01.

1873 Words
Nueva Etapa. . . Se supone que lo mejor que te puede pasar en la vida es que te acepten en aquella universidad que siempre soñaste de pequeña. Se supone que debes de sentirte con la suficiente energía y la gran felicidad de ser una de las cincuenta elegidas para esa universidad. Se supone que tienes que hacer planes sobre lo que te puede esperarte en ese lugar. Esa es y seria la reacción de muchas personas, pero la cuestión es que yo no soy esas personas. Dirigí mi mirada a mis padrinos que se encontraban dándole un abrazo a Zoé y luego mi madrina camino hacia a mí para hacer lo mismo y lo acepté. ─No, nos vamos a ir todos los días de fiesta ─Zoé le respondió a mi padrino. Él nos estaba dando las típicas charlas de cómo debemos comportarnos ahora que viviremos por nuestra cuenta solas en la universidad. Una parte de mí escuchó el cincuenta por ciento de las cosas que dijo y el otro cincuenta por ciento las ignoró. ─Eso espero, no quiero ver en la televisión una noticia que diga han encontraron a dos jóvenes llenas de vómito y ebrias en un salón de clases ─agregó mi madrina y Zoé y yo nos limitamos en sonreír. Nunca habíamos bebido, pero teníamos ganas de experimentar lo que a muchas personas les gustaba hacer y qué mejor manera de comenzar la universidad que logrando embriagarnos en la primera fiesta a la cual nos invitarían. ─Las amo demasiado mis princesas y espero que estén en contacto ─soltó mi padrino se acercó a ambas y rodeo nuestros cuerpos en un abrazó de tres y luego nos dio un beso en nuestra cabeza. ─Nosotras también los amamos a ambos y no se preocupen por nosotras, estaremos bien ─respondió Zoé tomando mi mano. Nos dedicamos en caminar en dirección al auto de Zoé. Era un regalo que su padre le había concedido en cuanto cumplió veintiuno, mientras que a mí me abrió una cuenta bancaria a mi nombre y en ese lugar se mantenía mi mayor tesoro. ¿Para que un auto cuando Zoé puede llevarme a todas partes? Zoé tomó asiento en el lado del conductor y yo me encargué de supervisar que nuestras maletas estuvieran en el maletero. La universidad quedaba a diez horas de nuestro hogar y por esa razón mi padrino decidió que lo mejor sería vivir por nuestra propia cuenta en el campus para así no tener que pensar en llegar tarde o incluso no asistir. Tomé asiento en el lado del copiloto y me coloqué el cinturón de seguridad para después dirigir mi mirada a Zoé quien tenía una enorme sonrisa en su rostro. ─Vamos a estar solas en una universidad, estoy muy feliz, ya quiero ver a los chicos, quiero ver si son todos tan lindos como salieron en el folleto que nos dieron hace dos años en el colegio ─rodé los ojos y dirigí mi mirada a mi teléfono. Nos habíamos graduado hace dos años, pero Zoé quería tener tiempo para pensar bien en que quería estudiar y al parecer eso le tomó dos años. Por mi parte estaba lista para empezar con la carrera de psicología me apasionaba ver programas de televisión de ese tema. Zoé se decidió por estudiar derecho quería ser una abogada y lo podría lograr, claro, si se aplicaba y dejaba de pensar en chicos y en su vida amorosa. ─Zoé por dios ¿Esa es tu emoción de ir a la universidad para conseguir novio? ─pregunté y ella asintió. ─Eres la típica chica de los libros que espera que un chico malo se fije en ella ─me burlé ─Si lo quieres tomar de esa manera, pues bien, todas no somos unas amargadas como tú que no creen en el amor ─encendió el auto y dirigió su mirada a mí. ─¿Para qué creer en el amor? ─pregunté, ─Los que podían lograr que sintiera algo dentro de mi corazón hoy no están conmigo. Me refería a mis padres. ─Avery eres mi hermana y te amo, pero de verdad tienes que cambiar tu manera de pensar, si abres tu corazón a algún chico puedes cambiar y aunque sea sonreír ─comenzó a reír y la observé por unos segundos y empecé a reír junto a ella. Zoé tenía un estilo de vida algo ficticio dentro de su cabeza. Para ella todo tenía que ser como aquellos libros que siempre se encontraba leyendo. ─Entonces... ¿no piensas enamorarte? ─pregunto dirigiendo su mirada a mí. ─No ─observé hacia la casa ya que Zoé todavía no encendía el auto ─¿Y si encuentras a alguien que te ame, respete y valore ¿Qué sentirías? Sonreí y dirigí mi mirada a ella. ─Lástima, y mucha la verdad. ─Vaya Avery sí que estás jodida, Pero bueno pongamos música y preparémonos para nuestra llegada a la universidad. Encendió el reproductor de música del auto y de inmediato comenzó a sonar la canción ¨Play Date -Melanie Martínez¨. Zoé encendió el auto y empezó a mover su cuerpo mientras la canción sonaba y yo comencé a cantar, Cuando ya se acercaba el coro las dos nos miramos y sonreímos. ─You never share your toys or communicate, I'm guess I'm just a play date to you. Empezamos a mover nuestros cuerpos y las personas que pasaban al lado de nosotras en sus autos nos miraban como si tuviésemos problemas mentales y la verdad me importaba muy poco lo que las personas pensaban sobre mí o tenían que decir sobre mí. Las personas eran un punto y aparte en mi vida. O sea que ni siquiera eran algo de lo que tenía que preocuparme. •──×××──• Después de casi diez horas conduciendo entre las dos llegamos a la universidad y nos quedamos boquiabiertas ante lo que estaba frente a nosotras. Era mucho más grande de cómo se veía en los folletos, en los estacionamientos había muchos chicos y chicas bajando con sus maletas y dirigiéndose a la administración del campus para pedir las llaves de sus dormitorios, nosotras seguimos a las personas y llegamos hasta una fila no más de quince personas, que se encontraban esperando a la encargada de llaves. Nos pusimos en la cola de la fila y Zoé empezó a tomar fotos de la universidad y hacerse selfis con el hashtag USG (#USG) ─Posa conmigo Avery ─pidió y negué con la cabeza alejándome de la cámara. Eso de ser el centro de atención no era lo mío, lo odiaba. Llegaba a tal punto de sentirme la chica con falta de déficit de atención en casa. ─Eres tan aburrida, no te das cuenta que así tendremos más seguidores y encontraremos amigos más rápido ya que el hashtag es tendencia ─agregó. Dirigí mi mirada a ella y puse los ojos en blanco. A veces lograba acabar con mi paciencia por tener tanta energía. ─Que bueno ─respondí de forma seca. ─Tienes que pensar que todos aquí están entrando a ese hashtag, ven a las chicas y si les parece bonita la siguen luego empiezan a chatear, quedan en tomar un café y listo nace el amor ─agregó con su voz dramática y despeinando un poco más de lo habitual mi cabello. ─No, no he pensado en eso y si es así que aburrido ─respondí y até mi cabello en un moño alto y dejé unos mechones cayendo sobre mi frente. Tenía un cabello lacio y demasiado volumen, en color n***o que llegaba hasta la altura de mis hombros. Era de una complexión no tan delgada pero tampoco tan rellena yo me sentía conforme con mi cuerpo y eso era lo importante, mis ojos eran cafés y mi piel era muy pálida. Era como si hubiera sido sacada de la película Crepúsculo. En cambio, Zoé tenía el cabello rubio con rizos abundantes, sus ojos eran verdes y su piel blanca, no tanto como yo, pero si blanca. Y era incluso más alta que yo. Zoé me tomó de la mano logrando que dirigiera mi mirada a ella, sus ojos estaban justo detrás de mí y luego dieron a los míos. ─No voltees todavía, pero atrás de nosotras esta un chico y nos está mirando, es muy lindo, aunque parece un fantasma, pero está lindo, voltea a verlo en dos minutos a partir de ahora. Me soltó y siguió tomándose fotos, asique voltee y pude observar a un chico a unos tres metros de nosotras. Podía ser de nuestra edad o quizás uno o dos años mayor que nosotras, un poco alto, su cabello era rubio, tenía unas cejas muy gruesas negras y una mirada penetrante logrando así que sus ojos de color café lograran hacerte pensar en diferentes escenarios. Quité la mirada de él y la pose en unas chicas que estaban hablando por teléfono y cuando volví a observarlo él estaba llevando un cigarrillo a sus labios y me guiñó un ojo, no supe que hacer, así que me di la vuelta y comencé a mover nerviosa la sortija de quinceaños en mi dedo. ─Zoé tengo que decir algo ─dije, ella bajo su teléfono y se acercó a mí. ─¿Ya lo viste? ─peguntó en susurros. Iba a responder a su pregunta, pero vi una sombra justo detrás de nosotras logrando que volteara y abriera mis ojos como platos. ─Hola preciosas, veo que son nuevas ya que están en la fila para pedir las llaves de los dormitorios ─era el chico rubio de hace unos minutos. Sus ojos estaban sobre Zoé y luego dieron a los míos. Al verlo de cerca, pude apreciar que era mucho más alto de lo normal. Solté una risa sarcástica y volteé a él. ─Vaya parece que la universidad te está ayudando, estás poniendo tus neuronas a trabajar ─solté. ─Si estamos en la fila es claro que tiene que ser por eso, ¿o será que hay otra manera de estar haciéndola? ─Avery ─susurró Zoé con asombro y algo apenada ─Woo, Woo, veo que eres muy ruda, me agradan las chicas así, aquí no hay muchas de esas ─respondió el chico con una sonrisa en su rostro. Dirigí mi mirada a él de arriba abajo y rodé los ojos. ─No hagas caso a mi hermana ella es así con todo el mundo ─soltó Zoé colocando su cabello detrás de sus orejas. ─Bueno de todos modos no descarto de que me caerás bien, tengo dos amigos que son iguales a ti odian a todo el mundo entero, bueno uno se quiere comer el mundo entero y el otro lo odia ─contestó el chico y puso una mano en mi espalda y me alejé incómoda. Odiaba que me tocaran y sobre todo personas que no conocía. ─Mierda, dónde están mis modales, Mucho gusto me llamo Mathew, Mathew Leoni- dijo el chico y le tendió la mano a Zoé. Ella la recibió, se acercó a él y le dio un beso en la mejilla. ─Encantada, soy Zoé Will. Mathew que así era como se llamaba el chico se volteó a mí y me tendió su mano. ─Te vas a presentar o le tendré que decir a Zoé que lo haga por ti. ─ Soy Avery Turner, mucho gusto.
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