sumisa. —¿Ha pasado un largo tiempo desde que Susannah canceló el contrato, verdad? Creo que tengo algo para ti, cariño. Sólo dame dos semanas. ¿De acuerdo? —¡¿Dos semanas!? —Le grito. —Estás desesperado. —Se burla. —Voy a intentar conseguir alguna lo más pronto posible. —Claro, Charlotte. Sólo date prisa. —Ya sé, querido. —Gruñe. —Hablando de otros temas, ¿Cuándo nos podríamos ver? Quiero hablar de negocios contigo. —En otro momento, Charlotte. Tengo una junta importante. —Miento.  —Está bien. —Suena desanimada. —Hablamos después. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD