SINOPSISCuando Amelia Rojas, contadora disciplinada y marcada por una traición del pasado, acepta un nuevo empleo en la empresa más influyente de la ciudad, lo último que espera es encontrarse con un hombre que amenaza con derrumbar cada una de sus defensas.Leonardo Vargas, director general, carismático, intenso y con un misterio que lo persigue, queda fascinado desde el primer instante. Ambos saben que acercarse es un riesgo… pero ignorarlo es imposible.Entre pasiones prohibidas, secretos familiares y decisiones que pueden cambiarlo todo, Amelia deberá elegir entre proteger su corazón…o entregarse por completo al hombre que incendia su mundo.⸻CAPÍTULO 1 — El Inicio del IncendioEl sonido de los tacones de Amelia resonó en el pasillo recién pulido. Su primer día. Su segunda oportunidad. Respiró hondo antes de entrar a la oficina.—¿Amelia Rojas? —preguntó una voz profunda detrás de ella.Su piel se erizó.Al girar, encontró unos ojos oscuros, dominantes, que parecían leerla por completo. El hombre extendió la mano; su sonrisa era peligrosa.—Soy Leonardo Vargas. Bienvenida.El mundo de Amelia pareció detenerse. Sintió el choque eléctrico al estrechar su mano.Y supo, sin poder evitarlo, que ese hombre traería problemas.CAPÍTULO 2 — El Juego del PoderLas horas se convirtieron en miradas robadas.Las reuniones, en un intercambio silencioso de tensión.Y Amelia lo sentía: él se acercaba más cada día.Una tarde, cuando todos se habían marchado, Leonardo apareció en su oficina.—Sé que intentas mantener distancia —dijo con voz baja—, pero lo que hay entre nosotros… no es algo que pueda ignorarse.Amelia retrocedió un paso.Su corazón, en cambio, avanzó dos.CAPÍTULO 3 — El Secreto que QuemaJusto cuando Amelia comenzaba a confiar, un sobre sin remitente llegó a su escritorio. En su interior, una fotografía: Leonardo… con otra mujer… y un mensaje escrito a mano:“No te confundas. Él siempre miente.”El piso se le hundió.Y la llama que empezaba a encenderse, de pronto, ardió distinta: dolorosa.CAPÍTULO 4 — Una Verdad a MediasLeonardo buscó a Amelia apenas notó su frialdad. Ella evitaba su mirada; él quería respuestas.—No sé qué te contaron… pero no creas todo lo que ves —dijo con una sinceridad que la confundió.Amelia quiso pedir explicaciones, pero su miedo habló por ella.Guardó la foto en su cajón… junto con su corazón.⸻CAPÍTULO 5 — El Mensaje del PasadoEsa noche, Amelia recordó la traición que la había marcado: su ex prometió amor eterno… mientras compartía su vida con otra.Ahora, la historia parecía repetirse.Pero Leonardo era distinto.¿O solo quería creerlo?⸻CAPÍTULO 6 — Tentaciones y LímitesDurante una cena de trabajo, Leonardo posó su mano sobre la de Amelia.Ella debió apartarse.No lo hizo.—Quiero conocerte sin máscaras —susurró él.Ella sintió que su mundo ardía peligrosamente.⸻CAPÍTULO 7 — El Primer BesoEl ascensor se detuvo.Silencio. Respiraciones alteradas.—No puedo… —susurró Amelia.Pero Leonardo la tomó del rostro y, sin palabras, la besó con la intensidad de alguien que había esperado demasiado.Ella le respondió con el alma.Cuando volvieron a separarse, ya nada —ni nadie— podría apagar ese fuego.⸻CAPÍTULO 8 — La Otra MujerEn una reunión, entró ella:Valeria, elegante, fría… y mirando a Leonardo con demasiada familiaridad.—Soy su prometida —dijo, clavando una sonrisa venenosa en Amelia.El corazón de Amelia se rompió sin hacer ruido.⸻CAPÍTULO 9 — ¿Prometida?Leonardo la alcanzó en el estacionamiento.—Valeria no es nada para mí —dijo.—Entonces, ¿por qué dijo eso?Su silencio fue peor que una mentira.Amelia se subió a su coche y lo dejó atrás… junto con toda ilusión.⸻CAPÍTULO 10 — Rendirse No es una OpciónLeonardo apareció en su departamento bajo la tormenta.—Ese compromiso fue impuesto. Mi padre… mi empresa… todo depende de esa unión —confesó.La voz le tembló.—Pero yo… te elijo a ti.Ella lloró, entre el amor que deseaba y el miedo de sufrir.⸻CAPÍTULO 11 — Pasión a OscurasSe abrazaron con desesperación.Esa noche fueron verdad, fueron piel, fueron destino.Amelia sintió que su corazón, por primera vez, pertenecía a alguien.Y pertenecía a él.⸻CAPÍTULO 12 — El Principio del DolorA la mañana siguiente, la noticia explotó en todos los medios:“Boda empresarial del año: Leonardo Vargas y Valeria Medina.”Amelia cayó al suelo.El sabor de la noche anterior se volvió amargo.⸻CAPÍTULO 13 — El ChantajeLeonardo enfrentó a Valeria:—Esto termina ahora.Ella sonrió con triunfo.—Si rompes el compromiso, tu empresa cae… y tu padre también.Leonardo quedó atrapado en una jaula construida por el poder.⸻CAPÍTULO 14 — Distancia ForzadaÉl decidió alejarse sin explicaciones para protegerla.Amelia, sintiéndose utilizada, renunció.Pero una vida sin él… dolía más que cualquier traición.⸻CAPÍTULO 15 — Entre el Orgullo y el AmorPasaron semanas.Leonardo apareció nuevamente en su puerta.—No me rindo contigo —dijo.Ella lo abofeteó…y luego lo abrazó llorando.Amor y furia mezclándose en un mismo latido.⸻CAPÍTULO 16 — La Guerra FinalValeria reveló su último movimi

En una pequeña ciudad costera, Elisa trabajaba como restauradora de arte en un antiguo museo. Su vida era tranquila, hasta que una tarde llegó Adrián, un enigmático coleccionista que buscaba restaurar un cuadro del siglo XVII. Desde el primer momento en que sus miradas se cruzaron, una chispa inesperada encendió algo entre ellos.Pronto comenzaron a pasar días enteros juntos, riendo entre pinceles y secretos que parecían quedar atrapados en las paredes del museo. Adrián le hablaba de viajes, de arte robado, de tesoros perdidos… y Elisa, sin darse cuenta, se enamoraba más de él en cada gesto.Pero todo cambió una noche de tormenta.El cuadro que Adrián había traído —un retrato de una mujer de mirada inquietante— desapareció misteriosamente. Junto a él, también desapareció Adrián. En su lugar, Elisa encontró una puerta rota y un sobre con su nombre.Dentro, una nota escrita a mano:“Perdóname. No tenía opción. Cuando todo pase, regresaré por ti.”Elisa sintió su corazón romperse. ¿Había sido todo una mentira? ¿Un plan? La policía llegó, empezó a investigar, pero solo encontraron una pista: Adrián estaba relacionado con una peligrosa red de tráfico de arte.Días después, mientras Elisa revisaba unas antiguas fotografías del cuadro, descubrió algo espeluznante: la mujer retratada parecía moverse en cada imagen, como si su expresión cambiara… como si estuviera viva.Y entonces, esa misma noche, su teléfono sonó.Una voz distorsionada susurró:“Él no te traicionó… te protegió. Pero ahora vienen por ti.”El sonido de pasos detrás de ella la hizo girar.La luz se apagó.Y Elisa comprendió que el verdadero peligro acababa de comenzar.Capítulo 2“El retrato que observa”Elisa retrocedió lentamente. Su respiración era un torbellino acelerado y desordenado. Las luces habían vuelto… pero ahora algo estaba diferente.El cuadro de la mujer ya no estaba en el suelo.Ahora colgaba nuevamente en la pared.Exactamente en el mismo lugar de antes.Y la mirada de la mujer pintada… ya no estaba fija hacia el frente.Ahora, sin duda alguna, la estaba mirando a ella.El teléfono volvió a sonar. Elisa dudó, pero contestó.—¿Quién eres? —preguntó con voz temblorosa.—Soy alguien que quiere ayudarte —respondió la voz distorsionada—. Él no te mintió. No te utilizó. Adrián está atrapado en algo que comenzó mucho antes de conocerte.Elisa se apoyó en la mesa más cercana.—Dime dónde está —exigió.Hubo un breve silencio.Un silencio que se sintió como una eternidad.—Si sigues insistiendo en encontrarlo —dijo la voz—, podrías terminar como ella.—¿Ella? ¿Quién? —preguntó Elisa, mirando el cuadro de reojo.—La mujer del retrato —susurró—. La que lo fue todo para Adrián… hasta que la traicionó.Un escalofrío le recorrió la espalda.—Mientes —murmuró Elisa—. Adrián jamás haría eso.—¿De verdad lo conoces? —replicó la voz—. ¿Conoces su pasado… o sólo las promesas que te hizo?Elisa apretó el teléfono con fuerza.—Dígame lo que sabe.La voz bajó el tono aún más.—Ven al muelle viejo. Medianoche. No vengas sola… o no llegarás a tiempo.El cabello de Elisa se erizó. Antes de que pudiera responder, la llamada terminó.Una gota de agua cayó del techo.Después otra.Luego, una ráfaga de viento abrió violentamente una ventana.El cuadro volvió a caerse al suelo, con un golpe sordo.Elisa se agachó para levantarlo. Su corazón casi se detuvo cuando tocó el marco: estaba húmedo… como si hubiera sido sumergido en el océano.Pero lo más perturbador no fue eso.En la superficie del retrato, sobre la mejilla de la mujer pintada, había una única lágrima…rodando lentamente hacia abajo.Capítulo 3“Medianoche en el muelle”Elisa pasó el día entero con la mente en guerra: miedo, dudas… pero también una certeza inquebrantable.Si había una mínima posibilidad de salvar a Adrián, ella la tomaría.Cuando el reloj marcó las 11:53 p.m., llegó al muelle viejo. La marea estaba alta y el viento silbaba como si arrastrara secretos entre sus ráfagas. Cada tablón de madera crujía bajo sus pasos como si el mismísimo mar quisiera advertirle que se fuera.Las luces del muelle apenas parpadeaban.Estaba completamente sola…o al menos, eso parecía.—Llegaste —dijo una voz detrás de ella.Elisa se sobresaltó y giró rápidamente.Un hombre de traje oscuro dio un paso hacia la luz. Tenía un rostro severo, marcado por cicatrices, y unos ojos que no reflejaban ningún tipo de compasión.—¿Quién es usted? —preguntó Elisa, intentando mantener firme la voz.—Soy alguien que sabe exactamente quién es Adrián… y quién fuiste tú para él —respondió el hombre—. Lo que no entiendo es por qué él arriesgaría tanto… por tan poco.Elisa sintió un golpe directo al corazón.—Dígame dónde está —exigió.El hombre sonrió, una sonrisa cruel.—¿De verdad quieres saberlo?Sacó una carpeta y la lanzó hacia ella. Fotos se desparramaron sobre la madera mojada. Elisa se agachó para recogerlas… y su sangre se heló.Adrián, esposado.Herido.Y detrás de él… el mismo cuadro de la mujer.—La Red lo tiene —explicó el hombre—. Él robó algo que no le pertenecía. Lo hizo para proteg