Capítulo 2

1270 Words
10 años después* Jayden* Mantengo mis ojos en los nuevos conjuntos de ropa que me han enviado de una boutique para que los revise, sin poder evitarlo hago una mueca y me acerco a la chica a mi lado. — Diles por favor: Que si van a diseñar prendas que nadie va a utilizar que mejor no hagan nada. — Dije con obviedad alejándome. No puedo creer que tengan tan mal gusto ¿quién las diseñó y que pasaba por su mente? quizás que nadie las utilizaría. Iba a ir a los aparadores de vestidos para ver que las modelos estuvieran bien ya que hace unos días una de las chicas se desmayó, quizás el vestido era muy grande para ella, no debí haberle dado tanto trabajo. Me detuve al ver como una de las estilistas del salón de arriba se acerca rápido a mí. — Jay. Tienes que venir, hicieron algo terrible. — Informó asustada. Deje que me llevara hacia donde habían ocurrido las cosas, subimos las escaleras de manera rápida hasta llegar al segundo piso donde esta la estética. Camino detrás de ella hacia las chicas que están en circulo mirando no se que. Me abro paso y mis ojos se abren por la impresión. — ¿Qué le han hecho? Por favor un doctor, los bomberos, que alguien le ayude... Un estilista busquen uno rápido. — Pedí desesperado haciendo que todas me miren sin comprender que pasa conmigo. Una de las chicas se me acercó y colocó su mano en mi hombro. — Jay. Tú eres estilista. — Recordó haciendo una mueca. — Cierto. Perdón del susto hasta lo olvide. ¿Qué le paso a tu cabello mujer? — Pregunté tocándole mientras hago una pequeña expresión. Negó y retiró mi mano de mala manera haciendo que mi ceño se frunza por eso. — Una mujer dijo que tus estéticas hacían cosas increíbles y veo que no. — Dijo molesta colocándose de pie. — Le aseguro que ninguna de mis chicas hubiera hecho ese trabajo. — Dije seguro acercándome a ella. Se pusó nerviosa haciendo que caiga en cuenta que desea estafarme. Esto solo me ha sucedido dos veces, mujeres que se creen inteligentes pensando que por venir aquí a echarme la culpa arreglaré gratis el mal trabajo de otro. — Mis tiendas tienen un sello, puede mostrarme su factura dónde le cobraron por ese diseño de cabello, también quisiera saber en cual catálogo de tinte escogió ese. — Pedí con seriedad mirándola. Apretó los labios y desvió la mirada. — Me dijeron que ese estilista era como tú pero más barato... Pero solo salió peor. — Susurró llevando sus manos a su rostro. Solté un suspiro y me acerque a ella. — Si hubieras dicho eso desde el principio posiblemente te hubiera hecho un descuento, no soy perfecto, he cometido errores con mis chicas, pero te seguro que puedo recuperar tu cabello. — Dije seguro mirándola. Me sonrió y tomó asiento, justo iba a empezar a lavar su cabello cuándo una de las empleadas de abajo subió mientras respira de manera acelerada. — Jay. Un hombre que no queremos aquí vino con su hermana quien desea que tú la atiendas, busca un vestido grande. — Informó mirándome. Fruncí el ceño al saber a qué se refiere, un hombre como Alex, no me agradan, admito que pido dinero pero solo eso, yo no tengo nada que ver con eso. — Has que se marché. — Pedí sin darle importancia. Me miró nerviosa y asintió justo iba a salir cuándo dos hombre de n***o entraron observando a todos lados, al posar sus ojos en mi caminaron a mi dirección. Me tomaron del brazo y me hicieron caminar junto a ellos, parece que no me dejaran negarme, los atenderé y daré por terminado todo. Llegué abajo junto a ellos. Una chica adolescente se acercó rápido a mí abrazándome haciendo que me sorprenda un poco. — Jay. Estoy tan emocionada, mi fiesta será en dos días, quiero que me ayudes con mi vestido, mi peinado, mi maquillaje, mis uñas y todo. — Dijo de manera rápida, muy emocionada. Sonreí por ello, no me desagrada ella sino su hermano. Levanté la vista haciendo que nuestras miradas choquen, lo miré con impresión, es un hombre muy atractivo, es increíblemente guapo. Retiré esos pensamientos al recordar que es un narcotraficante como Alex, no tengo nada en su contra, solo no me agradan. — Bueno linda... ¿Has visto ya nuestros catálogos? — Pregunté mirándola. Asintió y sacó uno de su bolso, abrió en una de las páginas mostrando un vestido grande color morado. Hice una mueca y levanté la mirada haciendo que su sonrisa se borré al conocer que no estoy de acuerdo. — Tu piel es blanca y tu rostro muy lindo. Veras el color morado es bello pero siempre he pensado que la bella resalta con colores que representan la pasión. — Explique mientras le sonreía. Tome el catálogo y busque el vestido que mejor se amolda a una chica como ella. Le mostré uno color vino haciendo que sus ojos brillen de inmediato y me miré con sorpresa. — Me encanta, quiero probarlo. — Pidió volteando a ver a su hermano quién asintió. Llame a las chicas quienes la iban a llevar a que se probará el vestido así mismo iban a mostrarle otros diseños que sugerí. Iba a girarme para volver a arriba a seguir con el cabello de esa pobre mujer, pero su voz me detuvo. — Espera. — Pidió haciendo que me giré. Caminó hacia mí quedando justo enfrente. — Necesito un traje. — Informó con seriedad. Asentí e iba a llamar a una de las chicas para que lo acompañen pero tomó mi brazo y me acercó a su cuerpo. — Quiero que tú me acompañes. — Dijo demandante, sintiéndose el señor del lugar. Me quedé callado y salí de su agarre tan poco agradable. — Estoy... — ¿Acaso estás violando las reglas?, En tu catálogo dice: El cliente tiene la razón. ¿Qué crees? Soy el cliente y quiero que me lleves a escoger un traje. — Exigió enfadado. Fruncí el ceño y desvíe la mirada unos segundos. — Sígame por favor. — Pedí caminando hacia el área de los trajes. ... Me quedo de pie esperando a que tomé el que mejor le parezca. — No sé mi talla. — Informó acercándose a mí. Solté un suspiro y tomé la cinta comenzando a sacar la talla exacta para que el traje se vea bien. Mis ojos se abrieron por la impresión al sentir su mano recorrer mi torso. — Tu talla debes ser pequeña. Eres muy delgado. — Susurró mirándome. - Me sonroje por eso y termine de anotar todo a lo que me aleje rápido de él. Le di las tallas y el color del traje así mismo la corbata la cual es del mismo color que el vestido de su hermana. Al terminar espere a que se marchará aunque la chica volvió a mí. — Vendré en unos días para que me arregles, llamaré y haré una cita. Por favor has que me vea bonita. — Pidió sonriendo. Sonreí y lleve mi mano a su mejilla. — Todas las mujeres son hermosas, por eso estoy aquí, para hacerlas brillar aún más. — Dije seguro sonriendo. Se despidió de mí de manera amable y salió de mi tienda. Su hermano se acercó a mí. — Eres interesante. Quiero tu número de teléfono y dirección. — Ordenó mirándome. Me quedé callado y negué con la cabeza haciendo que su ceño se frunza. — Lo siento, pero no me agrada mucho su persona. Es mi cliente y lo respeto, pero se esta saliendo de ese círculo. — Dije dándome la vuelta. No me agrandan las personas como él, de solo mirar sus porte me hace saber que está acostumbrado a recibir lo que desea, pero aquí no, se equivoca si cree que voy a terminar con él... Espero que les guste. Gracias por leer. Voten y comenten.❤️
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