Pasado Robado.

Mi nombre es Alicia Dember , tengo 32 años y estoy felizmente casada con Frank , un prestigioso cirujano, con quién tengo una hermosa hija, la pequeña Doris de tan solo tres años de edad. Ser la esposa de un cirujano tan importante me ha otorgado innumerables ventajas. No solo me refiero a acomodar desperfectos, mínimos, claro está, sino además a vivir rodeada de lujos y no tener ninguna carencia en lo material por así decirlo. Una hermosa mansión en Manhattan. Un carro deportivo que puedo cambiar cada vez que me aburro y muchos sirvientes que me hacen la vida más fácil. La pequeña Doris no es menos afortunada, tiene todo lo que una niña necesita para ser feliz. Su futuro está asegurado. Mi pequeña risitos de oro no sabe lo bendecida que es. A veces pienso en esas madres sin fortuna que luchan por darle un trozo de pan a sus hijos y me siento culpable. Hay tanta desigualdad en este mundo. Pero la voz de mi marido diciéndome : hemos trabajado duro por obtener nuestra fortuna acalla mi conciencia. Claro que también las organizaciones benéficas a las que apoyo. He Sido junto con mi familia elegida más de una vez para estar en la portada de revistas importantes. Si, tengo lujos, belleza, comodidades, salud, un marido guapo y cariñoso, una preciosa hija, mucho dinero en mi cuenta bancaria. A parte de eso, no tengo nada. Mi vida entera se resume a cuatro años. Es lo que puedo recordar, cuatro años desde que desperté en una cama de un hospital. Sufro de annesia permanente de recuerdos a largo plazo. Fuera de saber que soy Alicia Dember y todo lo que les he contado, no se absolutamente nada más de mi pasado. No tengo memoria de quienes son mis padres, no tengo recuerdos de mi niñez, no recuerdo cómo y cuando conocí a Frank. Eso a veces me desconcierta, pero recuerdo que no tengo razones de peso para quejarme. Eso también me lo dice Frank. De modo que intento no buscar recuerdos que se niegan a aparecer y trato de vivir el presente y planear mi futuro.  _ puede ponerse ese madam_ me dice Juliet , mi ama de llaves. Le pregunto cuál vestido me hace ver más hermosa y adorable. Hoy estoy de aniversario número seis. No recuerdo cuando me casé. Solo recuerdo que una noche estaba mal herida en un hospital. Que lloraba desconsolada por no saber quién era, y que Frank se apareció en el hospital con un acta de matrimonio. Él me explicó que mi auto había caído por un precipicio no muy profundo gracias a Dios y que el impacto en mi cabeza había robado mis recuerdos.  _ el rojo le sienta bien, realza sus hermosos ojos madam_ dice Juliet al notarme pensativa.  _ gracias Juliet, me lo pondré, ¿ Puede reunir a los sirvientes y decirles que hoy pueden retirarse temprano? Hoy deseo solo la compañía de mi esposo.  _ claro madame.  _ y por favor, haga venir a Lea un momento, necesito hablarle.  _ si madame_ dice Juliet y se retira. Poco después entra Lea con mi adorable Doris en brazos. Tomo a la pequeña y beso su nariz respingada. Ella juega con mi cabello y la beso mucho.  _ Lea, necesito que duermas a esta traviesa temprano, estoy de aniversario y quiero estar a solas con frank_ digo.  _ claro señora, le daré de comer temprano y le leeré la historia de la princesita Anali, ya sabe cómo le gusta.  _ pues, si, lo sé, te portaras bien pequeña mia_ digo y abrazo a Doris. En ese momento una tristeza profunda se instala en mi pecho. Oigo llantos de bebé. Llantos que no reconozco. Me sucede a veces. Le he insistido a Frank que debo ver un psiquiatra. Me parece estar volviendome loca. Pero él insiste que debe ser el estrés. A veces me preocupo por cómo marchan los asuntos en mi casa. Él dice que son cosas que debo dejarle a él y a los sirvientes. Pero ,es mi casa, me gusta opinar sobre las comidas, los arreglos, los viajes, cualquier decisión que me afecte o afecte a mi familia es mi situación. Pero él dice que para eso está Juliet, nuestra ama de llaves. Yo quiero participar y mi marido considera que lo que hago es estresarme.. Pero esta sensación vuelve, y me sucede al tomar en brazos y abrazar a mi pequeña. Le entrego la niña a Lea y trato de olvidar la extraña tristeza. Me meto en mi bañera, me doy un baño de rosas, luego me hago todo un ritual de belleza para estar perfecta cuando llegue Frank. Me observo en el espejo, mi silueta se ve muy llamativa con este vestido. Es un vestido rojo con escote en V profundo y ceñido al cuerpo. ( Parezco ramera) pienso. Bueno, ser ramera para mi esposo no es reprochable a mi pensar. Dejo mi cabello libre y me coloco mis pendientes de diamantes, hoy es una ocación muy importante. Bajo las escaleras   y no veo a ningún criado, me meto en la cocina y termino algunos detalles , quise preparar la cena para mi esposo. Tal vez era shef en mi vida pasada. Solo tomo unos vegetales y un cuchillo y haga maravillas. Cosas que también produce inconformidad en Frank. Solo desea que sea un florero bonito en un rincón y yo no puedo ser así. Todo está listo y sirvo la mesa, la cual decore con rosas y tulipanes, dos candelabros a cada extremo, y el delicioso pavo relleno en el centro. Es el plato favorito de Frank. Todos los sirvientes se han retirado y me siento a esperar a mi marido. Este llega momento después, se acerca a mi y besa mi cuello, luego mis labios. Entonces pone una rosa roja frente a mi y me mira con esos profundos ojos verdes que me enloquecen.  _ feliz aniversario cariño_ me dice y abre frente a mi un pequeño estuche. Sonrio al verlo , es un hermoso colgante con una piedra de jade. Me la coloca y me sonríe de nuevo.  _ oh, hiciste el pavo.  _ si, ya veo que no te sorprendí cariño_ digo desilucionada.  _ estás hermosa_ dice y besa mi mano. Me pregunta por Doris y le respondo que está con lea. Va a verla un instante y yo aprovecho para poner sobre la mesa dos sobres. Frank vuelve y se prepara para comer. Entonces mira los sobres. Me ve y hace un gesto curioso, yo le sonrio, toma los sobres y abre la boca sorprendido.  _¿ Cómo lo conseguiste? Supe que estaban agotadas. _ tengo mis trucos cariño _ él se muestra emocionado y toma mis mejillas entre sus manos. Me besa con euforia. Son entradas para un concierto de música clásica. Frank ama la música clásica. Luego de comer nos vamos a terminar la celebración en nuestra habitación. Nos desbordamos de puro placer el uno con el otro. Finalmente nos rendimos cansados de tanto amarnos.   _ quisiera recordar nuestra boda frank_ le digo después rompiendo el silencio.  _ algún día cariño.  _ ¿por qué no conservaste ni una fotografía Frank? _ ya duérmete cariño, te he respondido Miles de veces esa pregunta.  _ respondela de nuevo por favor_ él voltea a mirarme.  _ fue en la mudanza, unos bandidos..._ empieza y yo lo interrumpo.  _ robaron la camioneta y con ella todos nuestros recuerdos_ le digo y muerdo mi labio. Él acaricia mi mejilla.  _ algún día volverán tus recuerdos cariño_ me dice. Me sonríe tierno y yo suspiro. Me levanto.  _¿ A dónde vas ? _ iré a darle un beso de buenas noches a mi pequeña_ digo.  _ pues, te acompaño y volvemos pronto. Hay que dormir_ me dice. Asiento y caminamos hasta la habitación de mi pequeña. Lea duerme igual que Doris. Beso la frente de mi bebé con cuidado para no despertarla. Frank hace lo mismo. Volvemos a la habitación y caigo rendida. Nos dormimos rápidamente.  Despierto y ya Frank se ha ido. Ha dejado una nota sobre su lado de la cama.  " Cariño , debo viajar fuera de Manhattan, volveré apenas pueda. Por favor no olvides tomar las dosis. Se una buena niña. Te ama, Frank."   Me siento sobre la cama y me quejo en mis pensamientos. No me gusta cuando Frank viaja. Lo extraño muchísimo y me siento muy sola en mi enorme casa de oro. Ese día decido salir luego del desayuno a llevar a Doris al parque y tomar aire fresco, la brisa fría mueve mi cabello con fuerza mientras miro correr a Doris tras una pelota playera. Es su pasatiempo favorito, correr tras su pelota. Cuando una figura masculina detrás de un árbol me alarma. En un principio creí que miraba a los niños, pero luego tuve una extraña sensación. Me miraba a mi. Mientras tomo a Doris en brazos y recojo la pelota hago un llamado a lea para que se acerque a nosotras. Pero antes de que la niñera pudiera acercarse el hombre tras el árbol camina hasta nosotras a toda prisa. El pánico me invade y dejando caer la pelota corro con Doris del brazo en dirección contraria. Lea se da cuenta y se paraliza mientras mira la escena.  _ ¡Clear!_ grita el hombre tras de mi. Vuelve a gritar ese nombre y me detengo. Creo que me ha confundido con alguien. Lo miro con recelo mientras aprieto fuerte a Doris entre mis brazos. El hombre se pone frente a mi. Me mira analizando mi rostro, es un hombre de mediana edad y mirada cansada. Solo me mira en silencio mientras yo intento descifrar quien es y por qué me llamaba por ese nombre.  _ lo siento madame, yo solo creí que ... _¿ Que quiere? No lo conozco.  _ es hermosa su pequeña hija, me recuerda a alguien ...alguien a quien quise mucho, usted también...su voz, su voz me es muy peculiar.  _ no soy esa Clear a la que llamaba con tanto afan_ digo tajante. Quiero que ese completo desconocido se aleje de mi.  _¿ Está usted bien madame? _ algunas personas se acercan acompañados de Lea.  _ si, solo me confundí_ dice el hombre y me dirige una mirada triste. El hombre se aleja rápidamente y yo ya no tengo ganas de estar en este parque. Lea recoje la pelota y vuelvo a casa con mi pequeña.  Estoy esa tarde frente a mi ventana en el recibidor, mirando como lea y Doris juegan en el jardín a perseguir mariposas. Las risas de Doris inundan el aire de alegría y yo tomo un té que me ha preparado el ama de llaves. Cuando oigo las noticias en la radio.  " El cuerpo sin vida de la pequeña Antonieta fue hallado en el bosque esta mañana" dejo la taza sobre el alfeizar alarmada. Ya van tres en solo dos meses. Pienso. Mi piel se eriza mientras dirijo mi atención a mi bebé, pequeñita e indefensa. Me moriría si alguien le hiciera eso a mi pequeña. Pero me tranquilizo mentalmente. Los muros de la mansión son lo suficientemente altos, son impenetrables. Nadie va a pasar y lastimar ni a Doris ni a nadie dentro de la mansión. Me abrazo a mi misma sintiendo escalosfrios. Extraño a Frank. Ojalá regrese pronto.  Me levanto y camino hasta el jardín para estar cerca de Doris. Su risa se oye en toda la mansión. Está muy feliz. Sonrio complacida. Entonces me uno al juego de ambas y corro con ellas tras las mariposas. Haciendo que mi pequeña grite de la felicidad y contagiandome de su algarabía.  _ madame, la señora Gertrudis ha venido a verla_ me dice el ama de llaves.  _ en un momento voy Juliet, gracias_ respondo y beso a Doris poniéndome a su altura.  _ mamá jugará contigo más tarde cariño_ digo y le sonrío tierna. Entonces me levanto y camino a encontrarme con la quisquillosa visita. Gertrudis es una de mis vecinas. Es una mujer pintoresca y al decir verdad a Frank no le agrada mucho. Pero es mi amiga, siempre se ha portado conmigo como tal. Aunque a veces sus comentarios fuera de lugar me inquietan un poco. Llego al recibidor principal y ahí está Gertrudis con su llamativo vestido amarillo , su estrambótico sombrero y su sonrisa radiante. Me acerco y beso su mejilla. Pido a Juliet nos sirva un poco de té.  _ aproveché que tú marido está de viaje, quería visitarte, hace tiempo que no conversamos.  _ si, lo sé, gracias por venir, cuando Frank no está, me aburro mucho_ le digo lamentandome.  _ no sé por qué, son las ocaciones qué la vida nos presenta para aligerar nuestras cargas, a veces parecen más unos soldados dando órdenes o unas máquinas sexuales. ¿ Es que no se cansan?_ sonrio ante su comentario.  _ no te rías, Frederick es insaciable, no me deja respirar.  _ aún son jóvenes Gertru, llegará el momento que se cansarán _ digo mientras Juliet sirve el té.  _ todavía no entiendo a tu marido_ dice y frunzo el ceño. Prueba su té.  _¿ Por qué lo dices?_ pruebo el mío.  _ es extraño, parece que nadie le cae bien, no somos malas personas Ali, no sé por qué nunca nos puedes visitar si él está presente. Creo que es un controlador.  _ es su personalidad, y yo aprendí a vivir con eso.  _ bien, pero ahora no está, ve a mi casa hoy, lleva a Doris, para que juegue con Leonor, ya sabes cómo se llevan de bien, invité a Eloisa y a Amber. _ no veo por qué no ir, estaré allá puntual. Gracias por invitarme.  _ bien, está a las cuatro en punto, tomaremos el té y hablaremos cosas de mujeres_ me dice, deja su taza en la mesita y se levanta. Sonrio cordial.  _ está bien, llevaré galletas.  _ me parece buena idea, adiós querida_ dice y besa mis dos mejillas. Sonrio viéndola partir . Enseguida le pido a Juliet hable con la cocinera para que comience con la preparación de las galletas. Me emociona salir un rato y reunirme con algunas mujeres conocidas, aunque no todas son mis grandes amigas y las conversaciones no son de mi total agrado, salir me despeja.  En reuniones como esas se habla de todo un poco, desde comidas, hasta moda, y casi siempre alguna hace mención de su intimidad sin ningún pudor. Frank dice que son unas viejas chismosas y que una dama como yo no debería perder el tiempo con mujeres tan charlatanas. Es su criterio y aunque lo respeto no le veo lo malo de socializar un poco con amigas y no usar mi lengua solo para dar órdenes aquí y allá a los sirvientes. Me sirve de relax y un poco de diversión no me viene mal.  Son las tres de la tarde y ya mi pequeña Doris está lista, lea la ha dejado como toda una muñequita. Bajo las escaleras y me reúno con ellas. Juliet me entrega las galletas acomodadas en una canasta y salimos para la casa de Gertrudis. Al llegar , toco la puerta y su mayordomo abre. Me deja pasar y caminamos hasta el salón, él me anuncia y seguido de eso entro para conseguirme con algunas mujeres conocidas. Son seis sin contar a Gertru y a mi. Doris y Leonor se juntan de inmediato y juegan con los juguetes de la pequeña Leonor y bajo las miradas de las niñeras. Así que puedo relajarme y tratar de pasar un agradable momento.  _¿ Supieron lo del cuerpo hallado en el bosque?_ pregunta Eloísa, una joven esposa, tendrá apenas un año se casada y no se pierde por nada estas reuniones de amigas. Su esposo viaja mucho, lo cual le causa mucha ansiedad, estar rodeada de amigas le levanta el ánimo, aunque solo un poco. Siempre termina mencionando cuan sola se siente y cuan perfecto es Gerald, su marido.  _ si, es terrible, debemos ser cuidadosas, hay que cerrar muy bien las puertas cada noche_ dice Gertru. Yo asiento. Una criada sirve té.  _ pobre criatura_ menciono.  _¿ Quien será capaz de hacer cosas tan viles contra una pequeña como esa?_ pregunta Amber, una dulce mujer de unos sesenta años.  _ pues un animal, deberían atraparlo y quemarle los testiculos_ dice Gertru, provocando mi risa imprudente. Todas me miran con reproche. Hablan de algo serio. Retomo compostura.  _ disculpen, solo me pareció gracioso que Gertru dijera que...._ todas me miran serías. Hago un gesto de silencio.  _ es lo mínimo que se merece ese salvaje_ dice Liona otra de las mujeres. Asiento.  _ ¿ Y como van las cosas con tu marido Celeste ? _ le pregunta Gertru cambiando el sombrío tema a una de ellas.  _ pues mucho mejor, ahora le doy paciflora y duerme como gatito_ dice orgullosa.  _ ¿ En verdad sirve? Le daré a mi marido, es tan fogoso, casi no puedo dormir_ se queja Gertru.  _ sirve, hace tres días que el viejo Robinson no me molesta para esas cosas_ dice celeste.  _ cambiemos de marido, el mío es tan perezoso , a veces me provoca hacer alguna travesura, las envidio_ dice Romina que hasta ahora no había abierto la boca. Todas ríen a carcajadas.  _ ay Romina, es que en vez de tu marido parece tu abuelo, el pobre está cada vez más cerca de la sepultura_ dice Gertru. Todas ríen otra vez.  _ ¿ Supieron que las monjas del orfanato Ardud recibirán la visita de un m*****o de la iglesia que viene desde Roma? Según parece traerá unos donativos importantes. Me alegra tanto por los huerfanitos_ digo. Todas hacen silencio. Parece que el tema no es tan interesante como hablar de lo fogozo que es el marido de cada una.  _ ¿a veces no te parece que no encajas aquí?_ me pregunta Amber. Suspiro. En verdad, a veces lo creo.  _ oh, Gertru cambiaste las cortinas_ digo cambiando el tema pues no encuentro que aportar al mismo.  _ oh, si, ya sabes me aburro rápido _ dice ella. Todas se enfocan en alabar las cortinas y su buen gusto. _¿ Y como está Frank?_ me pregunta celeste haciendo que todas dirijan a mi su atención.   _ está bien, ahora mismo se encuentra de viajes_ celeste frunce el ceño.  _ es extraño, mi marido dice que lo vió en el condado vecino hace dos días.  _ debe estar confundido, Frank está fuera de Manhattan.  _ pues ..tal vez, mi marido casi no ve, pero se rehúsa a usar anteojos, es tan pretensioso, no acepta que se empieza a desgastar_ dice celeste y yo sonrio. ¿Frank en un condado vecino? Seguramente el señor Robinson se ha confundido. Pienso. Doris llora, lo cual me recuerda que es tarde y debo volver a casa. Me despido de todas y regreso rápidamente. No me agrada mucho estar afuera a esta hora. Camino por una calle alumbrada junto a lea y mi niña, me siento nerviosa, los informes de secuestros, muertes y violaciones me tienen paranoica. Estamos cerca de la entrada cuando un vehículo frena a nuestro lado. Es un detective.  _¿ señora Dember?_ asiento nerviosa. Lea toma en brazos a Doris.  _ necesito hablar con usted...es sobre su esposo.