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Dulce Deseo

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Blurb

Maddy es una chica que no tiene nada definido en su su vida laboral y mucho menos amorosa.

Se caracteriza por ser una chica atrevida, segura y le encanta tanto su libertad que se niega estar atada a relaciones o compromisos que la puedan llevar a algo serio o el matrimonio.

Lo que ella pensó que sería una noche de copas y algo de sexo casual con el misterioso hombre termina siendo el peor error de su vida cuando se encuentra con él y se entera que se trata de su nuevo jefe.

El no está dispuesto a llevarse un NO por respuesta de parte de ella cuando lo qué más anhela es volver a repetir ese Dulce Deseo.

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Capítulo 1 : Maddy
Había pasado todo el mes tratando de conseguir trabajo pero todo esfuerzo era en vano hasta hoy. —Ya estoy en casa! —Grito entrando y colocando las llave sobre la mesita de entrada. No veo rastros de ella en todo el piso. Me despojo de mis zapatos y al mirar al frente es cuando la veo con una gran sonrisa salir de su habitación. —¿Por qué gritas? —Chilla molesta. —¿Te acuerdas de la entrevista que tenía hoy? —Asiente —. Pues ¿Qué crees? —¿Te dieron el puesto? —Pregunta asombromada y asiento —. ¡Lo sabía! Estas más que capacitada y con experiencia para ocupar ese puesto. Se acerca abrazándome eufórica, no puedo evitar reír al verla tan contenta. —Debo presentarme mañana a primera hora —Tomamos asiento en él sofá —. Pensé que me dirían “Nosotros la llamaremos” pero no.  Me dieron el puesto a penas termino la entrevista. — Me alegro tanto por ti —Se acerca a mi abrazándome —. Ya era hora. Vanessa y yo somos amigas desde la preparatoria y desde entonces nos volvimos inseparables. Hasta hace unos meses  que decidió casarse con su novio el cual llevaban tres años juntos. —Definitivamente ya era hora. Gracias por ser mi apoyo todo este tiempo. —No hay nada que agradecer tonta —Deja un beso sobre mi frente —. Te quiero mucho y siempre me querré lo mejor para ti, incluso un novio. —Vane, no. —Refutó en tono de advertencia —. No vayas por esa linea por favor. —Está bien, no iré por allí —Se cruza de brazos —. Pero sabes lo que que pienso, ya es tiempo que vayas pensando en organizar tu vida sentimental. —No necesito organizar nada en lo sentimental. —Claro que si debes hacerlo —Camino a la cocina y me sigue —. Tienes veinticinco ya es tiempo de que vayas teniendo una relación formal y luego quizás casarte y formar una familia. —No tengo planes de casarme y muchos menos formar una familia. Al menos no por ahora. — Sólo quiero que consigas a alguien que te quiera y esté contigo —Toma asiento en el taburete —. Eso no tiene nada de malo. —Por supuesto que no tiene nada de malo pero aún no siento la necesidad de tener algo formal con nadie —Me encojo de hombros —. Soy feliz conmigo misma y si tengo ganas de tener sexo pues para eso tengo amigos con derecho o de sexo casual de una noche. —Eso no suena, ni se ve bien en una mujer delante de la sociedad Maddy. —Me vale un comino la sociedad amiga. Ellos no pagan mis cuentas además de que los tiempos han cambiado y mucho. —Maddy yo solo digo que... — No , no digas más por favor —Espetó abrumada —. El  el que tú te hayas casado a los veintidós no quiere decir que yo también me tenga que casar pronto. — Está bien —Deja un beso en mi frente y toma su bolso —. No vuelvo a tocar el tema. Se qué pronto llegará ese hombre que te hará cambiar de opinión. —Bueno mientras llega ese hombre —Hago paréntesis con mis dedos —. Yo seguiré disfrutando mi vida de soltera. —Debo irme, ya Lucio me esta esperando abajo en el auto. Se despide de mi tirándome un beso y sale dejándome a solas en mi piso. Esta completamente obsesionada desde que se caso que yo también debo casarme pronto y formar una familia para ser feliz. ¿Quién dijo que para ser feliz hay que casarse? Yo soy feliz con mi vida desde que cumplí mayoría de edad. Me independicé de mis padres a los dieciocho años. Cuándo decidí venir a estudiar a Nueva York, mi padre me ayudó a comprarme mi propio departamento y un auto. Luego de terminar la carrera trabajé un tiempo en las empresas de mi padre ejerciendo mi carrera pero luego decidí buscar algo por mi misma y lo logré. En la universidad tuve un novio con el cuál tenía la ilusión de casarme. Ilusión que se fue al demonio cuando lo encontre en su habitación teniendo sexo con otra chica de la facultad. Eso bastó para que no volviera a tener una relación formal con ningún hombre. Tampoco me gusta seer dominada por sentimientos o un hombre. Prefiero las relaciones casuales que solo involucren sexo y nada de sentimientos. Entro a mi habitación deshaciendome de mi ropa y entrando a la ducha a darme un refrescante baño. Al llegar la noche cepillo mis dientes y me voy a la cama para descansar lo más que pueda ya que mañana me espera un día de trabajo y necesito llegar puntual. Programo la alarma en mi móvil, apago la luz de la mesita de noche y cierro mis ojos cansada dejándome llevar por el sueño. “Observo la poca claridad que entra por mi ventana de la luz de la noche. La silueta de un hombre parado frente a mi ventana hace que mi piel se erice. Me mira fijamente y aunque trato de ver su rostro algo me impide verlo claramente. Lo unico que puedo ver son sus ojos. Sus ojos tan celestes como un cielo limpio sin nubes. Se acerca lentamente, una camisa blanca y pantalón n***o cubre su cuerpo mientras ests descalzo. Poco a poco se acerca pero su cercanía no me produce miedo, me produce curiosidad por saber de quién se trata. Me levanto de mi cama quedando frente a él. Aún cin la cercanía que tenemos no puedo ver su rostro perfectamente. Acarició su mejilla mirando fijamente sus hermosos ojos. Tan bellos y tan raros como un diamante azul. Siento como una de sus manos sujeta mi cintura subiendo lentamente haciendo que mi cuerpo se empiece a calentar. Acerca su rostro a mi cuello inhalando mi aroma y dejando un beso sobre mi hombro. -¿No tienes miedo? - susurra sobre mi oído. -¿Quién eres? No contesta mi pregunta, besa nuevamente mi cuello robandome un jadeo. Empieza a repartir besos hasta bajar al valle de mis senos donde entierra su rostro e inhala mi aroma. Sigue su camino bajando poco a poco mis piernas flaquean cayendo sobre la cama seguido de el encima mío. Sus manos estruja mis senos mientras levanta mi blusa y empieza a besarlos de manera feroz robandome gemidos. Jadeo y gimo como loca al seguir dándole caricias a mis senos. Llevo a mi mano a su pecho bajando lentamente hasta su pantalón e introducir mi mano dentro de el y llegar a su entrepierna. Sus manos bajan al igual que las mías colandose dentro de mi tanta y llegando a mi feminidad. Introduce dos de sus dedos en mi, arqueo mi cuerpo cuando me empieza a masturbar. Saco de su pantalón su m*****o y empiezo a masturbarlo de la misma manera tan intensa que lo hace él. Acelera sus movimientos mientras chupa y muerde mis pechos. Hago lo mismo con su m*****o. Siento como mi vientre se contrae y todo mi cuerpo se calienta. Suelto un ultimo jadeo al correrme y siento como un líquido caliente cae sobre mi vientre. -Eres mia. —¿Qué diablos fue eso? Me siento en mi cama completamente exaltada y sudada. Observo el reloj y es casi las cinco de la mañana. «En mi puta vida había tenido un sueño tan caliente como este» Por la humedad que siento entre mis piernas se que tuve un maldito orgasmo. Y uno de los mejores que he podido tener... *** Llego a la corporación G & A, entro y me acerco a la recepción. —Bienvenida a la corporación Gallego y asociados, mi nombre es Feray ¿En que le puedo servir? La chica me sonríe calidamente. —Buen día Feray, mi nombre es Maddy Castillo y soy la nueva gerente administrativa. La chica eleva sus cejas con una sonrisa y rápidamente teclea en su computador. —Bienvenido señorita Castillo, la señorita Patricia la espera en su oficina, piso 15. Me señala el elevador y me entrega un carnet con mi foto, nombre y cargo asignado. Tomó el carnet, asiento y camino hacía el elevador para tomarlo y poder subir. Miro el reloj y me doy cuenta que falta muy pocos minutos para la hora asignada, así que trato de darme prisa. El elevador abre sus puertas, observó mis zapatos que luzcan impecables. Cuando entró siento como alguien choca conmigo haciéndome caer como saco de patatas al suelo del elevador. —Disculpe, no la ví —Me extiende su mano —. ¿Se encuentra bien? Acepto su mano y me ayuda a levantarme, levanto la mirada y me encuentro con un unos ojos verdes tan hermosos que me hacen sonreír. —¿Cómo puede andar por ahí sin fijarse por donde va o a quién puede tropezar? —Rápidamente me coloco a la defensiva. —Lo siento mucho señorita, venia algo distraído. —Eso ya lo pude notar. Observo mi reloj y veo que solo me quedan tres minutos para llegar a tiempo. Me siy la vuelta fastidiada dando por terminada esa tonta discusión. Pensará que soy una grosera pero en estos momentos me interesa mas llegar a tiempo y dar una buena impresión. —No sabe qué es de mala educación dejar a las personas hablando solas. —Espeta. —¿Y usted no sabe que es de mala educación ir por la vida tropezando con las personas? Respondo sarcástica y escucho una pequeña risa de alguien. Observo tras mi hombro y veo a un hombre  igual de atractivo que el sonreír por la situación. El elevador se detiene, abre sus puertas y bajo acercándome al primer escritorio que me encuentro. Allí se encuentra una chica de cabello n***o y lentes que al verme me sonríe ampliamente como si supiera quién soy. —Señorita Castillo ¿Cierto? —Asiento —. Bienvenida a la corporación, yo soy Fery la secretaria temporal de su área. —Feray, es un placer —Respondo amablemente —. La señorita Patricia me espera. —Si, nuestra jefa de recursos humanos la espera en su oficina para recibirla. Toma una agenda del escritorio, se levanta y me guía el camino. Nos detenemos en una gran puerta con el letrero de Patricia Mendoza, Jefa De Recursos Humanos. Da unos pequeños toques y luego de escuchar una voz dando autorización para pasar abre la puerta dejándome ver una castaña frente al escritorio revisando su computador. —Señorita Patricia, la señorita Castillo se encuentra aquí. Levanta la mirada de su computador mirándo a nuestra dirección. Sus ojos me miran de arriba, abajo y se levanta sin decir algo. —Feray, te puedes retirar y dejarnos a sola. Yo me encargo de lo demás. —Si, señorita. Sale de la oficina dejándonos a solas. Cierra ka puerta y la castaña me ofrece sentarme frente a su escritorio. —Como ya conocerá, mi nombre es Patricia Mendoza Jefa de recursos humanos —Asiento —. Antes de llevarla a la que sers su oficina debo dejarle algunas cosas claras. —¿Cómo cuáles? —En esta empresa están prohibida las relaciones sentimentalmente entre los trabajadores ya sea dentro o fuera de ella —Asiento —. Se pide que las mujeres sean discretas a la hora de vestir y no usar nada que pueda llamar la atención o sea de muy poca tela. —Entiendo —Respondo formalmente —. ¿Algo más que quiera añadir? —Sería todo por el momento ya que son las reglas más importantes —Me sonríe —. Sígame, la llevaré a su oficina. Csmins delante mío y no puedo evitar soltar una sonrisa sarcástica al ver que la falta que lleva apenas y puede tapar parte de sus piernas. Aunque luzca ropa formal más parece una estrella de esas páginas de adultos. Salimos al pasillo, contornea su cintura al compás de sus pasos, luciendo bastante atrevida. Suspiro y trató de controlar las enormes ganas de reír que tengo. No llevo ni diez minutos aquí y ya me queda claro que es una mujer con aires de superioridad. Pasamos frente al escritorio de Feray y entramos a la primera puerta a un lado de su escritorio. —Esta es su oficina y are de trabajo —Camina por toda la oficina —. Es bastante cómoda y como ve trabajará en el piso de las áreas más importantes como lo son presidencia, recursos humanos y gerente administrativa que es ek cargo que usted llevará de hoy en adelante. —Gracias. —Trabajará de la mano del vicepresidente debido a que el presidente se encuentra fuera del país, pero eso será mañana ya que hoy estará ocupado atendiendo algunos asuntos. Puedes empezar cuando gustes y Feray podrá ponerte al día. Camina a la salida, cerrando la puerta al salir. Camino al escritorio colocando mi bolso sobre el y me siento encendiendo el computador. Empiezo a revisar las carpetas sobre mi escritorio y a echarle un ojo de que se trata y ponerme lo más corriente posible. Luego de un rato, dan unos toques en la puerta y seguida es abierta entrando Feray con una sonrisa. —Lamento la interrupción señorita Castillo —Se acerca a mi —. Es mi deber preguntarle si se le ofrece algo antes de irme almorzar. Miro mi reloj y veo que es pasado medio día. —Lo siento. Estaba tan concentrada en estos informes que olvidé la hora del almuerzo —Me levanto tomando ni bolso —. ¿Te molestaría si almuerzo contigo? Me mira asombrada, sus mejillas se tiñen de rojo y niega. —No hay problema. —Bien, entonces esperame en recepción, necesito dejar esto organizado. Asiente saliendo de mi oficina. Empiezo a dejar cada papel y cada carpeta en su lugar. Al terminar salgode mi oficina, me acerco al elevador y presionó dos veces el botón de éste. Al abrir sus puertas, me subo marcando el piso de recepción. Baja al siguiente piso y se detiene abriendo sus puertas. A el entra un chico bastante guapo y lo reconozco al darme cuenta que se trata del chico que iba acompañado de ese estúpido que me hizo caer. —Buenas tardes bella dama —Me sonríe —. Eres la chica de esta mañana, ¿Cierto? —Si, la que tu inepto amigo derrumbó como costal de papatas —Le extiendo mi mano —. Maddy Castillo, para servirte. —Un gusto Maddy y disculpa a Boyd, a veces esta muy perdido en sus pensamientos y se olvida del mundo. —Eso ya lo noté —Susurro y niega divertido —. ¿Tú cómo te llamas? —Oscar —Me quiña un ojo —. ¿Te invito almorzar? — ¿Es una cita? —Pregunto bromeando y asiente —. Eres muy guapo, pero no eres mi tipo. Ambos reímos . —¿Y cómo son tu tipo? El elevador se detiene abriendo sus puertas, salimos cuando a la salida. —Me gustan más altos, y con pinta de hombres rudos y malos. Bromeo y suelta una risilla por lo bajo. —Definitivamente no soy tú tipo. —Lo sé, aunque eres alto pues te falta lo de chico malo. —Fue todo un placer conocerte Maddy y conversar contigo —Deja un beso en mi mejilla —. Sigue en pie mi invitación. Te me haces muy divertida e interesante. —Dalo por hecho. —Espero verte seguido por aquí. —Óscar ¿Esta todo bien? Ruedo los ojos al escuchar de quién se trata. Aunque sólo nos hemos visto una vez puedo diferenciar su voz a kilómetros. —Todo bien amigo —Le responde mientras me mira con una sonrisa. —Bueno, me tengo que ir Oscar y espero esa cita la tengamos pronto. Me doy la vuelta, lo fulmino con la mirada me acerco a la salida donde veo a Feray esperándome m Puede que haya sido grosera nuevamente, pero no me interesa. Ese idiota me hizo caer al suelo por andar despistado. —¿Lista? —Le pregunto y asiente —. Entonces andando. Salimos y me dice que a una cuadra se encuentra un restaurante muy bueno. Al llegar entramos y un mesero nos ofrece una mesa. Tomamos asiento, nos entrega el menú y ambas pedimos, para luego marcharse con nuestro pedido. — ¿Cuánto tiempo llevas trabajando en la empresa? —Le preguntó curiosa. —Unos dos años —Toma  un sorbo de su jugo —. No me quejo de nada, a decir verdad. —Pensé que hoy conocería al presidente de la empresa pero la señorita Patricia me habló de un vicepresidente ybde que trabajaría con él. —El señor Miller, es el que ha llevado ls empresa todo estos años según ne hab comentado . —¿Y el presidente? —No sabría decirte porque nunca lo he visto. Sólo sé que va y viene a cada rato y se encarga de dirigir las empresas en Europa más que nada. — ¿Nunca visita su empresa? —Si lo hace es una visita fugaz, tengo curiosidad de verlo pero nunca he podido averiguarlo —Toma un sorbo de su agua —. Según las mujeres de ka empresa qud llevan mucho tiempo trabajando allí, es un hombre muy apuesto pero con un carácter frío y prepotente. —Ahora más que nunca tengo Tengo mucha curiosidad de saber quién es el tipo. —Los rumores dicen que estuvo casado otros dicen que continúa siendo casado —La miró sorprendida —. Otros dicen que tuvo sus amoríos con la señorita Patricia. —Vaya que es un hombre bien misterioso. —Todos decimos lo mismo de él. Miro fijamente a Feray y me doy cuenta que es una chica muy apuesta. Pero su belleza se ve opacada por los lentes que usa y su manera tan antigua de vestir. Se me hace bastante extraño que una chica como ella en estos tiempos vista tan antiguamente con aquellas faldas largas, camisas manga larga y un peinado que no le favorece en nada. —Feray, ¿Qué harás hoy? —Nada, estaré en casa tranquilamente. —¿Qué te parece si te invito a tomarnos un trago esta noche? —Md Mira asombrada —. Verás que la pasaremos bien. —No creo que mis padres me lo permitan —Acomoda sus gafas —. Además a ellos no les gustaría porque mi religión no me lo permite. —¿Qué religión es tu familia? —Somos Musulmanes y mis padres practican la religión Islámica. —¿Y tú? —¿Yo qué? —Me mira sin entender —¿Que religión prácticas? —Por obligación la misma que ellos —Suspira con pesadez —. Toda mi vida he tenido que vivir con ella. —¿No te hace feliz? —No me agrada debido a que mis padres siempre menhan obligado a practicarla sin preguntarme si me siento bien con ella. —¿No lo estas? —Niega. —Siempre he querido ser como otras chicas. Llevar una vida normal, vestir como me gustaría, salir de fiesta pero para mis padres todo eso los escandaliza. —Feray, eres una mujer adulta la cuál puede decidir que religión practicar y como llevar su vida. Si tus padres no entienden eso entonces deberás abrirte paso. —Eso mucho lo sé —Me sonríe —. Quizás este Viernes todo cambie después de la fiesta. —¿Fiesta el Viernes ? —Asiente —. ¿De que fiesta hablas? — El Viernes se estará celebrando el aniversario de la empresa y se dará jna gran fiesta —Dice ansiosa —. La temática será fiesta de máscaras,pero no se si asista. — ¿Y por qué no ? —Mascullo —. ¿Acaso no te gustan las fiestas? —Nunca he ido a una, me gustaría hacerlo pero no se si mis padres les guste —Suspira con pesadez —. Lo más probable es que no asista. —Claro que iremos, tú vendrás conmigo. —¿Enserio ? —Muy enserio señorita —Le sonrió —. Yo me encargaré de que vayas muy linda y sea inolvidable para ti...

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