Próximamente en Marzo 15, 2021
Los pequeños fueron creciendo de manera acelerada. La manada permanecía más en forma lobuna que humana, residían en un continente llamado Orbür, entre América y Europa.
Orbür era reconocido por sus diversos animales, diversa fauna y flora, criaturas extrañas, unas que parecían sacadas del mismísimo infierno, otros como del mismísimo cielo. Los lobos de Orbür eran robustos, enormes y salvajes. Como nuevo continente al fin, esas criaturas no tenían la necesidad de 'humanizarse' se sienten más cómodos en su forma original; bestias.
“Corran, corran, ahí viene la niña obsidiana” grita una cría de lobo de unos 4 meses de nacido, mientras corre y hace a los demás correr.
Diana se detiene, baja las orejas y esconde el rabo. Se sienta y lloriquea.
Sus hermanos mayores se acercan de prisa. “Diana, diana” dicen a coro “¿qué te ocurre?” habla el primero que nació.
“Quería jugar con los niños y se mandaron corriendo” dice bajando la mirada.
“No tienes por qué jugar con esos niños feos, nos tienes a nosotros para jugar” dice otro moviendo su colita.
Ella levanta la mirada y agita la cola con avives. Todos empiezan a correr, ella detrás de ellos una y otra vez y viceversa.
Y así transcurrieron los meses, rechazo pasivo para la cachorra Diana, por su notoria diferencia en una manada donde tienen tonos marrones, grises, blancos y rojizos. Fue pasivo en parte por su padre, su única hembra, su adoración, la pequeña de la casa, mimada por sus hermanos.
“p**i, p**i, hoy fui de caza” comenta entusiasmada, galopando hacia su padre.
“Mi pequeña hizo su pequeña caza, que emocionado estoy” dice agachando la cabeza y lamiendo a su niña.
“Si p**i, atrapé a un pajarito” dice entusiasmada, pero bajo las orejas “No pude matarlo p**i” dice y lo mira con la cabeza agachada “¿Y si tenía familia?” pregunta.
El padre continúa bañando a su niña “No te preocupes mi amor, puedes aprender todo de la caza sin tener que matar, aun así, sabrás hacerlo cuando llegue el tiempo” comenta. “¿Por qué no vas a jugar con los demás cachorros?” pregunta al ver qué su pequeña le seguía.
“Los niños se burlan de mi por mi color y ahora más, que no pude matar al ave, ellos corren lejos de mí y me llaman Obsidiana, la fea Obsidiana” dice con un quejido.
El lobo de aspecto tenebroso se detiene y mira sobre su lomo al resto de la manada, observando a todos los niños jugar y revolcarse. Ahora que lo pensaba, nunca había visto a su niña jugar así, más bien, jugar con otros niños que no sean sus hermanos. Como primer guerrero y cazador de la manada, estaba muy ocupado y no se fijaba en esas cosas. Se yergue en su lugar, va hacia donde su niña y la toma del lomo entre sus dientes. Tenia que poner ciertas cosas en su lugar.