Capítulo 3

1297 Words
Isabel.* Mi respiración se encuentra acelerada en lo que recorro las calles intentando llegar lo antes posible, me arrepiento, lo siento, quiero ser yo quien lo tengan no otras personas. Logré llegar notando que no hay nadie afuera, me quedé paralizada un momento, uno en el que lo peor llegó a mi mente, no pudieron habérselo llevado, es mi hijo y debe estar conmigo. Entre al lugar y fui directo a la oficina de la encargada, entre sin permiso hasta llegar a estar frente a su escritorio, deje los documentos sobre la mesa y la observe fijamente. — Tarde Isabel... Cinco años tarde lastimosamente. — Murmuró regresando los documentos a mí. Hice una mueca sin poder creer lo que me está diciendo, es falso, mi pequeño sigue aquí, es mío, mi hijo. — Se ha ido, tiene ahora unos padres que lo quieren bastante y... — Yo soy su madre y su padre está en prisión, somos nosotros sus verdaderos padres por eso va a decirme a dónde se lo han llevado. — Exigí sumamente molesta. Alzó una ceja al verme de esa manera y se puso de pie, paso por mí lado y fue a la puerta, la abrió dándome a entender que tengo que irme ahora. — Es mi hijo. — Dije apretando la mandíbula. — No Isabel, dijiste que no podías con él, venías aquí solo a llenar el vacío y hacer que Michael se llenará con la ilusión de que le amabas y que lo ibas a adoptar, has sido egoísta. — Dijo con tranquilidad. No respondí a eso, solo la mire de reojo con ganas de encajar el plumón en su ojo para que le quede claro que tengo la razón y que ellos no son nadie para decirme que hacer y que no. Salí del lugar llena de rabia sin saber que demonios voy hacer ahora... Quizás haya razón en sus palabras y debí haberle dado su lugar a mi pequeño, durante años mirándolo desde lejos, sin poder abrazarlo con la seguridad de que él sepa que es mío. Creo que ahora solo me queda soportar la idea de que me he quedado completamente sola... Dos años después.* Isabel.* Me acomode la bufanda en lo que camino entre las calles de regreso a casa. Tuve que buscar un nuevo trabajo ya que el de antes era complicado. He estado viviendo sola desde hace un año, raramente mamá se hizo paranoica, se marchó del departamento diciendo que papá iba a venir por ella y que necesitaba irse, así mismo dijo que Max volvería... Quizás ese hecho no estaría tan mal, he intentando hacer mi vida una vez más, trate de buscar la compañía de un hombre, pero por alguna razón siempre termino comprándolos con Max, asegurando que ninguno es como él... Ni lo serán nunca. Pare mis pasos frente a la casa, solté un largo suspiro y caminé a la puerta, la abrí y entré dejando mis cosas en uno de los sofás. Iba a ir a la cocina pero me detuve de inmediato al ver una silueta en la esquina de la habitación. Justo iba a gritar cuando de las sombras Max corrió a mí, su mano cubrió mi boca evitando cualquier sonido. — Tanto sin verte amor. — Dijo con tranquilidad. Me quedé rígida sin saber que responder, su mano se retiró poco a poco de mis labios, sin previo aviso lo tomé de la camisa y lo acerque de golpe a mí pegando sus labios con los míos. Siguió mi beso con rapidez, mis manos fueron a su espalda aferrándome a él, su cuerpo sigue siendo el mismo, de hecho puedo sentir que está más fuerte. Abrió mis piernas y se colocó entre ellas moviendo sus caderas. Solté un gemido sobre sus labios en lo que su respiración acelerada golpea mi rostro. — No he olvidado el tema principal. — Advirtió desabrochando mi pantalón. Lo bajo un poco y tocó con su mano frotando mi clítoris, retiró su mano y la llevo a sus labios lamiendo frente a mí los fluidos. Desabroché su pantalón dejando ver su m*****o erecto, lo acercó a mí y lo adentro de una sola vez. Solté un gemido fuerte y me aferre a sus brazos fuertes. Lo miro a los ojos al igual que él a mí en lo que sus caderas se mueven entrando y saliendo de mí. Subí mi mano a su nuca y tomé su cabello en lo que él se inclinaba a besarme. — Max. — Susurré haciendo roce con sus labios. Sujeto mi cabello con algo de fuerza e hizo mi cabeza hacia atrás dejando mi cuello descubierto, dejó un par de besos para después morderme. — Isabel. — Dijo entre jadeós. Lo hice sentarse en el sofá, me quité el pantalón por completo y me subí encima de él, adentré su m*****o una vez más y empecé a moverme yo misma sobre él. — ¿Dónde está Michael? — Susurró cerca de mi oído. Le mire fijamente, iba a decir algo más pero coloqué mi mano en sus labios, empecé a moverme con rapidez dejando ver como Max demuestra que le agrada lo que estoy haciendo. Lo saqué y adentré un par de veces más sintiendo como las manos de Max se aferran a mi cintura. Soltó un gemido y me hizo quedarme sentada sobre su pene, permitiendo que sienta caliente. Me levanté y bajé mi mano a mi v****a dándome cuenta que se a corrido dentro de mí. Acomodamos nuestra ropa para poder hablar como personas normales. Al estar lista lo lleve a la cocina, puse agua a hervir en lo que se encontraba sentado en una de las sillas del comedor mirando a un punto fijo. — ¿Quieres cenar? — Pregunté sin mirarlo. — Si. — Contestó recargándose en la mesa. Empecé a preparar lo necesario para cenas los dos, esperando encontrar las palabras para decirle que nuestro bebé ahora está con otros padres, no creo que lo tomé muy bien. Luego de unos minutos termine de preparar huevos revueltos y jamón, así mismo hice su café, se lo entregué, asintió. — Gracias. — Murmuró empezando a comer. Me senté frente a él haciendo lo mismo, ambos comemos en silencio, solo espero que de verdad no se vaya a molesta por todo lo que ha pasado. Fue cuestión de minutos cuando los dos terminamos, Max se quedó bebiendo su café en lo que sigue con la mirada fija en todo menos en mí. — ¿Dónde está mi hijo Isabel? — Murmuró neutro. Apreté los labios, baje la mirada y me encogí en los hombros. No dijo nada así que iba a ver el porque, al levantar la cabeza me sorprendí al sentir como su mano se estrellaba contra mi rostro dándome una bofetada fuerte. Lleve mi mano a mi mejilla sin poder creerme la idea de que me haya golpeado. — ¿Cómo demonios no vas a saberlo?, Debiste cuidarlo en lo que yo salía para poder ayudarte y ser una familia. — Gritó enfadado. Sentía que mis lágrimas caían, es verdad, pero tampoco sabía que él saldría o querría al bebé. — Estaba asustada, tú estabas en prisión y yo solo tenía quince años. — Me defendí intentando que la culpa no sea solo mía. — No hubiera ido a prisión sí Ana y tú no fueran de chismosas con la policía. — Dijo bastante molesto. Se acercó y me tomó del brazo, su rostro quedó cerca del mío. — ¿Y bien Isabel?, ¿Dónde está mi hijo? — Dijo sombrío. — No sé, créeme que también quiero saber, se lo han llevado, lo adoptaron. — Revele. Apretó la mandíbula y poco a poco empezó a suavizar su agarre. Me sorprendí cuándo me pegó a su pecho, me abrazó en lo que su mano acariciaba mi espalda. — Tranquila, lo vamos recuperar, después de todo es nuestro hijo. — Dijo con seriedad y firmeza. Le di una afirmación, sé que pronto podré volver a verte pequeño Michael, eres nuestro y con nosotros vas a quedarte... Espero que les guste. Gracias por leer. Voten y comenten.❤️
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