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Después de Nosotros

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Blurb

Iván Galeano es el nuevo jefe de pediatría del hospital más importante de la ciudad, un logro que lo hizo pasar de ser el hijo, hermano, esposo y padre ejemplarmente perfecto, a ser la decepción de la familia Galeano. Cuando se descubre que le era infiel a el amor de su vida, su esposa y madre de sus hijos, Cecilia Amador.

Cecilia lleva un gran dolor en su alma ya que, no solo perdió todo respeto, amor y admiración que sentía hacia su esposo, también perdió a dos personitas que esperaban conocer la luz del mundo y ahora solo son un sueño, un recuerdo, que estará para siempre en su mente y corazón.

Lo que nadie sabe es que detrás de todo hay maldad y personas peligrosas que solo buscan hacer daño.

¿Se puede superar una infidelidad?

¿Habrá algo detrás de dicha infidelidad?

Eso es algo que tendremos que leer para saber.

——Continuación de NEGOCIANDO TU AMOR. ——

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NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO
NARRA CECILIA —Doctor ¿usted está completamente seguro? — pregunta Iván incrédulo al igual que yo. Venimos al otro lado del mundo a buscar una esperanza o una respuesta del porqué aún no había podido quedar embarazada, pero tal parece que no era cuando nosotros quisiéramos era en el momento que el de arriba quisiera. —Si, los exámenes que le acabamos de realizar a su esposa, están más que claros. Puede verlos usted mismo doctor, su esposa está embarazada. Por sus niveles de hCG debe estar de algunos meses. Podemos confirmarlo con un ultrasonido, puede pasar por aquí. — nos dice y yo estoy que no me lo creo, estoy embarazada. Voy a tener un hijo con mi Iván, el me mira y me sonríe a más no poder. Nos levantamos de nuestro asiento y nos damos un abrazo y un beso. No sin dejar de sonreír ante la noticia. Habíamos deseado tanto esto que, parece ser un sueño. El me toma de la mano para guiarme a donde nos dice el doctor. Me ayuda a subirme a la camilla y el se encarga de acomodarme sin esperar a que el doctor diga las instrucciones. No para de sonreír mientras sube mi camisa y me desabrocha el pantalón, una manta de papel es puesta sobre los piernas y me cubre desde la cadera para abajo. Podemos ver un ligero bulto y yo me rio de mi misma ya que pensaba que ese bulto estaba ahí porque últimamente he estado comiendo muchos lácteos, lo que es algo que me inflama la mayor parte del tiempo. El doctor prepara el equipo y traer el transductor ya lleno de gel, el cual para mi sorpresa estaba tibio, nada frío como siempre escuchaba decir. —Bueno veamos que tenemos por aquí. — empieza a decir el doctor, Iván sostiene mi mano y da besos por momentos. Mientras sus ojos están clavados en la pantalla. Luego me sorprendo cuando lo veo enderezarse en la silla y su rostro refleja sorpresa extrema, mientras ve en la pantalla. —Doctor por favor, confirme si lo que estoy viendo es realidad. — le pregunta yo llevo mis ojos hasta esta y miro unos círculos negros y algo muy pequeño dentro de ellos. Llevo mi mano libre a cubrir mi boca ya que el doctor les ha puesto en la pantalla bebe A, a uno y por siguiente B y C. Si la noticia de que estaba embarazada no me había golpeado, ver esos tres pequeños mini cuerpecitos lo hizo. Me recosté sobre la camilla y empecé a llorar. Iván se levanta de la silla conmocionado y viene hacia mi rostro. —Tendremos trillizos mi reina. — me dice dándome besos en las manos. Hasta que me da uno suave en los labios. Siento una gota caliente caer por mi mejilla, estaba tan emocionado. Sus lágrimas eran de felicidad pura, me lo decía junto con esa enorme sonrisa en su rostro. —Si, están esperando trillizos y están muy bien. Ahora haremos que esto sea más real tienes 11 semanas según el ultrasonido. Por lo que podremos escuchar sus corazones. Ahora papás les recomiendo cerrar los ojos y solo escuchar. — dijo el doctor, miró a Iván y el asiente así que eso hice al igual que él. Me dejo llevar por la emoción al escuchar esos corazón los cuales suenan muy rápido y en diferentes ritmos. Las lágrimas no dejan de salir de mis ojos aún teniéndolos cerrados. Una enorme sonrisa está dibujada en mi rostro. ¡Por fin, por fin podremos tener la familia con la que soñamos cuando éramos unos niños, bueno pre adolescentes! Me digo a mi misma emocionada. —Jóvenes, tal parece que no necesitarán de ningún tratamientos de fertilidad. La tarea ya fue completada y con resultado triplicado de manera natural. Cecilia, te recomiendo que vayas a control ya con tu médico, en tus exámenes mire una pequeña anemia. La hemoglobina tiende a bajar durante el embarazo, hasta cierto punto es normal ya que el cuerpo está alimentando a un bebé. En tu caso son tres y debes tener más cuidados. Los cuales se que no carecerás ya que tienes a un médico en casa. — nos dice e Iván toma mi mano y me sonríe. Ambos asentimos ante las palabras del doctor. —La verdad que ya lo había notado, ha estado mas cansada y aparte que se duerme en todos lados. No mire nada mas que nos dijera que se tratara de un embarazo. Su periodo ha estado presente, pero más ligeros y de uno o dos días por lo que me describías ¿no amor? — Yo asentí, mientras mi amado doctor está hablando de mi. Nos ponemos de pie nuevamente y agradecemos a el doctor por la bella noticia que nos ha dado. Llevamos varías fotos de nuestros bebés. Es increíble pensar que no tendré uno, si no tres bebes al que sabíamos que podía pasar pues el es un trillizo. La familia de Iván y mis hermanas fueron los primeros en enterarse ya que habíamos viajado a Los Ángeles por solicitud de mis suegros, para poder tener una reunión por problemas con Gerardo, hermano menor de Iván. No cabe duda que yo estoy más que bendecida, que me tocó el más bueno de todos ellos. Habíamos pasado por tantas cosas desde la adolescencia para estar juntos. Nunca nos dimos un título de novios o algo más enserio hasta hace casi 3 años que las tragedias empezaron tocar la puerta de la familia. La más reciente fue la de mi hermana Chloe y la pérdida de su bebe, aún recuerdo el momento en que ella tocó mi vientre después de haber tenido ese momento de liberación con ella, cuando nos enteramos que estaba embarazada. Ella lo profetizo, “Serás una excelente mamá Ceci, estoy segura que pronto serás madre de tantos niños que te volverás loca.” Sin saber que ya crecían tres en mi interior. Los meses se volvieron cada vez más difíciles para mi, me dolía todo el cuerpo, padecí de disfunción pélvica lo que hacía doloroso que caminara, estaba muy delgada, ya que en mi caso todos los síntomas salieron a relucir a mi cuarto mes de embarazo, los vomitos eran muy frecuentes y no sostenía ni agua en mi estómago. Comía poco ya que sabía que debía alimentar a los bebés. Pasaba casi todo el tiempo en el hospital ya que mi presión también se ponía como montaña rusa. Podría decir que el embarazo se llevó una gran parte de mi. Iván ya no era un residente en el hospital, ya tenía más responsabilidad como pediatra tenía su horario de consultas externas y también tenía para atender en el area de emergencias. No se como podía hacer todo y siempre estar atento de nosotros. La familia también estaba muy pendiente de mi y los bebés, agradecía tenerlos a todos ellos apoyándome y dándome ánimo. Cuando logramos llegar a la semana 34 de embarazo, respire más aliviada cuando mi doctora me dijo que los bebés podían nacer ya sin problemas, había pasado ya los últimos 4 días en el hospital recibiendo medicamentos para madurar los pulmones de los bebés los cuales me ponían por la intravenosa. —¿Como está la mujer más bella y embarazada del mundo? — me pregunta Iván entrando a la habitación con un ramo de rosas rojas en la mano. —Estoy muy bien de hecho más que bien. — le digo con alegría y una sonrisa enorme en el rostro. —Dime mi amor, contágiame esa alegría. — me dice dándome un beso en los labios. —Pasa señor Galeano, que mañana por la mañana usted se convertirá oficialmente en papá. — le digo ya que en eso habíamos quedado con la doctora. El abre los ojos al máximo y me sonríe dándome miles de besos, hasta que baja a mi enorme vientre. —Por fin mañana los conoceré revoltosos. Yo mismo los recibiré junto con la doctora de mami. — les dice haciendo que se muevan como locos. —¿y eso es posible no va en contra de las políticas del hospital que atiendas a tu familia? — le digo ya que recordé que una vez lo menciono. El niega con una sonrisa. —Son trillizos amor y cada bebé debe tener un pediatra para recibirlo al instante de salir del vientre. Pueda que sean otros doctores atendiéndolos, pero será bajo la supervisión de papá. Dejen descansar a mamá hoy porque mañana los tendrá a ustedes en brazos y no la dejarán dormir. — dice viéndole sin dejar de acariciar mi barriga. —¿Ya tenemos todo verdad? ¿No falta nada que comprar o armar? Iré por las maletas a el auto. — pregunta ansioso, yo me carcajeo. Ya que se está poniendo nervioso y camina de un lado a otro. —Amor, tenemos todo. Recuerda que las cunas, la ropa y todo lo demás lo tenemos desde que supimos que eran. Todo está bien Amor ahora solo falta sacar a los bebés de aquí y eso será mañana. — le digo estirando mi mano el la toma y deja un beso en ella. —Lo se amor, me deje llevar por la ansiedad, te amo mi preciosa. Has sido tan fuerte y valiente al pasar de todo en estos meses por traer a nuestros hijos a este mundo. Prometo cuidarlos, respetarlos, amarlos, estar para ustedes en cada momento que me necesiten, hacerlos felices por el resto de mi vida. El día que falle a esta promesa será el día de mi muerte. Te amo. — dice para sellar esa promesa con un beso en mis labios y tres en mi vientre. Esas fueron sus palabras hace 2 años y meses, hay una diferencia abismal entre palabras y hechos. Hoy me encuentro en una misma situación, solo que en vez de traer felicidad y alegría ha traído todo lo contrario para mi. —Mami, queyo a papá. — dice uno de mis pequeños. Ya que estamos esperando a Iván para llevarlos a jugar a el parque, algo que el prometió hacer. Si como leyeron anteriormente, Dios me ha vuelto a bendecir. Estoy embarazada de nuevo y tengo pensado decírselo a Iván con la ayuda de los niños. No se porque a diferencia de la felicidad que me llenaba la primera vez, esto me llena de miedo y angustia. Acordamos que yo me iba a cuidar con pastillas anticonceptivas, pero tal parece que un tratamiento contra la amigdalitis ósea los antibióticos que bebí por 7 días mermo el efecto anticonceptivo, eso me explico la chica del laboratorio. Por otro lado Iván quiere el puesto de Jefe de pediatría lo que lo esclavizara al hospital, sin tener tiempo para nosotros. El sabe que no pasa tanto tiempo con los niños, ni conmigo como debería, pero es una meta que el tiene y no puedo ser yo la que corte sus alas y lo haga estancarse. Escuchamos un auto estacionar afuera de la casa y mis niños van corriendo a la ventana para ver si es el auto de su papá. Ellos brincan al ver que si, es él. La puerta de la sala se abre y los pequeños corren a sus piernas. —Hola mis amores, ¿como están? Les traje un regalito. — les dice, ellos aplauden de la emoción. El les hace un truco de magia, para darles el regalo, les muestra su chaqueta y la extiende para que vean que no hay nada. Luego hace lo mismo con su mano. —Ya vieron, nada por aquí, nada por acá. Ahora cierren los ojos y digan sorpresa. — les dice y ellos sin dudarlo lo hacen, el saca tres pequeñas monedas de chocolate del bolsillo de su chaqueta las pone en su mano y la tapa con su chaqueta cuando gritan sorpresa y ellos abren los ojos él, retira la chaqueta que cubre su mano y las tres monedas están en su palma. Los niños aplauden y tomas cada uno su moneda y van hacia el mueble a comerla. Claro después que los ayudará a sacar la moneda de chocolate del empaque. Ahora viene hasta mi y me da un abrazo y un beso en la frente. —Estoy muy cansado. — dice caminando hacia la cocina. Suspiro porque cuando dice eso es irse a dormir hasta que le toque turno otra vez, pero eso arruinaría mis planes. Le haría un poco de insistencia para que vayamos al parque. —Amor podríamos ir al parque los niños y yo tenemos algo preparado para ti. — le digo y el me mira con la ceja alzada. —¿En vez del parque podría ser aquí el jardín? — pregunta de mala manera. Se que esto es lo único que podré sacar de él en este momento. Yo asentí y el hace lo mismo. —Si quieres ve refréscate y ponte cómodo, todo estará listo cuando bajes. — le digo acercándome y dándole un beso en la mejilla el me aprieta a su cuerpo y besa mis labios. —Lo siento amor, he estado bajo mucha presión y estrés. No he dormido en casi 48 horas. Ayer nos dieron la noticia que el hospital cambiará de administración y mi oportunidad de volverme Jefe se puede ir al carajo. Ustedes no tienen la culpa, lo se. Me siento muy cansado. Pediré unos días libres la próxima semana que es el cumpleaños de Ian y Liam. Todos confirmaron la asistencia así que pediré dos días para que estemos todos en familia. Seré todito de ustedes por esos días. — dice acariciando mi mejilla con una de sus manos mientras la otra sube y baja en mi espalda. El atraer mi rostro a el suyo y nos besamos por un momento hasta que siento unos bracitos en mis piernas. Me separo de Iván y bajo mi mirada para ver a mis chicos todos embarrados con chocolate. Miro a Iván y el se carcajea. Ya que me han llenado de chocolate mi pantalón. —Más trabajo me traes mira ahora tengo que bañarlos, porque si no se los comerá una cucaracha por tener bigotes de chocolate. — digo con preocupación viéndolos, ellos se sorprenden y se van quitando la ropa como hacen siempre que digo “a bañarse”. Ahora soy yo la que ríe al verlos asustados porque creen que se los comerá una cucaracha. —Eres cruel. — me dice Iván. Yo niego viéndolo con la ceja alzada. —¿Podrías culparme? Soy una mujer en medio de 4 hombres. Algo de miedo me tienen que tener. — le digo el me abraza nuevamente y se carcajea. —Te ayudaré a bañarlos, y luego lo haré yo. — me dice yo le di un beso y lo hale al baño de nuestros hijos. Al final todos terminamos mojados de pies a cabeza. Son estos pequeños momentos que los niños recordarán siempre. Termino de cambiarlos y le pido a Iván que se quede un momento con ellos mientras me cambio de ropa ya que el se quedó en toalla, al hacerlo vuelvo a la habitación y los encuentro a los 4 dormidos. Acaricio la mejilla de Iván y el abre los ojos asustado. Le ayudó a salir del agarre de los niños y les pongo los sonidos de lluvia para que descansen un rato. Cierro la puerta y camino detrás de Iván. No se si hago cambios a mi plan y decirle de mi embarazo de otra manera. —¿Que tal si tú y yo también nos divertimos un momento señora Galeano? — me propone, quitándose la toalla de la cintura, yo me muerdo el labio y lo veo de pies a cabeza. —Claro, señor Galeano. Siempre estoy dispuesta para ti. — le digo quitándome la ropa mientras el va caminando hacia atrás rumbo a la ducha. Haciéndome gesto que lo siga y eso hice. El abre la regadera y el agua empieza a mojar su cuerpo hace su cabello hacia atrás y se ve tan extremamente sensual. Entro con el a la ducha y empieza a enjabonar mi cuerpo, lava mi cabello hasta qué pasa el jabón por mi entrepierna, erizándome la piel. Estoy de espaldas a el y siento ya su ereccion en mi espalda. —Debemos ser rápidos preciosa. — me dice y sin más me pega contra el frío azulejo de la pared, sigo de espaldas hacia el. Sin darme tiempo para prepárame entra en mi de una sola estocada amo que haga eso grito, ya que las dimensiones de mi hombre son algo arriba de lo estándar, el muerde mi hombro y empuña mi cabello mientras sus movimientos se hacen más rápidos, profundos y fuertes, pero lo está haciendo demasiado fuerte y me causa molestia. Me preocupo de inmediato. —Ve más lento y suave amor. — le digo apartándome un poco. —Vamos nena, se que puedes conmigo. — me responde en medio de la euforia, el sigue el mismo ritmo, pero no tan profundo, es un ritmo que ambos disfrutamos, no tardamos mucho en llegar a nuestro climax. El sale de mi y me da la vuelta, besa mis labios y junta nuestras frentes. —Te amo amor. — dice recuperando el aliento. Estaba por separase de mi cuando las palabras dejan mis labios. —Estoy embarazada. — le digo y el se separa rápidamente y me toma de los brazos haciendo que lo mirará. —¿Estas bromeando no es así? — me dice serio tanto que mi corazón palpita muy fuerte. yo negué. —No, llame a mi doctora porque tenía un retraso y una prueba de embarazo casera positiva así que, me dio cita para el laboratorio porque ella no está en el hospital por vacaciones y ayer me dieron los resultados. — le digo el sale de la ducha dejándome ahí parada. Me termino de lavar y salgo de ahí lo encuentro caminando de un lado a otro. En la habitación. —¿No dirás nada? — le pregunto buscando ropa en el armario. —¿Que mierda quieres que te diga? A penas empezamos a ver algo de calma que los niños están más grandes. Quedamos en no tener más por ahora. ¿Porque olvidasteis las pastillas? — me dice furioso. Parecía toro embravecido. —No fue mi intención. No las olvide, las tome puntualmente. Fue hace dos meses que me dio una amigdalitis, eso fue lo que me dijo la de laboratorio. Los antibióticos disminuyeron el efecto anticonceptivo. — le digo. —¡Mierda! — grita y su reacción me sorprende mucho. —Todo estará bien. — le digo queriendo acercarme a el, pero se ríe en burla ante mi comentario. —¿Te imaginas si son tres otra vez? — me pregunta con enojo sin dejar de verme y no gusta su mirada. —¿Te imaginas si tengo que repetir el infierno que pase con tu embarazo? Estar esclavizado a ti porque todo el tiempo te sentías mal. — dice y siento como si me apuñalara el corazón. Me mareo un poco, pero veo que está una silla cerca así que lentamente camino hacia ella y me siento. —No creí que te lastimara tanto ese sacrificio. No pensé que estar sentado a lado mío sosteniendo mi mano fuera un sacrifico. Ya que no eras tú con el dolor, el vomito, la incomodidad, con las agujas recibiendo un sin fin de sueros. Por no poder retener nada en mi estómago. Lo siento. Por mi eres libre de hacer lo que quieras, tengo a mi familia que puede cuidar de mi y de los niños. — le digo en tono de voz neutra sin expresión alguna, no derrame ni una sola lagrima. El quiso acercarse a mi, pero levante la mano para que no lo hiciera. Me levante de la silla ya me había pasado el mareo y terminé de cambiarme para salir de la habitación. Dejándolo a el allí dentro mientras yo me fui a ver a los niños. Es cierta esa frase que dice que no todo lo que brilla es oro y eso también aplica en las relaciones matrimoniales. Cuando crees que todo está bien y resulta que es todo lo contrario. Lo que no sabía era que pronto me daría cuenta que mi matrimonio está mucho más allá de lo contrario a perfecto.

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