Little Secret; pjm

De mi vida, no hay mucho que decir. Básicamente todo se basa a un estúpido y molesto chico llamado Park Jimin. Se ha comportado de esa manera por tres años consecutivos, los suficientes para que lo odie con todo mi corazón y mi alma. Y no, no lo estoy juzgado sin conocerlo, es más, en su tiempo fui la persona que más lo conoció, a.k.a su mejor amiga; o al menos eso creía. Conocí a Jimin a los once años, cuando él y su madre se mudaron al departamento de al frente luego del divorcio. Jimin era la cosita más linda y tierna del mundo, sus mejillas regordetas y su tímida personalidad mezclada con mi explosivo ser, hicieron que una bomba de diversión y confianza existiera entre nosotros. Fueron los mejores tres años para mi, pero lo bueno dura poco. Cuando Jimin cumplió catorce decidieron que era una buena idea que se fuera a vivir un tiempo con su padre en Busan, ¿Pueden creerlo? ¡Me estaban quitando a la persona más preciada para mi! ¡Me estaban quitando a mi mochi! Ese día de vacaciones, tanto él como yo estábamos empapados en lágrimas, pero no había nada que hacer. Esperé por días, semanas y meses, hasta que pasó un año completo y yo no sabía nada sobre Jimin. No tenía más amigos a parte de él y en la escuela me tacharon de asocial, nadie se acercaba a mi y comencé a acostumbrarme a estar sola todo el tiempo. Para las vacaciones del siguiente año yo había dejado a de esperar a Jimin, y dentro de mí se comenzó a armar un gran rencor hacia su persona, odiaba a Park Jimin por dejarme sola. Mi mamá se dió cuenta de lo que había "sufrido" durante todo ese año y no se le ocurrió mejor idea que enviarme a un campamento fuera de la ciudad por todo un mes. Había odiado completamente la idea, incluso hice una gran pataleta el día en el que el autobús llegó a buscarme, pero valió la pena que mi mamá me obligara a ir. Ese verano fue lo máximo, olvidé los malos tratos de la escuela, olvidé mi penosa vida y olvidé a Park Jimin. Para mi suerte, conocí a Taehyung y a Jungkook dentro del campamento, los que durante esos dos meses se volvieron mis mejores amigos. Todo iba bien hasta que el campamento acabó, obligándome a volver a mi sola y triste vida, y empeoró cuando supe que los chicos vivían en una ciudad distinta a la mía, a muchas horas de distancia. Nuestra amistad se tornó una a distancia, pero jamás dejamos de ser buenos amigos y yo me conformaba con eso. Otro año había comenzado, ya no me importaba ser la friki o temida chica que podía pegarte su soledad (en serio, así de estúpidos eran los comentarios hacía mi y habían personas que lo creían) , me encerré en mi misma y dejé de prestarles atención, lo que pareció funcionar porque dejaron de molestarme, o al menos hasta mitad de año, cuando esa persona que tanto había esmerado en olvidar, regresó. Tuve que mirarlo tres veces para cerciorarme de que era él. ¡Nadie en el mundo podía estar tan bueno con solo quince años de edad! Bueno, al parecer Park Jimin si. Sus músculos estaban bien definidos, sus mejillas regordetas se habían ido y ahora quedaba un afiliado perfil a la vista, ¡Incluso se veía bien con el feo uniforme!. Me hizo pensar en que le estaba dando su padre de comer, ¿Habrán sido hormonas? Porque podría convidarme un poco, ya que a mí la pubertad no me había dado tan fuerte. Por un momento sus ojos hicieron click con los míos, pensé que iba a sentarse en el vacío asiento junto a mí, pero solo pasó de largo y se sentó atrás. La indiferencia de Jimin se me hacía normal, y yo jamás hice el ademán de acercarme a él. Al año siguiente, apenas había comenzado, fui víctima de una fea y horrible broma, ¿Y quién fue el precursor de esta? Si, el mismo Park Jimin que alguna vez consideré mi mejor amigo. Fue la primera, pero no la última y desde ese día Jimin se encargó de volver mis días en los peores, pero yo no iba a dejarme intimidar por él, ni por el misterioso secreto que él quería esconderme.