Capítulo 3

1016 Words
Jay* Fruncí el ceño al ser echado de su casa ¿Quién se cree ?, Después que le ayude con esa pobre chica, solo espero que esté bien y que este idiota no la siga violando aunque me sorprenda un poco que Alex tenga una mujer por la fuerza normalmente son ellas quienes se aferran a él pero parece que las cosas han cambiado. Alex Un narcotraficante peligroso, uno que encabeza mi lista de los hombres que nunca debo estar. Lo conocí gracias a una de mis clientes quién me dijo que me convenía hacer más grandes mis negocios, el problema era que no tenía dinero para ello, así que me lo recomendó ya que es prestamista, al principio me negué, no quería nada que ver con alguien así, pero al ver como las chicas batallaban y como perdía clientes por la falta de tiempo y espacio en el local tomé la decisión. Fui a verle y estuvimos hablando y poniéndonos de acuerdo, por alguna razón con Alex fue distinto que me agradó, estuvimos haciendo negocios por dos años en los cuales le tomé confianza y ahora somos algo más que socios, podría decirse que conocemos con un poco de amistad. Desde hace meses no volvió a ver a ese hombre lo cual me hace sentir tranquilo, creí que estaría detrás de mí todo el tiempo para tener algo que ver con él, pero parece que se rindió y me dejó en paz. Hace poco acabo de ser corrido de la casa de Alex solo por ese idiota secuestró a una chica. No comprendo a los hombres y eso que soy uno, ellos piensan como animales, solo satisfacerse y sentirse superiores. Camino hacia la carretera mientras llamo a un taxi, necesito volver lo antes posible las chicas deben tener mucho trabajo y yo aquí. Escuche un ruido a lo que baje mi teléfono y yo giré buscando al causante. Un auto viene a una velocidad increíble a lo que yo hago aun lado mientras acomodo mi cabello, que inconscientes, no sabes cuánto tiempo me toma arreglarme el cabello. Iba a llamar otra vez cuando fui por tres camionetas negras haciendo que me sorba. Justo iba a correr de vuelta con Alex cuando me tomo el brazo. - Quédese quieto, no queremos dañarlo o nos irá mal. - Dijo uno de ellos jalandome para que lo acompañe hacia una de esas camionetas. - Me quedé callado y apreté los labios caminando hacia donde él me indica, no tengo miedo porque no le he hecho nada a nadie. Subí al igual que todos y arrancaron, solo miro por la ventana, pensando en las cosas que tuvieron que haber sucedido. Entonces a mí mente llegó ese hombre. - ¿Quién es la persona que les pide que me hicieran esto? - Pregunté con interés. - Se mantuvieron callados dándome a conocer que no me dirán una sola palabra de eso. Desvíe la mirada y decidí asentir, tendré que esperar para conocer al verdadero causante. Les podríamos llegar a una bonita y giganteca casa, si juntamos todas mis tiendas posiblemente hagan una casa así de grande, es increíble. Me quedé serio al recordar el porqué estoy aquí y que posiblemente me asesine por quién sabe qué cosas. Pararon y el piloto bajó abriendo mi puerta, solté un suspiro y baje. Su mano tomó mi brazo y me hizo caminar junto a él hasta la puerta principal de la casa, la abrió y nos adentró. - Ya puedes soltarlo ¿Creí haber dicho que no lo tocaran? - Dijo obvio mirando a ese hombre. - Me quedé en silencio y baje la mirada al ver que sí es él. Creí que había quedado claro que no quiero nada que ver con él. - ¿Te han tocado? - Preguntó acercándose a mí. - Negué levanté la mirada observando sus ojos. Soltó un suspiro e hizo señales hacia ese hombre para que se marché. Al quedar solos me sonrió y levantó su mano tocado mi mejilla. - Tienes una piel suave. - Susurró pasando su abrazó por mi cintura acercándome a él. - Fruncí el ceño e intente separarme de él lo cual no fue posible. De un momento a otro me estaba haciendo caminar a su lado hacia las escaleras, bien, esto está más que mal. Intenté alejarme pero sus brazos se aferran con fuerza a mí cuerpo. Subimos y caminamos por el pasillo hasta una de las últimas habitaciones del segundo piso. Abrió una de las puertas y nos adentró a la habitación la cual es grande y espaciosa sin mencionar que el diseñador tiene muy buen gusto. - Quiero que hablamos. El día que nos conocimos no pudimos hacerlo. - Dijo acercándose a mí. - Solté un suspiro y coloque mis manos en sus hombros para que se detenga. - Ese día te dejé claro que no me agradas, no sé que planes tienes o que deseás. Si quieres dinero está bien, te lo daré. - Avise tratando de que me deje en paz. Rió un poco y negó con la cabeza lentamente, quitó mis manos de sus hombros y comenzó acercarse lo que hizo que diera pasos hacia atrás hasta caer sentado en la cama. - Verás Jay, tú quieres darme dinero a cambio de que te deje en paz, pero yo quiero darte algo a cambio de que seas mío. - Dijo sonriendo mientras me mira. - Fruncí el ceño aunque sonreí por ello. - ¿Que puedas tener tu que me interese? - Pregunté con cierto ego. - Sonrió y soltó un suspiro alejándose de mí. Fue a uno de los cajones y sacó un portafolio n***o bastante lindo. Lo abrió y mostró... Las escrituras de todo lo que me pertenece. - Eso es mío. - Dije levantándome y yendo hacia él para quitárselo. - Sonrió y tomó mi rostro con su mano mientras la otra sostiene los documentos. - No fue difícil tomarlos sabes, sabía qué son importantes por ello las tomé... Ahora hagamos un trato. - Sugirió mirándome a los ojos. - - Solo habla. - Murmuré bajando la mirada. - - Bien Jay, si quieres las escrituras de vuelta tienes que acostarte conmigo. Tranquilo seré suave, después de todo yo seré tu primera vez. - Susurró en mi oído...   Espero que les guste. Gracias por leer. Voten y comenten.❤️
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD