Capítulo 3. PODEROSO

1347 Words
Capítulo 3  PODEROSO Narra Dominick Black.  Lunes por la mañana, y yo aún estoy exhausto, estar al frente de una de las mejores empresas de inversión en la bolsa de Valores del país, por no decir la mejor, demanda absolutamente todo de mi, tiempo, esfuerzo físico y mental y puede llegar a ser desgastante.  Pero ¿de Qué me quejo?  Si esto es lo que he querido durante toda mi vida, dinero y poder, por desgracia todo eso va acompañado de la fama, todos los días debo lidiar con múltiples paparazzis alrededor de mi casa, a tal punto que para algunos tuve que pedir una orden de alejamiento, todos los malditos días sale una foto distinta de mí en alguna revista de chismes, ¿Es que acaso no conocen el concepto de privacidad?  La noticia de hoy es que aparentemente soy gay, ¡A la mierda todos ellos!, Yo tengo a las mujeres que se me plazca cuando se me venga en gana, solo que la mayoría de ellas prefieren mantenerlo en secreto porque tienen un anillo en su dedo, cosa que a mí no me importa en lo absoluto, ya que ellas son solo un simple juego para mí.  Llegó al edificio y entro al estacionamiento subterráneo,  estaciono en mi puesto asignado VIP, la ventaja de ser el presidente de esta empresa es que no tengo que caminar como otros para llegar al ascensor y obviamente tengo un ascensor privado directamente hasta mi piso, porque una persona como yo no puede estar en una caja de metal atestada de gente.  Subo hasta el último piso, dónde se encuentra mi oficina y veo a la pobre Marie caminando de aquí para allá, esa mujer es como mi segunda madre y a pesar de que a veces la trate como a la mierda, ella siempre está allí para mí, la noto cansada y algo estresada, muchas veces intenté hacerla tomar unas vacaciones o jubilarse pero ella no quiso, y cuando la despedí me armo todo un drama, así que hasta que cumpla muy bien con su trabajo seguirá aquí conmigo. Ella se acerca a mi alarmada y preocupada y mis sentidos se ponen en alerta máxima preguntándome ¿Qué carajos habrá pasado ahora?  — Domi… — me ve serio y se corrige así misma — Señor Black buenos días, quiero informarle que en su oficina se encuentra la señora Swan, no pude detenerla, entró a su oficina a la fuerza — la sangre se me sube a la cabeza  porque siento que invaden mi privacidad, no la dejo terminar de hablar y paso por un lado directo a mi oficina, abro la puerta y allí la veo, con un diminuto conjunto de lencería roja recostada en mi escritorio, paso y cierro la puerta con seguro, para que nadie nos interrumpa. —¿Qué mierda haces aquí Alice? — Alice Swan es una joven señora casada con un importante socio de esta empresa, desde que nos conocimos no he podido deshacerme de ella.  — ¿Cómo que qué mierdas hago aquí Dominick, acaso no me ves? Tengo rato esperando por ti — no entiendo que le sucede a esta mujer, son las 8 de la mañana y ya quiere sexo, ¿Será que el marido no la complace?  — Voy a explicarte algo una sola vez, y espero lo entiendas, no me gusta que vengan a exigirme sexo porque eso lo tengo cuando, dónde y con quién me plazca ¿entendido? — ella baja un poco la cabeza avergonzada, pienso dejarla así pero recuerdo el artículo de hoy en la revista que decía que soy gay y eso ha herido mi orgullo de hombre, veo como se baja del escritorio y comienza a abotonar su abrigo de cuero y le digo  — ¡DETENTE! ¿acaso te di la orden de vestirte? — ella se acerca a mí y me dice — haré lo que tú me pidas… — la tomo del cuello y le estampó un beso recordando las putas palabras de esa revista! A la mierda el mundo, solo porque no me vean con una mujer no quiere decir que sea gay. Rompo su lencería y tiro algunas cosas al piso sin importar el ruido que se escuche afuera y la recuesto en mi escritorio, la poseo una y otra vez, como se me viene en gana, hasta que la hago gritar mi nombre, lo hago con ira recordando esas palabras y mi ego herido, lo hago con rudeza y sin contemplaciones, porque así es como me gusta, llega al clímax soltando un fuerte gemido que debió escucharse hasta en la planta baja y de repente no quiero tenerla cerca.  Salgo de ella y camino hacia mi escritorio buscando una toalla húmeda para limpiarme, esta mujer no es lo que necesito ahora, termino diciéndole  — ya puedes lárgate, no entiendo porque continuas aquí — acomodó mi ropa y voy hacia mi escritorio. Ella se queda boquiabierta y me dice  — ¿Esto es en serio? ¿Quién crees que soy? ¿Una puta que buscas cuando necesitas? — me dice mientras abotona su blusa y falda y encima se coloca su abrigo n***o.  — si no quieres parecer una puta deja de venir a mí cada vez que tu marido no te complace un capricho, te lo he dicho, si necesitas algo de mí, solo llámame, que yo a ti te busco cuando se me plazca… Ella camina molesta hacia la puerta y antes de salir me dice — Esto no se va a quedar así Dominick Black… Sale como alma que lleva al diablo y yo intento concentrarme en algo, veo el montón de trabajo en mi escritorio y siento que hoy no estoy de ánimo, esa mujer lo único que hizo fue calentarme pero hasta ahí no me hizo sentir nada más.  Salgo de la oficina decidido a irme de aquí y buscar una forma de liberar esta presión que siento, camino hacia el escritorio de Marie y le digo  — Esa mujer y cualquier otra tiene prohibido entrar a mi oficina sin consentimiento, necesito quitarmela de encima así que envía la cantidad de siempre para hacerla callar — digo pausadamente tratando de controlar mi ira — no quiero escándalos ni chismes y cancela todas mis reuniones pendientes.  Camino hacia mi ascensor privado, que se encuentra al lado del que regularmente usan todos, odio sentirme de esta manera y solo quiero largarme de aquí, pero antes de llegar al ascensor me doy cuenta que hay una persona nueva sentada en el escritorio de secretaria de vicepresidencia, decido devolverme para ver de quién se trata y no puedo negar que me gusta lo que veo a simple vista.  — ¿ Y tú quién eres? Le pregunto mientras alzo una ceja, un gesto que me sale naturalmente, la veo ponerse de pie y no puedo evitar detallarla por completo, tiene un cuerpo que cualquier modelo podría envidiar pero eso es algo que a mí no me sorprende. La veo caminar elegantemente alrededor del escritorio y extenderme la mano mientras me dice  — buenos días señor Black, soy Amy Johnson, la nueva asistente de vicepresidencia.  No puedo evitar verla de arriba a bajo evaluando nuevamente, su forma de ser , tan segura de sí misma me molesta por completo, veo su mano extendida y decido darle a conocer a ese Dominick del que todo el mundo habla, el despiadado hijo de puta. — a trabajar que se te paga por eso hacer eso  y no por perder el tiempo — le digo y paso a su lado dirigiéndome a mi ascensor , entro dándole aún la espalda y solo cuando las puertas se cierran me puedo reír un poco se su cara de asombro, si, se que soy una mierda de persona, pero me gusta aclarar que el que manda soy yo y normalmente las personas tan seguras de sí mismas terminan siendo demandantes y si ella necesita de alguien que la ponga en su lugar pues estoy dispuesto a participar en su juego...
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