1| VIAJE DE CERO.

953 Words
Tanner. Una decisión cambió mi vida, cambió el futuro que estaba esperando para mí, cambio todo en un abrir y cerrar de ojos, no pensé en que llegaría este maldito día, en donde estuviera a miles de kilómetros de Alené y que estaba vez sería para siempre. Me gustaba torturarme leyendo una y otra vez el maldito libro con un final feliz. ─Tanner deja de joderte la vida leyendo ese libro ─soltó Lindsay a mi lado. ─Todo empezó con una pequeña atracción ¿Puedes creerlo? ─A veces uno cree conocer a las personas y a veces se hace miles y miles de ideas sobre ellas. ─Pensé que me amaba, pero me di cuenta que yo estaba enamorado solo ─solté una risita amarga ─¿Puedes creerlo? ─Sigo sin entender que pasó entre ustedes ─dijo Andrew desde el asiento de atrás. ─Léete el libro y te enterarás ─respondió Josh a su lado. ─Explícame ¿porqué tienes dos novios y porque a cada uno le falta una neurona? ─pregunté en dirección a Lindsay y ella soltó una risita por lo bajo. ─Porque me gustan los dos y no podía decidirme además no veo problema con eso ¿No te gustaría tener una relación con dos chicas? ─No puedo con una y podré con dos. ─¿Pueden callarse? Estoy tratando de dormir, se supone que los viajes en avión son para dormir ─soltó Paul desde el asiento de adelante. Todos decidieron acompañarnos a mí y a mi hermana a la gran batalla que tendríamos con nuestro donante de esperma. Lo que más me asustaba era el simple hecho de ver a Tadeo a los ojos y explicarle las cosas que habían pasado. ─¿Crees que tu madre dejó algo para nuestro padre en el testamento? ─preguntó Lindsay. ─Espero que no y si es así yo mismo me encargaré de sacarlo, no quiero saber de ese hombre jamás en mi vida. ─Es una basura, he vivido veintidós años de mi vida engañada pensando que mi padre murió cuando era pequeña. ─Tengo veinticinco años huyendo de él ¿No crees que es algo maravilloso? Ella soltó una carcajada y recostó su cabeza en mi hombro. Abrí el libro y no pude evitar sentir una angustia en mi estómago al leer ese primer encuentro en el cuadrilátero. ─Tanner cierra eso, vas a quedar con un trauma y nadie podrá sacarte de ahí. Si ella supiera a qué he recurrido desde hace dos días. ─¿Cuánto tiempo nos quedaremos en Londres? ─preguntó Josh. ─Tienen que leernos el testamento y darnos la custodia de Tadeo. ─¿Con quien vivirá Tadeo? ─preguntó Andrew. ─A mí no me darán la custodia por no ser hermana de madre y además no soy millonaria como Tanner. ─No soy millonario, además ya... no tengo mucho dinero, el que tengo está en mi tarjeta y lo estoy guardando para otras situaciones. ─¿Crees que te den la custodia Tanner? ─preguntó Josh. Pasé una de mis manos por mi rostro y decidí no contestar a esa pregunta. ─Duérmete y no jodas ─solté. Levanté la manga de mi sudadera y vi la marca de la aguja en mi muñeca inmediatamente la bajé y solté un suspiro. Nadie tiene porque enterarse, esto es algo que me hace ser fuerte y olvidarme de las cosas. [*] ─¡Vaya! Tengo que admitir que Londres es lindo ─dijo Paul mirando todo el aeropuerto. ─Creo que me casaré aquí ─soltó Andrew y Lindsay negó con la cabeza. Caminé hasta uno de los botones para que me tendiera las llaves del auto que utilizaba en este lugar, él rebuscó entre sus documentos y dio con mi nombre y me tendió las llaves. ─Vengan ─dije caminando hasta los estacionamientos. Al llegar guardamos las maletas y subimos a la Range Rover y me dispuse en conducir hasta la casa de mi madre para quedarnos estos días en ese lugar. ─Música por favor este viaje es aburrido ─soltó Paul. ─Tanner está de luto imbécil ─exclamó Andrew. ─Recuérdenme porque todos vinieron? Siento que voy en un maldito auto con tres niños de cinco años ─solté. ─Y eso que soy la menor de los cuatro y soy más madura ─contestó Lindsay. ─Quiero fumar un cigarro ¿Puedes bajar la ventanilla Tanner? ─preguntó Paul. ─Espera llegar a casa. ─Pero papá. Andrew y Josh soltaron una carcajada y luego de unos segundos Lindsay se les unió. No era tan deprimente mi viaje en compañía de todos mis amigos, supongo que decidieron acompañarme para no hacerme sentir... ¿Mal? No dejarme emprender un viaje solo que podía contarme quedar en depresión. Ya yo me encontraba en depresión desde que volví a meter esas porquerías en mi cuerpo la noche que regresé a mi departamento y por fin acepté que Alené me había dejado en ese maldito hospital de mierda. ─¿Que dices Tanner? ─preguntó Andrew y dirigí mi mirada a él. ─¿De qué? ─Ni siquiera me escuchó. ─Ir a salir ya sabes para que te distraigas sobre todo por las cosas que estás pasando ─respondió Josh. ─Salgan ustedes si quieren, yo... yo daré un paseo en la noche, me llevaré el auto. ─¿A dónde vas? ─preguntó Lindsay. ─Dar un paseo. ─¿Solo? ¿En la noche? ─Sí. ─Puedes ir con alguno de los chicos, no quiero que estés solo Tanner. ─No te preocupes me se cuidar muy bien. Ella no volvió a hablar sobre el tema y yo mucho menos, nos mantuvimos en silencio en lo que restaba para llegar a casa de mi madre. Trataba de sacar esos ojos verdes de mi cabeza, pero me era imposible. Supongo que eso era algo que me acompañaría el resto de mi vida.
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