3.

1070 Words
Transcurrieron un par de horas en que como siempre sucede, todos se embriagaron tal vez mucho considerando que teníamos al jefe en nuestra mesa, pero incluso él pareció relajarse luego de su segunda cerveza y charló con los demás, pero más fue el tiempo que habló conmigo y ni sé por qué. Supongo me cayó bien, era una persona muy distinta a los que hubiese conocido antes. Elijah parecía intentar verse igual que nosotros, es decir, no actuar como un superior, pero toda su persona era distinta y no podría verse jamás como los simples mortales. No solo era extravagante en la forma de vestir, los muchos accesorios que llevaba e incluso su teléfono de última generación, era refinado para hablar, expresarse e incluso el sonido de su risa sonaba a dinero y enriquecimiento ilícito. El olor de su perfume era fuerte, pero no podía reconocer bien ese olor porque no olía como un perfume masculino o de chica, tal vez es el tipo de fragancias que le gusta a los ricos como él y yo no lo sabía. A pesar de todo, él no era afeminado en lo absoluto, actúa más como una estrella caída en las drogas, despreocupado y tal vez algo intrigante, no podía reconocer bien su personalidad. —¿Estás usando pintauñas? —le preguntó Juan Simón quién se había unido a nosotros hacía un rato. Estaba muy ebrio al igual que Camilo, pero en su caso es un hecho nefasto porque se vuelve imprudente y bocón. —Me gusta usar a veces uno n***o —respondió y ambos lo miraban como si fuese un objeto de colección. Los entiendo. El rubiecito daba mucha curiosidad, toda su imagen, su acento complicado, su voz, incluso su olor llamaba la atención y no solo a mí, notaba como mis compañeras lo miraban sin disimular, fascinadas, pero él no parecía percatarse de esto y lo entiendo. No sé qué tipo de gustos tenga, pero seguro le gustarán las chicas de categoría, modelos o bueno, si es que le gustan las mujeres. —¿Puedo hacerte una pregunta? —le dijo Juan Simón y se encogió de hombros. —Claro. —¿Eres transgénero? Digo, por tus rasgos todos finos y demás parece que naciste como mujer e hiciste transición. ¿Es así? —preguntó de forma horriblemente imprudente el malnacido de Juan Simón y lo incendié con la mirada. Lo pateé por debajo de la mesa y él me miró indignado, pero Camilo también lo pateó y se quejó de dolor. —Olvida lo que dijo, está borracho —le dije y Elijah reía fuertemente. —¿En serio parezco mujer? —No. Pareces hombre, un gran hombre —le dijo Camilo y eso fue a peor. —Ignóralos. Simplemente considera que ambos están drogados o que perdieron la cabeza, pero no los escuches —le dije y solo rio más. —No me ofende, de verdad. Luego mis amigos se fueron con excusas baratas, pero fue porque los amenacé por mensajes de que los iba a liquidar si se quedaban un segundo más frente a mí. No quiero que nos echen por una borrachera y muchísimo menos por el bocón ebrio de Juan Simón que no le importa nada cuando bebe. Entonces lo miré. —¿Fumas? —A veces. —¿Quieres uno? —le dije mostrándole la caja a la mitad y asintió. Caminamos hacia la terraza por un momento y le di uno. Encendió primero el suyo y yo lo hice luego con el mío. Le di una enorme calada y luego lo miré. Elijah se había quitado el abrigo porque por fuera hacía un calor abrumador igual que siempre, así que lo vi solo con el suéter que llevaba debajo. Era azul oscuro, algo ancho, pero pude ver su contextura, era delgado y a través de la tela se notaban sus clavículas, tenía pecas en sus hombros al igual que en su rostro. No sé qué carajos es lo que tienes, pero todo de ti me parece tan fascinante que no lo puedo entender. Tal vez sea tu forma de vestir, tu pelo largo que usas de forma desordenada o… ¿será esa carita que tienes? Maldición, creo que Elijah es sin duda el chico más atractivo que haya visto antes, tanto en persona como en televisión. Es un tipo de belleza que no es común y que lo hace superior. Podría ser incluso intimidante, pero no para mí. Creo que tal vez me perdí mucho tiempo simplemente observándolo porque él lo notó y me miró muy nervioso. —¿También te vas a reír de mí? —preguntó y fruncí el ceño. —¿Por qué me reiría de ti? —He escuchado sin querer que todos hacen comentarios de mí y no entiendo por qué —dijo de forma insegura y reí. ¿Será que tú mismo no sabrás el efecto que causas en la gente? ¿Qué haces que todos se atonten a tu alrededor o balbuceen estupideces? El solo con dos palabras haría que hasta la más santurrona moje sus bragas y se ponga a sus pies. Tal vez Elijah sea tonto y no sepa el potencial que tiene, lo jodidamente precioso que es. —Es porque eres el crush de media oficina, pero no te espantes porque todas sean mujeres mayores. —¿Qué? Eso no puede ser. Todas pasan de los 50 años, eso es… aterrador. —¿Aterrador? Aterrador sería que el Junior pasara a la B o que yo me volviese mormón, no que le gustes a la gente por cómo te ves. En definitiva, los privilegiados tienen unos problemas tan grandes que conmoverían hasta al más gruñón —dije de forma sarcástica y él solo sonrió, pero sé que no entendió lo que quise decir. —¿Me llamas privilegiado? —Bueno, es evidente que lo eres. —¿Y te molesta que sea así? Digo, porque veo que usas sarcasmo conmigo y no sé si es que te ríes de mí —dijo y me acerqué a él quién contuvo su respiración al tenerme cerca. —No, no me molesta. Eso te hace más interesante. —Mmm. Rompí en risas y me alejé un poco, lo hice ingresar de nuevo y lo seguí. Debo admitir que fue divertido hacerlo poner nervioso, pero conociéndome, sabía que iba a llevar mis intenciones hasta la última instancia.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD