Fragmentos de mi

INTRODUCCIÓN

Encerrada en una oscura habitación abrumada por fantasmas y palabras que la llevaron a lo mas profundo del abismo. Sin tener noción siquiera de si existe una realidad fuera de tanta oscuridad.

Hay ocasiones donde las palabras son mucho mas hirientes incluso que un golpe, nunca podremos tener dimensión inmensa del daño que nuestras propias palabras pueden causar en otra persona. Tenemos el poder de levantar a alguien con una de ellas o destruirla para siempre.

A través del tiempo las palabras han convencido multitudes con sus promesas y han destruido hasta las más fuertes alianzas por no cumplirla.

Beth se encontró a lo largo de su vida con las más crueles palabras que puedan decirse, de esas que humillan, que duelen, que se quedan grabadas en tu mente y te convencen de que son verdad. Año tras año, fue forjándose a través de ellas, hasta que su mente las convirtió en su realidad.

Se convirtió en una persona triste, insegura. Cada paso, cada decisión la tomaba temerosa, siempre pensando negativamente, porque simplemente no era capaz de poder hacer las cosas bien, era una inútil, no tenía futuro, todo lo que hiciera lo haría mal.

Así fue tropezando una y otra vez, sin rumbo, sin un propósito. Dejando que todo el mundo la refriegue en el piso como trapo viejo. Sentía en su interior que no tenía derecho de defenderse, tanto habían pisoteado su autoestima que terminó por aceptar que si la trataban mal era porque lo merecía.

Esto se fue forjando desde su niñez, llena de abusos, golpes y maltrato psicológico. Una vez que se hizo mujer intentó crear su propia familia, sobre unos cimientos débiles, sin un ejemplo real del amor y la familia.

Al ser humillada desde muy pequeña, inconscientemente, terminó permitiendo el maltrato de aquellos que decían amarla.

Hasta que un día pudo decir basta, no sabía porque o como su cabeza escuchó la alerta. Pero comprendió que eso no estaba bien, que no era una mala persona y que no lo merecía y sobre todo que no quería morir habiendo vivido solamente en el dolor.

Tenía a sus hijos que eran lo mas importante que tenía, y por ellos también debía cambiar el curso de las cosas. Lo que no sabía era que en la mente de otra persona su felicidad no era una opción, alguien que tenía mucho que perder si ella por fin lograba salir de la oscuridad.